viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo 100


-¡Feliz cumple, mi vida! - Es lo primero que oigo aún con los ojos cerrados. Ruedo sobre la cama, abro los ojos un poco y lo primero y único que veo es la cara de Miki sonriéndome. Le doy un beso como buenamente puedo con el sueño que tengo
-Bueno días – Digo medio dormida pero sonriendo - ¿Qué hora es?
-Las 9 y media, es temprano, pero quiero llevarte a un sitio antes de que te vayas a trabajar.
-Un ratito más... - Me arropo aún más con la sábana, y no es porque tenga frío, que hace de todo menos frío. Figuraos, 9 de agosto en Madrid y encima se me olvidó anoche abrir la ventana, está ahora mismo la habitación que parece un horno.
-No, que si no no llegamos – Dice Miki creo que poniéndose de pie – Vamos Annita... - Me tira del brazo intentándome levantar de la cama
-Me haces daño – Me suelta pero en ese momento empieza a darme pequeños golpecitos con los dedos. Qué persona más pesada – Vele, enreda, ya me levanto, pero déjame de dar con el dedo, que molesta – Se aparta y yo me levanto, de mala gana, pero me levanto. - ¿Contento?
-Por el momento. Ahora vístete, prepárate que nos vamos a desayunar – Sale de la habitación con su ropa en la mano y entra en el cuarto de baño. Pues si dice que a salir habrá que vestirse. Paso de pensar, me voy a poner lo primero que pille. Miro la silla de la habitación, ahí puse ayer la ropa que recogí del tendedero y la pereza me impidió meterla en el armario. Este vestido mismo, es fresquito y cómodo pero viste, que es más arreglado me refiero. Me cambio de ropa interior y me pongo el vestido. Oigo abrirse la puerta del todo y me giro - ¡Qué guapa! - Sonrío. Ay, no. Las náuseas otra vez no ¿y qué narices voy a echar si no tengo nada en el estómago?Voy corriendo hacia el cuarto de baño, me pongo de rodillas sobre el inodoro y vomito, como últimamente lo único que hago además de comer - ¿Necesitas ayuda? - Dice asomándose por la puerta sin mirar, para este tema es bastante escrupuloso
-No, estoy bien, de verdad. - Digo poniéndome de pie - ¿Me he manchado?
-No parece. Nos vamos a prefieres que nos quedemos en casa.
-No, vámonos. Un poco de brisa matinal no me vendrá mal, además, tengo hambre
-¿Como puedes pensar en comer después de vomitar?
-¿Como puedo hacer otra cosa después de esto? - Digo señalándome a la barriga. - Anoche no pusiste ninguna pega, desde luego.
-No me vayas a comparar una cosa con otra...Entonces ¿te terminas de arreglar y nos vamos. no? - Le guiño un ojo, me da un beso en la mejilla y sale del baño. Me peino me lavo la cara y me maquillo un poco, tengo una cara de zombie fusilado que no puedo con ella entre el sueño que tengo y lo pálida que estoy.
Salimos de mi casa y nos montamos en el coche. Hacemos todo el trayecto casi sin hablar hasta que llegamos a la puerta de una cafetería y aparca. - Aquí es – Salimos del coche y entramos en la cafetería. Es preciosa, es amplia, hay muchas plantas, los colores de todo están a juego y más cosas que no me voy a poner a decir porque no tengo palabras para expresarlo. Pedimos el desayuno y nos lo comemos mientras vamos hablando de tonterías. - Espérame un momento, en seguida vengo – Se pone de pie y sale del establecimiento. Habrá ido al coche a por algo, quizá. Escasos minutos después vuelve a entrar con las manos detrás de la espalda. Cuando pasa por delante de los espejos del local veo que lleva una bolsa y la reconozco, es de la joyería a la que llevé a Dani cuando el cumpleaños de Patricia, estoy segura que ahora a sido él quien ha llevado a Miki. Se sienta y se saca las manos de detrás de la espalda y me enseña la bolsa.
-Miki, esto es muy caro.
-¡Y tú qué sabes! - Me dice con tono de niño pequeños
-Sí, lo sé. Bueno, da igual.
-Toma, feliz cumple.
-Gracias cielo

martes, 22 de noviembre de 2011

Capítulo 99


Anna aparece por la puerta del salón, está nerviosa, se lo noto, la conozco muy bien.
-A ver como sigo yo esto – Dice casi en un susurro, yo estoy muy cerca de ella y la oigo, Miki no se. Me está entrando sed, creo que voy a ir a por un vaso de agua. Cuando me dispongo a irme Anna me sujeta del brazo – Quédate, quiero que estés tú delante.
-Voy a por agua – Me suelta – Ve empezando - oigo a Anna que comienza a hablar, pero no le presto atención alguna. Cojo tres vasos y la botella de agua y vuelvo al salón.
-Anna, sabes que no me gusta que me expliquen las cosas yéndose uno por las ramas. ¿Puedes decirme qué te pasa de una vez?
-Estoy embarazada, Miki – El gesto de la cara de Miki cambió en cuestión de segundos, peor no lo hace de golpe, sino por fases, como diría mi madre - ¿Cielo? - Echo agua en los vasos y se los ofrezco a los dos. Anna no lo coge, Miki sí y se bebe el contenido casi de un solo trago. Se lleva las manos a la cara y se frota los ojos para acabar juntando las manos cerradas delante de los labios. Respira hondo y suspira. - Parece que no te hace ilusión, que no te ha gustado.
-No es eso, simplemente tengo que asimilarlo, no me esperaba esta noticia – Yo me siento en la silla y Boris no tarda en subirse a mis rodillas, tampoco quiere perderse la “película” que se nos ha presentado en el salón. - ¿Y qué vamos a hacer?
-Hacer de qué. Yo voy a seguir con mi vida, lo tengo bien claro. No voy a dejar trabajar en lo que me gusta solamente por esto y mucho menos ir a Barcelona, que se perfectamente es lo que estás pensando.
-Entonces me vengo yo aquí, eso es lo que quieres, lo que quieres es que deje una obra a medias y venga contigo a Madrid, que la señorita no se mueva.
-No, no te estoy diciendo eso. Te estoy diciendo que yo no voy a dejar un trabajo en el que empiezo mañana para ir a Barcelona.
-No creo que sea lo más correcto. No estás como para quedarte sola. No me parece bien, no vas a que...
-Ey, ey, ey, ey. ¿en qué habíamos quedado sobre esto?
-Es que no es normal, Patricia. ¿Como se va a quedar ella aquí y yo en Barcelona? ¿Qué pareja más rara, no?
-Pues como estáis desde el año pasado. Además Anna no está sola. Estamos nosotros. Ya sé que no es lo mismo pero a efectos prácticos si.
-Pero esto ya no es lo mismo que era antes – Me dice apartandome la mirada
-Pero al igual que se puede ir ella para allá, te puedes venir tú para acá. Si dejas tú la obra de teatro llamará menos a atención que si deja ella el programa nada más empezar. ¿No lo has mirado desde ese punto de vista?
-Ahora que lo dices... es cierto. Llamaría demasiado la atención y la gente se pondría a preguntar y eso.
-Además de quejarse. Miki, debes aceptarlo. Soy pieza fundamental en el programa, si me voy todo cambiaría. Sobre todo la esencia. A todo el mundo le gusta el teatrillo que nos traemos Dani y yo, incluso hasta tú mismo lo has llegado a decir. ¿Eso no cuenta tampoco par decidir si me voy o me quedo? - Dice Anna y aun poco mosqueada, todo lo que me dijo que iba a pasar está pasando
-Vale, vale. Tenéis razón. Me callo

