domingo, 31 de julio de 2011

Capítulo 30

Marte, 28 de Junio. 3 días para que empiecen las vacaciones. He decidido ser optimista y no amargarme con el fin del programa. Total, tenemos un mes de vacaciones y en Agosto volvemos. La mañana todo normal, aunque con mucho nerviosismo por parte de todos y con monotema de conversación: las vacaciones. Yo prefiero no pensar en las vacaciones ya que al pensar en ellas me recuerda que tengo que hacer lo de la misión, me recuerda que ya tengo la idea para llevar a Paolo Vasile a casa de Rivera pensada, y no es muy ética, pero es la única forma 100% segura de que vaya a funcionar. Para concretar mejor necesito ver como es ese casino y ver como es al gente, sobre todo para pasar desapercibida. Luego tendré que ir de compras para ver algo que me pueda valer para mi plan, para esto le diré a Annita que me eche una mano. Hoy también me quedo en el plató después del trabajo pero esta vez vengo con provisiones, me voy comiendo un bocadillo mientras espero a Dani en su camerino. Al rato de acabar el programa viene Dani. Abre la puerta y se asusta al verme allí.

- Tan fea soy... – Le digo

- Sí, muchísimo – Se ríe – No, es que no te esperaba aquí

- Bueno qué, nos pasamos a hacer la compra y luego vamos a ver donde está el casino ese

- ¡La compra, es verdad, no me acordaba que hoy toca! No pasa nada, vamos a comprar y luego te enseño donde es el casino.

Fuimos los dos al supermercado compramos lo que teníamos que comprar y fuimos a casa a dejar las cosas. Acto seguido nos volvimos a montar en el coche. Dani me lleva por un sitio que no conozco, tiene pinta de ser un barrio “bien”. Se para ante una gran edificación con un jardín extenso. Supongo que será aquí. ¡Qué nivel! Prácticamente todas las personas que entran son hombres trajeados, la mayoría cogidos del brazo de alguna chica guapa, normalmente más joven que ellos.

- Baja – Me dice Dani mientras para el coche del todo y saca la llave de su sitio.

- ¿No entraremos, verdad?

- Claro que no, tenemos alquilado uno de los pisos de ahí en frente – Me señala una de las ventanas del edificio opuesto al casino – Esa es. – Dani abre el maletero, levanta la alfombrilla y una fina lámina de madera y coge una cajita, dentro están las llaves.

- Corre vamos, antes de que nos vean – Cruzamos la calle corriendo casi sin mirar, él me tiene agarrada del brazo lo que provoca que tenga que ir a su ritmo y ¡cómo corre cuando le da la gana! Me agarra fuerte, me está empezando a hacer daño. Llegamos a la puerta y él la abre después de mirar a todos los lados. Entramos en el portal, ¡y qué portal! Qué majestuosidad. Las paredes son espejos, hay un sofá y está decorado con pequeñas estatuas de leones dorados. Dani sigue tirando de mi agarrándome del brazo, ya si que me está haciendo daño.

- Dani suéltame, me estás haciendo daño.

- Lo siento – Me suelta y le ofrezco la mano – Así mejor.

Subimos rápidamente las escaleras haciendo el menos ruido posible. 4 pisos, llegamos arriba muertos. ¿¡No es más fácil subir en ascensor!? No, tenemos que ir siempre por lo más complicado que si no no somos “super agentes secretos” en realidad, ahora lo somos, unos agentes raros pero agentes en fin y al cabo. La casa es preciosa: amplia y muy bien iluminada con unos grandes ventanales

- Patri ven a la ventana Se ve el casino al completo y las montañas también, ahora hay que concentrarse en el casino. Dani saca de una caja grande que hay allí, en medio de lo que sería el salón si estuviera amueblado, dos prismáticos.

- ¿Por qué tienes dos, si no es mucho preguntas? – Me extraña que casualmente tenga dos prismáticos, lo normal sería solo tener uno.

- Algunos sábados también se viene Rivera, Flo o Anna aquí conmigo

- ¿Anna? Pero no se va todos los viernes a Barcelona


- Todos no, desde que llevamos con esto hay muchos que se queda

Capítulo 29

- ¿Anna?

- ¡Ay Patri, lo siento, no me había dado cuenta de que estabas ahí! ¿estás bien?

- Sí, Annita, disculpa tu también.

Me da dos besos y se va escaleras abajo. Yo entro en casa. ¡Qué bien huele! ¡Qué hambre tengo! Está el microondas funcionando y la mesa puesta. Voy al salón, Dani me hecha para atrás la silla para que me siente como si él fuera un maître de un restaurante de lujo.

- De cena lasaña recalentada de la señorita Simón, la ha traído para que veas que tal le sale a ella.

- Yo creo que hoy no puedo ser muy crítica de cocina... tengo un hambre que creo que si hiciera falta comería hasta gusanos – Mientras digo esto Dani va a la cocina y trae un plato con la ¿lasaña? La pone en la mesa.

- Esto se supone que es lasaña – Dice Dani intentando partirla con el cuchillo sin éxito – Pero vamos, a esto yo lo llamo carne nos nata líquida sabor bechamel.

- Trae – Cojo el plato y me sirvo un poco y sirvo otro poco a él. Pruebo un trozo – Estará deshecha, pero de sabor está bastante buena. Le tengo que decir el truco para hacer que no se caiga.


Terminamos de cenar, recogemos la mesa, meto los platos en el lavavajillas y lo pongo. Nos sentamos en el sofá supuestamente a ver la tele, pero nos pusimos a hablar y acabamos quitándola.

- ¿Puedo preguntarte donde estuviste esta tarde?

- Me lo has preguntado así que te lo diré

- No hace falta que me lo digas si no quieres – Dice a modo de disculpa – No vayas a pensar que intento controlarte o algo

- No pasa nada, te lo digo sin problemas, he estado en casa de Rivera – Me mira extrañado – Como no me quisiste dar el número de teléfono suyo... pues me las apañé para quedar hablar con él.

