lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 33

Anna y yo nos quedamos dando una vuelta. Suena su móvil.

- ¿Sí... hola Da... sí, está aquí... vale. Dime... ¿esta noche? Pero no me voy a ir ahora a casa solamente a arreglarme, que conste... pues entonces ok, pero ¿de qué quieres hablar?... no te entiendo, da igual, luego me lo explicas... Besitos, chao?

- ¿Quién era?

- D... ¿qué más da quién sea? ¿Nos tomamos algo, yo invito?

- Ui, la catalana invitando, que cosa más rara – Pasamos por un bar y nos tomamos unas coca colas mientras hablamos. Miro el reloj, son las 8 y cuarto, he quedado con Jaime a las 9, pero si voy antes, saldremos antes y llegaré antes también a casa, estoy cansada – Annita, me voy, vale, que he quedado con Jaime, se me había olvidado decírtelo.

- No pasa nada, yo también he quedado. Bueno, pues nos vemos mañana guapa

Anna paga y nos despedimos con dos besos en las mejillas, cada una nos fuimos por un lado de la acera, en sentido contrario. Llegué a casa de Jaime a las 9 menos veinte. La puerta de abajo está abierta así que entro y subo. Lamo al timbre cuando llego a su piso. Abre, se está preparando, le pillé con los pantalones desabrochados y sin camiseta, observo su torso, su precioso torso.

- No te esperaba todavía, me has pillado a medio arreglar. Pero pasa pasa – Me agarra de la cintura mientras paso y me da dos besos. Con el tacto de su piel en la mía mi mente reacciona, reacciona sin que yo quiera. Recuerdo sus caricias y sus besos y recuerdo cuando por las noches hacíamos... – ¡Patricia! Hija, vuelve a la tierra. No me engañas, estoy seguro que ese empanamiento que tenías hace un momento no era por el trabajo, sino por mí – Estas palabras de Jaime me quedan sin aliento. No puedo decirle la verdad.

- Qué crees que eres el centro de todo y que siempre voy a estar a tus pies. Ya no estoy enamorada de ti, Jaime, ¿no te enteras – Se me queda mirando, ya se ha puesto la camiseta. Me mira triste. Me duele decir esto pero no tengo más remedio, le sigo queriendo, pero no como antes.

- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Ya no te gusto? – Esto último me lo dice acercándose mucho a mi y agarrándome fuertemente de la cintura tirando hacia él. Acerca sus labios a mi cuello. Se me pone la carne de gallina al sentir su respiración en el cuello. Se acerca a mi oído – O sí – Me susurra. Le doy un empujón para que se aparte.

- Jaime, no te quiero, ya no estoy enamorada de ti. Durante un tiempo lo estuve, y mucho además, pero ya no, me hiciste sufrir, me hiciste daño. Me dejabas sola cuando más lo necesitaba. Para ti primero estabas tu, luego tus amigos y luego, si acaso yo. Me daba la sensación de que no me querías. De eso ya me harté, me fui porque ya no te aguantaba más, y no creas que ahora, dos meses después me voy a arrepentir y volver contigo, no Jaime ya no, y si era eso de lo querías que hablemos creo que ya está.

- Pero yo te quiero mucho. Y yo te quería mucho, más de lo que yo mismo creía. Me di cuenta cuando dijiste que te ibas, que me dejabas, que siguiéramos siendo amigos, solo amigos. Esas palabras han sido las palabras que más me han dolido en la vida y tu... las dijiste con una facilidad...

- ¿Tú crees que fue fácil para mí? ¿De verdad crees que no me costó decirte todo aquello que te dije y que te estoy diciendo ahora? – Noto que estoy llorando, Jaime se acerca con intención de abrazarme, le esquivo, no quiero que se me acerque a él – No puedo tener nada contigo de nuevo, mi corazón ya no puede permitirse otro fracaso amoroso, y menos si estás tú de por medio – Él está muy afectado, se lo nota. Eso me pone peor – Lo siento Jaime, me voy, no puedo estar más tiempo aquí.

Abro la puerta y me voy corriendo a casa

1 comentario: