sábado, 27 de agosto de 2011

Capítulo 47

Noto a Dani muy tenso
- Eso es lo que me agobia realmente, se que si no elijo bien me voy a arrepentir, y es lo que no quiero que me pase.
- Qué es lo que no te hace decidirte
- Varias cosas, pros y contras. ¿Empiezo? - Asiento - Lo primero es que sí, lo admito, me gustaría cambiar de aires, quitarme el prototipo de niñato mujeriego que me tenían en Tonterías, aunque de todas formas no creo que en un programa como Espejo Público, aunque pueda ser más yo, me fueran a ver de otra forma muy diferente; además, no quiero parecer pero creo, más bien estoy seguro de que si yo me fuera del programa éste no sería lo mismo sin mí - Sonríe, esta vez de verdad. Sentimos que mi madre se mueve en el sillón, Dani vuelve la vista hacia el movil y yo al ordenador, eso sí, dándole vueltas a lo que acaba de decir mi mejor amigo.
Son las 19:03 seguimos en el salón. Creo que mi madre está pensando cosas que no son sobre Dani y yo, habrá que quedar las cosas claras. No me apetece seguir en casa
- Dani, ¿qué te parece si te enseño la ciudad? El año pasado te todó a ti enseñarme León y Astorga, ahora lo justo es que me toque a mí.
- Vale, a ver si es verdad todo lo que dices o exageras.
Nos vamos a cambiar de ropa, le pregunto a mi hermano si se viene y dice que no, ¡qué le den! Nos montamos en el coche y salimos del pueblo. Estamos durante el eesto de la tarde haciendo turismo por la ciudad, parece que nadie le reconoce, eso no se si es del todo bueno. Para cenar fuimos al telepizza, ya que se nos hizo tarde.
- ¿Y si nos quedamos un rato tomando algo por aquí? - Dice Dani después de mirar la hora.
- Como quieras, pero aquí los días de diario no hay mucho ambiente, además recuerdo que luego tenemos que salir a carretera
- Bueno, una y nos vamos
Dicho y hecho. Fuimos a un bar al que solemos ir mis amigos de aquí y yo en verano y nos tomamos una copa y regresamos a casa. La verdad que, aunque solo fue una, le dimos mucha coba, cuando llegamos a casa eran más de la 1:30. Abro la puerta y mi madre nos estaba esperando sentada en el sofá.
- ¿Se puede saber donde estabais? Estaba ya preocupada - Dice mi madre exaltada
Mamá, te dije que íbamos a ver la ciudad y, ya que estábamos no íbamos a ver solo la parte monumental - Digo intentando quitarle hierro al asunto. Mi madre nos mira y se va más tranquila. Dani y yo nos miramos y no podemos contener la risa ¡Qué madre la mía! Breve tiempo después nosotros tambien nos vamos a nuestras habitaciones. Me pongo el pijama y abro la cama; no tengo idea de acostarme ahora pero será mejor que la deje abierta por si luego no me apetece, que me ha pasado alguna vez. Me siento en la mesa con el ordenador encendido a seguir con lo que estaba haciendo esta tarde. Diez minutos después de empezar alguien llama a mi puerta. ¿Quién será?

viernes, 26 de agosto de 2011

Capítulo 46


Empezamos todos juntos a comer. A un extremo de la mesa está mi padre; a su lado derecho están mi madre y mi hermano y al lado izquierdo estamos Dani y yo. Parece que a mi padre le ha caído bien aquí mi colega, llevan hablando de baloncesto desde que salió el tema casi al entrar nosotros. Este verano alucino con las cosas nuevas de las que me estoy enterando. Después de comer mi hermano y mi padre se fueron a sus habitaciones a echarse la siesta un rato y los demás nos quedamos en el salón viendo la televisión, bueno, a eso empezamos porque al rato de sentarnos estábamos cada uno a su bola: mi madre y el gato dormidos (mi madre en el sillón y el gato en mis pies), Dani casi sin levantar la vista de su móvil y yo enredando en el ordenador; todo esto con el televisor puesto. Esto debe de ser un cuadro, un cuadro pero de los buenos. Se me escapa una sonrisa, Dani se percata de ello me mira y sonríe también.
- ¿Qué te pasa? – Me susurra mientras sonríe
- Nada, me estoy imaginando como se nos verá desde fuera y me ha hecho gracias. ¿Y tú, qué haces?
- Hablando con Nacho por el wassup
- Salúdale de mi parte – Escribe en el móvil, unos segundos después vibra
- Mándale un saludo de mi parte también, dice
Sonrío y sigo “raneando” buscando cosas en internet, no busco nada y me encuentro de todo. Ahora mismo estoy buscando foros, más que buscando, investigando sobre ellos. Los hay de todo tipo: desde foros de jardinería hasta foros de limpieza pasando por anime y de todos los programas habidos y por haber, esto último literal.
- Cari, ¿cómo me dijiste que se iba a llamar el programa en Neox?
- Otra Movida, ¿por?
- Por nada, que ya hay foro
- ¡Anda mira! - Dice sin enterés y enseguida vuelve la vista a su Iphone . Le miro extrañada, me da la sensación que lo que le acabo de decir no le ha interesado en absoluto, pero a la vez es muy raro que no le haya hecho ilusión cuando me lo hace hasta a mí.
- Pensé que te interesaría – Me mira y me sonríe, pero esa sonrisa no la veo natural, es una sonrisa forzada
- Y me interesa, pero en Agosto. Ahora no me interesa nada que tenga que ver con Tonterías ni con el nuevo programa, estoy de vacaciones y no quiero pensar en todas las preocupaciones que hemos tenido en Junio y las que vamos a tener a principio de Agosto. Simplemente no quiero saber nada de lo laboral ahora, ya tengo suficiente con mi representante intentando convencerme de que acepte la oferta de A3, la que te dije antes de ayer
- ¿La de Espejo Público?
- Sí, Chuspi está insoportable desde que llamaron haciendo la oferta. ¿Y Romina? Otra igual “Vamos cuquito, vente conmigo a Espejo Público y así cambias tú también de aires” - Dice él imitando la voz chillona de su amiga
- ¿De todas formas esa te cuesta rechazarla, verdad?
- Si te soy sincero, sí. Creo que si no le hubiera dicho a Pablo y compañía que sigo con ellos... no se lo que hubiera hecho. Si no hubiera dado mi palabra de que junto al resto del equipo apoyando el nuevo proyecto no se si ahora estaría de vacaciones. El problema es que los directivos de A3 me siguen queriendo con ellos y cada vez mejoran la oferta
- Te queda una semana para pensar bien y decidir definitivamente. Haz lo que creas que va a ser mejor para ti, lo que mejor te convenga