- Seguro que no le ha dado ni la más mínima importancia al número – Dice mientras se acomoda en el sofá – A por quién vais primero es a por Vasile, haber conseguido el número de teléfono de ese tío no implica mucho, si acaso un pequeño paso en la investigación. Además, no está muy claro que sea su número de teléfono de verdad.

- Eso mismo le he dicho yo. Él decía que ya que teníamos al principal tan cerca que nos tirásemos a él, pero he pensado que es mejor que no, que sigamos con nuestro plan primitivo y ahora es mejor porque ya se por que camino tirar. Ya no necesito tantas explicaciones, sino aclaraciones. Yo ya tenía una idea pensada y no me van a hacer pensar otra. Llevaré a cabo mi plan en Julio, en vacaciones. Tú que lo llevas más al día, ¿qué es lo que hace con enorme regularidad? – Le pregunto. Él es el que mayoritariamente hace las guardias por las tardes y los fines de semana por la mañana, si no lo sabe él...

- Todos, absolutamente todos los sábados sobre las 10 de la noche se va a un bar casino, mañana si quieres te enseño donde es.

- Vale, mañana vamos. Ahora me voy a ir a dormir, estoy cansada. Buenas noches

- Yo también me voy. Que descanses.

Me voy a mi habitación, me pongo el pijama y me acuesto. Cierro los ojos, tras un rato todo se queda en silencio. Oigo los latidos de mi corazón a un ritmo perfecto, oigo también las pisadas de Boris en el salón y un rato después, lo que no quiero escuchar, el ronquido de mi vecino Paco. ¡Cómo ronca ese hombre!


Capítulo 28

Después del programa toca la sesión de fotos y firma de autógrafos al público. Hoy es rápida, a los quince minutos ya se ha ido toda la gente. Vienen para adentro.

Nos vamos a casa y al llegar Dani se va a duchar, ahí aprovecho yo para llamar por teléfono.

- ¿Rivera?

- ¿Patricia?– ¡Bien, este es el número!

- Sí, soy yo. Tengo que contarle una cosa que ha ocurrido esta mañana, ¿puedo ir a su casa ahora?

- Claro, aquí estoy.

No ando ni cambiándome de ropa, voy hacia el baño y me quedo en la puerta.

- Dani

- Dime – Me dice desde dentro

- Me voy a hacer unos asuntos que tengo pendientes. No se lo que me llevará

- Vale. ¿Estarás para la cena?

- Intentaré - Cojo el bolso y salgo de casa. Pido un taxi y voy hacia la casa del detective. Llamo a la puerta y me abre esta vez él. Entramos en la casa.

- ¿Quiere un café?

- Lo agradecería, no me ha dado tiempo a comer – Habla con la asistenta y un par de minutos después trae dos cafés con pastas. Me pone uno a mi y el otro a Rivera – Gracias – La chica sonríe y se da la vuelta.

- ¿Qué quería decirme? – Le tiendo el papel con el número de teléfono - ¿Qué es esto?

- Un número de teléfono

- Ahí llego, ¿pero qué significa?

- Creo que es el número de teléfono de Andrea Vabaragio. Ha ido esta mañana a los estudios haciendo de una especie de inspección – Le cuento todo lo ocurrido por la mañana con pelos y señales. Él me escucha atentamente.

- ¡Así que tenemos al pajarito comiendo de nuestra mano, bueno, de la tuya!

- ¿Y qué quiere que haga?

- Lo que hagas es solamente asunto tuyo. Haces lo que creas que debes hacer. Yo te aconsejaría que ya que Vabaragio nos lo ha puesto a huevo nos tirásemos directamente a él y dejar a Vasile. ¿Qué opinas?

- Opino que Vabaragio no es tonto, que nos lo ha puesto demasiado fácil. Creo que sospecha de esta investigación. Creo que es mejor que hable primero con Vasile, ahora me va a ser más fácil, ya se por donde van los tiros y seguiré la trayectoria de estos. Me dirá lo que quiero sabes de Andrea y finalizaré el plan. Intentaré hacerlo en el menos tiempo posible.

- Pero una vez que Vasile sepa pondrá en sobreaviso al otro de quién eres

- No si lo hago bien. Ya pensaré algo. Ahora sería conveniente que me fuera a casa, tengo que hacer la cena. No le he dicho a Dani que venía aquí

- ¿Te acerco?

- Vale


Rivera me acercó y le dije que me dejara a unas manzanas de casa, los vecinos son de hablar y paso de que me vean. Llego al portal y abro la puerta, subo las escaleras, no me apetece coger el ascensor. Me dispongo a meter la llave en la cerradura, voy bastante distraída y no me doy cuenta que hay alguien está saliendo de dentro de la casa. Nos chocamos.

Capítulo 27

Voy corriendo al camerino de Dani. No está “Con Anna” me dice una de las maquilladoras. Voy al camerino de Anna, llamo a la puerta.

- Pasa – Dice Anna desde dentro. Entro y ahí está Dani, sentado en el sofá con el guión en la mano

- Dani, tengo que hablar contigo. Hola Anna – Dani hace un gesto como para que hable – es sobre el italiano. – Al oír esto se levantar alarmado
- ¿Qué pasa?
- Dani, Andrea Vabaragio está aquí, es el inspector y me ha dado esto – Le tiendo el papel y miro a Anna que está sentada en el sofá mirándonos extrañada
- ¡Cómo va a ser él, si donde está es el Antena3, no en el ministerio de sanidad! Se parecerá y has creído que es él
- No Dani, no. Se perfectamente que es él. He visto la fotografía y ¡es él!
- ¿Qué foto?
- Luego te explico. Dame el número de Rivera.

Dani no me quiere dar el número de teléfono del detective y me voy corriendo hacia la cocina molesta. ¿qué mas le dará? Ya va siendo hora de que los del equipo bajen a comer, ahora si que tengo que estar ahí. Le pregunto a uno de mis compañeros si ha venido Ramón preguntando por mi y dice que no, menos mal. Me pongo el gorro y empezamos a servir. Busco a Dani con la mirada lo encuentro sentado con Flo y con Anna hablando muy pegados, que se quedan los últimos para irse. Empezamos a recoger las cosas para irnos a casa y aparece Dani en la cocina

- Dani, ¿qué haces aquí? En 10 minutos empieza el programa, deberías estar ya en plató.

