domingo, 30 de octubre de 2011

Capítulo 86


Este hombre no puede estar aquí. Con lo a gusto que estaba yo en la cocina sin tener que ver a nadie y, ya no solo que me hayas sacado estos días aquí, sino que me tenga que encontrar con él.
-Patri, cuqui, ¿qué te pasa? Parece que has visto un fantasma.
-Peor. Coral, por favor, sirve tú, si necesitas saber algo yo te digo como se hace, pero hazlo tú.
-Tengo que hacer otras cosas, me han llamado para ir arriba
-Bueno, pues lo hago yo. Si ves a Dani antes que yo le dices que está aquí el italiano, él sabe quien es. - Se va. Me hago una coleta para que se me vea el pelo lo menos posible y salgo. - Buenos días señor, disculpe la tardanza, es que estamos solamente dos personas para todo – Intento que mi voz sea educada y alegre, pero los nervios, y un poquito de miedo recorren mi cuerpo.
-Ya me lo explicó su compañera. Por cierto, su cara me suena – Mamá...
- No se, usted a mi no me suena – mentira – Bueno, qué desea tomar.
-Un irlandés. ¡Ya se de qué la conozco! ¿Antes era cocinera, verdad?
-S.s.Si. ¿por qué lo pregunta?
-Soy inspector y me mandaron de la cadena para la que ahora trabajáis para “vigilar” que todo vaya correctamente durante la rueda de prensa – Termino de hacerle en café y se lo entrego. Se lo toma rápido. - Tome, lo que quede de propina – Se da la vuelta para irse ya, supongo que para arriba. Se vuelve a girar rápidamente, parece que se le ha olvidado algo – Por cierto, bonita casa, señorita. - Se vuelve a girar y sale por la puerta. Quiero entrar en la cocina pero mis piernas no se mueven, siento que me falta el aire. No estoy asustada, estoy aterrorizada. En ese momento llega Coral que me sujeta por la cintura y me lleva hacia la cocina para que me siente al ver en el estado que estaba yo.
-¿Cuqui, qué te pasa?
-Ese hombre... – Me estoy mareando. - Ese hombre, no es bueno, Coral. Hay que tener cuidado con ese hombre.
-Patricia, ese hombre es un inspector de A3, tranquila. Toma agua – Me da un vaso con agua - ¿Necesitas algo más?
-Ese hombre no es inspector exactamente. Mi móvil, pásame mi móvil – Necesito hablar con Rivera.
-Toma, pero tranquiízate. Te dejo sola un poco, que tengo que salir. - Coral sale de la sala y yo, malamente, marco los números para llamar a Rivera. Da dos toques y lo coge
-Rivera, menos mal que me ha cogido el teléfono. Necesito que vengas a los estudios, necesito hablar contigo.
-¿Pasa algo? Me estás asustando con ese tono de voz.
-Más asustado de lo que lo estoy yo creo que es imposible. Ven, por favor.
-Vale, vale. Cojo las llaves del auto y voy para allá en un momento.
Bfff, en estos momentos necesito a Dani, pero está trabajando. Por favor, que Rivera no tarde en llegar

sábado, 29 de octubre de 2011

Capítulo 85


Cuando llegamos al aparcamiento de los estudios nos encontramos a Flo saliendo de su coche también, es la primera vez que coincidimos, no se si seremos nosotros los que vamos pronto o él el que viene un poquito más tarde.
-Martínez, Arguiñana, tan puntuales como siempre. ¿Qué tal habéis empezado el primer día de curro?
-Bueno, no ha empezado mal al menos, normalito – Dice Dani mientras cierra el coche – Con las pilas recargadas para liarla parla otra vez, eso sí.
-Ahora que dices de liarla, anoche te vi con Lara. ¿Qué tal?
-Dani, puedes abrir el coche un momento que me he quedado el teléfono dentro – Abre el coche mientras habla. No se por qué aunque me alegro en el fondo me molesta que hable en ese tono tan... tan dulce de ella.
-Pues de momento bien, hasta que se le cruce el cable como la otra vez. Lo importante es que hay confianza, mientras se fíe de mi y de...
-Creo que yo en esta minireunión sobro. Voy a ver quien está dentro, vosotros seguís hablando de lo que queráis. Chao
-¡Espera Patri! Tengo que hablar contigo sobre tu puesto. Ves a fichar y te pasas por mi camerino en un rato, ¿de acuerdo?.
-Vale. - Entro en el edificio lo más rápidamente posible sin que se me note del todo que me quiero ir corriendo de allí. ¿Sobre qué querrá hablarme? Ahora me ha despertado la curiosidad. Voy hacia la cocina a fichar y me encuentro allí a Coral, una pinche que es con la chica que mejor me llevo en la cocina. - ¡Hola Coral! ¿Qué tal las vacaciones?
-Geniales Patricia, nos hemos ido unas amigas y yo a Ibiza unos días y la hemos liado parda. Nuestro planing era: playa, fiesta, dormir. ¿Y tú qué tal las vacaciones? ¿Has ido a algún lado de viaje?
-Si te vale el pueblo el mes entero... Sí, he salido de viaje. Eso sí, estuvo allí unos día Dani y eso era descontrol total cuando salimos una noche con mis amigos de allí. Lo que no salió de esa reunión creo que no va a salir de ninguna otra. Conoces a Dani relativamente bien y me conoces a mi, conociéndome a mí conoces a mis amigos... imagínate.
-¿Martínez, no? - Asiento – Me lo imagino, me lo imagino.
-Oye, te dejo un poquino, que me ha dicho el jefe que vaya a hablar con él
-Bien empezamos no – Dice sonriendo.
-Ya ves, no he empezado todavía y ya me quieres echar – Digo yo con cara de pena de aguantándome la risa como buenamente puedo – En un rato vengo – Me dirijo hacia la puerta y noto la mirada de Coral en mi espalda. Me giro, la miro y me marcho con gesto de anarquista al que van a fusilar. Lo último que escucho es su risa desde el pasillo. Cuando llego al pasillo de los camerinos veo que la puerta del de Florentino está abierta, me acerco, le veo dentro, de espaldas. Doy un par de golpecitos y entro
-Cierra la puerta – La cierro – Patricia, anoche me llamó Ramón. Dice que ya no vuelve, que ha conseguido un trabajo mejor en un hotel, que empieza mañana. Así que estamos sin encargado de cocina.
-¿Se ha ido? Oh, que pena más grande, que vamos a hacer en la cocina si él – Digo sin ganas y exagerando. Las verdaderas ganas serían las de ¡Se ha ido, somos libres, empezó la democracia! Pero debo fingir que me da “pena” aunque no cuele mucho - ¿Y a mí esto en qué me influye?
-Que he pensado en ti para ocupar el puesto vacante. Además de todas formas por jerarquía te tocaría a ti ¿no eras la primera cocinera?
-Sí, pero de eso a encargada...no estoy acostumbrada a hacer algo así.
-Te acostumbrarás, solamente tienes que vigilar todo vaya con normalidad. Además, los horarios son distintos. Entrarías un poquito más pronto pero saldrías a las dos. Eso sí, algunas veces tendrías que venir por la tarde noche, sobre todo cuando hay un invitado internacional en el Hormiguero. ¿Aceptas?
-Bfffff. Es que no se, es demasiada responsabilidad. - Me quedo pensativa. ¿Y si digo que sí?, hay que aprovechar las oportunidades. - Bueno, venga vale. Alguien tiene que llevar el mando después de la caída de la dictadura que teníamos con Ramón.
-Vamos Patri, no exageres,que seguro que con el otro no era para tanto.
-¿Que no era para tanto?¡Pero tú no sabes lo que estás diciendo! Eso era como un dictador, más que un dictador, eso era como un monarca absoluto de esos del siglo XVII. Todo, absolutamente todo lo que decía lo teníamos que hacer, fuera nuestra tarea o no. Y sobre todo a mi me la tenía jurada.
-Bueno, bueno. Lo que hacía que lo aguanten ahora en el hotel, nosotros ya no tenemos por qué acordarnos de él. Bueno, me voy ya, que tengo que pasar todavía por maquillaje y la rueda de prensa está a empezar. ¿Vas a bajar al plató o te vas a quedar arriba?
-No se, si puedo me bajaré, pero no te quedo nada claro. Bueno, me voy, que tengo tareas que hacer, luego nos vemos. - Vuelvo a la cocina para pasar a la cafetería . Allí está Coral.
-Menos mal que has llegado. Tú que entiendes más de cafés que yo, que del cortado no paso, atiende a ese hombre, haz el favor.
-Pues claro, voy – Voy hacia la puerta que lleva a la cafetería y miro hacia en señor que me está señalando Coral. ¿Qué?

miércoles, 26 de octubre de 2011

Capítulo 84


Gira la botella, y sigue girando. Por un momento no quiero que pare pero sé que lo va a hacer. Va parando. ¿En quién recaerá el “poder” de la botella? En mí no, por favor, que me termino de morir definitivamente. Me he muerto, os invito a todos a mi funeral. Lo que me resucita es la cariñosa mirada de Lara como diciéndome que no pasa nada, pero...¿por qué a mí me “da permiso” y a María no le ha prestado ni la más mínima intención? No lo entiendo.
-No me hago responsable de lo que pase – Digo haciéndome la chulita. Todos se ríen, todos excepto el primero que se debería haber reído que ya está un poco adelantado, pero quieto. Mira hacia atrás, hacia su novia y al verla sonreír ya lo hace él también. A ver, esto es un juego, nadie tiene que tomárselo a mal. Se acerca, despacio pero se acerca, yo tengo la típica posición de morritos, aguantando la risa pero, en fin – Vamos, hijo, que no tenemos to'a la noche. Veo a Lara que se levanta y empuja a Dani hacia mí.
-Chato, la hora.
-Vale, vale, no me estreses, con calma – Nos acercamos más y por fin me besa. Un pico, rápido, como el de los demás, la primera ronda la hacemos así y luego ya un poco más. Pero vayamos por partes. Ahora me toca tirar a mí, bueno, María, pasable.