domingo, 20 de noviembre de 2011

Capítulo 98


Esto es lo malo de ser tan buena amiga, que todos los marrones te los llevas tú.
-Nacho, quiero hablar contigo.
-¿Ahora tiene que ser?
-Sería lo suyo – Se levanta de mala gana y salimos – Mejor entremos en el coche, no me apetece que nadie nos oiga, que ya empieza a pasar mucha gente por la calle. - Saca las llaves del coche del bolsillo y entramos.
-¿Qué quieres?No estoy para tonterías.
-No es tonterías, se qué te pasa. Me ha llamado Marissa – Hace el amago de levantarse y salir del coche. Le agarro del brazo – Escuchame, por favor – Se vuelve a sentar y a cerrar la puerta, suspira, y cierra los ojos – Nacho, no te creas nada de lo que te ha dicho Marissa. Ella te quiere mucho
-No me vengas con cuentos, ya me quedó bien claro – Me corta.
-No me cortes
-Es que a mi ahora ya me da igual lo que haga y lo que le pase, después de lo que me ha dicho esta mañ...
-Se tiene que ir a Suiza
-...ana. ¿qué?
-¿No sabías que su padre está allí?¿No sabes que ella es suiza, que su abuelo se fue para allá cuando la guerra y allí se quedaron?
-Nunca me ha dicho nada. De su familia nunca me ha hablado. No tenía idea de que tenía que irse, ¿y por eso ha montado lo que ha montado? - Creo que le están empezando a salir las lágrimas
-Sí Nacho. Dice que no quería que supieras que se tenía que ir porque pensaba que no la creerías, que pensarías que se iba para quitarse del medio y deshacerse de ti. He estado hablando con ella. Esta muy mal, se le nota arrepentida de lo que te ha dicho. Yo voy a salir del coche. Ahora haz lo que tú quieras. - Salgo del coche, no veo a Nacho con mucha intención de salir. Oigo el motor del coche y yo sonrío. Primer asunto arreglado, ahora a por Miki. ¿Y si le mando un sms a Marissa? “Ahí va” Espero un poco y al minuto escaso suena mi móvil “Quien?” Paso de contestar, tiene que estar Nacho al llegar a su casa. Entro en el local. Todos los demás ya han terminados los helados y yo ni siquiera he empezado. Hay wifi en el local y Anna aprovecha eso para mandarme un mensaje por wassup
“Me ayudas a decírselo a Miki”
“Vale, vamos” Miki, puedes salir un momento – Se levanta y salimos – Miki, aquí hay cosas que deberían quedar claras. No son cosas que sean conveniente hablarlas en la calle, así que subamos a mi casa – Abro la puerta del portal y subimos a casa. Nos sentamos en el sofá. - A ver. Anna tiene que contarte una cosa, pero primero os quiero dar la charla y hacerte prometer a ti una cosa, Miki. Cuando queráis empiezo.
-Pues empieza – Habla Miki, Anna está muy nerviosa, se levanta rápidamente y va al baño.
-Espera un momento – Voy hacia el baño a sujetarle el pelo – Hay que decírselo. - Afirma, tira de la cadena. -Anna, espérate aquí, hablo con él y luego te llamo – Voy hacia el salón - Lo que primero que te quiero decir es que los problemas hay que enfrentarlos. Que cuando se hacen las cosas hay que pensar en el futuro, en lo que puede pasar.
-A qué viene eso, qué pareces mi madre cuando tenía 16 años.
-Vale, no me voy a ir más por las ramas, pero quiero que me prometas algo.
-Dime
-Prométeme que pase lo que pase vas a respetar a Anna y que no al presionarás para nada
-Lo prometo – Dice sin muchas intenciones
-Miki...
-Vale, lo prometo. ¿Qué es lo que pasa?
-¡Anna!