- No estamos ninguno de los tres que tenemos que estar. Ven – Me quita el gorro, lo pone en mi perchita de al lado de la puerta, me agarra del brazo y tira de mi hacia fuera de la sala – Hagamos que tu jornada se ha acabado por hoy. Te vas a venir con nosotros y te quedas en el backstage, como ahora no nos va a dar tiempo en publicidad hablamos los cuatro, puede que tengas razón con que ese tío tan raro que ha venido hoy sea quien dices – Dani va andando por el pasillo tirando de mi brazo.

- Dani, un minuto – Le dicen. Anna ya está en la zona de entrada y él se coloca a su lado.

- Quédate ahí

El programa comienza. En publicidad salen los tres a hablar conmigo. Me dice Flo que no era exactamente un inspector normal, que venía desde A3 para ver las condiciones del edificio y capacidades para podernos quedar aquí, la verdad, una imbecilidad enorme, pero si la cadena lo estima oportuno, habrá que aguantarlo, en un momento vienen las maquilladoras para retocar los brillos de los presentadores. Cuando se acaba la publi vuelven al ranking y a mi se me ocurre una solución para poder llamar a Rivera, o por lo menos intentarlo. Voy al camerino de Dani sin que nadie me vea, entro y cierro la puerta con cuidado. Busco su I phone, espero que no se lo haya bajado al plató, como hace algunas veces. No lo encuentro en ninguno de los bolsillos del pantalón, me da por mirar a la mesa y allí me lo encuentro ¡y yo buscando en los bolsillos!. Dudo que tenga el número guardado en la tarjeta del móvil, lo busco y no lo tiene, y si lo tiene es con otro nombre. Un momento, el registro de llamadas. Entro a ver el registro de llamadas y la única llamada que se ha producido ha sido de un rato después de que viniera el “inspector”, ese debe de ser el número que busco ¡qué fácil me pone las cosas!. Apunto el número rápidamente y dejo el teléfono de Dani en las mismas condiciones en las que me lo encontré para que no se de cuenta que alguien lo ha tocado, creo que lo he dejado exacto. Vuelvo al backstage antes de que se acabe el programa. La primera parte del plan ha funcionado, ahora a llamar a Rivera.


sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 26

¿Y ahora qué digo? No se si a Rivera le molestaría que lo diga pero Flo es mi jefe y no puedo ocultárselo. Me armo de valor, respiro hondo.
- Me lo dijo Rivera – lo suelto casi sin pensar. Flo se queda callado y un poco sorprendido
- ¿Y como lo ha averiguado él?
- A mí que me cuentas, el detective es él. Pero... ¿es verdad?
- Sí, es verdad – Sonríe – No tenemos que irnos, me lo han dicho esta mañana – Llaman a la puerta buscan a Florentino.
- Flo, me vuelvo a la cocina, que como venga el encargado me llevo bronca.
Me voy corriendo a la cocina y aún así allí está Ramón, el encargado, esperándome con cara de asco, la suya.
- Señorita, se puede saber donde andaba
- Disculpe, fui a hablar con el jefe, me mandó llamar
- Si blablablá, escusas y más escusas, es la segunda vez que vengo y no está – Se calla de golpe.
- Ramón, ¿algún problema con Patricia? Reconozco la voz de Flo.
- Sí, no es la primera vez que bajo a la cocina y Patricia no está, la otra vez llegó tarde ya hora se va de aquí, como si esto fuera su casa.
- Estaba hablando conmigo, no se lo ha dicho
- Sí, pero...
- Pero nada – Flo se dio la media vuelta y siguió con lo que estaba. Estaba con un señor trajeado con una libreta en la mano, le veo de espaldas. ¿Será el inspector? No se, de todas formas... ¿Para qué venir si ya nos vamos? Bueno, yo vuelvo a entrar en la cocina y ahí están todos mis compañeros, trabajando, pasando las bayetas una y otra vez sobre las encimeras ya limpias y barriendo el suelo. El señor del traje debe ser el inspector. Le pregunto a uno de mis compañeros. “Haz que estás trabajando”, me dice. ¿Por qué tengo que hacer que estoy trabajando cuando ahora mismo no hay mucho que hacer? Entra en señor, se me recuerda a alguien. Hago memoria. El señor me mira y viene hacia mí.
- ¿Señorita, por qué usted no hace nada? – Me pregunta, tiene acento italiano ¡Andrea Vabaragio, este es el de la foto de Rivera! ¡Madre, y yo qué hago, qué digo! ¡Me ha visto!
- No tengo nada que hacer, la comida ya está preparada
- ¿Quiere que le ponga qué hacer? - Pasa un dedo por la encimera – Esto tiene mucha grasa, límpielo.
- Yo ahí no veo grasa y de todas formas limpiar eso no es mi trabajo, mi trabajo es hacer y servir la comida, para eso están los pinches – Todos los allí presentes me miran sorprendidos y Flo, que está detrás del inspector me hace un gesto para que me calle. Es aquí cuando me doy cuenta que no debería haber dicho eso, pero se perfectamente quién es y no puedo callarme, no se si Flo sabrá quién es este tío. Vabaragio me agarra de la barbilla
- Me gustan las chicas con personalidad – Me dice susurrándome al oído. Escribe algo en su libreta, arranca un cacho de papel y me lo tiende y después se marcha. Todos mis compañeros vienen hacia mi felicitándome por mi valentía, pero no les hago caso. Miro el papel, en él hay un número de teléfono, ¿será el suyo? Vuelvo a salir corriendo de la cocina en busca de Dani. Sea de quién sea el teléfono ésto deben saberlo él y Rivera, puede que mi plan de ataque se modifique un poco después de lo ocurrido hoy

Capítulo 25

    Qué te dijo exactamente Rivera, todo.