El dichoso despertador, es la señal de que hay que volver al trabajo, hoy hacen rueda de prensa y me toca a mi quedarme a cargo de la cafetería, ¿quién me mandaría firmar las vacaciones solo hasta el día 1 de septiembre? Miro el reloj, en realidad no se ni a que hora lo puse. Vale, las 9:47. Ya empezamos con la rutina de cada mañana desde el año pasado. Me levanto y me dirijo a la habitación de Dani, aunque no se si estará; ayer, cuando me dormí, todavía no había llegado. De todas formas voy. Llego y doy los dos golpecitos reglamentarios a la puerta.
-Voy – Abre a puerta – Hoy me he dado prisa. Por cierto, siento lo de anoche, me olvidé de coger el móvil y Lara no se lo llevó, y cuando llegamos a su casa era ya muy tarde para llamarte, de verdad, disculpa.
-No tienes nada de qué disculparte, me lo supuse. Es normal que quieras quedarte algunas noches allí. Y no hace falta que me digas nada.
-Sí, sí hace falta. Bueno, vamos a desayunar o no – Vamos a la cocina y empezamos a desayunar
-Bueno, ¿y qué tal la cena?
-Bien, normalita, creo que no nos reconoció nadie y si lo hizo no dijo nada, así que, por lo menos fue tranquila, aunque, siendo franco, a ella lo de tranquila no le vale. ¡y luego dice de mi! ¿Y qué tal tú? ¿Rollo Anna, no?
-Pues sí, tirá en el sofá con un ojo en la televisión y otro en twitter... una noche tranquila también, me fui a dormir temprano, estaba cansada y como hoy empezamos pues es mejor ir sin sueño. Y ya te pudiste aplicar tú también el cuento.
-Sí nos recogimos pronto, no eran todavía las 2 y media cuando llegamos a su casa. Ella hoy también trabaja.
Seguimos hablando y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos en el coche. Si es que con las conversaciones que nos cogemos se me pasa el tiempo volando.

Capítulo 83


Termino de abrir el regalo. Es un llavero cuqui.
-Rivera, no tuvo que haberse molestado
-No es molestia, lo vi en un escaparate y me acordé de vosotras. De una por lo cuqui y de la otra por su colección de peluches... - Anna y yo sonreímos, desde luego los llaveros son muy bonitos. El mío tiene un conejo y el suyo un gato – Por cierto Anna, te llevo mirando un rato. ¿estás en estado, verdad? Se te nota en la mirada - El rostro de Anna cambió por momentos. Me echó una mirada como queriéndome decir “Qué digo” y yo le eché otra queriéndole decir “La verdad”. Ella suspira y se dispone a hablar.
-Pues sí, pero no quiero que se entere nadie más hasta que sea evidente.
-Pues por mí desde luego que no va a salir de aquí. Soy una tumba. Ya sabes que cualquier problema puedes contar conmigo. Por cualquiera, tengo amigos médicos muy buenos que si deseas...
-No hace falta, eso no me preocupa. Si voy al médico antes de que la gente sepa qué me pasa, no debería ser un acto muy llamativo, no es nada raro que una chica vaya al ginecólogo. Pero gracias de todas formas, es muy amable.


Son casi las 12 de la noche y seguimos aquí, haciendo la sobremesa de la cena. No hemos llegado muy tarde, después de ir a casa de Rivera ya que se ofreció a llevarnos a casa. Cada vez que me acuerdo la mala impresión que tuve de él la primera vez que le vi con esa pinta de malo de las películas... y ahora, que le conozco más detenidamente me doy cuenta que es un buen hombre, al menos tiene educación y sabe tratar a las señoritas, como dice él. A veces pienso que es un poquito chapado a la antigua en ese sentido, pero alaga. Una cosa contrarresta a la otra. Estamos prácticamente todos en la piscina o sus alrededores. Me da por mirar hacia la puesta de la cocina y me fijo en Juange que viene hacia nosotros sonriente con una botella de pepsi vacía. Como sea para lo que yo creo... ¡muero!
-Hey, ¿Qué os parece si echamos una ronda? - Muero – Cristina, Raúl, para vosotros es la mejor forma de coger confianza con nosotros. ¿Os apuntáis?
-Hombre, pues claro – No tarda en decir Raúl – Eso sí, la versión light, que para la versión completa ya habrá tiempo.
-Eso, eso, eso – Gritan Cris y Dani a la vez levantándose rápidamente. Todos les miran raro, menos yo, que sé por qué lo dicen. Cuando se dan cuenta que todos los allí presentes les están mirando se sientan como si no hubiera pasado nada. Lara les mira a ellos y luego a mí, yo me río, por la cara de Cris y Dani (una mezcla de terror y vergüenza del pasado) y la de Lara de “Qué ha pasado aquí con mi novio que no sé”
-Hombre, claro. Somos todos colegas y hay confianza y eso, pero hasta cierto punto, además, hay que tener en cuenta que hay críos chicos – David mira hacia la casa donde están su sobrino y el hijo de Flo viendo la televisión si no se han dormido ya, pero por si acaso es mejor no hacer nada raro, que todos llevamos como una copita de más y se va notando. - Bueno qué, ¿empezamos?
-Al suelo todo el mundo – ¡Qué lanzada está ahora la niña, menos mal que no está Miki pululando por aquí, Anna se levanta de un golpe y es la primera en sentarse en el suelo. Luego la sigo yo, Raúl, Flo y así hasta que estamos todos en un círculo, si a eso se le puede llamar círculo. Cris y Dani son los últimos en llegar, ¡qué poco les gusta este juego! –A besacos ¿no? Venga, empiezo yo – Annita coge la botella y la pone a girar en el centro – Empezamos bien. ¡Moni! David, no te nos vayas a poner celoso – Empieza el juego con Anna y Mónica; Mónica-Raúl; Raúl-María; María-Dani; tira Dani

domingo, 23 de octubre de 2011

Capítulo 82


Decidido, voy a llamar a Rivera para avisar. Me levanto de la silla y entro en la casa después de un “en seguida vengo” y marco el número del detective. No contesta, quizá como no conoce el número no lo coge por eso, pero si fue él el que me dijo que lo cambiara... Bueno, voy a su casa a ver si está su asistenta y le dejo la noticia.
-Gente, ahora vengo, me acabo de acordar que tengo unos asuntos que hacer. Annita, ¿te vienes? Así terminamos la conversación pendiente que teníamos antes de empezar con los chistes.
-Vale, además así paso por casa a recoger la chaqueta de Mónica que se la quedó antesdeayer en mi coche.
-Pues ahora venimos. - Anna se pone las calzonas que llevaba y yo la camiseta y nos dirigimos hacia la calle – Bueno, sígueme contando ¿y quién fue?
-Eso da igual, es sin importancia, te quiero contar otra cosa. - Le hago un gesto para que siga – El otro día estuve hablando con Moni sobre David y ella.
-¿Y qué dice? - Digo sonriendo.
-Pues que a lo mejor van a por el nene, que les hace mucha ilusión. Por cierto a dónde y como vamos.
-Vamos a casa de Rivera, el detective que ya conoces, a ver si está alguien para darle un recado y vamos andando, cae cerca de aquí por un atajo que encontré una vez. ¡Y qué guay lo de Mónica, a aumentar la gran familia tontaca! Por cierto y tú qué tal.
-Bueno, de momento no me encuentro mal.
-Supongo que las primeras semanas será normal, según me dijiste hasta pasado mañana no hace un mes todavía. ¿Y has pensado cómo decírselo a Miki?
-No se, me dirá que me vaya a Barcelona, le conozco. Creo que no se lo voy a decir a nadie hasta que no tenga más remedio - Seguimos hablando de este tema y sin darnos cuenta ya hemos llegado a casa del detective.
-Aquí es
-¡Pedazo casa! - Dice Anna con los ojos como platos. Parece ser que no había estado aquí antes. - ¿Y como sabes que esta es su casa?
-He venido más de una vez. Pues si te flipa por fuera a ver si llegamos a entrar y flipas por dentro. Ya verás, de todas formas creo que te puedes hacer una idea.
-Me la hago, me la hago – No creo que haya nadie, pero llamo al timbre. Al cabo de uno o dos minutos Margarita, la asistenta de Rivera abre la puerta.
-¡Señorita Patricia, qué bien que ha venido! El señor acaba de llegar – Mira hacia Anna y pone cara extraña – Pasen, por favor. Señorita Patricia, en el estudio. - Margarita desaparece del recibidor
-Annita, espérame en el salón. De todas formas le diré que has venido conmigo – Me dirijo hacia el estudio, o biblioteca como le llamo yo. Hay muchos libros ocupando largas estanterías. Doy tres golpes rápidos en la puerta, tal como me dijo que diera. Apenas me ha dado tiempo a apartar la mano de la madera cuando la puerta se abre.
-¡Patricia! No ha hecho falta que vaya a buscarte. Por lo que he visto ya habéis cambiado de número.
-Sí, los dos. A todo esto, ha venido acompañándome Anna Simón. Está en el salón. ¿Le digo que venga o que se quede ahí?
-Que venga, por supuesto, ella también forma parte del equipo, además, os tengo que dar a las dos unos pequeños obsequios – Salgo de la sala y aviso a Anna para que entre con nosotros – Bueno señoritas, lo primero, tomad – Nos tiende unos pequeños paquetitos perfectamente envueltos con un precioso y brillante papel de regalo de varios colores, sobre todo azul y el rojo. Empiezo a abrir el paquete con el máximos cuidado posible para no romper el papel, da pena romperlo. Miro las manos de Anna, a ella le pasa lo mismo que a mí; bueno, ella casi siempre los guarda.

martes, 18 de octubre de 2011

Capítulo 81


Estamos comiendo aunque no todos en la mesa. Estamos Dani, María (o Guindi como la llama Dani) Flo y yo en la barbacoa Flo dándole una vuelta a las chuletas y nosotros mirando, como buenos españoles (uno trabajan y los demás miran). La virgen qué bien huele eso.
-Dani, te está buscando Lara – Nos giramos, es Raúl.
-Dile que venga ella, que tiene piernas. – Dice con una sonrisa. - Que yo ahora estoy haciendo cosas, ¿no ves? - Le quita a Florentino las pinzas de dar la vuelta a la carne y se pone como a hacer algo - ¿Ves? - Alza las pinzas y se empieza a reír... éste ya no tiene remedio, creo que tantas vacaciones y tanto sol le ha afectado a las neurona. - Ahora voy. - Dani va hacia dentro de la casa, donde está su novia, eso sí, sin prisa. Van andando despacio, con las manos cruzadas detrás de la espalda mirando hacia todos lados.
-¡Dani! - Se gira y le hago el típico gesto de lentitud, ¿sabéis cual, no? Se ríe y se vuelve a dar la vuelta, esta vez si anda más normal.

Ya si que estamos todos sentados alrededor de la mesa esperando a que pase la llamada "DIGESTIÓN" que tanto preocupa a las madres. ¿Queréis saber qué tal la sobremesa? Como sé positivamente que la respuesta es sí os lo voy a contar. Pues una sobremesa divertidísima. ¿Cómo eran las sobremesas de los hogares españoles (aunque por lo visto de parte del extranjero también) que tenían puesto antes de julio Cuatro, es decir, que veían TLJ? pues igual, creo que ninguna diferencia. Bueno una, que no hay guión y la gente está loquísima así que... una risa tras otra. Por esta razón es por lo que más me gusta venir a este tipo de reuniones. Además de que estoy con mis amigos y compañeros de trabajo, me divierto. Es que es alucinante la capacidad que tienen, Florentino sobre todo, para contar un chiste malo y ponerte a reír como si fuera el mejor chiste del mundo, que luego te das cuenta del mierdo chiste que es y te dices "¿De qué me he reído yo?" Suele pasar, al menos con estos seres humanos con los que comparto hoy tarde. Ahora le toca a David el chiste, esta ronda creo que es ronda de chistes malos, son a cada cual peor pero a cada cual me río más, me he dado cuenta que me hacen más gracia los chistes malos que con los de verdad; soy rara ya lo sé. "Esto en un italiano..." empieza contando. ¿Italianos tenían que ser, no pueden ser franceses o españoles, ingleses si me apuras? no, italianos. Qué veranito llevo con los italianos. ¡Ostias, si no he avisado a Rivera que tanto Dani como yo cambiamos ya de número. Ahora mismo le mando un sms y le informo. Se me había pasado por completo. Aunque... quizá Dani si le haya avisado. Se lo voy a preguntar. Conecto el wassup, el también lo tiene (como no) y le hablo. Diréis que si estamos prácticamente al lado, nos separa la silla de Moni y David, es un idiotez hablar por wassup, pero paso de decirle que tenemos que hablar e irnos de aquí, por respeto a su novia, sobre todo y menos aún voy a decirlo delante de todos
"Dani, has hablado con R"
"¿R?"
"Rivera, memo"
"No, le llamé pero comunicaba"
"Entonces no sabe que cambiamos de número"
"Si tu no se lo has dicho, no"
"Pues ahora lo intento"

domingo, 16 de octubre de 2011

Capítulo 80


-Hombre, Flo, déjale que estaba intentando ser agradable conmigo – Le digo con una sonrisa.
Estamos los tres alrededor de la barbacoa mirándola como tres tontos observando como se va encendiendo. Suena mi móvil y doy un brinco, me he asustado. Descuelgo el teléfono.
-Peque – Es Dani, ¿qué susto me ha dado? - Estoy en casa de Lara, hemos venido a que coja un bañador y nos vamos para allá, avisa, ¿vale?
-¡Vale, claro!
-En un ratillo nos vemos.
-Adiós cari. - Colgamos creo que los dos a la vez – Florentino, era Dani. Viene para acá. Al final sí viene con la novia.
-Perfecto, así nos conocemos todos con todos – Llevamos unos quince o veinte minutos hablando de nuestras movidas, acaba de llegar David con su sobrino; se tiene que quedar a cargo de él puesto que sus padres están en el hospital, ha tenido un hermanito según me dijo antes Mónica. Me da por mirar hacia donde están todos y veo a Dani hablando con Juange, mira hacia donde estamos nosotros y saluda. Le hace un gesto a Lara y vienen hacia nosotros. Cuando nota que alguien viene Raúl gira la cabeza hacia el “caminito” - ¿Lara? - ¿Se conocen?
-¡Raúl!¡Cuanto tiempo! - Los dos se funden en una abrazo fuerte de amigos, de buenos amigos. ¡Así que se conocían de antes! De repente se dan cuenta que están con más gente y retroceden como si no hubiera pasado nada, Dani, Flo y yo nos reímos bajito.
-Dani – Dice Flo intentando cambiar de asunto – te presento a Raúl, el nuevo colaborador del programa.
-Encantado Raúl – Se dan un apretón de manos, lo típico – Por cierto, Flo, ¿y mi amiga Cristina que hace aquí?
-Pregúntaselo a ella, te sorprenderá. – Dani se va corriendo, bueno, andando rápido. Lara y Raúl no paran de hablar de sus cosas. - ¿Ella es la novia de Dani, verdad? - Me pregunta Florentino en un mediosusurro.
-¡Lara, ven un momento! - Se acerca – Me gustaría presentarte, por si no le conoces, a Florentino, el jefe de Dani y mío.
-Encantada, gracias por dejar que viniera.
-¿No pasa nada,además vienes acompañando a Dani, no? Veo que Raúl y tu os conocéis.
-Sí, nos conocemos desde hace tiempo. Una novia que tuve era amiga suya. Y por lo que veo Dani y la otra chica también se conocen.
-Son muy amigos. Bueno, ahora vengo. - Voy hacia donde se encuentran Dani y Cristina – Veo que ya lo sabes.
-¿Tú ya lo sabías? - Dani me mira sorprendido – Pudiste haberme dicho algo y no quedar ahora como tonto - ¿A este tío que mosca le ha picado ahora?
-Si no te dijo nada fue porque te quería dar yo una sorpresa y le dije que no te avisara. Lo siento si te ha molestado, vuelvo a decir que fue una sorpresa.
-Ui, sí, menuda sorpresa, me ha encantado. - Dice con sarcasmo. Está muy raro
-Daniel, ¿puede saberse qué te pasa hoy? - Digo yo ya enfadada.
-Nada, nada. Lo siento chicas, es que estoy muy cansado y ya sabéis como me pongo yo cuando me agobio.
-Ya, pero intenta relajarte, ¿vale? - A ver si a Cris le hace más caso que a mí en este sentido – Por mí, por tu novia y por Patri, que luego es la que te tiene que aguantar en casa.
-Vale – Sonríe – Lo siento si he sido un poco... un poco brusco

