Capítulo 130

-No me puedo creer que Lara haya dicho eso. De Raúl no me asombra tanto, pero conociendola a ella... no se, es que lo veo muy muy raro. Ella siempre ha tenido un rollo demasiado proteccionista contigo. ¿No será una jugada pera luego decir ella sus famoso “te lo dije” o, lo mismo pero más extenso para darle más dramatismo “te dije que acabarías con ella así y yo aguantándolo”?

-No creo que haga eso, sobre todo porque también puedo decirlo yo de ella con Raúl, que en su caso particular sería menos defícil ya que ellos dos tuvieron algo no hace mucho, pero no de lo que tiene ella conmigo él contigo, no, sino otro tipo diferente de relación. No se si me entiendes a lo que me refiero, algo más sex...

-Si te entiendo perfectamente – Le digo para no dejarle terminar la palabra ni la frase. Además, no hace falta que me diga nada, algo ya me había contado Raúl a mi sobre eso pero nunca me dijo que fue con ella – Si ya lo sabía, Dani, más o menos. Tú estás con un interfecto y yo con el otro igual que ella te comentó a ti él me comentó a mí, lo que no me había dicho fue que fue con Lara – Yo sigo diciendo que no estoy muy segura de... ¡un momento! Y si Lara no ha hecho esto por nosotros sino por ellos. Pensemos eso. En ese caso hay que devolvérselo. Me voy acercando a Dani, él va dando pasos hacia atrás hasta que noto que sus piernas chocan con el borde de la cama. Le empujo para que quede tumbado hacia arriba. Me pongo de rodillas en la cama con cada rodilla a un lado de él mientras me subo un poco el vestido, aunque tampoco hace falta arremangarlo mucho ya que la falda del vestido es bastante corta. Lo que si me estoy dando cuenta es de la buena elección que he hecho al ponerme ligueros con las medias en vez de los pantys, iba con un fin parecido, esto mismo pero con otra persona. Apoyo sus manos en mis gemelos y va subiendo hasta que llega a mis muslos y toca el enganche de los ligueros. Sonríe, le he puesto las cosas más fáciles. Le desabrocho el botón de los pantalones y la cremallera. Me agacho acercándome a su boca y le doy un beso – Dime una cosa – Le digo cuando me separo levemente de él, necesito una aclaración. Me mira – Dime que esto no es un sueño otra vez.

-¿Un sueño? ¿Otra vez? - Con esto me demuestras que la situación es real.

-Nada, dejémoslo, al lío – Me vuelvo a agachar y le vuelvo a besar. Ésta vez me devuelve el beso. Sigo de rodillas con las manos apoyadas también.. Dani pone una mano en mi espalda y tantea buscando la cremallera del vestido. Da con ella pero con una sola mano no es capaz, toma ayuda de la otra mano. Aparto mi cara de la suya porque quiero verle el gesto que está poniendo. Se está mordiendo el labio superior como muestra de impaciencia, no solo de impaciencia, sino más bien de desesperación.

-Puta cremallera – La verdad es que cuesta mucho subirla y bajarla. Por fin es capaz de bajar la cremallera miestras le desabrocho los botones de la camisa. Cuando termina de desabrochar el vestido, con falda incluída (la cremallera llega hasta la falda) voy levantando un poco los brazos para que caigan las tirantas a la cama. El se incorpora y se quita la camisa y tirar el vestido al suelo. Cuando vuelve a echarse me vuelvo a agachar para besarle otra vez. Nos da la vuelta quedando ahora encima él. Prefiero que mande él que, además que seguro que tiene más experiencia que yo en ésto, prefiero dejarme llevar. Noto se está quitando los zapatos con ayuda del pie contrario y se quita los pantalones que llevaban desabrochados desde que empezamos. Por los movimientos que hace con un brazo calcetines también van fuera. Flexiono las rodillas que aunque la posición sea distinta, siguen a ambos lados de él. Levanta el brazo que tenía apoyado y queda de rodillas mirándome. Me acaricia los gemelos hasta mis tobillos y me quita los zapatos. Ma agarra suavemente de mi tobillo derecho y le da un sueve beso. Sonrío - ¿No te he dicho nunca que me gustan los tobillos?. Y los tuyos en particular

-Creo que alguna vez si. - Vuelve gateando hasta mis labios pero poco tiempo está en ellos. Baja a mi cuello, eso me provoca un escalofrío. Echo el cuello hacia un lado. Sus besos son los causantes que mis manos, apoyadas suevemente en su espalda, se presionen en su cuerpo provocándole los escalofríos a él. Sigue bajando levemente hasta mi escote dejando el recorrido con sus suaves besos. Tanteo con uno de mis brazos buscando la almohada y debajo de ella la sábana para apartarla y echarnos en condiciones en la cama. Dani se da cuenta de mis intenciones y me ayuda. Entre los dos conseguimos el trabajo. Ahora soy yo la que le empuja hacia un lado haciendo que nos volvamos a girar. Ahora estoy yo encima otra vez y más rectos en la cama. Noto sus manos buscando para desabrocherme el sujetador, esto si que no lo he puesto muy fácil, no es un sujetador normal, es más un corpiño pero no aprieta mucho. Le ayudo a desabrochar todos los corchetes que lleva, él por la parte más alta y yo por la baja. Terminamos enseguida y casi sin darme cuenta ya le tengo encima otra vez. Vuelve a la carga con el cuello. Mis manos se deslizan por su cuerpo hasta llegar a la tira de sus boxers. Se los voy bajando despacio cuando sus labios vuelven a juntarse con los míos y él hace lo mismo conmigo. Me van llegando las imágenes de la visión que tuve éste verano cuando nos fuimos a dormir a casa de mi amiga Sara, no se si recordáis la visión. Me doy cuenta que está pasando tal y como me lo imaginé, punto por punto, con todo detalle. Es como si ahora estuviésemos recreandolo. Al menos por ésta noche soy completamente feliz, por fin estoy haciendo lo que aquella noche me imaginé y que tantas noches han aparecido imágenes de dicha visión en mis sueños. Nunca pensé que se pudieran sentir tantas cosas en una sola caricia, porque en este caso el sentimiento mío no es de amor, que también, sino de victoria, de haber conseguido algo tan deseado por mí (y seguro que por muchas de vosotras), de premio por haber logrado mis propósitos. ¿Qué estará pasando con los otros dos? Bueno, qué mas da. Ahora me toca disfrutar, empezamos bien el 2012. Bien no, genial