    - Dani, lo que me dijo ya te lo he dicho, me contó todo sobre la investigación y una cosa que había descubierto sobre el programa, lo de Madrid, ya os lo he dicho – Y estuvimos hablando de ti, pienso. No se lo voy a decir, voy a hacer como que no pasó nada, como si yo para él solamente fuera su amiga y compañera de piso. No hago esto porque a mi no me guste él, que algo si hay, pero él es un conocido presentador de televisión y cómico y yo una simple cocinera. No habría ningún futuro en una relación como la nuestra, además el también es mucho de hoy me gustas mañana no, como yo un poco, para que mentir. La televisión puesta pero yo no presto atención, tengo demasiadas cosas en las que pensar. Observo a Dani, ¡es tan... guapo! ¡Patri, no pienses eso. Noto que él se da cuenta que le estoy mirando y gira la cabeza hacia mi y sonríe, siempre está con una sonrisa en su cara. Desvío la mirada rápidamente y hago con que estoy con la tele

    - ¿Pasa algo?

    - No, ¿qué va a pasar?

Cuando terminamos de cenar nos quedamos un rato en el sofá viendo una peli que echaban en un canal, no me acuerdo de cual era. Lo que molestan son los malditos anuncios. Mientras están cierro los ojos. Pipipí, pipipí pipi... el despertador ¿cuando he venido yo aquí? Lo último que recuerdo fue... vale, me quedé dormida en el sofá, me traería Dani, si es que es un sol de persona. Lunes, 8:30 am, última semana de trabajo. Me pongo las zapatillas y voy a la habitación de Dani y llamo a la puerta.

- Voy – Dice con voz de acabarse de despertar. Aunque él ya no tiene el porqué de levantarse temprano, ya que no va a la radio, me dice que le despierte, no se para qué y no me ha dado por preguntárselo, a lo mejor tiene cosas que hacer con el maldito caso este del Vabaragio. Voy a la cocina y preparo dos vasos de leche y saco las galletas, yo desayuno de pie, en la cocina y cuando termino me voy a preparar. A las 9:15 salimos hacia los estudios de radio. Llegamos a las diez menos cinco, como siempre y yo me metí con mi hermano en la cafetería. Pusimos la radio RNE obviamente y a las 10:22 empezó la sección de “la mirada cítrica”. Después, como todos los días bajaron a tomarse un café.

A las 12 llegamos a los estudios del programa. Dentro de cuatro días lo pierdo de vista, yo y todos. Me da pena, la verdad, llevamos aquí mucho tiempo, aunque en el fondo me alegro, es bueno cambiar de aires y además si hay vacaciones de por medio. La mañana está transcurriendo con normalidad hasta que me llega un mensaje de Dani:

“Flo quiere vert, t spera en su camrino”

¿Qué querrá? Mejor que vaya a ver. Salgo de la cocina en un rato que no hay mucha tarea, la comida está hecha. Llego al camerino de Flo, la puerta está abierta. Llamo a la puerta para que se entere que estoy aquí antes de entrar y paso.

- Hola, me ha mandado Dani un sms diciéndome que subiera

- Sí, tengo que hablar contigo – Nos sentamos en el sofá - ¿Cómo sabías lo de que nos vamos a quedar en Madrid?

Capítulo 24

Comemos todos en el jardín. La paella está riquísima, como siempre, la verdad. Cuando acabamos de comer Dani y Juanito, el hijo de Flo desaparecieron. Yo me quedé en el jardín hablando con Flo y su mujer. Cuando nos queremos dar cuenta son casi las 9 de la noche.

- Creo que sería conveniente que nos vayamos, voy a buscar a Dani – Me levanto de la silla y entro en la casa. Oigo la voz de Dani en el estudio y bajo. Allí están Juanito y él jugando a la play, echando un partido de fútbol

- GOL – Grita Dani – Lo conseguí
- Qué, Messi, nos vamos o no
- Espera que se acabe esta partida, a ver si soy capaz de meter los dos goles que me quedan para empatar – Dice sin apartar la vista de la televisión - ¡Mierda, ya metió otro! Ves, me has distraído – Oigo como se rie Juan y Dani se pica mas. Unos minutos después se acaba la partida resultado: 5-2, perdiendo el mayor, Dani – Venga, vámonos

Subimos las escaleras y arriba nos estaba esperando Florentino

- Gracias por invitarnos a comer, la paella estaba buenísima – Le digo mientras nos acompaña hacia la calle – Por cierto, me he enterado que seguramente no haya que irse a Barcelona

- Qué quieres decir con eso – Dicen mis dos acompañantes

- Ya os contaré mejor cuando esté más claro – Dani abre la puerta del coche y nos montamos en él – ¿Habéis estado toda la tarde con la play?

- Mujer, toda no, hemos echado también una partida al parchís y a las cartas...

- ¿Quién gano?

- … – Dani se frota el entrecejo – Él... las dos

Madre mía, pierde al parchís, a las cartas, a la play... ¡creo que hacen una carrera y también pierde! Bueno, con el parchís estaba claro, no se que hace pero casi nunca llega el primero, yo tampoco es que sea muy fina en eso pero alguna gano. Lo únicos juegos de mesa que se les da bien a él y a mi también son el poker y el monopoli, si hay dinerillo de por medio, aunque sea de mentira... ¡la cosa cambia! Pongo los 40 principales en la radio, suena Bruno Mars con Lazy song, me encanta esta canción, cuanto tiempo llevaba sin escucharla. Llegamos a casa con el comité de bienvenida de Boris, ¡que gatito más agradable! Me voy a la habitación a ponerme el pijama. Cuando salgo de mi cuarto me encuentro a Daniel en la puerta de la cocina con los brazos en jarra y ¡el mandil! Qué raro le veo con el mandil, además no es que sea de su talla, tiene que estar un poco incómodo

- La cena hoy la hago yo – Levanto una ceja y él sonríe, algo quiere – Ya has visto que esta mañana he hecho las tortitas y no ha pasado nada. Voy a hacer mi especialidad, filetes de pollo rebozados en puré de patatas

- Con cuidado, ¿vale?