Capítulo 45

Son las tres de la tarde y Dani me acaba de llamar diciéndome que ya está donde le dije que me esperara. Ahora como me voy yo también a Cáceres, allí hemos quedado, es la ciudad más próxima al pueblo, está a unos 10-15 minutos de aquí.
- ¿Me puedes llevar a Cáceres? - le digo a mi hermano
- Estoy ocupado - Sí, jugando a la play.
- ¿Me dejas el coche?
- ¡Ni muerto te dejo yo a ti el coche!
- Gracias - le digo en tono irónico. Se lo voy a preguntar a mi padre - Papá, ¿Puedes llevarme a Cáceres a recoger a un amigo?
- No puedo, coge las llaves del coche y ve tú, que no se para qué quieres el carné de conducir.
Cojo el coche y me pongo en la carretera. Llego al sitio donde quedamos, buscando donde aparcar y a mi compañero de piso. Encuentro las dos cosas al mismo tiempo. Dani está exacamente en el lugar donde le dije, creo que si el chaval se trae un metro no aparca tan perfecto. Aparco junto a él, si esto se puede llamar aparcar y bajo la ventanilla. Él esá en la acera de pie apoyado en el coche. No se da cuenta que estoy ahí, está enredando con el móvil, conociéndole estará o con el wassup o el twitter.
- ¡Muchacho! - Le digo con el tono del pueblo. Al pronto se asusta pero enseguida se percata que soy yo y se ríe - ¡De qué te ríes!
- Ui, peque, tú conduciendo, qué cosa más rara
- No tengo más remedio - Sonrío y sonríe - Vamos, sigueme, nos estarán esperando para comer - Dani me sigue por la carretera. Cuando llegamos a mi casa mi madre nos está esperando es la puerta. Aparco el coche y salgo a la calle - Mamá aquí viene mi amigo, intenta no hablar a nadie de que él está aquí, ¿De acuerdo?
- Vale, pero ¿Por qué? No creo que a la gente le interese conocer qué hace o deja de hacer tus amigos - Mientras mi madre está hablando Dani baja del coche y viene hacia nosotras - ¡Este chaval me suena!
- Mamá, este es Dani, mi compañero de piso en Madrid; Dani, esta es Lupe, mi madre
- Encantado, disculpe que venga así, es que vengo directamente del aeropuerto de un viaje a Italia y no me he podido pasar por casa por qué no me llevé las llaves - Miente en eso último.
- No pasa nada. Ven conmigo que te enseñe la habitación.
Entran en la casa y yo me quedo en la calle apoyada en el coche de mi padre. Creo que mi madre ha reconocido a Dani como personaje televisivo y dudo una barbaridas que tarde mucho en contárselo a sus amigas, aunque le diga yo que no lo haga. ¿Como acabarán las vacaciones?

lunes, 8 de agosto de 2011

Capítulo 44

Dichoso perro, me despierta todas las mañanas con sus ladridos. Me levanto, voy hacia el calendario a tachar un día más. Décima cruz, hoy es cuando vuelve Dani de Italia. Suena mi móvil, voy corriendo hacia la mesilla y lo cojo. Si antes llego a pensar en Dani creo que antes me llama, desde luego me ha alegrado el día. ¿Habrá llegado ya a Madrid?

- ¡Hola! – Intento que mi voz suene lo más agradable posible, pero me acabo de levantar

- ¿Te he despertado?

- No, me acabo de levantar
- ¿Sigues en el pueblo?
- Sí, ¿por qué preguntas?
- Por ir – Siento que alguien más está llamando a alguno de los dos - ¿puedo ir, verdad?
- Sí claro, ya convenceré yo a mis padres para que te hagan un hueco en casa
- No quiero molestar.
- Tú nunca molestas – Creo qeu se me nota que estoy ansiosa por verle, pero no lo puedo ocultar más.
- Bueno, voy a pasar por casa a ducharme y coger ropa limpia y voy hacia allí, cuando ande cerca te llamo, ¿vale? Bueno te dejo, besitos
- Adios, chao – Voy corriendo hacia el salón y me encuentro a mi hermano y a mi padre jugando al ajedrez ¿desde cuando juegan al ajedrez? Les pregunto por mamá y me dicen que está en el jardín, no sin antes pasar por la cocina a por un vaso de leche – Mamá, ¿puedo preguntarte una cosa
- Sí, hija dime
- ¿Podría quedarse aquí un amigo mío de Madrid por unos días?
- Claro, ¿cuando viene?
- Hoy, creo – Empieza a sonar mi móvil – Un momento – Lo cojo – ¿Diga?
- Patricia, ¿sabes quien soy?
- ¿Rivera?
- Sí, por fin soy capaz de contactar contigo, ya estaba preocupado. ¿Donde estás?
- En mi pueblo
- Menos mal ¿Daniel ha vuelto de Italia?
- Hoy, me acaba de llamar desde el aeropuerto – Silencio.
- Bfff, intenta qeu no llegue a casa, es muy importante que no vaya a casa – Cuelga. ¿Por qué dirá que no vaya a casa?
- ¿Qué pasa hija? – Me pregunta mi madre
- Eso me gustaría saber a mí – Llamo a Dani rápidamente - ¡Dani!
- Sí, que pasa
- ¿Donde estás?
- En el ascensor, ¿por qué?
- Me ha llamado Rivera, dice que no vayas a casa, no me ha explicado por qué, pero qeu es importante que no vayas
- Estoy en la puerta
- No entres, vente para acá directamente
- Espera un momento – Silencio, solo oigo desde el celular la respiración de mi compañero de piso, creo que eso es lo que provoca que esté tan relajada – Hay alguien en casa. No puedo distinguir muy bien lo que dicen. Por cierto, ¿y Boris?
- El gato está aquí, se ha venido conmigo y tú vas a hacer lo mismo, vas a venir al pueblo y aquí ya vemos lo que hacemos.

Capítulo 43


Suena telefonillo y abro la puerta del portal. Seguídamente oigo el ascensor y abro la puerta de casa, mi hermano entra.
- Buenos días o tardes ya, por la hora que es...
- La comida ya está. Por cierto, ¿a qué hora nos vamos para el pueblo?
- Te parece bien a las siete siete y media
- Perfecto

Me ayuda a poner la mesa y comemos. Después de comer nos sentamos a ver la tele y a las siete nos vamos. Mi maleta no pesa, en el pueblo tengo ropa así que poco me llevo. Aseguro de que todo está bien cerrado, me queda cerrar la llave del agua y la del gas, le digo a mi hermano que vaya bajando y cierro las llaves, salgo de casa y cierro la puerta. Bajo al portal, allí me está esperando mi hermano. Nos montamos en el coche y nos vamos rumbo al pueblo. Llegamos mas o menos a las 3 horas de salir, no había mucho atasco en la carretera, menos mal, ha habido veces que hemos tardado cinco horas o más. Mi hermano aparca en el garage de la casa, mi madre ya estaba en la puerta recibiéndonos, llevamos desde Navidad sin vernos. Cojo mi maleta, entro en la casa y voy a mi habitación. Una habitación genial, en verano la mas fresquita de la casa y es guay. Saco las cosas de la maleta y voy hacia el salón.
- Otra vez juntos en familia, aunque sean solamente unos días
- No empecemos como todos los años, por favor – Dice mi hermano que estas típicas frases de madre no le gustan
- Es que os echo tanto de menos...
- Mamá, igual que venimos nosotros podéis ir vosotros a Madrid – Digo, estoy harta de que siempre diga que venimos poco al pueblo – En mi casa sobra una habitación – Mierda, por qué lo habré tenido que decir.
- ¿Entonces nos ofreces tú casa para cuando vayamos? – Piensa Patri
- Es que... si viviera sola daría igual pero...
- Y así nos presentas a tu novio – Me corta mi padre. ¿Novio? Es verdad, ellos tampoco saben que ya no estoy con Jaime
- Ya no estoy con Jaime - Digo rotundamente y casi sin pensarlo