Capítulo 97


-Hui Annita, qué mala cara tienes – Dice Dani en cuanto ve a Anna bajar del coche. - ¿Te pasa algo abuela?
-Ya me lo han dicho. No se, me tiene que estar al venir la regla, como no sea por eso... - Dice ella con un tono poco convincente intentando que no sospechen, pero por la cara que ha puesto Dani yo creo que no la cree - ¿Quién va a venir más? - Dice intentando cambiar de tema
-Mi hermano y Pedroche. ¿Tú llegaste a conocer a mi hermano, no Anna?
-Sí, no hace mucho. Mira ahí viene el pequeño pony con compañía.
-Con Nacho – Decimos Dani y yo a coro. Nacho sale de su coche y hacemos un gesto, no nos había visto Cris antes, todos sonreímos excepto Nacho. Vienen los dos hacia nosotros. En ese momento suena el tono de los mensajes de texto de mi móvil. ¿Por qué me mandará un mensaje Marissa ahora? Os recuerdo que Marissa es una amiga mía y la novia de Nacho, al menos que yo sepa. “Patri, ¿puedes venir a mi casa? necesito hablar contigo, es por Nacho. Bss” Ui, esta con este mensaje, el otro con cara larga... ¿no les habrá pasado algo? - Hola gente ¿Te pasa algo Nachete? Te veo un poco alicaído.
-Estoy cansado, será eso. ¿Qué tenéis pensado hacer? - A mi este no me engaña, tiene los ojos hinchados y eso no es por el cansancio
-Nada en concreto.¿Nos tomamos un helado? - Parece que todos se apuntan – Id entrando, perdonadme un momento, que tengo que hacer una llamada telefónica. - Cojo mi teléfono, busco en la agenda el número de Marissa y la llamo. No tarda en contestar. Creo que está llorando – Nena, qué te pasa. - Intento que mi voz suene tranquilizadora.
-Hemos cortado, Patricia – Me dice entre sollozos.
-Si se os veía bien...
-Y estábamos, pero tengo que volver a Suiza. Mi padre se ha puesto peor de lo suyo y me tengo que ir. No sabes lo duro que ha sido para mi tener que mentirle a Nacho diciéndole que no le quiero. No sabes lo difícil que es tener que autoconvencerme de algo que no es cierto. No tienes una ligera idea de como me siento.
-¿Y por qué no le dices la verdad? - Me giro y encuentro a Anna en la puerta de la heladería esperando a que dejara de hablar. Le hago un gesto para que se acerque – Marissa, creo que si le hubieses dicho directamente que te tienes que ir te hubiese sido más fácil, y no estaríais mal ahora ninguno de los dos. Acabo de ver a Nacho está destrozado, seguro que como estás tú.
-Pero no quiero que sepa que le dejo por tener que irme. No creería que me voy por mi padre, seguro que pensaría que me voy para quitármelo del medio, y no es así.
-Yo ya te he dicho lo que creo que deberías hacer. Hablar con él y aclarar las cosas. ¿Se lo vas a decir?
-No creo que sea capaz. No creo que Nacho quiera volver a hablarme después de lo que le he dicho.
-Vale, no me hago responsable de lo que pase. Mañana después del trabajo voy a tu casa y hablamos, aunque no quieras. - Cuelgo medio enfadada. Y me giro. - ¿Qué te pasa, Anna? - Aquí la psicóloga al habla
-Está Miki aquí, en mi casa, no voy a poder ocultárselo mucho. Aunque no se me note físicamente no tardará en percatarse de lo que ocurre. Me conoce perfectamente y creo que ya está un poco achinado de que no me haya... - Se calla.
-¿Anna? - Entra corriendo en el local hacia el cuarto de baño y yo voy corriendo siguiendola – Respira – Le sujeto el pelo mientras ella vomita todo lo que tiene en el estómago. Está llorando – Tranquila. - Cuando deja de vomitar se levanta lentamente y me abraza.
-Lo va a saber, no puedo seguir ocultándoselo a él mientras siga en mi casa. ¿Ayúdame Patri, por favor?

sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 96


Terminamos de cenar las albóndigas que descongeló Dani. Están buenísimas, las hizo Tina, su madre un sábado que fuimos a comer a su casa y como sobraron y seguimos la política de “aquí no se tira ná” nos las trajimos en un táper. Hombre, ya se notan que han estado congeladas, y no unos días, pero se dejan comen y siguen buenas.
-¿Puedes pasarme el móvil? - Dice Dani. Alargo un poco el brazo hacia la mesa del teléfono y cojo el Iphone. Se lo tiendo y marca un número - ¡Hey! Soy Dani...sí, oye, que tendría que hablar contigo sobre una cosilla...no, mejor nos vemos en persona, ¿puedes venir en esta semana a Madrid?...Más o menos, aunque lo tengo que comentar también con más gente...exactamente...en fin, tu ven si puedes y te comento mi idea, a ver si te apetece echar una mano, tú que eres el que tienes los contactos...claro...jajajajja. Bueno, ya nos vemos y hablamos...Vale, chao. - Cuelga – Recuerdos de Chuspi – Así que era con Chuspi con quien estaba hablando. Algo lían, seguro.
-¿Para haber qué hacer para ir a Castellón, no?
-Tú verás. Tenemos que ir viendo ya lo que hacer. Aunque tengo un problema, qué excusa pongo para que sea en Castellón exactamente.
-Yo tengo un amigo allí. Dile que hemos hecho un trato. Y a Flo... dile la verdad, que es más bien una escusa para ir yo sin que sospechen, aunque ellos no estén ahí.
-Pues sí, creo que es una idea bastante buena. Al menos no habrá turra. Por cierto, todavía es pronto nos vamos a dar una vuelta?
-Vale, ¿llamamos a Lara?
-No puede. Ya la llamé esta mañana. No está en Madrid. A quien sí que podríamos llamar es a Anna o a Cris. Llamo yo a Cris y tú a la abuela.
-Vale – Me levanto, cojo el teléfono de casa y marco el número de casa de Anna. No tarda mucho en contestar. - Annita, cuqui. ¿Te sales a dar un paseo, que hace muy buena noche?
-Hola Patri. Está aquí Miki que se ha presentado esta tarde en mi casa, ahora le pregunto, a ver qué le parece. ¿Se podría venir, verdad?
-Claro, como sí, sin ningún problema. ¿Por qué no iba a poder venir?
-No se, a lo mejor...Ahora vengo, voy a preguntárselo. - Noto que Anna suelta el teléfono. La oigo hablar con Miki, aunque no se que están diciendo, están hablando en catalán.
-Hola Patricia
-Hombre Miki. Bueno os venís.
-Sí, claro. Aunque decía Anna que se encontraba un poco mareada. No soy médico pero creo que le vendrá bien salir a dar una vuelta y que le de un poco el aire. Lleva todo el día sin salir de casa. Me ha dicho que ha estado toda la mañana limpiando y por la tarde, cuando he llegado estaba viendo una película y no hemos hecho otra cosa que ver pelis. ¿Donde quedamos?
-Pues no sé. Dani está hablando con su amiga Cris. Ahora le pregunto. ¿Tienes el coche o has venido en avión?
-Tengo el coche.
-Ok - Le doy a Dani unos golpecitos en el brazo – Psh, Dani, qué donde quedamos.
-¿Hay qué pasar a por ella?
-No, ha venido Miki con el coche.
-Pues quedemos... ¿en la heladería de tu amigo y nos tomamos unos helados? Y la hora... dentro de una hora más o menos- Otro con mi amigo. Fuimos compañeros y nos llevamos bien, no somos amigos. Le hago un gesto de afirmación y me doy la vuelta para seguir hablando con Miki. Parecemos aquí una centralita, los dos hablando por teléfono.
-Miki, dile a Anna que en la heladería que fuimos el otro día, ella sabe donde es. En una hora allí, ¿vale?
-Vale. Ahora se lo digo, a ver si no tardamos en salir, que conociendo aquí a la moza...a ver si llegamos. Bueno, chiqui. Luego nos vemos, que ya sale Anna del baño. Se viste y nos vamos. Ui, que mala cara tiene. Luego nos vemos.
-Hasta ahora – Cuelgo – Dani, listo. Con Anna y Miki listo. ¿Con Cris?
-Listo. Cris y dice que ha quedado con Nacho. Llámame observador pero creo que últimamente se están viendo mucho.
-Yo también me he fijado