Llevaba bastante tiempo sin hacer los filetes así, están muy ricos, debéis probarlos. Pero cuando los hago yo sola no me quedan igual, no se que narices le echa él pero no saben igual. Voy preparando unas bandejas y cuando termina de hacer la cena se quita el mandil y nos vamos al sofá a cenar en la mesa pequeña mientras vemos la tele.

- Patricia

- Humm

- ¿Puedo preguntarte algo?

- Sí... claro – Averigua que es lo que me quiere preguntar

viernes, 29 de julio de 2011

Capítulo 23

Suena mi móvil, es un mensaje de Dani:

“No hagas d comr, Flo ns invita a su casa. n 1 rato voy a casa. ”

Contesto el mensaje

“ok, las tortits staban riqisms ;)”

Yo sigo limpiando la casa. Ahora mismo está sonando una canción de Alexandra Stan, Get Back. Esta canción me la pones de fiesta y me vuelvo loquísima. Miro al gato, ¡que pintas tiene! Se está intentando rascar y no puede con el trapo, no voy a ser mala, se lo voy a cambiar a las de adelante, el pobre me da pena pero, oye, su cometido está haciendo, el trapo está sucio y el suelo limpio. Ya he terminado de quitar el polvo. Me acuerdo cuando, al principio de llegar a esta casa, hicimos una tabla con las tareas de cada uno. Desde entonces las cosas sigues así, nos vamos turnando en todas las tareas, bueno, todas no, quedamos en que cada uno se encargaba de su habitación. Además la cocina era para mi y el baño para él. La cocina, la entrada y el cuarto de baño tienen baldosas, no parqué así que eso si hay que fregarlo, primero recojo la loza, saco los cacharros limpios del lavavajillas y meto los sucios; después cojo el cubo y la fregona le echo agua y un poco de amoniaco y me pongo a fregar. Cuando termino de fregar me voy al salón y me siento en la mesa a pensar en mi plan con Vasile. Mientras pienso llega Dani.

- ¡DANI QUIETO, QUE ACABO DE FREGAR! - Se para en seco y levanta los brazos

- Vale, vale, vale, vale – ¡Madre mía que gracia! Está parado en la puerta de entrada, en chándal, con los brazos en alto con una bolsa en la mano.

- Miau – ¡El gato!¡No me acordaba que sigue con los trapos! No puedo contener la risa y Dani en cuanto ve al gato también se ríe – Miau

- Jajajaja – Deja de reírse - ¿Puedo entrar ya? Creo que ya está seco – Mira el suelo a trasluz.

- Pasa, ¿qué tal la guardia?

- ¡Ay, chica ha sido very entreting – Me dice imitando a Mario Vaquerizo. Miro el reloj, es la una menos diez.

- ¿A qué hora has quedado con Flo?

- A las dos y media en su casa así que será mejor que te vayas preparando, bueno nos vayamos preparando, me voy a poner los vaqueros.


Llegamos a casa de Flo a las diez minutos antes de la hora acordada

- Qué puntuales, como siempre – Flo nos hace una reverencia mientras pasamos y posteriormente cierra la puerta – Para comer paella, ¿algo que objetar?

- No, claro que no – Decimos Dani y yo a coro

Me encanta la casa de Flo, es un adosado y tiene jardín, no es muy grande, pero al menos tiene; nosotros nos tenemos que apañar con el minúsculo balcón. Además me gusta también como está decorada, son unos muebles sencillos y elegantes, dice que son del Ikea, pero vamos, del Ikea son también los de mi casa. Nos quedamos un rato hablando con él en la cocina mientras termina de hacerse la paella. Mmmmm, que bien huele, mejor sabrá

Capítulo 22

Bien, al menos él ya no está enfadado. Nos comemos las pizzas entre risas hasta que me acuerdo de lo que me dijo Rivera de la pulsera. En ese instante me callo.

- Dani, ¿tu comprarías para un regalo algo de más de 2000€? – Traga saliva sonoramente.

- ¿Por qué preguntas eso?

- Por curiosidad, simple curiosidad

- 2000€ es mucho dinero

- ¿Entonces no?

- Por lo general... – Se queda callado – No... – Su voz no suena convincente.

- ¿Y por qué te has gastado casi 3000 en mi pulsera?

- ¡Cómo te has enterado! Digo.... ¿3000, yo? – Me río. Se ha sorprendido cuando se lo he dicho pero ni piense que le voy a decir quién me lo ha dicho.

- No pasa nada, pero para la próxima vez que sepas que no necesito cosas caras para ser feliz, y menos si son regalos. Me conformo con con cualquier cosa y sobretodo si me lo regalas tú. Así que para la próxima vez no hace falta que te gastes tanto dinero.

Seguimos la cena como si no hubiera habido ninguna conversación sobre la pulsera. Cuando nos damos cuenta son casi las 2 de la mañana. Llevamos cuatro horas hablando y se nos ha pasado el tiempo volando. Bostezo, estoy muerta de sueño.

- Oye, me voy a ir a dormir, que estoy que me caigo de cansancio.

- Yo tampoco voy a tardar en irme a la cama, buenas noches peque

- Buenas noches, cari

Me voy a mi habitación, me pongo el pijama y me tumbo en la cama. Pasa un rato, oigo a Dani yéndose a su habitación. Silencio. No soy capaz de dormir, estoy venga a dar vueltas de un lado a otro de la cama, pero nada. Miro el reloj, las 3:53, a esta hora ayer se acababa de ir Rivera de esta casa y hoy de donde no se va, bueno, sus palabras, es de mi cabeza. No conozco mucho a Vasile, pero le conozco suficiente, no deja de ser hombre; la forma más eficaz de atrapar a un hombre es lo que yo llamo FCE, Falda Corta y Escote. No me vais a negar que eso siempre funciona, a no ser que el chico sea “de la otra acera” como dice mi abuela, es decir, homosexual, eso ya es algo que se escapa de mis manos, pero vamos, con quien lo tengo que hacer con eso no hay problema. Eso sí, tengo que hacerlo con cuidado y que no me reconozca, en fin y al cabo hasta que no termine este mes... es una especie de jefe para mi.