sábado, 15 de octubre de 2011

Capítulo 79


-Hola Patricia. - Su tono de voz es diferente, es más seria, no es el tono cariñoso con el que siempre habla conmigo
-Hola Dani. ¿Pasa algo?
-No, no, no pasa nada. Es para avisar que estamos llegando pero que a lo mejor no paso por casa. Seguramente nos vayamos Lara y yo a comer. - Hum... Se va a ir a comer por ahí pudiendo venir aquí con nosotros y con barbacoa, qué raro
-Dani, ¿no vas a venir a la fiesta de Flo?
-¿Qué fiesta?
-Nos ha invitado a algunos de equipo y a nosotros a una barbacoa en su casa. Te he enviado un sms sobre las 10 y cuarto, mas o menos.
-A mí no me ha llegado nada. - Su tono de voz va cambiando durante la frase, ya es el tono de siempre - Tampoco es de extrañar con la mala cobertura que hay por la carretera, aunque en realidad me tendría que haber llegado al coger cobertura.
-¿Vienes en coche? - Pregunto extrañada, ¿no se había ido en tren? Al menos es eso lo que me dijo antes de irse
-Sí, ya te contaré mejor en persona, peque que ahora apenas tengo tiempo, estoy esperando y en seguida nos volvemos a poner en carretera. Bueno, te dejo, que nos vamos – Dani hace una pequeña pausa, minúscula, pero que me permite escuchar una voz de fondo. Es una chica.
-¿Estás con Lara, verdad?
-En 15 minutos más o menos llegamos, te doy un toque si quieres.
-¡Dani! Tú sabrás. Pero vas a venir a casa de Florentino o no. - “Vamos Dani” oigo de fondo. “Ves entrando en el coche” dice él a Lara, seguro que es ella. ¿Quién va a ser sino?
-Pero si voy yo viene ella. No la puedo dejar plantada así por las buenas por ir a una fiesta en casa de mi jefe
-¡Qué mas da quien venga!
-Bueno pues yo hablo con Lara y a ver que dice. Vamos, no creo que diga que no. Luego te doy un toque peque – Esto último me lo dice susurrando, no me gusta que se esconda para hablar conmigo, pero al menos, mirándolo por otro lado, es educado ya que al menos cuando está su novia delante se corta un poco. En el fondo lo entiendo, a mí tampoco me gustaría estar con mi novio y que le estuviese diciendo “peque” a otra. - Ahora me voy, que me está esperando. Un besito.
-Adios - Cuelga y me dirijo hacia Flo, voy a decirle lo que me ha dicho Dani – Acabo de hablar con Dani, me ha dicho que si puede venir es con su novia.
-Ah, ¿que tiene novia? No lo sabía. Sí, que venga quien quiera. Así nos la presenta.
-Seguro que la conoces. Es presentadora. Verás como te suena. Dani dice que llegará dentro de 15 minutos o cosa así, que me llamará cuando llegue y me confirma.
-Vale. Cuando te llame me avisas. Raúl y yo vamos a ir encendiendo la barbacoa, si te vienes...
-Claro. Vamos – Miro el reloj del móvil, la 13:31, efectivamente, va siendo hora de encender la barbacoa, que a este paso comemos a las tres. Raúl ya está allí.
-Hola otra vez – Dice Raúl inclinando la cabeza haciendo una especia de minireverencia.
-¿A qué viene esa reverencia? Ahí como si fuera la Reina – Me río, este chaval, le acabo de conocer y ya me cae extremadamente bien. Es más salao que las pesetas, se dice en mi pueblo.
-Sé diferenciar a simple vista las chicas majas y las que no. Las que lo son se merecen algo más que las otras. No se si me entiendes.
-Sí, te entiendo muy bien. - Más tiempo paso con él más encantador me parece
-Hey, chicos, perdonad que os interrumpa, encargaos vosotros de esto, que tengo que subir un momento. - Flo se va y ahí estamos Raúl y yo mirándonos en silencio.
-Bueno, ¿vives sola? - Se atreve a decir él para romper el silencio
-No, vivo con Dani, luego le conocerás, es un chaval también muy majo.
-¿Tu novio?
-No, no, no, no. Solo somos amigos. Empezamos a compartir piso hace 5 años, cuando llegué a Madrid. Conozco a la casera del piso y habló con él para ver si me podía quedar allí, dijo que sí y ahí sigo. Nos llevamos genial. Somos como hermanos.
-Por lo que dices tiene que ser un tío supermajo.
-Sí, seguro que os hacéis amigos. Está loquísimo y como le dé por las imitaciones... hay días que no se las saca ni Dios con un sacacorcho pero hay otras... ¡Que qué pesadez!
-Ahhh, ese Dani. ¿Martínez, no? Es que conozco de vista a todos los del programas, lo veía antes. Lo que pasa es que no caía cuando me lo has dicho. - Sonrío y sonríe él.
-Bueno qué chaval, ¿te dejo solo ni cinco minutos y ya estás ligando? - Flo está a nuestro lado mirándonos con cara de padre cuyos hijos se están graduando en la universidad. Nos reímos los tres. ¿qué remedio?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Capítulo 78


Juange para el coche cerca de casa de Flo. Salimos del coche, vamos hacia la puerta y pulsamos el timbre. Nos abre Flo.
-¡Buenas, gente! ¿Y Martínez no viene?
-No está en Madrid, me dijo que venía hoy a medio día o cosa así. Le he dicho que luego se venga para acá si quiere.
-Ah, vale. Bueno, pasáis o os queréis quedar en la calle. - Entramos en la casa. Están todos en el jardín, unos dentro de la piscina y otros fuera. - Patricia, Anna, venid, que os voy a presentar al nuevo colaborador del programa. ¡Raúl! - Un chaval con el pelo rizado un poco más bajo de Dani, se gira y viene hacia nosotros.
-Buenas, soy Raúl. Tú... – Se queda pensativo señalando a donde Anna con un gesto de “no me lo digas” - Tú eres Anna Simón.
-¡Alguien que me reconoce sin maquillar! – Se ríen. Me mira a mí.
-A ti si que no te conozco.
-Sería extrañísimo que me conocieras. Soy Patricia, amiga de aquí la gente. - Me coge la mano y me da un beso, mira que caballero.
-Un placer conoceros. Espero que nos llevemos bien, es mucho tiempo el que vamos a pasar juntos en la preparación del programa y tal. Contigo Patricia ¿rollo facebook?
-No si de mi también te vas a jartar, sobre todo si quieres comer. Soy cocinera.
-Así que además de guapa, cocinillas.
-No hace falta que alagues. - Digo, eso sí, con una sonrisa
-No alago, es cierto.
-Bueno ya. ¿Nos bañamos? - Digo para intentar zanjar el tema.
Dejo la mochila junto a las demás y saco la toalla y el bote de crema. Me quito las calzonas y me siento en el bordillo de la piscina con Mónica mientras me extiendo la crema protectora por los brazos.
-¿Qué tal las vacaciones, Patri? - Dice Monica en cuanto me siento a su lado con una amplia sonrisa, la noto feliz.
-Bien, en el pueblo. Lo mismo de todos los años. En casa de mis padres y haciendo planes con mis amigos del instituto, haciendo de todo lo que se puede hacer en un pueblo. ¿Y tú qué tal?
-Haciendo un poco de turismo con David. Estuvimos un fin de semana en casa de sus padres, pero en general nos hemos ido a conocer mundo. Queríamos unas vacaciones en pareja, sin mucha gente por el medio.
-Hablando de David, ¿No ha venido?
-Vendrá dentro de un rato. Esta mañana su hermana se ha puesto de parto y ha tenido que ir. Unos nervios tenía el mi pobre... parecía que iba a ser él el que pariera...
-¡Patricia, te está sonando el móvil! - Me grita Javi desde la mesa
Disculpa Móni, seguro que es Dani. ¡Voy! - Me levanto rápidamente y cojo el móvil.
¿Diga?


Capítulo 77


Suena el teléfono.
-¿Diga?
-Hola Patri, hemos quedado unos cuantos para ir a casa de Flo a la piscina. Me ha dicho que os llame para ver si os queréis venir vosotros también.
-Por mí vale. ¿Quienes vais?
-Vienen Cristina, Juange, Monica, David, Legi, Javi y María quizá. Ah, y uno nuevo. ¿Qué, contamos vosotros?
-Es que no sé, Dani no está, me ha llamado hace un rato diciéndome que viene hoy. - ¿Qué hago? No sé porque lo pienso, mejor actúo, no tengo que depender de Dani para nada, excepto para llevarme al trabajo. Metro no, metro caca. - Ahora le llamo, le digo que si quiere que se venga para allá cuando llegue y si no que se vaya a casa, que tiene las llaves, no pasa nada porque esté solo con el gato.
-Vale, pues si quieres te pasamos a recoger.
-Está bien. ¿A qué hora?
-He quedado con Juange a las once y media. Así que quedamos contigo sobre y cuarto o y veinte. Lo que tardemos de mi casa a la tuya. ¿Te parece?
- Sí, está bien la hora.
-Bueno, pues hasta luego.
-Adios cuqui.
Antes de hacer nada será mejor que le mande a Dani un sms para que sepa que estamos en casa de Flo, por si quiere venir sobre todo.
“M voy a casa d Flo q ns a invtado a la pscina. Si qieres cuando llgs t vas para allá ”
A ver si lee el sms, pero vamos, a estas hora debe de estar sobando todavía, seguro que estuvieron de fiesta hasta las tantas. Bueno, voy a prepararme que luego se me pasa el tiempo volando. Enciendo la minicadena, no se que disco estará. Anda ACDC, Highway to Hell. Esta canción me anima muchísimo, no tengo ni pizca de idea de por qué. Me meto en el cuarto de baño para depilarme, muy importante. Tardo poco ya que lo que tenía que hacer era repasar. Ahora toca el bikini ¿Cual me pongo? El azul. Abro el armario y cojo unas calzonas cortas vaqueras y una camiseta de tirantes y me peino. Son las once menos cuarto todavía así que esperaré mientras limpio. Al final decidí colocarlo todo, pero después de hacer fotos a todo, por si en el futuro son de utilidad, que espero que no. Boris lleva unos días extrañísimo, no se baja de la estantería donde tenemos los libros. Querrá aprender, porque otra cosa no entiendo. Miro el reloj, las 11 y cuarto. Me voy ya para abajo.
-Miau.
-Anda enreda, bájate de ahí. - La bajo de la estantería y me dirijo a la puerta tras coger la mochila con la toalla y demás.
-Miau – Me agacho y le acaricio la cabeza. El gato se marcha; si fuera una persona diría que mascullando algo pero al ser un gato... ¡qué cosas más raras hace este gato! Salgo de la casa y bajo por las escaleras. Me apetece bajar por las escaleras hasta llegar al portal. Estoy por llevar mañana a Boris al veterinario, a ver si le pasa algo y por eso está así de raro, raro dentro de lo que es él normalmente, que un gato muy normal no es, ¿que gato se deja poner trapos en las pezuñas? El mío. Recuerdo la imagen de Boris con los trapos en las pezuñas, empiezo a reir.
Son las 11:30 y veo por fin el coche de Juange venir por la esquina de la calle. Se paran justo en la puerta del edificio.
-Perdón por la tardanza, había tráfico.
-No pasa nada, me lo he imaginado. Un día de diario, Madrid, 11 de la mañana... 1 de Agosto... en el centro no hay ni dios, pero más a las afueras...
-Ave... Bueno, ¿nos vamos?
-Claro – Ese claro lo digo “modo Mariñas”, se ríen ¿tampoco lo hago tan mal?