Mis padres se quedaron atónitos, no se esperaban en absoluto que llegara a casa con esa noticia. Estoy segura de que lelgo diciéndoles que me caso o algo por el estilo y no se quedan con esa cara. Lo que queda de tarde está pasando muy lentamente. Por fin las diez de la noche estoy muy cansada y me voy a ir a dormir, aunque dormir creo que es lo que menos voy a hacer esta noche, no llevamos ni un día entero seperados y ya echo de menos a Dani. ¿Qué me pasa con él? Creo que me está empezando a gustar

domingo, 7 de agosto de 2011

Capítulo 42


- ¿Dani, que te parece si nos vamos hoy al parque de atracciones?
- Claro, buena idea, tengo todo preparado y así nos despedimos, va a ser solo 10 días, pero se me van a hacer eternos.
- Yo me voy a mi tierra, no creas que me voy a quedar aquí. Vayamos pues.
Nos vestimos y nos vamos al parque de atracciones, ¡Cuánto tiempo sin venir! Dani llevaba unos tejanos y una camiseta de color azul, le encanta el azul.
- Dani, te he dicho ya que esa camiseta te queda genial, este color te sienta de lujo.
- A tí también te queda muy bien el azul, resalta tus ojos – Sonríe y me hace sonreir a mi también. Pasamos todo el día en el parque de atracciones y llegamos a casa casi a las 9 de la noche, cansados como burras. Nos duchamos y cenamos. Después de cenar vamos al sofá y encendemos la tele. No quiero dormirme, mañana él se va a Italia y yo al pueblo. Al final el sueño puede con nostrosos y nos vamos a dormir.
Me despierto, ya es de día, es temprano pero Dani ya está raneando por la casa, me levanto y abro la puerta frotándome los ojos.
- Buenos días. Dar vueltas a las 9 de la mañana no se considera deporte todavía – Se ríe, aunque yo hablaba en serie
- Me estoy asegurando que no se me queda nada, que me voy a Italia, no al pueblo si se me queda algo aquí no puedo volver a recogerlo
- ¿Has desayunado?
- Sí, cuando me he levantado
- Vale, voy a desayunar – Voy a la cocina y me preparo el desayuno, no tengo mucha hambre así que no tardo mucho. Cuando termino me voy a mi habitación a preparar la maleta, siempre la dejo para el último momento y no puede ser.
- ¿Te echo una mano? Ya he terminado
- Pues no me vendría nada mal – Dani entra en mi habitación y empieza a ayudarme a colocar la maleta, no se me da nada bien. Es casi la hora de comer ya hemos acabado hace rato. Suena el telefonillo.
- Yo voy – Dice Dani - ¿Quién es?... Vale, ahora bajo, ¿llevamos tu coche, verdad?... Vale – Viene hacia mí – Peque, me voy para el aeropuerto. Cuando llegue te mando un mensaje por twitter, que te vaya bien en el pueblo – Me da un beso en la mejilla – Te echaré de menos, ¿y tu a mí?
- Claro, como para no, si creo que voy a echar de menos hasta al imbecil de Ramón... - Le digo con tono irónico – Hablamos por twitter.
- O sino con el I phone de tu hermano por el wassup.
- También, bueno vete, que te están esperando – Sonríe y se va.
Me quedo sola en casa, suena el teléfono, es mi hermano.
- ¡Hola!
- ¿Patri, te vienes a mi casa a comer? Hugo se ha ido a comer con su novia y no me apetece comer solo.
- Mejor vente tú, tengo que gastar lo poco que queda, en diez días no vuelve nadie a casa
- ¿Y Dani?
- Se va hoy a Italia.
- A vale, pues en un rato voy a tu casa

sábado, 6 de agosto de 2011

Capítulo 41

No soy capaz de comer ni una galleta más, no soporto que él esté enfadado, y mucho menos si es por mi culpa, mañana se va a Italia con unos amigos y no quiero que se vaya así. Me levanto de la mesa, apago la televisión y voy a su habitación. Llamo a la puerta.

- Dani...

- No estoy – Me corta – No hay nadie

- Si no hubiera nadie no contestaría nadie, pazguato

- Pues hazte la idea que te está hablando el aire

- Pues aire, ábreme

- Estoy apagado o sin cobertura

- Pues busca una torre de señal telefónica o enciéndete, tengo que hablar con Daniel Martínez y nadie me lo va a impedir.

- Deja el mensaje, así se entera

- Quiero decirle que sí, que le creo y que no quería que se molestara con lo que he dicho, que si está celosos o no me da igual, aunque si lo está no tiene motivo, qué es más que mi mejor amigo, que es como mi hermano y no me perdonaría que estuviese enfadado conmigo. Quiero decirle que si he hecho algo mal que me lo diga y me perdone y que le quiero – Esto último lo digo en un susurro casi inaudible pero creo que me ha escuchado. Abre la puerta y me abraza – Lo siento si te he hecho daño

- Lo siento yo también por comportarme como un niño pequeño, es verdad que no tengo motivo alguno de estar celoso, se que no tienes nada que ver con él y si te acompañó al casino fue porque yo no quise ir contigo, lo que pasa es que al verte con ese vestido... pensé cosas que no eran. Estuve toda la noche comiéndome el tarro de qué estaría pasando y por eso estuve todo el tiempo llamándote, no se si te sentirías agobiada o controlada, si fue así lo siento mucho. Estaba preocupado, pero no creas que era solamente por Rivera, era por todo, me acordaba de lo que pasó en el pasillo y lo que podría haber pasado si no me hubieran llamado y tú no te hubieras ido y me hervía la sangre de pensar que alguien te pudiera hacer algo. Creo que por mi condición humana conozco bastante bien a los tíos – Se ríe – Y te puedo asegurar que algunos, simplemete pasandoles por la cabeza la mitad de lo que se me paso a mí en ese momento, no se hubieran resistido. Además después de saber como son los que ahí juegan y, sobre todo después de saber que estaba Vasile...

- Sí, lo sabes bien, a quién parece que no conoces es a mí, sabes que nunca dajaría que me hicieran nada, que tengo mis principios y cursos de defensa personal también.

- Espera si te cogieran entre unos pocos, a ver si te escapas de ahíPero que crees, que no me los quitaba de encima como a moscas? ¿Que no tuve que soportar “piropos” tipo albañiles/camioneros provenientes de todos los hombres de allí, que aunque estuvieran sus mujeres junto a ellos no se cortaban? Solo tienes que confiar en mí, además estaba Rivera a modo de guardaespalda. Dime, bueno no me digas, prométeme que no vas a desconfiar de mí nunca más.

- I promise you – Sonríe y me abraza, un abrazo largo – Te prometo que nunca voy a ponerme así por una tontería semejante y confiaré en ti si tu también me prometes que confías en mí – Se separa y me mira a los ojos – Yo nunca sería capaz de intentar controlarte, tú eres libre de hacer lo que quieras con quien quieras y sobre todo si me dices que no tengo de qué preocuparme, yo solamente me preocupo por tu bien.