Oigo al gato maullar en la puerta de la habitación, abro un ojo. ¡Aish, dichosa luz! ¿luz? ¿ya es de día? Intento ver la hora, malamente lo consigo, las 11 y media pasadas. Me levanto, tengo hambre. Voy hacia el salón y veo una nota en la mesa:

“He tenido que ir a hacer guardia, se la he cambiado a Flo. Te he quedado el desayuno preparado. A ver si esta vez me ha salido mejor que la otra. Buen día. DANI ”

¡Mi cocina! Voy a la cocina, pero esta limpia, ¡ui! Creo que está aprendiendo. Miro hacia la encimera¡tortitas! Sonrío y me voy al salón con Boris que está junto a mi. Me tomo el desayuno mientras veo un poco la tele. Termino y me voy a quitarme el pijama y ponerme unas calzonas de chándal y una camiseta vieja llena de pintura y suciedad imborrable. Enciendo al minicadena, pongo música y empiezo a limpiar la casa. Hoy debería pasar un trapo por el parqué, ¿qué puedo hacer para no perder tiempo? ¡El gato! Cojo a Boris y le pongo unos trapos en las pezuñas traseras, no sería la primera vez que lo hago ¿quién dice que la mascota no puede ayudar a limpiar, ¡si ellos también ensucia!?


Capítulo 22

Bien, al menos él ya no está enfadado. Nos comemos las pizzas entre risas hasta que me acuerdo de lo que me dijo Rivera de la pulsera. En ese instante me callo.

- Dani, ¿tu comprarías para un regalo algo de más de 2000€? – Traga saliva sonoramente.

- ¿Por qué preguntas eso?

- Por curiosidad, simple curiosidad

- 2000€ es mucho dinero

- ¿Entonces no?

- Por lo general... – Se queda callado – No... – Su voz no suena convincente.

- ¿Y por qué te has gastado casi 3000 en mi pulsera?

- ¡Cómo te has enterado! Digo.... ¿3000, yo? – Me río. Se ha sorprendido cuando se lo he dicho pero ni piense que le voy a decir quién me lo ha dicho.

- No pasa nada, pero para la próxima vez que sepas que no necesito cosas caras para ser feliz, y menos si son regalos. Me conformo con con cualquier cosa y sobretodo si me lo regalas tú. Así que para la próxima vez no hace falta que te gastes tanto dinero.

Seguimos la cena como si no hubiera habido ninguna conversación sobre la pulsera. Cuando nos damos cuenta son casi las 2 de la mañana. Llevamos cuatro horas hablando y se nos ha pasado el tiempo volando. Bostezo, estoy muerta de sueño.

- Oye, me voy a ir a dormir, que estoy que me caigo de cansancio.

- Yo tampoco voy a tardar en irme a la cama, buenas noches peque

- Buenas noches, cari

Me voy a mi habitación, me pongo el pijama y me tumbo en la cama. Pasa un rato, oigo a Dani yéndose a su habitación. Silencio. No soy capaz de dormir, estoy venga a dar vueltas de un lado a otro de la cama, pero nada. Miro el reloj, las 3:53, a esta hora ayer se acababa de ir Rivera de esta casa y hoy de donde no se va, bueno, sus palabras, es de mi cabeza. No conozco mucho a Vasile, pero le conozco suficiente, no deja de ser hombre; la forma más eficaz de atrapar a un hombre es lo que yo llamo FCE, Falda Corta y Escote. No me vais a negar que eso siempre funciona, a no ser que el chico sea “de la otra acera” como dice mi abuela, es decir, homosexual, eso ya es algo que se escapa de mis manos, pero vamos, con quien lo tengo que hacer con eso no hay problema. Eso sí, tengo que hacerlo con cuidado y que no me reconozca, en fin y al cabo hasta que no termine este mes... es una especie de jefe para mi.

Oigo al gato maullar en la puerta de la habitación, abro un ojo. ¡Aish, dichosa luz! ¿luz? ¿ya es de día? Intento ver la hora, malamente lo consigo, las 11 y media pasadas. Me levanto, tengo hambre. Voy hacia el salón y veo una nota en la mesa:

“He tenido que ir a hacer guardia, se la he cambiado a Flo. Te he quedado el desayuno preparado. A ver si esta vez me ha salido mejor que la otra. Buen día. DANI ”

¡Mi cocina! Voy a la cocina, pero esta limpia, ¡ui! Creo que está aprendiendo. Miro hacia la encimera¡tortitas! Sonrío y me voy al salón con Boris que está junto a mi. Me tomo el desayuno mientras veo un poco la tele. Termino y me voy a quitarme el pijama y ponerme unas calzonas de chándal y una camiseta vieja llena de pintura y suciedad imborrable. Enciendo al minicadena, pongo música y empiezo a limpiar la casa. Hoy debería pasar un trapo por el parqué, ¿qué puedo hacer para no perder tiempo? ¡El gato! Cojo a Boris y le pongo unos trapos en las pezuñas traseras, no sería la primera vez que lo hago ¿quién dice que la mascota no puede ayudar a limpiar, ¡si ellos también ensucia!?