viernes, 18 de noviembre de 2011

Capítulo 95


Estamos en casa de Rivera.
-Esta dirección no me suena en absoluto. ¿Tenéis en el coche un GPS?
-En el Iphone podemos verlo. Tengo un programa de posicionamiento y búsqueda de direcciones. Exactamente no es un GPS pero para lo que lo queremos sirve. - Dani coge el papel y teclea la dirección en el móvil. Esperamos un poco ¡Qué lentitud de internet últimamente - ¿Castellón?
-¿Castellón? - Decimos el detective y yo creo que a coro y con el mismo tono.
-Sí, aquí pone que esta calle está en Castellón. Mirad si no me creéis – Nos tiende el teléfono móvil, al menos hace amago de ello.
-Si te creemos cari, te creemos. No necesitamos pruebas de nada.
-Ahora lo que hay que saber es qué hay ahí – Dice Rivera mientras se toca la barbilla.
-Tiendas, es una zona de tiendas. Solo hay tiendas.
-Pues habrá que ir – No está Rivera muy hablador, solo contesta con frases cortas.
-Nosotros no sería conveniente que fuésemos así, sin ningún motivo concreto. El conocimiento de que Dani está ahí ya levantaría la sospecha y la vigilancia de los italianos. En todo caso lo mejor sería que, para que vaya alguien...
-El problema es que me han visto ya mucho, dentro de poco van a sospechar ya como me sigan viendo. Se me ha ocurrido algo. ¿Daniel, podrías hablar con tus jefes para conseguir hacer algo con el programa nuevo en Castellón?
-¿Hacer algo en Castellón? ¿Algo tipo fiesta o similar?
-Lo que sea.
-Si quiere se lo pregunto, pero no se. Yo no cuento mucho en qué hacer y dejar de hacer. Lo intentaré, pero no prometo nada.

Yo sigo pensando en esa dirección y en qué puede ser. ¡Ay, quema! En verano me cuesta mucho regular el agua de la ducha, como las tuberías dan parte a la fachada de la calle donde da durante toda la tarde el sol, mira, paso. Ya se me ha quitado el champú y salgo ¡Ay, que fría! Cierro el grifo tiro de la toalla y salgo de la ducha. Me seco un poco, me rodeo el cuerpo con la toalla y voy a mi habitación, no sin antes encontrarme con Dani en el pasillo, no se si ya os lo he dicho, pero siempre que salgo del baño me lo encuentro en el pasillo entrando o saliendo de su habitación o esperando para entrar o cualquier otro asunto. Me pongo mi pijama y voy hacia la cocina para terminar de hacer la cena pero me detengo en le salón.
-¿Has hecho tú la cena?
-Si llamas hacer la cena a meter un táper en el microondas para que se descongele... sí, he hecho la cena.
-Bueno, eso no es exactamente hacer la cena, pero vale como tal - Empezamos a cenar más bien en silencio, hasta que me decido a hablar. - ¿Qué piensas sobre lo de Castellón?
-Nada, en particular, que además de con Flo y Pablo podría hablarlo con Chuspi.
-Haz lo que quieras, ahora depende de ti.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Capítulo 94


Detrás de los libros no hay nada y entre ellos tampoco. Los vuelvo a colocar bajo la atenta mirada del gato que no deja de mover la cola. Observo en mueble. ¿Qué podemos tener ahí que pueda interesar? Miro también entre las películas y las cajas de los videojuegos de Dani. Nada. Abro los cajones buscando. El principal problema es que no se qué es lo que necesito encontrar. El CD. Lo mismo están buscando el CD. Voy corriendo a la habitación y abro el cajón de la mesilla. No está, la grabación de Rivera no está, así que no es esto lo que están buscando. El gato sigue se ha vuelto a subir a la estantería. Abro los cajones y empiezo a buscar en ellos. ¡Ay! Uno de los libros se ha caído al suelo
-Boris...
-Miau – Antes de yo llegar Boris pega un salto, se baja de la estantería y se queda mirando debajo del mueble, como intentando coger algo con la pata. Me agacho y veo que hay un papel, se habrá caído del libro que tiró Boris. Lo cojo, lo leo. Es una dirección y no es ni mi letra ni la de Daniel. ¿Y si es esto lo que están buscando? Instintivamente agarro el teléfono móvil y marco el número de Dani. Comunica ¡Si le deje que lo encendiera! Marco el número de Rivera, de tanto repetirlo ya me lo se.
-Rivera. Una dirección, creo que están buscando una dirección. - Digo sin dejar contestar a Rivera y casi yo sin respirar.
-¿Qué?
-Qué he encontrado un papel con una dirección y ni me suena la dirección ni es nuestra letra. Vale que puede que nos la hayan dado antes, pero tengo el presentimiento de que es de ellos.
-Bien. Nosotros seguimos aquí, vente para acá y lo vemos. - Busco a Boris con la mirada, ya está en su cestita. Cojo las llaves y bajo a la calle. Me encamino otra vez al parque, esta vez con más seguridad. Llego sin ningún problema al lugar donde quedé a Dani y a Rivera. - Ya ha llegado la conductora – Dice en tono irónico el detective cuando me ve llegar.
-¿El coche estará en perfecto orden de revista, verdad?
-¿Desconfías de mí? ¿Alguna vez te he dado alguna razón para hacerlo?
-¿Con el coche? Sí – Dice Dani con un tono tajante.
-Ves a mirar si quieres – Le digo yo con voz de niña pequeña. Le devuelvo sus llaves y antes de irse pone su mano sobre mi cabeza y me alborota un poco el pelo.
-¿Has traído la dirección? - Meto la mano en el bolsillo y saco el papel que había dentro del libro. Lo desdoblo y se lo entrego.
-Ya dirá qué hacer. Vemos al menos donde cae o lo olvidamos
-Aquí nada se olvida. - Levanto la vista y veo a Dani venir. - Ya verás como viene preguntando dónde está el coche – Hago un gesto de afirmación, de evidencia
-Patri, ¿el coche?
-Mira, vámonos todos ya, ¿qué le parece, Rivera? Seguimos hablando en nuestra casa o en la suya, que creo que será mejor, por los vecinos lo digo
-Ah, sí, claro. A la mía mejor. Vámonos para allá y continuamos con la conversación. Esto del papel es de lo más extraño en todo esto. ¿Por qué la habría quedado ahí quien fuera? En fin, yo marcho a mi casa, si queréis que retomemos el tema id para allá.
-Sí, claro. Vamos para allá, hasta ahora
-Nos vemos

