-¡Feliz cumple, mi
vida! - Es lo primero que oigo aún con los ojos cerrados. Ruedo
sobre la cama, abro los ojos un poco y lo primero y único que veo es
la cara de Miki sonriéndome. Le doy un beso como buenamente puedo
con el sueño que tengo
-Bueno días –
Digo medio dormida pero sonriendo - ¿Qué hora es?
-Las 9 y media, es
temprano, pero quiero llevarte a un sitio antes de que te vayas a
trabajar.
-Un ratito más...
- Me arropo aún más con la sábana, y no es porque tenga frío, que
hace de todo menos frío. Figuraos, 9 de agosto en Madrid y encima se
me olvidó anoche abrir la ventana, está ahora mismo la habitación
que parece un horno.
-No, que si no no
llegamos – Dice Miki creo que poniéndose de pie – Vamos
Annita... - Me tira del brazo intentándome levantar de la cama
-Me haces daño –
Me suelta pero en ese momento empieza a darme pequeños golpecitos
con los dedos. Qué persona más pesada – Vele, enreda, ya me
levanto, pero déjame de dar con el dedo, que molesta – Se aparta y
yo me levanto, de mala gana, pero me levanto. - ¿Contento?
-Por el momento.
Ahora vístete, prepárate que nos vamos a desayunar – Sale de la
habitación con su ropa en la mano y entra en el cuarto de baño.
Pues si dice que a salir habrá que vestirse. Paso de pensar, me voy
a poner lo primero que pille. Miro la silla de la habitación, ahí
puse ayer la ropa que recogí del tendedero y la pereza me impidió
meterla en el armario. Este vestido mismo, es fresquito y cómodo
pero viste, que es más arreglado me refiero. Me cambio de ropa
interior y me pongo el vestido. Oigo abrirse la puerta del todo y me
giro - ¡Qué guapa! - Sonrío. Ay, no. Las náuseas otra vez no ¿y
qué narices voy a echar si no tengo nada en el estómago?Voy
corriendo hacia el cuarto de baño, me pongo de rodillas sobre el
inodoro y vomito, como últimamente lo único que hago además de
comer - ¿Necesitas ayuda? - Dice asomándose por la puerta sin
mirar, para este tema es bastante escrupuloso
-No, estoy bien, de
verdad. - Digo poniéndome de pie - ¿Me he manchado?
-No parece. Nos
vamos a prefieres que nos quedemos en casa.
-No, vámonos. Un
poco de brisa matinal no me vendrá mal, además, tengo hambre
-¿Como puedes
pensar en comer después de vomitar?
-¿Como puedo hacer
otra cosa después de esto? - Digo señalándome a la barriga. -
Anoche no pusiste ninguna pega, desde luego.
-No me vayas a
comparar una cosa con otra...Entonces ¿te terminas de arreglar y nos
vamos. no? - Le guiño un ojo, me da un beso en la mejilla y sale del
baño. Me peino me lavo la cara y me maquillo un poco, tengo una cara
de zombie fusilado que no puedo con ella entre el sueño que tengo y
lo pálida que estoy.
Salimos de mi casa
y nos montamos en el coche. Hacemos todo el trayecto casi sin hablar
hasta que llegamos a la puerta de una cafetería y aparca. - Aquí es
– Salimos del coche y entramos en la cafetería. Es preciosa, es
amplia, hay muchas plantas, los colores de todo están a juego y más
cosas que no me voy a poner a decir porque no tengo palabras para
expresarlo. Pedimos el desayuno y nos lo comemos mientras vamos
hablando de tonterías. - Espérame un momento, en seguida vengo –
Se pone de pie y sale del establecimiento. Habrá ido al coche a por
algo, quizá. Escasos minutos después vuelve a entrar con las manos
detrás de la espalda. Cuando pasa por delante de los espejos del
local veo que lleva una bolsa y la reconozco, es de la joyería a la
que llevé a Dani cuando el cumpleaños de Patricia, estoy segura que
ahora a sido él quien ha llevado a Miki. Se sienta y se saca las
manos de detrás de la espalda y me enseña la bolsa.
-Miki, esto es muy
caro.
-¡Y tú qué
sabes! - Me dice con tono de niño pequeños
-Sí, lo sé.
Bueno, da igual.
-Toma, feliz
cumple.
-Gracias cielo