martes, 11 de octubre de 2011

Capítulo 76


La noche está transcurriendo con normalidad. Acabamos de entrar en una discoteca céntrica de Gijón.
-Dani, tío, ¿ese no es Carlos Latre? - Dice uno de mis amigos. Miro hacia el lugar que está señalando. Efectivamente es Carlos. Me acerco a él rápidamente a él que estaba con sus colegas apoyado en la barra.
-¡Carlitos!
-¡Martínez, como que tú por aquí!
-Ná, que vine con unos amigos y con mi novia a pasar unos días. Ven, que te los presento, me hace ilusión – Carlos me sigue hacia donde me encontraba anteriormente con los demás. Les presento a todos mis amigos dejando a Lara para el final inconscientemente. Cuando llega a ella se para.
-Yo a ti te conozco.
-¿Soy periodista?
-No, pero no es de eso expresamente. Tú eres amiga de un futbolista, ¿verdad? - Tiene que hurgar. A ver qué dice.
-Bueno sí. Amiga... conozco a varios futbolistas, sobre todo por mi profesión y con algunos tengo contacto vía facebook, pero...
-Pues no sé entonces
-Bueno, estuve un tiempo saliendo con Sergio Ramos, pero vamos nada serio, si es a eso a lo que te refieres. Ahora no hablamos mucho, tampoco es que haga mucha falta, no acabamos muy bien que digamos. Pero, si no te importa, prefiero no hablar sobre este tema que... - está mi novio aquí. Le ha faltado decir en la frase. Por un lado me gusta que haya decidido no hablar del tema, no me apetece recordar aquellos momentos de hace ya 5 años, pero por otro me hubiera gustado saber a donde llegaría esto, a ver si gracias a otra persona pudiera hacer que me contara la verdad. Igualmente, se que delante de mí va a medir bastante las palabras, es lo más normal.

Estamos ya dirección del hotel tras un rato de copas. No es muy tarde, pero no nos apetece a ninguno estar más tiempo. Llegamos al hotel y entramos en nuestras respectivas habitaciones
-Larita, acuéstate ya si quieres, me voy a duchar. Intentaré tardar lo menos posible para no molestarte.
-No te preocupes. Tómate el tiempo necesario, no hay ninguna prisa – Sonríe. ¿He dicho ya que me encanta cuando sonríe? Creo que sí

Capítulo 75


Me río al recordad aquel día, me río por no llorar, desde luego...
-¿Fuerte dices? Fuerte antes o después de las seis botellas de villamassa.
-Oye Dani no te quejes que yo fui el que salió peor parado.
-No te creas Nachete que...
-¿Quien acabó en calzoncillos?
-Tú.
-¿Quien acabó encerrado en el armario de la fregona, en calzondillos, con Pedroche buscando chinchetas iluminándonos con un puto mechero?
-Tú
-¿Quien...?
-¿A quien pincharon con las chinchetas que encontrasteis en el armario?
-¿Me vas a comparar lo tuyo con las chinchetas con lo mío? Que tu te pusiste una chincheta de pendiente, yo me metí en un armario de medio metro cuadrado con Cris
-¡Pero si os acabasteis liando después!
-Eso ya fue el villamassa, nada más.
-Seguro...
-Bueno, quizá lo del armario tuvo algo que ver... - Le echo una mirada de “¿has visto como lo sabía?” Si es que e conozco desde que tengo uso de razón. Me da por mirar el reloj.
- Oye, Nacho, me voy a cambiar de camiseta y echarme colonia y nos bajamos, que son menos 5.
-Vale, ¿te acompaño?
-No hace falta, seguro que está Lara esperándome en la habitación
-Vale, te espero abajo – Salgo de la habitación de mi hermano y me dirijo a la mía. Llamo a la puerta, la tarjetallave, como la llamo yo, la quedé en la habitación, espero que Lara esté dentro. Bueno, estoy completamente seguro de que así es. Efectivamente, ¿como me iba a esperar abajo?
-Menos mal que no te habías bajado, me quedé la llave aquí.
-Me di cuenta, iba a bajármela si no venías. ¿Nos vamos ya?
-Espera un momento.
Abro la maleta, cojo una camiseta limpia y me pongo un poco de colonia. Todo esto bajo la atenta mirada de Lara sonriéndome. Me gusta cuando sonríe, me gusta cuando me mira así. En el fondo me gusta Lara, la quiero. Vale que se puede decir que algunas veces sea un poco insoportable cuando se pone con sus rabietas de celos pero por otra parte es cariñosa, divertida y sociable, no como una de las primeras novias que tuve, que cuando salía con ella ni se me ocurriera llamar a los demás del grupo. Además tiene mucha personalidad propia y no se deja influir por los demás fácilmente y eso en una chica me gusta. Pero, es que también está Patricia. Patricia ha sido siempre una persona demasiado especial para mí. Desde el primer día que nos conocimos en notado en ella una de cariño hacia ella, pero nunca llegué a pensar que la pudiera querer como algo más que amiga. No se qué debería hacer con Patricia, ya hablé con Anna, que sé que la conoce muy bien, pero no me ha ayudado mucho. Cuando tuve la oportunidad de decírselo no fui capaz, me entró miedo a que ella no sienta lo mismo y decida irse.
-Cariño, ¿te encuentras bien? - Me dice Lara sujetándome la barbilla, esto hace que vuelva a la tierra. ¿Cómo puedo estar pensando en Patricia teniendo enfrente de mí a mi novia?
-Sí, ¿por qué lo dices?
-Nada, como no salías.
-Estaba intentando recordar una cosa. Vámonos.
Bajamos hasta la entrada del hotel, allí están los demás de los amigos. Nos vamos dirección al restaurante donde vamos a cenar. He decidido que no voy a pensar en Patricia en lo que quede de noche, mañana ya será otra movida. También he decidido que ya me da igual que la prensa nos vea a Lara y a mí juntos. De verdad que paso de ocultarlo, qué mas da si al final, de una forma u otra se acaban enterando...

domingo, 9 de octubre de 2011

Capítulo 74


Ya está Lara aquí, de camino al hotel. Ojalá el tiempo se detuviera ahora mismo y yo pudiera salir de aquí. Quería unos días sin chicas y se ha apuntado ella, pero también he de reconocer que estas vacaciones no he estado ningún día con ella. Estoy esperando en la puerta del hotel, a ver si llega. Por fin la veo salir del coche.
-Por fin llegas
-Había tráfico. Vamos a entrar que quiero soltar las cosas. - Subimos a mi habitación
-Esta noche vamos a salir. Si te quieres venir hemos quedado aquí abajo a las 10. Esta es la habitación. Una cosa, te quedas aquí porque Nacho me ha hecho el favor así que ya puedes darle las gracias.
-Lo que tú digas – Fffffff. No he visto dos personas que se lleven peor
-Te dejo arreglarte, me voy a la habitación de mi hermano.
-Pero quédate aquí...
-He dejado una conversación pendiente con él al bajar a por ti. Ya te he dicho que a las 10 en la entrada – Abro la puerta.
-Espera Dani – Cierra la puerta y me empuja a la pared – Con todo este tiempo sin estar juntos, nos vemos y te vas a hablar con tu hermano dejándome aquí sola.
-Sí, creo que esto ya lo hablamos. Aunque estemos juntos tú tienes tu vida y yo tengo la mía. Yo no voy a estar como estuve la otra vez, como un perrito detrás de tus faldas, haciendo lo que tu dices solamente porque te quiero mientras que a mis espaldas haces lo que te da la gana.– Esto último lo digo más despacio que lo demás, para ver si se da cuenta que va con doble sentido. - He cambiado, ya no me dejo engañar tan fácilmente como antes y que te quede claro que no te voy a aguantar ni la mitad de rabietas que te dan.
-Tu queridísima amiga Patricia te ha comido el cerebro. No sabes ni lo que estás diciendo. Ha...
-A Patricia no la metas en esto. Ella me animó a que volviera contigo, indirectamente, pero me animó. Ahora empieza a arreglarte, que con lo que tardas son las 10 y no has terminado.
Salgo de la habitación intentando no dar portado y me dirijo a la de Nacho. Esta chica me pone de los nervios. Parece que no había chicas en el planeta más que ella para ayudarme a sacarme de la cabeza a otra persona (no hace falta que diga quien es porque creo que lo sabréis). Llamo a la puerta de la habitación de mi hermano pequeño, me abre y entro.
-¿No aprendes, no? - Niego con la cabeza – Dani, te digo y te repito que, por experiencia sé, que intentar sacarte a una chica de la cabeza con otra no sirve para nada. Tu amiga Cristina lo sabe también muy bien. ¿Hace falta que te recuerde lo que pasó?
-No, no hace falta, no hace falta sacar las mierdas del pasado y menos lo de aquel día en tu casa. Te recuerdo que me dije que no iba a volver a jugar a la botella.
-Pero lo volviste a hacer
-Sí, pero la versión light, como dice tu novia. Pero a esa versión que hicimos el año pasado en tu casa... no, esa no.
-La verdad es que sí que fue bastante fuerte.