- Lo prometo


Capítulo 40

Ahora que querrá

- Sí claro, como no

- ¿Puedes ir a quitarte el vestido? – Levanto una ceja – Me refiero a cambiarte de ropa, no vayas a pensar mal – Le sonrío, él no sonríe. Voy a la habitación a cambiarme y me pongo las calzonas del pijama y una camiseta de tirantes, vuelvo al salón y me siento en la silla – Mejor, ¿qué me tenías que contar?

- Si no pillamos pronto a Vabaragio antes de Agosto tenéis que tener mucho cuidado con él, el programa corre peligro – Le cuento todo lo ocurrido la noche anterior con pelos y señales, el partido ya había comenzado de nuevo pero él ni se inmuta, está muy concentrado en lo que le estoy contando.

- Muy astuta, si señor – Me sonríe

- ¿Por cierto, como sabías que Vasile estaba ahí?

- Estuve un rato en el piso. Él llegó al rato de llegar yo. Tenía intención de llamarte antes, pero no me salía hacerlo

- ¿¡Cómo que no te salía!?

- Nada, déjalo

- No lo dejo – Eso de que no le salía me ha mosqueado un poco – Explícame eso, ¿como que no te salía, a que te refieres?

- No te llamé por si estabas ocupada con algo y te molestaba mi llamada.

- Dani, tus llamadas no molestan y menos si son por algo así

- Es que... te vo tan bien con Rivera...A ti a lo mejor no te molesta mi llamada pero ¿y a él?

- Dentro del casino no estu – Me callo de golpe, me acabo de dar cuenta de lo que ocurre – ¡un momento! ¡tú lo que estás es celoso!

- ¡Yo que voy a estar celoso! Celoso dice, ¡cómo si yo no tuviera cosas más importantes en las que pensar que en con quién estás o dejas de estar tú! Jajaja, espera que me ría.

- Dani, te conozco muy bien y se que no te gusta que me lleve bien con el detective, que te llevaban los demonios cuando te dije que iba a ir con él al casino, en general cuando hablo de él. A mi no me engañas, chaval, y mucho menos en este tema. Por cierto, ¿tú a mí no me dijiste que habías quedado con tus amigos para ir a cenar o no se qué?

- Y quedé con ellos, pero estuvimos un rato ahí. Les puse de excusa que era la casa de un colega, que se iba a ir de la casa, por eso sin muebles y las cajas, pero que se había tenido que ir de viaje urgente y me había dicho que fuera a regar las plantas, me esperaron en el portal y un par de minutos de estar yo ahí vi llegar el coche de Vasile , le vi salir del coche junto al de la foto que hiciste, esperé a que entraran en el edificio y bajé con los otros. Entonces nos fuimos a cenar. Y si no me crees me da igual, esa es la verdad – Se levantó de la silla y se fue a su habita, se le veía molesto. Otra señal más de que está celoso.

Capítulo 39

Estamos un rato en silencio, hasta que Rivera se atreve a hablar.

- Sería conveniente que esta noche te quedases aquí, es muy tarde, además ya sabemos como es este tío, es capaz de quedarse aquí toda la noche para ver si sales de casa

- Sí, será mejor.

- Siento el teléfono móvil, es un sms de Dani:

“Patri, m tns preocupdo, dnd stás?, llámam”

Miro el registro de llamadas, 12 llamadas perdidas de Dani. Decido llamar a casa, de todas formas debería llamar para decir que me quedo esta noche. Marco, apenas da un toque y coge el teléfono

- ¿Patri?

- Sí, soy yo
- Menos mal, me tenías preocupado peque
- Lo siento, tenía el móvil en vibración y no lo llevaba encima. Siento haberte preocupado. “Cucha” ya he hecho parte del plan, un italiano menos que interrogar. Estoy en casa de Rivera, se me ha hecho tarde, esta noche me quedo, vale? Mañana en cuanto me levante me voy a casa.
- Vale, ¿y que tal te ha ido?
- Mañana te cuento. Buenas noches cari – Cuelgo. Veo venir a Rivera con una camiseta de manga corta en la mano.
- Toma, pontela si quieres para dormir. Puedes quedarte en la habitación donde estabas con el otro.
- Vale, gracias.

Entro en el cuarto de baño y me cambio de ropa, creo que la camiseta es más grande que el vestido, cuando me la pongo me voy a la habitación.

Me despierto, debe de ser pronto, entra poca luz por la ventana. Voy al cuarto de baño a ponerme el vestido, lavvarme la cara y peinarme. Miro el reloj, las siete y veinte, mejor, así cuando salga hay menos gente por la calle y menos gente me ve. Cuando termino voy al salón, Margarita está ahí, sentada en el sofá; cuando me oye entrar en la sala se pone rápidamente en pie.

- ¿Desea el desayuno, señorita? – Dice con las manos detrás de la espalda.

- No, gracias, ya me voy. ¿y Rivera sigue dormido?

- El señor se fue temprano. Me dejó algo para usted – Mete la mano en el bolsillo del mandil y me da un CD.

- ¿Y este CD? - Encoje los hombros diciendo que no sabe nada y se va a la cocina
Llamo a un taxi y me voy a casa. Llegamos al edificio, pago al taxista y entro en el portal. Mientras subo en el ascensor me quito los zapatos, no quiero molestar a los vecinos. Abro la puerta de casa, entro y veo a Dani sentado en el sofá viendo la tele con el gato en las rodillas, ¿qué ve? Baloncesto, como no. Me siente y se gira.
- Peque, ¡Qué pronto has llegado!
- Tú que pronto te has levantado
- Me interesaba el partido – dice señalando la televisión – ¿Has desayunado ya?
- No, me acabo de levantar ¿y tu?
- Todavía no, me está entrando ganas ahora, tenía pensado en el ratillo del descanso que va a ser en breve.
- Ya lo preparo yo – Me voy a la cocina. Preparo dos zumos y dos vasos de leche y saco las galletas, lo pongo todo en una bandeja y lo llevo al salón. Dani se levanta y viene a la mesa grande, en ese momento empieza el descanso del partido.

Comienzo a desayunar todavía con el vestido puesto y muerta de hambre, el día anterior cené nada y menos. Dani me está mirando.

- ¿Puedes hacerme un favor?

jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo 38

- ¿Por donde empiezo – Dice el italiano un poco más tranquilo ya

- Por el principio, ¿por donde va a ser?

- Andrea Vabaragio es un rico empresario milanés cuya fortuna es mayoritariamente producida por Berlusconi y sus chanchullos. Lleva siendo socio suyo desde que éste llegó al poder, en incluso no se si desde antes, yo les conozco desde que soy algo importante en T5, por lo que tengo entendido se conocían desde antes, mucho antes – Se queda callado, creo que no tiene intención de seguir hablando.

- Quiero más cosas – Digo poniendo la mano sobre el mango de la pistola, no tengo miedo de ella sabiendo qeu no está cargada, que solo es para amenazar.