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Capítulo 93


-Qué pronto habéis llegado, pensé que tardaríais más, como os he avisado con tan poca antelación. Conté solamente lo que se tarda desde mi casa, pero no tuve en cuenta para nada la distancia desde la vuestra.
-Estábamos en la calle, solo tuvimos que poner dirección aquí. - Dice Dani mientras apaga el teléfono móvil.
-Al grano, no se como pero he encontrado una forma de pinchar la linea telefónica sin necesidad de “pincharla” propiamente. He estado escuchando una conversación telefónica entre Paolo y Andrea y, partiendo de que yo de italiano no tengo ni idea, he llegado a una conclusión.
-Qué conclusión – Se queda callado – Por favor Rivera, no nos deje ahora con esa duda – Digo yo, un poco mosqueada por su silencio.
-Están buscando algo. Y creo que ese algo está en vuestra casa. Deberíais encontrarlo antes de que lleguen ellos, ver lo que es y pensar qué hacer – En ese mismo momento me vuelven a la memoria las palabras que me dijo Lara en casa “¿Tenéis escondido algo ahí?” ¿Y si está ahí lo que estén buscando?
-¿Dani, te fias de mí?
-Sí, supongo
-Pues déjame las llaves del coche – Tanto Dani como Rivera se quedan mirándome con cara de extrañados – Danial, es importante, por favor, déjame las llaves del coche. Te prometo que no va a pasar nada – Parece que se resigna.
-Vale, toma. - Mete la mano en el bolsillo del pantalón y me entrega las llaves de su coche –Ten mucho cuidado.
-Muchísimas gracias. Enciende el móvil, en un rato te explico por qué. Disculpe Rivera es que me acabo de acordar de algo sumamente importante, y puede que incluso para la investigación. En un rato os llamo.
De verdad, qué raro que este ser humano se haya atrevido a dejarme el coche. Las dos únicas personas que antes me habían dejado el coche has sido mi padre, que le da un poco igual si se ralla o si tiene un “bollo” y el profesor de la autoescuela, y porque no había más remedio. Entro en el coche. ¡La virgen, qué duro está el volante éste! A ver Patri, concentración, tienes que tener muchísimo cuidado hoy, con el de padre importa menos, pero con éste no tengo que andar con ojo, tengo que andar con las retinas y el cerebro directamente. El día que hice el examen práctico para sacarme el carné dijo el profesor que lo hice muy bien, así que repitamos ese momento. Lo primero, fuera nervios, y segundo salir.
Llego a casa sin problemas y cuando salgo compruebo si efectivamente ha sido sin problemas. Coche intacto, como si yo no hubiera pasado por ahí. Cojo las llaves, abro la puerta del portal y subo corriendo las escaleras. Entro en casa y voy directa a la estantería, después de llevarme por delante el sofá y la mesa pequeña. ¡Mi rodilla, ay, me duele! Boris está ahí, como como no
-Quita gato – Y le doy un empujón para que se baje.
-Miau – Empiezo a sacar los libros de la estantería. ¿Qué estarán buscando?