Capítulo 73


-Tío, ¿vas a tardar mucho? - Dicen que yo tardo en la ducha pero es que él tarda como el doble que yo, y la mitad del tiempo es solo para colocarse el flequillo. - Chacho...
-Déjame, pesado – Sí gente, este es mi hermano, Ignacio para mi abuela Sagrario y Nacho para los demás mortales de la Tierra.
-Que si no te das cuenta los demás también queremos ducharnos – Aunque discutamos en el fondo nos queremos. Llevamos toda la vida así, cosas de hermanos.
-Si dejas de agobiar me doy prisa
-Vale, estoy en la terraza, avísame cuando salgas. - Cojo el Iphone y me salgo al balcón. Tengo de terminar de mandarle a la gente mi nuevo número. De repente me viene la imagen de Patricia en la mente. ¿Estará bien? Debería llamar... no, mejor no. Debo resistirme, no puedo dejar que sepa la verdad. Sigo mandando sms a mis contactos para avisar que este es mi nuevo número. Ahora mismo estoy con el sms para mi novia. Deberéis pensar que ese debería haber sido el primero pero no tengo ninguna gana de hablar con ella. Es una chica un poco posesiva pero supongo que la quiero, sino no estaría con ella. Enviar. -Milésimas de segundo después suena mi teléfono.
-¿Diga?
-Menos mal que me ha dado por buscar en la agenda tu otro teléfono, porque ya no me coge el teléfono ni Patricia, parece que lo estás haciendo adrede, aunque con esa chica en tu casa no sería tan difícil. Sabes como es, me quiere lejos de ti. Lo sabes y no te vale solo con dejandola estar en tu casa sino que te vas a su pueblo de vacaciones y... – Es la segunda vez en esta semana que e llama así. ¿Es que no se da cuenta que cuando se pone así no la soporto?
-Lara, no voy a estar como el otro día. O te callas y me escuchas o te olvidas de volverme a hablar en la vida. Tu eliges – Se calla. Por fin lo conseguí sin necesidad de llegar a voces, como la otra tarde. - Lo primero es que ella no te quiere lejos de mí, a ella le da igual con quien esté yo o dejo de estar. Somos solo amigos, y lo sabes. Te acabo de mandar un sms diciéndote que he arreglado el teléfono pero que he tenido que cambiar de tarjeta. Asi que apunta en la agenda este. Y te recuerdo que si antes no te cogía el teléfono era porque no sabía que me estabas llamando.
-Vale, tú, ¿y Patricia? ¿No puede hacer el favor de cogerme el teléfono para que te pongas y podamos hablar?.
-Yo que se. Estoy en Gijón con unos amigos y mi hermano. No tengo ni idea de donde estará ella, la dejé en Madrid pero lo mismo no está. Pero vamos, no creo que me hayas llamado para echarme en cara que Patricia no te coge el teléfono.
-No, era para decirte que tengo unos días libres por si hacíamos algo juntos, como me dices que estás en Gijón voy esta tarde para allá ¿vale? - ¿Qué se supone que hay que decir cuando tu novia te dice que se quiere ir contigo de vacaciones pero tu quieres estar solo con tus amigos y tu hermano, unos días de tíos?
-¿Esta tarde? ¿Venirte a Gijón?
-Sí, ¿algún problema? Si no quieres no voy, me da igual. Me quedaré aquí en casa sola pensando en qué estará haciendo mi novio con sus amigos de fiesta. Imaginándome que lo mismo está con otra por ahí y yo en casa viendo series – Vamos Larita, tu y yo sabemos que tú no te quedas en casa viendo series ni con fiebre, pero ahora no puedo decirle que no, se pondría con su dramatismo, que a veces creo que en vez de periodista debería ser actriz, por que lo hace de bien... - Bueno, te noto callado, ¿quieres que vaya y estemos juntos o prefieres estar sin ataduras ni novia detrás de ti para irte de fiesta todo lo que te de la gana? - A esa pregunta la respuesta está clara pero no tengo más remedio que contestar lo contrario.
-No, claro Lara, vente si lo deseas. Si quieres voy reservándote una habitación.
-No hace falta que reserves nada. Mejor compartimos – Daniel, dile que no.
-Si quieres... - ¡Como puedo ser tan tonto y tan cobarde!
-Pues esta tarde voy para allá. Hasta esta tarde nene.
-Hasta luego – Cuelga. Me doy un golpe en la frente. Levanto la mirada y me encuentro a mi hermano apoyado en la pared.
-Eres tonto.

sábado, 8 de octubre de 2011

Capítulo 72

Al rato el móvil de Anna suena en su bolsillo. Se levanta y sale a la puerta y hace un gesto. Se acerca a ella una chica bajita morena, está de espaldas y no puedo verle la cara. Se gira hacia mi para entrar en la heladería. Ya se quien es.
- Patri te presento a Cris...
- Ya, si nos conocemos desde hace tiempo
- Sí, un día estábamos tomando algo todos los del equipo de SLQH y nos encontramos con ellos y Mateo me presentó a Martínez y a ella - Dice Cristina
antes de darnos dos besos.
- Bueno, qué ¿Seguimos con nuestro helado, que se va a derretir? - Dice Anna sentándose en la silla
- Sí claro. Cris, vete tú a coger uno, te esperamos. - Esperamos a Cristina que no tarda en volver junto a nosotras.
- Bueno, y cómo os habéis conocido vosotras. - Pregunto
- Pues Flo me llamó para sustituir a Romina en el nuevo programa al enterarse que ella se iba y acepté. Según él me recomendó Romina. De momento las únicas personas que lo saben sois vosotras y Flo.
- Y yo lo se porque la pillé hablando con Flo y me lo contaron sino. - Dice Anna cogiendo el móvil de la mesa, que acaba de sonar
- Oye, Patricia, no le digas nada a Dani vale, que es una sorpresa y sobre todo para él.
- Vale, no te preocupes, no le digo nada. De todas formas vamos a estar ahora unos días sin vernos. Está en Gijón con unos amigos y su hermano .
- Ya, lo se, estuve hablando con Nacho el otro día rollo facebook, me llevo muy bien con él después de lo que pasó.
- Ya sabes lo que dicen, que el roce hace el cariño y ese día hubo bastante.
- Eso dicen y si que hubo pero que vamos, a mi no me mola y además yo también tengo novio yo también.
- ¿Sí? ¡qué bien! ¿estarás contenta, verdad? Yo estuve unos meses saliendo con Jaime, el chaval que estaba con nosotros el día que nos conocimos en aquel bar. ¿Te acuerdas? Pero he decidido que por un tiempo es mejor estar sola- Anna nos está mirando como con cara de "qué me he perdido" - Annita ¿te aburres?
- No, todo lo contrario, parece que estoy viendo una peli. Además con mi helado de chocolate, o al menos lo que queda de él... - Su móvil vuelve a sonar, esta vez es una llamada - Poned en pause la peli, que me llama el otro abuelo. ¿Si?... - Sale un momento a la calle, le oigo hablar por teléfono pero no entiendo nada, está hablando en catalán. Supongo que será con Miki.

Capítulo 71

Anna está sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared.
- Anna... - Sube la cabeza. Está llorando - ¿Sí, verdad? - Se levanta y me abraza.
- ¿Por qué? ¿Por qué ahora?
- Míralo por el lado bueno. ¿A ti te gustan los cuquiniños, no? - Asiente - Pues ya está, pues tendrás uno en tu casa.
- Y lo demás, y mi trabajo, mi casa, Miki...
- Ahora no pienses en eso, ya se sabrá que hacer cuando sea necesario. ¿Mira, sabes que te digo? Que a la casa que le den. Nos vamos a ir tu y yo ahora mismo a darnos un caprichito. ¿Dónde quieres que vayamos?
- Me apetece un helado de los de la heladería del amigo ese tuyo.
- Pues me cambio de ropa y marchamos.