- Vino a España más bien a refugiarse ya que le estaba buscando la policía tras un lío con Berlusconi. Aquí en España tiene una nueva identidad, se hace llamar Fabio Manés y se supone que es inspector, nacido en Florencia, de locales televisivos, aunque los que verdad sabemos de italiano el acento le delata, pero eso en España pasa desapercibido. Ahora está trabajando en la sección de inspección de A3 y es socio mío también; le he puesto la tarea de quitarme la competencia de la sobremesa con el nuevo programa de neox – Ahí se van Dani y los demás, a la sobremesa de Neox, es de ellos de los que hablao informar a los demás

- ¿Me podrías explicar que es lo que pretendía hacer para quitar la competencia de ese programa? Si no es mucho pedir, si no quiere no, pero ayudaría en la investigación

- Usted es policía

- No exactamente pero si no colabora puedo hacer que le detengan solamente con lo que ya se, que se a asociado a un tío prófugo de la justicia solamente para tener mayor audiencia en los programas de su cadena – No se me ocurría otra cosa que decir, saco mi tono más desafiante para decir esas palabras.

- El trabajo consiste en provocar la ruina del programa, simplemente es eso. Conseguí quitármelos de encima en Cuatro con la fácil y simple escusa de que eran muy caros y T5 no podía permitirse ese dineral qeu pedían Pablo y compañía, era solo una escusa, no pedían tanto dinero. Al hacer esto yo no contaba que A3 estaba deseando que el contrato con la productora finalizase para hacer la oferta a la productora de irse a esa cadena. En un principio solamente se iba a ir el Hormiguero, pero tras muchas reuniones también aceptaron al otro programa, ese era en realidad el que me quería quitar de encima. Si llego a saber que se van a pasar a otra cadena y con novedades que seguramente provocarán mayor curiosidad en la gente no les dejo ir, aquí al fin y al cabo harían lo que les dijera yo y no harían tanto daño como creo que van a hacer en Neox.

- Así que es por envidiable

- Y orgullo propio, peor algo también tiene que verdaderamente

- ¿Y no le da pena provocar qeu cientos de personas se queden sin trabajo solo porque un rico empresario de televisión no quiera competencia o le caigan mal los presentadores de un programa? No solamente trabajan los presentadores y el equipo directivo, como usted bien sabrá también trabajan limpiadores, cocineros, mantenimiento... Esas personas necesitan el trabajo tanto o incluso más que el equipo técnico y directivo ya que cobran bastante menos

- Bueno... ahora que lo dices... Tienes razón que no debería hacer que echaran a un montón de gente solo por mi ego... Me da igual

- ¿Y los fans del programa? Las personas que les gusta el programa no deben pagar por ello. Si lo que quiere es audiencia en Sálvame los seguidores del progrma que quiere arruinar no suelen ver magacines como el que quieres que vean

- ¿De verdad crees eso?

- No lo creo, lo se – Me siento cómoda en esta conversación. Estamos hablando como si fuéramos dos amigos que se conoces de toda la vida hablando de los problemas laborales de cada uno, la simple diferencia es que yo estoy mintiendo en un tema, faltaría más, no debe saber que soy una simple cocinera – Solo hay que fijarse en los datos de audiencia del programa, bajó cuando empezaron a hablar en exceso de Salvame y similare, de T5 en definitivas cuentas. Pero mejor sigamos a lo que estábamos, sigue hablando de Andrea. ¿Donde vive?

- No tiene residencia fija, ahora creo que está en un ático en el centro de Madrid, en ese tema si que no estoy seguro

- ¿Este número le suena? – Saco del bolso el papelillo con el número que me dio el inspector

- ¿Donde lo conseguiste? – Patri piensa, nole debes decir que te lo dió él


- Lo conseguí gracias a una chica, fue a sacar la cartera del bolso y se le cayó, antes de devolverselo lo apunté porque yo sospechaba algo
- Muy astuta nena – Me guiña un ojo. Me sigue contando cosas de Andrea Vabaragio. Son las 3:56 de la mañana ya me ha contado lo qeu necesito saber y tengo sueño.
- Sería mejor que lo dejásemos. Le aconsejo que no diga nada de lo ocurrido+No tengo miedo a nadie
- ¿Y por qué lleva tantos guardaespaldas entonces? – Me mira conc ara de no comprender la pregunta – Aunque no lo decía por eso, lo he dicho porque hay pocas posibilidades de que le crean, no hay testigos – Acompaño a Vasile hasta la puerta y sale, antes de salir yo me alboroto el pelo y me desabrocho el vestido con la intención de agarrarlo con la mano. Salgo a la puerta – Adios – Sonrío y entro en la casa. De repente aparece Rivera en el salón. Me sonríe, lleva algo en la mano, será un agrabadora seguramente.
- Ottimo lavoro, piccoli (muy buen trabajo, pequeña) – Rivera viene hacia mí y me abrocha el vestido.
- Grazie (gracias)

miércoles, 3 de agosto de 2011

Capítulo 37

Me levanto y voy hacia Rivera

- El plan está funcionando, le he dicho que eres mi guardaespalda para que no sospeche de nada, ¿no te importa, verdad?

- ¡Qué me va a importar! Muy buena ocurrencia, señorita – Hablamos en susurros – Toma las llaves de mi casa. Intenta subirle al piso de arriba a la primera habitación a la derecha, así puedo ir observandoos, en el primer cajon de la mesilla hay una pistola, no te preocupes está descargada y con el seguro para más protección, si necesitas amenaza ahí la tienes, que no se te olvides si la cojes de agarrar solamente lo que tiene la funda.

- Claro, lo tendré en cuenta si veo que se me va un poco de las manos. Vamos, señor guardaespalda – Esto últimos se lo digo con cierta ironía.

Vamos hacia el aparcamiento del casino los tres y llegamos al coche. Rivera abre la puerta de atrás para que entremos y él se sienta en el asiento del conductor. Me da la sensación que ha debido de ser guardaespaldas alguna vez, sabe demasiado sobre eso. Llegamos al chalet, Rivera abre la puerta del coche y entramos en la casa y permanecemos en el salón unos minutos. Aparece la sirvienta de la cocina

- Buenas noches señora, con su permiso me retiro ya.

- Claro Margarita, váyase si quiere a descansar – Me acordé de que Rivera la llamó así el día de la visita de Vabaragio al programa, lo que he notado raro es lo de “señora”, supongo que Rivera habrá entrado por la puerta de atrás y habrá hablado con ella – Subamos arriba – Subimos las escaleras lo más rápido que me permite el vestido, llegamos a la habitación que me dijo Rivera. Apenas me da tiempo a cerrar la puerta cuando me agarra de la cintura y me tira a la cama. Intento levantame, pero me vuelve a empujar, lo vuelvo a intentar, lo consigo. Vasile está echado en la cama mirándome, me agacho y cojo la pistola que me dijo Rivera disimuladamente y me la escondo detrás de la espalda, me siento junto a él y me acerco. Me armo de valor y le arrimo la pistola al cuello. Se queda completamente quieto, sin hacer ni decir nada – ¿De verdad cree que le he traído a esta casa para su gusto? Yo tengo mi propia dignidad – Sigue sin moverse, me mira asustado, nos vamos incorporando poco a poco, la pistola sigue apoyada en su cuello.

- Si me hace algo tengo un montón de gente que irá a por usted, señorita

- Yo no quiero hacerle nada si usted no intenta hacerme nada a mi y si colabora.