Capítulo 21

Llego al portal, abro la puerta. Estoy subiendo en el ascensor y miro el reloj, las 10 y media de la noche, dudo que Dani esté en casa, probablemente se haya ido con sus amigos a cenar o de copas o algo. Llego a casa, abro la puerta la luz del salón está encendida y oigo la televisión, un partido de baloncesto, supongo

- Hola ¿Te vas a ir? - Le digo mientras dejo las llaves en la mesa de la entrada

- No tengo idea, pero si te molesto en casa me lo dices y me largo – dice con una voz monótona y vasta. Llego al salón, Dani está con el pijama puesto, si le llego a ver antes no le pregunto. Se dispone a levantarse del sofá. Sigue molesto conmigo

- No Dani, quiero que te quedes aquí, quiero hablar contigo, necesito que quedemos las cosas claras y que ya no haya entre nosotros ni malos entendidos ni... - Me quedo callada durante unos segundos – mentiras – Tras decir eso Dani se quedó quieto sin moverse. Después se sentó y miró otra vez la televisión

- Yo no tengo nada que hablar contigo, y si tuviera algo que decir no quiero hacerlo ahora o cuando a ti te de la gana. Los demás no dependemos solamente de ti

- ¡Dani, llevas todo el día rarísimo, ¿se puede saber que cojones te pasa?! - Dani ni siquiera me mira, hace como que no le he dicho absolutamente nada. Voy hacia la tele, la apago y me quedo delante de ella mirando hacia el sofá con los brazos cruzados como madre regañando a su hijo adolescente que no quiere ponerse a estudiar historia – Te estoy hablando Daniel, y además te estoy hablando seriamente, tenemos una conversación pendiente para hablar de lo ocurrido, de lo que ocurre e incluso de lo que va a ocurrir. Yo te tengo que aclarar un par de cosas y tu otras tantas a mí también – Siento que me mira la muñeca, sí, me ha mirado porque está sonriendo. Quita los cojines del sofá y me hace un gesto para que me siente – ¿Y la cena?

- Acabo de pedir unas pizzas – Me sigue sin mirar mas arriba de mi regazo donde tengo apoyadas las manos – De qué quieres hablar

- Dani, de verdad crees que corro tanto peligro por querer ayudaros en la investigación, yo no creo que sea tan peligroso como dices. Se que voy a tener que andar por unos caminos y un mundo por el que nunca pensé que iba a aparecer pero estoy dispuesta a hacer cuanto sea necesario para ayudaros. Rivera dice que solo hay que saber actuar y saber tratar a gente como Vasile. Solo tengo que convencerle de que me hable de Andrea Vabaragio.

- ¿Y qué tendrás que hacer tu a cambio de que él te diga lo que quieres oir? Es capaz de...

- ¡DANI! Tu no pienses ahora en eso. Creo que soy mayorcita para saberme defender ante determinadas situaciones y, aunque ahora no sé como, seguro que en ese momento lo sabría por el simple hecho de tener un instinto de supervivencia. No te preocupes, sabes que yo no me dejo comer la cabeza por cualquiera y lo que haga será porque yo quiera, no porque nadie me mande hacerlo. – Dani me mira y me abraza. Me abraza fuerte, no me quiere soltar. Me abraza como un bebé koala a su mamá para subir a los árboles. Noto su cuerpo en el mío y sus manos recorriendo mi espalda

- Prométeme que aunque vayas a hacerlo te vas a cuidar, que no vas a dejar que nadie ni nada te obligue a hacer nada que tu no quieras – Me sigue abrazando. Al final creo que Rivera va a tener razón, que Dani me quiere y no solo como amiga.
- Sí, no lo dudes – Suena el telefonillo – Las pizzas Dani

Santa Marta

He cogido la carrerilla de felicitar los santos de los nombre normales :D
pues eso, hoy es Santa Marta y mando saludos a todas las chicas que se llamen así, incluida mi hermana, claro está.

jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo 20

- Voy a ir directamente al grano. Ust... ¿Puedo tutear?
- Sí, claro

- Gracias, bueno tienes que ingeniártelas para que Vasile venga a esta casa, preferiblemente sin su séquito de guardaespaldas. Una vez aquí tienes que sonsacarle toda la información posible acerca de este tío – Me enseña una fotografía bastante grande de un señor con bigote y pelo engominado hacia atrás – Se llama Andrea Vabaragio tiene 43 años y es un socio infiltrado en Antena 3, es el encargado de joderos la vida todo lo posible a los que os vais allí y se que os vais todos. – ¿Eso quiere decir que no hay partición de equipo? ¿qué no nos vamos a separar? Patricia, relájate, no pienses en esto ahora que estás en una reunión muy importante - Además a este tío en Italia le está buscando la policía por estar implicado en uno de los líos de Berlusconi. Mataríamos dos pájaros de un tiro si le pillamos y tú tendrías el reconocimiento honorario de la policía italiana. Bueno en realidad tú, yo y Martínez, e incluso en menos medida Fernández y la señorita Anna Simón ya que han ayudado también, de otro modo, no tan directamente, pero ayuda es. ¿Qué dice, lo tomas o lo dejas?

No se qué hacer... Si acepto depende de mi que ese tal Vabaragio acabe entre rejas, si no acepto no se de que sería capaz Rivera. ¡Qué narices, voy a aceptar! Quiero joder a Vasile, por su culpa el programa se acaba, aunque nos cambiemos de cadena, este mes y por otro lado, me encantan los retos y este para mí lo es.

- Sí, acepto. Eso sí, ¿no correré ningún peligro, verdad?

- Si lo haces bien no, preciosa. Si sabes como tratar al tipo de persona qué es Vasile y sabes actuar... lo tienes fácil y sin riesgo. ¿Aceptas definitivamente?

- Sí, y estoy dispuesta de empezar ahora mismo si fuera necesario


Me empezó a contar todo lo que llevaban de investigación. Tardó horas en explicármelo todo con pelos y señales, enseñándome las fotos y todos los apuntes de la observaciones. Entre todas las hojas soy capaz de distinguir la letra de Dani y no son pocas hojas. ¡Así que a esto se dedicaba él cuando me decía que se iba con sus amigos! Si quiere que vayamos con la verdad por delante, ¿por qué no empieza él? Me jode muchísimo que me mienta, no solo como mejor amigo y compañero de piso, sino como persona. Observo que Rivera me mira la muñeca. ¡Es verdad, ayer me puse la pulsera que me regaló Dani y no me la he quitado!

- ¿Esa pulsera es regalo de Daniel, verdad? – Me dice en tono amistoso

- Sí, ¿por qué lo sabe?