Estamos en la heladería que dice Anna. No es que sea amigo mío solo que le conozco de la escuela de cocina y me invitó a la inauguración de la heladería el año pasado, y luego dicen la gente que las redes sociales no valen para nada, pues yo no he perdido el contacto con muchísima gente gracias a ellas. Anna se ha comprado un helado de chocolate, su favorito y yo uno de coco y galleta. Lo probé hace poco y está buenísimo. Nos sentamos en una de las mesas y nos ponemos a hablar. Me pregunta por el verano, le cuento todo, punto por punto desde el primer día Se ríe, como para no reírse. Desde luego todos los días son para contar algo.
- Y por cierto, ¿no tienes miedo a que los que hicieron eso en tu casa puedan volver? Yo en tú lugar estaría acojonada.
- Mira, si tuve ovarios para hacer lo que hice con el otro... yo creo que ahora unos tíos que destrozan casas para meter miedo no me van a hacer temer. Creo que desde aquel día le tengo miedo a muy pocas cosas, ese día será muy difícil de olvidar, pero por algo relativamente malo. - Suena el móvil de Anna.
- Un momento. ¿Sí? ... ah, hola ¿que tal?... Nada, aquí con una amiga tomando un helado ... jeje. Oye, vente si quieres para acá, así os conocéis aunque a lo mejor ya os conocéis de antes, no se ... donde te dije ayer ... Ah, vale, me parece perfecto. Cuando estés llegando me das un toque si quieres ... Vale, chao, hasta ahora. - Cuelga - Crece la merienda. ¿No te importa, no?
- No, claro, cuantos más mejor.
¿Quien será?

viernes, 7 de octubre de 2011

Capítulo a la carta (parte V)


No he querido recoger mucho ya que no se exactamente qué hacer. ¿Aviso a la policía? Si doy parte de lo ocurrido a las autoridades ellos harán algo para ver quién ha sido, pero a la vez me harán preguntas y no quiero. No puedo dejar que el caso salga a la luz porque los investigados hayan ido a casa de la investigadora y hayan destrozado la casa. Suena el telefonillo. Es Anna. Abro la puerta del portal y la de mi casa.
-¡Buenas tardes! - Me asomo a la puerta – Toma, te he traído lo que me dijiste y unos macarrones que me sobraron de la comida, por si los quieres para cenar. Y por el dinero no te preocupes. Me hace ilusión “regalartelo”
-¡Ay, cuqui, gracias! Ven siéntate, no te asustes de cómo está esto.
-No pasa nada. Tendrías que ver la casa de Miki... y eso lo hace solo él. Cada vez que voy a su casa parece que soy su limpiadora. Yo no puedo estar en una casa en la que está todo por el medio, es superior a mi fuerza. Porque una cosa es que esté desordenada y otra es eso. – Se ríe - ¿Qué tal en tú pueblo?
-Bf, genial, creo que estas vacaciones en el pueblo han sido las mejores y sobre todo los días en los que ha estado Dani. Ayer... ayer fue algo. Ya te contaré más despacio, ahora quiero saber que es lo que me tienes que contar tan urgentemente. - Anna mete la mano en su bolso, que lo tenía apoyado en las rodillas.
-Mira Patri, tengo un problemilla y me gustaría que tú fuera la primera persona en saberlo. Al menos antes de contarle a Miki - Saca del bolso una bolsa pequeña blanca, me fijo mejor, es una bolsa de una farmacia.
-Dime
-Tengo un retraso, y sabes bien que soy más puntual que un reloj. Me da miedo que sea lo que creo que va a ser.
-A ver, a ver, a ver. ¿Me estás diciendo que crees que puede que estés embarazada? - Asiente lentamente, como deseando que eso no fuera una afirmación, pero lo es - ¿Pero por qué te da miedo? Lo que deberías es estar contenta, estas cosas dan felicidad, o eso se supone, además si tú a mí me dijiste que querías, que sería la ilusión de tu vida.
-Exacto quería, pero... ahora no. Yo estoy feliz como estoy ahora,tengo un trabajo que me encanta en el que no me gustaría ausentarme por nada. Además, lo que no sabes es que desde que volvimos de las vacaciones Miki y yo no estamos exactamente en nuestro mejor momento, estamos bien, pero tenemos unas movidas personales... diferencias de opiniones, podría llamarse. Además, ¿quién deja el trabajo? Se viene él a Madrid, me voy yo a Barcelona... Bueno vamos a dejar de poner el parche antes que la herida y voy a hacerme la prueba.
-Corre - ¿Qué tendrá deparado el destino? Todo depende de lo que diga la prueba. Demasiadas cosas van a cambiar si es cierto lo que dice. Al poco rato sale del baño – ¿A esperar, no?
-Sí, a ver qué dice. Oye, ¿sabes que he estado en Croacia de vacaciones? - Me está contando que tal sus vacaciones y me doy cuenta de que tanto Anna, como Dani, como Flo se han ido de viaje al extranjero y yo al pueblo. Si es que soy de lo que no hay. - ...fue entonces cuando ¡Ay, que casi se me olvida! Voy al baño a ver el resultado. - No regresa, me decido a ir al cuarto de baño.
-Anna ¿estás bien?

jueves, 6 de octubre de 2011

Capítulo a la carta (Parte IV)


Apenas Dani ha arrancado el coche cuando recibo una llamada de mi hermano.
-Ven inmediatamente a por tu gato, a mi me tiene manía, no voy a llevármelo yo
-Bueno, bueno. Vale, no hace falta que me grites. Ahora vamos a por él. Ve metiéndolo en la jaulilla
-Pero si es lo que no me deja, te lo iba a llevar yo a casa de Sara pero no soy capaz ni de que se acerque a mía menos de 5 metros por lo menos.
-Mejor déjalo. Ya vamos nosotros ahora y le cojo. Hasta ahora – Cuelgo – Dani, tira para casa de mi madre que recojamos a Boris, mi hermano dice que no se piensa quedar con él, que el gato le tiene manía – Dani sonríe. Llegamos a casa de mi madre, consigo sin dificultad que Boris entre en el trasportín y le meto en el coche. Ponemos rumbo a Madrid con la radio puesta acompañada de nuestras conversaciones absurdas. Llegamos a nuestro destino casi sin darnos cuenta. Le digo a Dani que pare unas calles antes de llegar a casa – Dani, vamos a hacer una cosa para por si acaso, voy a subir yo a casa, si no pasa nada te doy un toque y subes tú. Quédate mi móvil. Si no te llamo en cinco minutos vas a ver si Flo ha vuelto de Estados Unidos y si está le cuentas.
-Vale. - Salgo del coche y miro a los dos lados, no viene ningún coche y cruzo la carretera tras coger a Boris. Me dirijo hacia el portal y subo lo más rápidamente que me permite el ascensor. Llego al rellano de la escalera y me quedo a la escucha para ver si hay alguien en la casa, como dijo Dani la otra vez. No se oye ningún ruido, solamente ruidos provenientes de la casa vecina, lo típicos ruidos de poner la mesa. Saco las llaves y abro la puerta. ¡Mi casa, con lo colocadita que estaba cuando me fui al pueblo! Me dirijo corriendo al salón y marco el número de mi móvil para avisar a Dani que puede subir. Un par de minutos después aparece en la puerta de casa. Suelta todo lo que tiene en las manos y se las lleva a la cabeza, ha hecho lo mismo que he hecho yo al entrar en casa. - ¿Qué ha pasado aquí? ¡Sí parece que ha pasado un tornado por la casa. No me puedo ir quedándote a ti con todo esto.
-No Dani, tu coge otra ropa y vete a Gijón, que ya has quedado con tus amigos y con tu hermano. Ya me encargo yo de esto.

Hace un par de horas que Dani se volvió a ir. Estoy sentada en el sofá, o al menos lo que queda de él, cansada de arreglar la casa y colocar lo que han descolocado los que han estado aquí en nuestra ausencia. Han estado buscando algo, seguro, mi instinto me lo dice. Mi instinto y la obviedad. No creo que por gusto se pusieran a destrozar la casa, pero mejor me callo porque son capaces de eso y de lo que sea con tal de hacer daño a los semejantes. Boris está acostado encima de una silla del salón, mirándome, moviendo la cola. Es un gato muy listo, seguro que sabe que algo raro pasa. Oigo el tono del teléfono. Es un sms ¿de quién? No se. Lo abro
“Pque, soy Dani, apunta ste nº de teléfono. Es el q tnía ants.”
Vale, Dani ya ha cambiado el número, ahora me toca a mí. Mañana por la mañana voy a cambiar de tarjeta. Pasa un rato y el móvil vuelve a sonar. Ahora es una llamada de Anna.
-¡Hola Annita!
-Hola Patri, acabo de hablar con Dani, me ha dicho que estás en Madrid y lo que ha pasado con la casa y eso. ¿Puedo ir un rato, te cuento lo que te quiero contar y ya no puedo aguantar sin contarlo y te ayudo?
-Vale, ven cuando quieras, ya lo sabes. Oye, ¿podrías hacerme el favor de comprar aunque sea una barra de pan?Luego te lo pago. Es que no tengo nada para cenar y no puedo salir de casa con la casa así.
-Sí, claro que puedo hacerte el favor. Además, el súper me cae de paso. Me cambio de ropa, voy a eso y me voy para tu casa. Hasta luego

martes, 4 de octubre de 2011

Capítulo a la carta (parte III)