- Diga que quiere de mí, dinero quizá.

- Dinero, por suerte no necesito. Quiero que me diga todo lo que sepa de Andrea Vabaragio – Aprieto aún más la pistola en su cuello – Todo.

- Yo no conozco a ese ¿Vabaragio, dice?

- Non ti ingannano (a mi no me vas a engañar). Sabes perfectamente quién es Andrea Vabaragio. Así que ya puedes ir hablándome de él.

- Va bene, parlare (Vale, hablo)

- Inizio (empieza)


Le quito la pistola del cuello y la pongo sobre las mesa.

martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo 36

Me agarra de la cintura y me tira hacia él. Siento el impulso de darle un beso, un impulso muy fuerte, no puedo evitarlo. Le doy un beso en el cuello. Se estremece él, me estremezco yo. El teléfono de Dani vibra en su bolsillo, me aparto.

- Sí, dime... no, no me pasa nada – Se limpia el sudor de la frente con la camiseta – …vale, me cambio de ropa y voy... Chao – Entra en su habitación y se cambia de camiseta y sale al pasillo. Miro el reloj. Las 9 menos diez, me tengo que ir.

- Me voy – Le miro el cuello – Por cierto, acuérdate de lavarte el cuello antes de salir de casa, te he manchado de pintalabios.

Cojo el bolso y salgo de casa hacia la pastelería. Allí ya está Rivera esperándome. Llego al coche e intento abrir la puerta, Rivera está dentro con unos papeles en la mano con el seguro del coche echado, le doy un golpecito al cristal con el dedo, me mira, da a un botón y abro la puerta, me las veo negras para entrar sin que se me vea las bragas, bueno las calzonitas que llevo encima. Ni siquiera me mira por el contrario yo a él si le miro, lleva un traje con una camise color crema y una corbata en tonos crema y naranjas. Llegamos al casino y aparca en el aparcamiento.

- Yo te abro – Si va a ser caballeroso y todo – Así te tapo para que puedas salir mejor – El chaval es atento por lo menos.

- Gracias – Cuando salgo me mira de arriba a abajo tal y como miró el primer día que nos encontramos en mi casa, pero esta vez mas sorprendido

- Esta parte tuya la desconocía. ¡Qué buen partido se le puede dar a un vestido si se sabe lucir! ¿no crees? – Me guiña un ojo – Bueno qué, ¿entramos?

- Claro, entremos.

Entramos en el establecimiento por la entrada principal. ¡Madre mía cuánta gente! Vamos dando una vuelta por todo el establecimiento cada uno por su lado. Nos reencontramos sobre las diez y media en la puerta de el bar. Noto que me suena el teléfono móvil. Es un sms de Dani: “Vasile stá en el Casino, ha entrao hac 1 rato”.

- ¿Nos tomamos algo? Tengo ganas de sentarme, los tacones me están matando -Digo yo apoyándome en la pared – Le digo rápidamente a Rivera

- Como quieras, yo invito – Entramos en el bar y vamos a la barra, hay bastante gente. Mientras Rivera pide unos cócteles yo miro a mi alrededor, todo está lleno de sofás de cuero negro. En uno de los sofás veo a Vasile con alguien mas, es el de la foto que hice desde el piso.

- Rivera, ahí está Vasile, voy a hacerlo ya y así no se me chafan las vacaciones – Cojo la pequeña copa y me separo del detective. Noto que Vasile me mira, el miro y sonrío, estamos así un buen rato. Al cabo de un rato me mira me guiña un ojo y me hace un gesto para que vaya con él. Me levanto de la silla en la que estaba sentada y me dirijo hacia el sofá en el que se encuentra Vasile algo nerviosa pero decidida de que lo quiero hacer. Miro hacia atrás, Rivera está mirándome, en su mirada puedo leer protección, me mira diciéndome que tenga cuidado. Yo sigo hacia adelante, con paso firme acordándome de las clase express de desfile que nos dio Romina en una de las fiesta en las que nos juntamos: espalda recta, barbilla alta y movimiento de cadera, todo esto combinado con una de mis típicas sonrisas embelesadoras y un vestido como el que llevo es una bomba explosiva. Llego al sofá, me hace un gesto para que me siente, le hago caso.

- ¿Quién es ese? – Me susurra señalando a Rivera

- Es mi guardaespalda – Se me ocurre decir. Empieza a tontear conmigo, tal y como esperaba. Intenta meterme mano, el plan está funcionando – Vuoi che andiamo a casa mia? (¿Quiere que nos vayamos a mi casa?)

- Qualunque cosa, signora, lascia (Como quieras, señorita, vayamos)

¡Qué bien viene saber idiomas de vez en cuando!

Capítulo 35

Jueves 30 de Junio, hoy se acaba el programa, aunque oficialmente sea mañana. Me levanto y voy a la habitación de Dani, cuando me dispongo a llamar él abre la puerta y nos asustamos mutuamente.

- ¿Cuándo llegaste ayer? – Me pregunta sorprendido.

- Cuándo tu llegaste con ¿Anna? Yo ya había llegado – Seguimos hablando en la cocina, mientras desayunamos. – Al final no fui a cenar con Jaime, estuve un rato en su casa, hablamos lo que teníamos que hablar y me vine. Te sentí venir, pero estaba casi dormida.

- ¿No cenaste?

- No, no tenía ganas

Desayunamos y nos vamos a la radio, luego a Cuatro. Después del programa nos despedimos hasta el mes que viene. Busco a Dani con la mirada y no lo encuentro no tengo ganas de hablar de eso así que me voy hacia la calle a esperarle. Cuando llego al aparcamiento me sorprendo, Dani está apoyado en su coche.

- Te estaba buscando. No sabía que estabas aquí

- No tengo muchas ganas de hablar con nadie. ¿Nos vamos?

- Vale ¿y esa bolsa? Nada, un vestido


Nos fuimos a casa y Dani empezó a preparar la maleta. Se va a ir unos días a Italia con unos amigos. Iba a ir yo también, pero con todo el rollo de Rivera y eso me voy a ir pero de otro modo. Mi móvil suena, es Rivera.

- ¿Qué te parece si vamos hoy? – Dice sin dejarme hablar

- ¿Al casino? Vale.

- A las 9 espérame en la puerta de la pastelería de detrás de tu calle.

Cuelga. Suelto el móvil y voy al baño a ducharme, me quito la ropa y entro en la ducha. Abro el grifo ¡Cómo me cuesta regular el agua en verano! Consigo terminar de ducharme, al final con agua fría. Me envuelvo en una toalla, me maquillo, labios rojos, sombra negra y coloretes; me peino y salgo del baño. Al salir del baño me choco con Dani, no se me cae la toalla, y yo detrás de milagro.

- Lo siento peque – Me dice disculpándose – No sabía que estabas en el baño.

- No pasa nada. Por cierto, es esta noche en cuando voy a ir a lo del casino.

- Vale, vale, yo voy a salir.