martes, 8 de noviembre de 2011

Capítulo 92


Lara y yo seguimos un buen rato hablando sobre nuestras diferencias.
-¿Vamos a buscar a Dani?
-Claro, como Madrid es tan pequeño lo encontramos ahí en cinco minutos. - Dice irónicamente mientras sonríe.
-Sé donde está, siempre que sale “un momento” de casa se va a un pequeño bar que hay en esta calle, es muy amigo del dueño y cuando se aburre se va para allá y se ponen a hablar de baloncesto, sobre todo.
-Vamos si quieres, pero vamos, en un rato me tengo que ir a hacer unas cosillas del trabajo. Por cierto, hablando de trabajo, ¿tu exactamente que haces en el programa?
-Era cocinera, pero ahora por lo visto soy encargada, exactamente no se qué tengo que hacer, Flo me dijo que ocuparme de que todo vaya con normalidad, aunque creo que me viene un poco grande.
-Ya verás como no. Al final que hacemos, nos vamos o nos quedamos.
-Vamonos. - Cojo la cartera y las llaves de casa y salimos hacia la calle. Vamos al bar que dije y allí encontramos a Dani - ¡Daniel! - Se gira y se queda mirándono.
-No os habéis matado. Y yo que había comprado para quitar la sangre del suelo... - Levanta el brazo sujetando una bolsa del supermercado que hay por aquí cerca – Mira, no es broma – Se ríe, y los demás también, tanto nosotras como su amigo. - ¿Sabéis lo feliz que me hace que hayáis acabado bien? Al menos aparentemente – Abre los brazos y tanto Lara como yo vamos hacia él y le abrazamos. Abrazo múltiple, lo llamo yo. Si supiera que a mi también me alegra muchísimo que hayamos arreglado las movidas que teníamos, las movidas tontas y con la facilidad con la que se han arreglado. Ojalá todo se arreglase así, no habría guerras. - Entonces qué pasa, este fin de semana a liarla parda en el pueblo de ésta.
-De esta señorita será – Dice Lara con intentos fallidos de levantar la ceja – No se levantar la ceja, os lo imagináis.
-No, de ésta – ella pone cara de niña pequeña cuando se enfada, como el típico “ahora me enfado y no respiro” pero no tarda en empezar a reir.
Estamos en el bar un buen rato tomándonos unas coca colas tranquilamente, hasta que suenan el móvil de Dani y el mío, a la vez, sí. Miro la pantallita, es un sms nuevo. Le doy a abrir y veo que es de Rivera. Lo leo.
“Dentro de 30 minutos en el lago”
¿Qué pretende, que estemos en media hora en el retiro? Pero qué cree que tenemos aquí superpoderes y nos teletransportamos.
-Lara, cariño nos ha salido un compromiso urgente.
-No pasa nada, si yo me tengo que ir a hacer unos asuntos de trabajo, así que me tenía que ir en breve. Que os sea leve
-Igualmente. Vamos Dani, que no llegamos – Salimos corriendo del bar y vamos al garaje del edificio a coger el coche. Menos mal que a Dani le ha dado hoy por llevar las llaves del coche con las llaves de casa, juntas. ¿Por qué? Averigua, pero gracias a eso hemos adelantado tiempo. Imaginaos si ahora tiene que subir a casa, coger las llaves. Estoy por decirle que las deje ahí. ¡La virgen, cuanto tráfico un día de diario temprano que es todavía, que no es la hora de la salida de los trabajos! O al menos me lo parece a mí, como no estoy acostumbrada a pasar a esta hora con el coche. Llegamos a donde quedamos con el detective lo más rápido posible y allí está Rivera, como no. De verdad, o cuando llama ya está en el sitio donde se ha quedado o se teletrasporta, porque por mucha prisa que nos demos siempre llega él antes. Está apoyado en el tronco de un árbol y cuando nos ve de lejos de incorpora - Rivera, ¿ocurre algo?

domingo, 6 de noviembre de 2011

Capítulo 91


¿Por qué se ha ido Dani? No me gusta quedarme sola con Lara y menos cuando ella ha venido a mi casa. Seguro que la quiere liar.
-¿Nos sentamos o hablamos de pie? - Me dice sonriendo. Nos sentamos en el sofá. Mira la mesa pequeña con el tablero y las fichas del Trivial esparcidas por ella - ¿Quién ha ganado? Tú, supongo.
-Pues no, ha ganado él. Cosa rara, la verdad. - El gato maulla y Lara mira hacia él. Está junto a los libros, como no. Me levanto para bajarle, no me gusta que esté ahí. Tardo yo más en bajarle que él en pegar un salto y volver a subirse
-¿Tenéis escondido algo ahí?
-Que yo sepa no, ¿por qué?
-Yo de más pequeña tuve un gato y una vez que mi padre tenía escondido el paquete de tabaco para que no lo viera mi madre el gato lo encontró. - Nos reímos levemente - Bueno, yo he venido a preguntarte una cosilla. ¿Tienes algo que hacer este fin de semana?
-De momento no tengo nada planeado. ¿Por qué lo preguntas?
-Por si te vienes con Dani, Raúl y conmigo a mi pueblo a pasar el fin de semana – Qué raro que me invite ella.
-Vale, pero no entiendo – Quiero que me explique la causa por la que me invita.
-El qué no entiendes
-Por qué a mí. Por qué estás ahora tan amable conmigo.
-Quiero que nos llevemos bien. Es solo eso.
-No me lo creo Lara. Sé perfectamente que me odiabas hasta... antesdeayer, no voy a irme muy lejos. Nunca he querido preguntarle a Dani, pero estoy segura que cuando te enteraste que se vino conmigo de vacaciones me pusiste de todo menos de bonita.
-Bueno, puede ser, pero ahora me he dado cuenta que puedo confiar en ti. Lo que me pasaba antes era que tenía miedo. Me comía por dentro pensar que a lo mejor estaba yo en mi casa pensando en Dani y él aquí olvidándose de mí, haciendo cosas contigo que no hacía conmigo – ahí doy fe. No creo que se ponga a hacer pulseras de hilo con ella, pero no es a eso a lo que se refiere. - Ahora lo que quiero es pedirte perdón por si alguna vez te has sentido ofendida y disculparme por todas las veces que me comportado como una cría con sus celos. - ¿Está llorando o tengo la vista atrofiada, o las dos cosas, porque estoy con las gafas puestas? Está llorando
-Lara, no llores – La abrazo, yo abrazando a Lara, ¿Quien me lo diría? - Yo te perdono. Lo que de verdad me molesta es que no fueras capaz de hablar conmigo antes y no tener estos malos entendidos tanto tiempo. Daniel es mi mejor amigo y por eso hay esa confianza que a lo mejor algunas personas piensan cosas que no son pero tú, más que nadie, debería saber que no hay que hacer caso a lo que dicen, a los rumores.
-Ya, y me he dado cuenta ahora, bueno, el otro día en la casa de Florentino, cuando estuvimos hablando todos. Lo dicho, que disculpa si alguna vez te he ofendido.
-Descuida, perdonada. - Me separo de ella, todavía tiene los ojos húmedos. Le tiendo la mano - ¿Amigas?
-Amigas