Me tengo que armar de valor y contarle a Dani lo que siento, yo sola no puedo con esto yo sola, se me viene encima. Nos dirigimos a la cocina, entramos y cierro la puerta.
- Dani, tengo que contarte un asunto - Venga Patri, que tú puedes (automotivación o autoconvinción, como prefiráis) - Anoche, cuando me fui al balcón... - Cojo aire, pienso detenidamente qué es lo que voy a decir - Anoche cuando salí al balcón estuve pensando... - Dani está poniendo un gesto extraño, como si estuviera deseando oír lo que quiero decir - sobre nuestra...
- Nuestra...
- Escapada a Gijón antes de ir a Madrid! No puedo decirlo. Si él solo me quiere como amiga, como hermana, las cosas no volverían a ser como antes.
- ¿Y? - Ahora tocará improvisar
- Vete tú a Gijón si quieres, yo me vuelvo a Madrid - Patricia tonta, más que tonta. Deja de ocultar la realidad y afronta las consecuencias buenas o malas total, ¿algo puede ir peor?
- ¿Y eso? Por la tarde te hacía ilusión venir a Gijón, ¿he hecho que te ha molestado y te haya hecho cambiar de opinión?
- No, no, no.  - Me acuerdo de la llamada de Anna - Estoy preocupada por Annita. Ayer me llamó muy excitada preguntándome que si estoy en Madrid y que tiene que hablar conmigo, me gustaría ir para ver si pasa algo.Es solo eso.
- Me lo creeré, bueno, pues entonces te llevo a Madrid, a ver si ya no están lo tíos esos ya en casa y cambio la maleta.
- No te molestes, ya puedo coger yo el autobús o el tren y voy a casa
- Que no peque, si debería ir a casa, no puedo estar con esta ropa desde que fui a Italia. Me vendrá bien llevarte.
- Bueno, si te empeñas... Cuando quieras nos vamos.
- Pues por mí ya, si salimos ahora llegamos a Madrid para comer.
- Vale
Me visto con algo más adecuado para salir a la calle, estoy en pijama y nos montamos en el coche después después de despedirnos de Sara. Me voy a arrepentir todos estos días de haberle dicho a Dani que me voy a Madrid, pero también aprovecharé un poco para pensar y recapacitar

Capítulo a la carta (parte II)


Dani está con la cabeza apoyada en la pared hablándome con el móvil en la mano viendo las fotos que nos echamos por la tarde ¿Que ha pasado?
-¿Me estás escuchando?
-S.S... ¿Qué decías? - Vuelvo a repetir, ¿qué ha pasado?
-¿Patricia, qué te pasa? - Dice mirándome extrañado
-Dani, ¿Cuanto tiempo llevas viendo las fotos?
-Desde antes de que llegaras a la habitación. ¿Algún problema? ¿Quieres verlas tú también?
-Mañana mejor – Me levanto de la cama – Voy al balcón para tomar un poco el aire.
Salgo de la habitación. Creo que me estoy volviendo loca. No ha pasado absolutamente nada entre nosotros, solo ha ocurrido en mi cabeza y eso como que no es algo muy normal. No se por qué me obsesiono tanto, sé que no va a pasar, nunca pasará. Dani no me quiere sino no tendría novia. ¿Soy muy repetitiva, verdad? Pero es que no lo entiendo, no entiendo lo que ha fabricado mi mente. Son cosas demasiado extrañas. Lo que ha provocado esto es que me termine de dar cuenta que yo a Dani le quiero, le quiero demasiado y no puedo dejar que pase de ninguna manera. No es solo que tuviera que convivir con la persona que quiero, sino que tendría que aguantarme al verle con su novia haciendo cosas que hacen los novios, claro está. Pienso, he pensado y por ese motivo he tomado una decisión, no quiero pero tengo y debo hacerlo por mi bien y por el de Dani. Una decisión clara de la que espero no arrepentirme
-Peque, vas a coger frío como te quedes aquí mucho tiempo más. Hazme caso, venga vamos a la habitación – Abro los ojos y me encuetro a Dani agachado a mi altura susurrándome. Me he quedado dormida en el balcón apoyada en la pared. Me duermo pensando en él y luego es a él al primero que veo en cuanto me despierto, suena a telenovela, pero es la vida real. Me froto los ojos, apenas puedo mantenerlos abiertos. Me intento poner de pie y me sujeta por la cintura para ayudarme a ir a la habitación.

Me da el sol en la cara, ¿Qué hora será? Cojo el móvil de la mesilla y miro vagamente la hora. Las 10:43 marca el reloj. Me acuerdo de Dani e instintivamente miro hacia el otro lado de la cama, parece que Dani ya se ha levantado, pero creo que no hace mucho porque la almohada todavía está caliente. Me levanto lentamente, no tengo ganas de hacerlo pero tengo hambre. Voy hacia el salón. Allí están Sara y su hermana.
-Buenos días Patri. ¿Te acuerdas de mi hermana?
-Sí, claro, ¿Marga, no? - Asiente y nos damos dos besos - ¿tienes una leve idea de donde puede estar Dani?
-Creo que se ha bajado al garaje con los otros dos a ver la moto que nos hemos comprado, está el niño con la moto... creo que la quiere más que mí. - Se ríe -  ¿Vas a desayunar ya?
-Sí - Sara y yo nos ponemos a desayunar mientras hablamos con su hermana que está con su hijo pequeño coloreando unos dibujos. Oímos la cerradura de la puerta de la calle abrirse con la voz de fondo de los chicos. Me levanto de la silla, ya he terminado de desayunar y voy hacia ellos. Le voy a contar a Dani lo que me pasa e intentaremos solucionarlo como sea. Necesito su ayuda para poder volver a la normalidad. - Dani, tengo que hablar contigo

domingo, 2 de octubre de 2011

Capítulo a la carta (parte I)


Cierro los ojos para parpadear, un largo parpadeo. Abro los ojos. Dani y yo nos estamos mirando a pocos centímetros de distancia. Le observo. Iluminados por la escasa luz de las farolas de la calle sus ojos son más bonitos todavía, si cabe; su pelo está un poco despeinado, pero, me encanta, me encanta todo de él. Se acerca, se acerca cada vez más a mí, entre nuestros labios hay una ligera corriente de aire. Él cierra los ojos y rompe esa diminuta barrera intangible que nos separa. Me besa. Me besa suavemente, como con miedo a que pueda hacerme daño. Un beso dulce, tierno pero a la vez cargado de sentimiento. Un beso que me hace sentir lo que nunca antes había sentido, sensaciones únicas, maravillosas. Un beso que provoca que se me erice toda la piel que tengo en el cuerpo. Desearía que el tiempo se parara en este mismo instante pero se que no puede pasar, esto no debe pasar, con Dani no, ya no.
-Dani, – Consigo decir apartándome de él, lo suficiente como para poderle mirar a los ojos.- no, Dani, - Me mira sorprendido, desilusionado – Esto no puede pasar.
-¿Cual es el problema? - Me vuelve a besar, le empujo levemente para separarnos, no opone mucha resistencia pero se le nota que no quiere que nos separemos. Tiene una mano sobre mi cintura, que no la separa en ningún momento
-El problema tiene nombre y apellidos. El problema es que tienes novia.
-Lara es lo de menos – Me vuelve a besar y me vuelvo a apartar – Me vas a decir que ella nunca me haría algo así – Me agarra con suavidad ambos lados de la cara con las manos y queda la vista fija en mis ojos - ¿A ti te gusta leer poesía, verdad? - Me dice con una de sus típicas sonrisas pícaras. Asiento – Pues habrá que ponerse poeta. A ver si es verdad y entiendes que es lo que te voy a decir. – Se acerca a mi oído y me susurra – Escucha mi silencio en tu boca – Sé lo que quiere decir, se muy bien lo que significa esa frase. Ahora soy yo la que se abalanza sobre él y le beso, no resisto más. Esa frase me ha terminado de conquistar. Noto a Dani sonreír mientras nuestros labios están unidos. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo mientras nuestras lenguas se conoces mutuamente. Noto que otro escalofrío recorre el cuerpo de Dani haciendo que instintivamente me agarre más fuerte a él. Se aparta lentamente, abre los ojos, me mira y me sonríe, la sonrisa más bonita y más dulce que he visto yo en mi vida. Me acaricia la cara, va bajando. Se me escapa otro escalofrío sintiendo la mano de Dani bajando por mi brazo. Al sentir mi escalofrío se aparta y vuelve a sonreír. Esta vez lo hago yo también. Flexiono la rodilla para que quede sobre las piernas de Dani. Nos volvemos a besar, esta vez con más pasión que las anteriores. Siento la mano de Dani por dentro de mi camiseta. Instintivamente le acaricio suavemente la espalda, a mi me resulta mas fácil todavía porque ya se había encargado él de quitársela antes de echarse. Me empuja contra él todo lo que nuestros cuerpos lo permiten. No tarda en quitarme la camiseta y yo no opongo resistencia. Sin darnos cuenta empezamos a hacer algo que no deberíamos haber empezado; él por tener novia y yo por saber que él tiene novia,pero en este instante eso da igual. Este es mi momento, nuestro momento y no voy a permitir que la conciencia haga de las suyas. Disfruto, disfruto como no lo había hecho antes, siento cosas que no sentía con Jaime.
Soy feliz. Estoy con un chico maravilloso después de una tarde maravillosa con él y el resto de mis amigos, ¿Qué más puedo pedir? Bueno, sí, sí puedo pedir una cosa más, que me quiera, que me quiera como estoy empezando a quererle yo a él porque aunque ha pasado lo que ha pasado seguro que es por consecuencia del alcohol de esta tarde. Supongo. Ahora, con la cabeza apoyada en su pecho veo como pasa el tiempo, no se si pasa rápido o lento, solo se que pasa. Cierro los ojos para parpadear, un largo parpadeo. Abro los ojos.