Me voy a mi habitación y sigo preparándome. Me pongo el vestido que me cogió Anna y me miro al espejo, no se, no me acaba de convencer mucho. No estoy acostumbrada a verme con la falda tan corta. Voy a hacer la prueba. Me pongo los tacones y me planto en medio del pasillo, Dani está dando vueltas de un lado al otro de la casa, no le quiero decir nada para ver lo que dice él cuando me encuentre así.

- Patri, ¿don... – Se queda parado en la puerta de su habitación, que está al final del pasillo, mirándome embobado.

- Cari, ¿te traigo un cubo? – Se sacude la cabeza.

- No, no hace falta – Dice riéndose, una sonrisa nerviosa, está empezando a sudar, lo noto – Es que... buff, chica. Como cambias.

- Entonces ¿estoy bien?¡

- Que si estás bien! Estas...buff... ¡estás explosiva! – No se como me debo tomar. Me acerco


- ¿Tan bien me queda? – Le digo susurrando, mis labio están demasiado cerca de su cuello, le noto estremecerse. Noto su respiración, se está acelerando ¿Tanto efecto hace un vestido?

Capítulo 34

Voy corriendo y llorando por la calle haciéndome hueco entre la gente que me mira y alguna vez se queja, pero lo único que quiero es llegar a casa y encerrarme en mi cuarto. Llego al edificio de mi casa entro en el portal y subo las escaleras sin ni siquiera fijarme si el ascensor está arreglado, no quiero parar hasta que no llegue, no puedo parar. Cuando llego me voy a mi habitación, ¿por qué estoy llorando por él si me dije que no iba a volver a sufrir por él? Nunca he querido hacer daño a nadie y creo que con mis palabras se lo he hecho a Jaime y a mí también. No quiero perderlo como amigo y tras esto no se ni siquiera como voy mirarle. Entre pensamientos oigo la cerradura de la puerta y unos pasos hacia el salón. No quiero salir, no me siento con ánimos además que no quiero que Dani me vea así, le prometí que nunca más iba a llorar por un chico y menos por Jaime. Creo que viene con alguien más.

- Pero me gusta mucho, no quiero cagarla, llevo haciéndolo creo que desde que me empecé a interesar con las chicas, desde chico, y nadie mejor que tú lo sabe.

- ¿Lo de cagarla dices? – Reconozco a voz de Anna ¿Y Anna no había quedado con...? A vale, con él. No quiero enterarme de la conversación, no me interesa en absoluto, pero no quiero moverme y desde mi habitación se oye perfectamente a la gente hablar en el salón, es lo malo de que las paredes sean tan finas, que se escucha absolutamente todo lo que pase en las habitaciones lindantes. Y cuando digo todo me refiero a absolutamente todo.

- Sí, y tu eres testigo de una de las veces.

- No saques los trapos de hace tantos años, estamos hablando de ahora, de ella, de la chica a la que quieres. De quién estoy segura darías la vida por ella. Y si la quieres, yo creo que lo mejor sería que se lo dijeras y ver lo que pasa. Si ella también te quiere perfecto y si no, pues al menos sales de dudas.

- Sé que eso no va a funcionar, que va a pasar lo de siempre

¿De quién estarán hablando? Siguen hablando pero yo ya no presto atención, me voy quedando dormida poco a poco


lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 33

Anna y yo nos quedamos dando una vuelta. Suena su móvil.

- ¿Sí... hola Da... sí, está aquí... vale. Dime... ¿esta noche? Pero no me voy a ir ahora a casa solamente a arreglarme, que conste... pues entonces ok, pero ¿de qué quieres hablar?... no te entiendo, da igual, luego me lo explicas... Besitos, chao?

- ¿Quién era?

- D... ¿qué más da quién sea? ¿Nos tomamos algo, yo invito?

- Ui, la catalana invitando, que cosa más rara – Pasamos por un bar y nos tomamos unas coca colas mientras hablamos. Miro el reloj, son las 8 y cuarto, he quedado con Jaime a las 9, pero si voy antes, saldremos antes y llegaré antes también a casa, estoy cansada – Annita, me voy, vale, que he quedado con Jaime, se me había olvidado decírtelo.

- No pasa nada, yo también he quedado. Bueno, pues nos vemos mañana guapa

Anna paga y nos despedimos con dos besos en las mejillas, cada una nos fuimos por un lado de la acera, en sentido contrario. Llegué a casa de Jaime a las 9 menos veinte. La puerta de abajo está abierta así que entro y subo. Lamo al timbre cuando llego a su piso. Abre, se está preparando, le pillé con los pantalones desabrochados y sin camiseta, observo su torso, su precioso torso.

- No te esperaba todavía, me has pillado a medio arreglar. Pero pasa pasa – Me agarra de la cintura mientras paso y me da dos besos. Con el tacto de su piel en la mía mi mente reacciona, reacciona sin que yo quiera. Recuerdo sus caricias y sus besos y recuerdo cuando por las noches hacíamos... – ¡Patricia! Hija, vuelve a la tierra. No me engañas, estoy seguro que ese empanamiento que tenías hace un momento no era por el trabajo, sino por mí – Estas palabras de Jaime me quedan sin aliento. No puedo decirle la verdad.

- Qué crees que eres el centro de todo y que siempre voy a estar a tus pies. Ya no estoy enamorada de ti, Jaime, ¿no te enteras – Se me queda mirando, ya se ha puesto la camiseta. Me mira triste. Me duele decir esto pero no tengo más remedio, le sigo queriendo, pero no como antes.

- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Ya no te gusto? – Esto último me lo dice acercándose mucho a mi y agarrándome fuertemente de la cintura tirando hacia él. Acerca sus labios a mi cuello. Se me pone la carne de gallina al sentir su respiración en el cuello. Se acerca a mi oído – O sí – Me susurra. Le doy un empujón para que se aparte.

- Jaime, no te quiero, ya no estoy enamorada de ti. Durante un tiempo lo estuve, y mucho además, pero ya no, me hiciste sufrir, me hiciste daño. Me dejabas sola cuando más lo necesitaba. Para ti primero estabas tu, luego tus amigos y luego, si acaso yo. Me daba la sensación de que no me querías. De eso ya me harté, me fui porque ya no te aguantaba más, y no creas que ahora, dos meses después me voy a arrepentir y volver contigo, no Jaime ya no, y si era eso de lo querías que hablemos creo que ya está.

- Pero yo te quiero mucho. Y yo te quería mucho, más de lo que yo mismo creía. Me di cuenta cuando dijiste que te ibas, que me dejabas, que siguiéramos siendo amigos, solo amigos. Esas palabras han sido las palabras que más me han dolido en la vida y tu... las dijiste con una facilidad...

- ¿Tú crees que fue fácil para mí? ¿De verdad crees que no me costó decirte todo aquello que te dije y que te estoy diciendo ahora? – Noto que estoy llorando, Jaime se acerca con intención de abrazarme, le esquivo, no quiero que se me acerque a él – No puedo tener nada contigo de nuevo, mi corazón ya no puede permitirse otro fracaso amoroso, y menos si estás tú de por medio – Él está muy afectado, se lo nota. Eso me pone peor – Lo siento Jaime, me voy, no puedo estar más tiempo aquí.

Abro la puerta y me voy corriendo a casa

Capítulo 32

De ese coche sale otro señor de la misma pinta que los otros dos. ¿Quién será? Cojo la cámara y hago un par de fotos a los tres hombres mientras se saludan y entran al edificio.