Capítulo 90


Empezamos a jugar al Trivial. Ella se coge el verde y yo el azul. Tira ella primero el dado. Casilla azul, geografía. Cojo una tarjetita y leo la pregunta.
-Leo, ¿A cuantos metros de altura llega el pico más alto del mundo?: a)8.848 b)8.170 c)9.001
-El pico más alto es el Everest. La c estoy segura de que no es, no es tan alto. Estoy entre la a y la b. Voy a decir la a porque creo recordar que el profesor de geografía del instituto nos decía que nos acordásemos que tenía muchos ochos. Así que a, 8.848.
-Bien, me toca. - Tiro el dado y cuento las casillas – Naranja, pregunta.
-Leo, ¿Para qué club español de futbol jugo entre 1973 y 1974, Oscar Mas?: a)Zaragoza b)Real Madrid c)Atlético de Madrid – ¿Oscar Mas? Ahí me ha pillado. - Qué, no te lo sabes ¿no? Si voy a ganar yo, tú que te crees
-Déjame, estoy pensando. - Pienso, todo está en silencio, solo se escucha el tic tac del reloj – Real Madrid – Digo ya casi sin darme cuenta, me ha llegado la inspiración divina. - Bueno, qué, me vas a decir si está bien o esperamos a mañana.
-Sí, está bien, aunque me pese. Me toca, voy. Marrón
-La Gioconda, ¿está pintada sobre tela o sobre madera?
-¿Sobre tela, no?
-¿Segura?
-No, no, no. Madera, madera
-Venga tiro. Verde, “ciencias y naturaleza” aquí caigo seguro.
-¿Pero está bien? - Asiento y ella se ríe - ¿Cuántas agallas tiene un delfín?
-¡Si los delfines no tienen agallas! Pregunta trampa, supongo. Ninguna, el delfín es un mamífero. Soy más de letras, pero hasta ahí mi inteligencia llega.
Seguimos así un rato hasta que me toca a mí. Si acierto esta pregunta gano.
-Vamos cari, a ver si aciertas ésta. ¿Qué pie puso primero Neil Amstrong sobre la luna? -¿Y esa pregunta?
-¿A que viene esa pregunta? - Levanta los hombros – El izquierdo, creo.
-Mierda, ganaste
-Vamoooos, he ganado, he ganado – ¡Ay, que he ganado, desde cuando no hacía yo eso! Si es que lo listo que soy.
-Muy bien Daniel, has ganado en algo que no tiene nada de “dinero” de por medio. Muy orgullosa de ti – En ese momento mío de euforia por haber conseguido ganar suena el timbre de la puerta de la casa. ¿Quien será? Me levanto del suelo y abro la puerta
-Larita, ¿qué temprano por aquí, no?
-¿Temprano? Si son las 6 – Dos horas jugando al Trivial... La virgen –¿ Está Patricia?, quiero hablar con ella por lo del fin de semana.
-Sí pasa – Patricia se levanta del suelo también. Mejor me voy, que hablen ellas de lo que tengan que hablar. Sobre todo porque estoy completamente seguro que no solo van a hablar de si se viene el fin de semana con nosotros y con Raúl al pueblo de Lara, apostaría lo que fuera a que van a hablar de mí, seguro. Me pongo los vaqueros y la primera camiseta que pillo y salgo al salón - Os dejo solas, no os matéis ¿vale? Voy a salir, hasta luego. - Le doy un beso a Lara y guiño a Patricia un ojo cuando me doy la vuelta, ella me ve pero Lara no.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Capítulo 89


Sigo caminando hacia la cafetería. Cuando llego veo a Patricia hablando con alguien y sonriendo, miro hacia donde está mirando ella. Creo que es Raúl el motivo de sus risas, no es complicado, nada complicado que se ría con él. Me acerco a ellos y me apoyo en la barra.
-Bueno, ¿Qué chiste tan gracioso me he perdido ?
-Nada, estábamos hablando de tonterías. ¿Quieres un café, que te invito? - Dice Raúl sonriéndome haciéndome un gesto para que me siente.
-A este no le gusta mucho el café, un vasino de leche con colacao en todo caso – Dice Patricia en tono irónico e infantil. La verdad es que sí, que no es que me guste mucho el café, vamos, no es que no me guste, pero prefiero un vaso de leche sola. Costumbres de pequeño.
-Si quitas el colacao a lo mejor si. O si no venga, con colacao y todo, como cuando chico. - Los dos se empiezan a reír y yo también. Patricia me pone un poco de leche en el vaso y el sobrecito con los polvos de cacao.


Son las cuatro y cuarto de la tarde y aquí estoy, en el sofá con el mando en la mano viendo la que va a ser nuestra competencia directa a partir del lunes, lo que ha sido nuestro sustituto y que tengo tantos buenos amigos: Dani, Iñaki, Lorena... ¿Por qué tengo que tener últimamente de competencia un programa con algún amigo mío? Bueno, competencia sana será. Llevo desde que llegué observando al gato, está más raro que de costumbre, qué gato mas raro.
-Oye, Dani, me aburro – Dice Patricia asustándome – Vamos a jugar a algo.
-Si venga, a las barbies. ¡Ay tía que loquis, vamos a jugar a las barbies escuchando música de Justin Bieber! - Se ríe. Me encanta hacerle reír y sobre todo en este momento, con los nervios como los tiene.
-No, tonto. Al monopoly, al parchís o algún otro juego de los que tenemos guardados en cajón de debajo de la mesa.
-Al monopoly jugamos hace poco. ¿Quitamos el plástico al que tenemos sin usar y así jugamos a algo nuevo? - Digo levantándome del sofá y abriendo el cajón que dice Patricia y sacando el típico Trivial que tienen todas las familias españolas y muchas de ellas sin abrir siquiera, como nosotros hasta ahora. Saco la caja, la pongo encima de la mesa, cierro el cajón y me siento en el suelo – Bueno, peque, qué, echamos una partida al Trivial.
-Venga vale, voy a ganarte. Luego no digas que siempre pierdes.
-Eso es lo que tú te crees. Bueno, venga, empecemos

viernes, 4 de noviembre de 2011

Capítulo 88


-Flo, Anna, tenemos que hablar los cuatro.
-¿Qué cuatro? - Dice Flo mirando buscando a alguien más. Abro la puerta de mi camerino – ¡Ah, vale! Los cuatro – Pasan a mi camerino y cierro la puerta atracándola con la silla; no quiero visitas inorpotunas. Es un poco pequeño pero perfectamente pueden mantener una conversación cuatro personas adultas (bueno, adultas, lo pondremos entre comillas) como nosotros.
-Entonces es oficial que viene a por nosotros y que eran ellos los que entraron en mi casa – Flo se me queda mirando con cara extraña, ¡es verdad, se me olvidó decírselo!
-¿Me he perdido algo, no?
-Sí, entraron en mi casa mientras estábamos de vacaciones. Sospechábamos de los italianos y su clan y efectivamente, así es.
-Y os dejaron la casa bonita. ¿La viste?
-Claro que la vi. Si raro es que Patricia me consiguiera convencer para irme.
-A ver, vamos a zanjar el asunto por ahora, que tengo que ir a terminar unos asuntos que quedé a medias al recibir la llamada de Patricia. Con esto observamos que tenemos que estar siempre, a partir de este mismo momento, en alerta. En cualquier ocasión puede aparecer y liarla. Mejor estar prevenidos. Y con esto creo que la conversación puede darse por finiquitada.

Estoy bajando otra vez hacia la cafetería. Me temo que se va a volver a repetir el acontecimiento ocurrido hoy en la cafetería. El sonido del teléfono móvil me saca de mis pensamientos. Contesto
-Nene, ¿que tal está Patricia? - Me dice con una voz agradable, la suya.
-Mejor, pero qué raro tú preocupándote de esa forma por ella.
-¿Por qué te tiene que parecer raro?
-No se, ¿quizá porque hace un par de días la estabas insultando y diciendo que lo único que quería era alejarme de ti?
-La gente cambia y piensa y recapacita. Me he dado cuenta, después de conocerla mejor, que si que es verdad lo que dices, que a ella si que le da un poco igual lo que haya entre nosotros. Ya me quedó bien claro el día de la barbacoa en casa de tu jefe, que estuvimos hablando un buen rato, que tú eres como su hermano y que lo que quiere es que seas feliz – Esas palabras me consuelan, pero, por otro lado, en el fondo, no eran las palabras que yo esperaba aunque las que espero que lleguen en algún momento de la vida no deben salir de su boca sino... ¡Daniel Martínez, te dijiste que ibas a intentar no volver a pensar en ella! Sí, señores, me autoriño, si sigo pensando en ella no podré sacármela de la cabeza nunca! - ¿Qué te parece? - ¡Ah, que me estaba hablando! Debo dejar de irme tanto por las nubes.
-El qué... estaba en otra cosa.
-Que si me acompañáis el próximo finde al pueblo a ver como va la casa y a pasar el finde.
-¿Quienes?
-Patri y tú. También viene Raúl – No debería decir nada mientras no hable con Patri, pero yo voy a decirle por mí, con Patricia ya que hable ella.
-Por mí vale, con Patricia díselo tú si quieres, así ve que te has preocupado por ella y no te he dicho nada yo.
-Ah, vale. Luego nos vemos

jueves, 3 de noviembre de 2011

Capítulo 87


-Patricia, tú eres valiente y lo sabes. Eres muchísimo más valiente de lo que crees. - Su tono de voz me resulta extraño, nunca le había oído hablar con nadie así. Vale que conmigo no usa el mismo tono que cuando habla con otra persona, pero este tono... se me recuerda mucho al de Dani, más cercano, más cariñoso. Espero que sea para intentar consolarme y no por lo que se me acaba de pasar por la cabeza - Lo que conseguiste hacer con Paolo no lo hubiera podido hacer yo.
-Va a volver, Rivera, sé que va a volver y ese día me va a encontrar y averigua que pasará cuando me encuentre, eso es lo que temo. Que no se qué me voy a encontrar. No es lo mismo que la otra vez, entonces más o menos teníamos todos un patrón, una función. Sabía que no iba a salir nada mal, podría decirse que me lo tomé como un juego. – Oigo la voz de Dani en la cafetería. Me levanto de la silla donde estoy sentada y salgo corriendo hacia él. Otra vez estoy llorando - ¡Dani! - Corro hacia él lo más rápido que me permiten mis piernas aún un poco temblorosas. Ahora mismo lo que más me calmaría es sentir sus brazos alrededor de mí. Sigo llorando, a este paso me voy a quedar sin lágrimas.
-¿Qué te pasa? - No me salen las palabras. No soy capaz de hablar hasta casi un minuto. Le estoy mojando la camiseta, pero parece que le da igual, total, la que pone la lavadora soy yo... - Patricia, relájate. ¿Qué te pasa?
-Estoy asustada, muy asustada – Le digo con la cabeza enterrada en su cuello. Su olor me relaja un poco, pero sigo bastante tensa. – Ha venido. Dani, ha venido y me ha visto. Me ha hablado, tengo miedo.
-A ver, peque, me estoy rayando, ¿qué ha pasado? – Me separa un poco de él y me mira a los ojos mientras. - ¿Quién ha venido? - me seca las lágrimas con sus dedos - Relájate y explícame, por favor, que no te entiendo.
-Vabaragio – le susurro al oído como buenamente puedo entre los tímidos sollozos que aún siguen, ya me encuentro mejor, me siento más protegida al estar entre sus brazos. Me da por mirar al frente y me encuentro a Lara mirándome con cara extraña. Ahora vendrá con el “¿Qué haces?” tan típico . Se acerca a mí, mejor me voy a ir preparando para responder, no estoy de humor para aguantar sus celos. Apoya su barbilla en el hombro de Dani haciendo que nuestras caras estén en la misma linea, está sonriendo, la típica sonrisa tranquilizadoras.
-No se qué te pasa, y estoy segura que no tengo por qué saberlo, pero creo que sería mejor que te tranquilices, estás demasiado atacada. - Pues reconozco que me equivoqué pensé que se iba a molestar y está aquí calmándome y todo, se ha debido convencer de que Dani y yo podemos vivir en la misma casa sin que pase nada, aunque me gustaría. - Puedes contar conmigo para lo que quieras, que lo sepas – Que amable está ésta, algo quiere seguro; eso o está disimulando delante de Dani y luego vendrá a pedirme explicaciones. - Bueno, nene, mejor me voy, como que no pinto mucho aquí. Luego nos vemos.
Lara se despide, no de todos por igual, claro está, y se va. Dani alza la vista y por la cara que pone que creo que ha visto a Rivera.
-Métete en la cocina y no salgas hasta que regrese. - Hace un gesto, al detective supongo, y sale de la estancia. Mejor le hago caso a Dani y entro en la cocina, bueno , hacerle caso a media, porque yo estoy aquí para atender en la cafetería.