- Dani, ¿nos vamos? Es tarde y tengo ganas de volver a casa.

- Sí, vámonos, aquí ya no pintamos nada

Bajamos del edificio y nos montamos en el coche. Entramos en el portal, hay un papel en el ascensor: “está averiado, disculpen las molestias” ¡más escaleras no! Subimos la escaleras hasta llegar a la casa y entramos, lo primero que hago es coger el cargador del móvil que se me había quedado sin batería. Lo enchufo y lo enciendo. Tengo varias llamadas y dos mensajes, todos de Jaime. Leo los mensajes:

“Patri, tnemos q hablar.” “Contxta, x favor”

Voy a contestarle el mensaje, si insiste tanto a lo mejor es importante:

“¿Q quieres, n ot he podido cntxtar ants?”

Aprovecho el transcurso de esperar la contestación del mensaje para cambiarme de ropa. Estoy en ropa interior cuando Dani viene a mi habitación, llama a la puerta y entra. Me doy cuenta y rápidamente me tapo un poco con la camiseta.

- ¡Dani! Me estoy cambiando

- Lo siento peque – Se da la media vuelta y me pongo el pijama, mientras el sigue hablando – Que si pongo a calentar una tortilla.
- Haber hecho lo que te diera la gana. Ya puedes mirar – Le digo cuando termino de ponerme el pijama. Suena mi teléfono – Dani, ves a calentar la tortilla o lo que te de la gana y déjame un momento, ahora sago. Abro el mensaje y lo leo:

“Ncsito hablar cntigo. Pueds qdar mañana x la tard”

¿Mañana tiene que ser? No se si voy a quedar con Anna, no me ha contestado ella. Suena otra vez el móvil, es un sms de Anna, dice que si, que viene conmigo por la tarde. Contesto a Jaime:

“Por la tard he qedado con Anna. Vamos a cnar? M paso x tu casa a las 9” Unos minutos después Dani me llama desde la cocina.

- Ya está la cena puesta

- Voy, – Salgo de la habitación y voy hacia el salón, la mesa ya estaba puesta y la tortilla calentada. ¿Tanto he tardado? Cenamos mientras hablamos y nos reímos de algunos comentarios de los dos, pero sobre todo suyos, por algo es humorista, ¿no? – Por cierto, mañana he quedado con Jaime para cenar, dice que tiene que hablar conmigo. ¿No te importa, verdad? – La sonrisa de Dani se borra de golpe.

- Qué me va a importar, eres libre de quedar con quien quieras, solamente somos amigos, si quieres salir a cenar con tu ex, pues queda con tu ex – Su voz no parece muy convincente

Me fui a dormir en seguida, el día siguiente iba a ser un día muy duro de compras con Anna, que conste que a ninguna de las dos nos gusta hacerlo, además está la cena.

Al día siguiente después del programa Anna y yo nos fuimos a dar una vuelta. Entramos en un par de tiendas pero ninguna de las las dos veíamos ningún vestido en condiciones para ir al casino. Al final voy a ir con Rivera, aunque hemos dicho que solo para entrar, que una vez dentro nos separamos, así será mejor.

- Estoy cansada de tantas tiendas, ¿por qué no te vienes conmigo mañana a plató, ves algunos vestidos de Romina o míos y te lo cojo? – Dice Anna tras sentarse en un banco del parque por el que estábamos pasando.

- ¿Pero se puede?
- Sí, si te quieres quedar algo solo tienes que pagarlo y ya
- Pues es una buena

Capítulo 31

Hablando de Anna, tengo que decirle si quedamos para que me ayude. Saco el móvil y le escribo un mensaje:

“Anna, pueds qdar mañana dspués dl programa, bss”

Dani aparta la vista de la ventana y me mir

- ¿A quién escribes?

- A Anna, para decirle si podemos salir mañana, tengo que comprar unas cosas y me gustaría que me acompañase, cosas de chicas, ya sabes – Se vuelve a poner los prismáticos en los ojos, yo hago lo mismo. Vamos hablando de vez en cuando pero le estoy prestando mucha atención sobre todo a como van vestidas las chicas que acompañan a los hombres – Si quiero pasar desapercibida al entrar tendría que ir con alguien. Además, tampoco sabemos muy bien qué es lo que hace ahí dentro

- ¿Qué hace? Jugar apostando dinero, como los demás, pero a mí no me metas, tengo una reputación que cuidar y ya sabes como son los estebaneros – Así llama él a los periodistas de la prensa del corazón

- Cari, ya se que hará lo que se hace en un casino, pero necesito saber más o menos el tiempo que está y donde, si se va a la cafetería, que supongo que sí. Necesito saber sus pasos dentro del casino para poder seguirlos.

- Yo ya te he dicho que ahí no voy a entrar, además, cuando tu pretendes hacer eso yo estoy en Italia, el viaje ya está pagado.

- No te estoy diciendo que vengas tú – En realidad si me hubiera gustado que fuese él pero desde el principio supuse que iba a decir que no, así que desde que llegué aquí me fui echando otras cuentas, que espero que me funcionen. No creo que Rivera diga que no si se lo propongo – Se lo voy a comentar a Rivera – Creo que Dani ya va aceptando que esté en el grupo aunque no del todo. Se que le molesta bastante pero lo disimula, sabe que no tiene otra opción. De repente se pone de pie aún con los prismáticos ante sus ojos y los ajusta bien.

- ¿Qué hace el inspector ahí? - Dice asombrado y confuso a la vez, no espera respuesta pero yo se la doy.

- Dani, ese es Andrea Vabaragio, aunque tú no me creas – Saco una cámara que hay dentro de la caja – Toma, haz fotos, se las enseñas a Rivera y ves como tengo razón o no.

Coge la cámara y hace un par de fotos. La cámara es de las profesionales y hace unas fotografías muy nítidas aunque sea con mucho zoom.

- ¡Me siento sucio! – Dice frotándose los brazos con las manos tras hacer un par de fotos – Estoy haciendo lo que no quiero que hagan conmigo, pero peor, porque a mi no me pagan

- No pienses en ello ahora. Además, tampoco es lo mismo. Ellos las hacen para venderlas a alguna revista para que todo el que la lea sepa la vida de esa persona y tú las estás haciendo para una investigación sobre italianos adinerados y con ganas de joder la marrana a los demás. ¿A qué no te sientes igual ahora?
- La verdad es que no, tienes razón, lo nuestro sería mas por... ¿rencor?

Seguimos muy pendientes a los dos italianos que están en la puerta del casino. Parece que están esperando a alguien más y parece que se retrasa por como miran con tanta desesperación el reloj, me viene a la mente el conejito de Alicia en el país de las maravillas y me río.

- ¿¡Qué pasa!? – Me dice mirándome cuando me río

- Nada, que he visto a esos dos mirando tanto la hora que me ha venido a la mente el conejo de la película de Alicia en el país de las Maravillas – Él también se ríe. Hablando de hora, ¿qué hora es? Son las diez y cinco de la noche. Dani está distraído con su móvil y yo sigo mirando por la ventana. De repente veo un coche que se para delante del casino, junto a los dos italianos - ¡Dani, mira!