- Por qué una parte del dinero que costó la pulsera es mío, - Se ríe - me hizo un favor y luego, para que se lo devolviera me pidió que si le podía echar una mano con la pulsera. Le ofrecí pagarla yo pero no me dejó. Así que aproximadamente el 30 o 40 % de la pulsera es mía, al 40% creo que no llega. Unos... 700€ más o menos – ¡700€! Pero esa criatura cuanto se ha gastado si Rivera a puesto 700€ y dice que es menos del 40%

- Rivera, ¿me puede decir cuanto costó más o menos la pulsera?, si quiere se lo pido como un favor personal.

- No preciosa, no hace falta que sea ningún favor, te lo digo claramente y así ves lo que te quiere ese muchacho, aunque siempre diga él que no – Se pone a recordar – Aproximadamente...

- ¿Sí?

- Unos 3000€ euro arriba, euro abajo

¿¡Qué el caricato este se ha gastado en una pulsera para mi 3000€ !?

- No me puedo creer que se haya gastado todo ese dineral en mi, simplemente no me lo creo, es imposible. ¡Pero en qué estaría pensando para hacer eso!

- En ti Patricia, en ti. Y si se los gasta es porque tiene, esos 700€ los puse yo para que tu no sospecharas, ya que al sacar mas de 2500€ del banco hay que armar lío. Lo de que el 30% de la pulsera es mío te lo he dicho de broma, Daniel ya me ha devuelto el dinero. Patricia, él te quiere mucho, lo se, lo noto en como te mira y, ¿a qué no te quedaste a dormir en casa de tu novio ayer? - estoy seguro de que entraste en casa en uno de los momentos en los que yo estaba en el baño o incluso que te quedaste en la cocina, ¿desde cuando se le echa la comida a los gatos a las 3 de la mañana? - Me sonríe - Da igual, suponía que él no me iba a dejar que te viera en casa. Daniel tiene miedo a que te pueda ocurrir algo si nos ayudas, llevamos barajando el que tu entrases en el grupo bastante tiempo era él el que se oponía. Y desde luego, si a ti te llegara a pasar algo alguna vez en la vida... no se de que sería capaz. Pero bueno, te digo que es eso lo que veo yo, no que efectivamente sea así. Los buenos detectives a veces fallan y sobre todo en temas del amor aunque esto está bastante claro y no te lo digo como profesional, sino como persona y amigo. - Se calla y se sacude la cabeza - Ahora sigamos con la investigación y dejemos el otro tema de lado.

¿Cómo me puedo concentrar en la investigación ahora sabiendo lo que sé? ¿Como voy ahora a llegar a casa y mirar a Dani como si no pasara nada, como si solo fuéramos amigos?

Capítulo 19

- Dice que quiere verte a las 18:00 en esta dirección – Dani me tiende un papel.

Dani nome habla . Flo se fue temprano, en cuanto se levantó. Hice la comida, macarrones con atún, no me apetece estar mucho tiempo cocinando. Yo sigo pensando en la citación de por la tarde con Rivera, tengo claro que lo quiero hacer pero también tengo miedo. Miedo a que me puedan meter en líos, miedo al camino por el que tendré que ir. Las 14:00, la hora de comer. Cuando termino de poner la mesa llamo a Dani, comemos en silencio, está molesto conmigo porque he aceptado ayudar, por que me he querido meter en la investigación. Cuando termina de comer se queda sentado con los codos en la mesa y las manos juntas mirándome con rencor. Me deja de mirar, se pone a enredar con unas miguitas del pan que había en el mantel.

- Dani

- Humm – Dice sin separar los labios y sin mirarme.

- Es importante y haré todo lo que esté en mi mano para ayudar. Entiéndelo

- A mi no me ayudas – Dani se levanta de la mesa enfadado arrastrando la silla y empieza a recoger la mesa. Yo me quedo ahí, en el salón como una adolescente que acaba de ser castigada sin salir por su padre. ¿Por qué me duele tanto que él esté así conmigo? Me voy a mi cuarto y twitteo un rato, para estar mal con él no quiero estar ni un minuto más viéndole.

Son las 16:03. Me voy a duchar y a preparar, hasta la hora que dijo Rivera hay mucho pero no se como de lejos está de mi casa. Cuando termino salgo de casa y llamo a un taxi

- A esta dirección, por favor.

- Llegamos, son 15,32€ - Pago al taxista el dinero.

- Quédese con la vuelta, adios.


Salgo del coche precipitadamente y llamo al timbre de la casa. Sale una señora uniformada, será la sirvienta. Hablando de sirvienta, le voy a contar a Rivera la verdad... bueno, excepto de lo de Jaime, la única persona que sabía que nosotros dos habíamos cortado era Dani así que para los demás seguíamos juntos, y quiero que Rivera piense eso.

- ¿Usted es la señorita Patricia? - Me dice la señora muy educadamente

- Pase, el señor está esperándola en su despacho –Yo sigo a la señora hacia el despacho de Rivera – Aquí es.

- Gracias. – Llamo.

- Adelante – Abro la puerta – Hombre señorita Patricia, ya pensé que no iba a venir

- Disculpe, es que el taxi tardó en llegar y había mucho tráfico en la carretera

- No hace falta que se disculpe preciosa Pase, pase, siéntese. Me sorprende que Martínez haya permitido que una hermosura como usted venga aquí. A ver si en el fondo no tiene tanta consideración y protección hacia su “sirvienta” - ¿Por qué dira lo de sirvienta de esa forma tan rara, como insinuando algo?

- Permítale preguntarle qué insinúa con eso de “sirvienta”

- No me venga con pamplinas e imbecilidades señorita, sé de buena tinta que ni es usted la sirvienta de Martínez ni Jaime es su novio – Mierda me pilló con lo de Jaime, piensa Patri... - Lo que es usted es la cocinera de un programa de televisión jadeante, casi muerto

- Disculpe Rivera, en lo de que no soy la sirvienta tiene razón, bueno, en parte porque la que cocina y limpia la casa en condiciones normales soy yo. Y lo de Jaime... ayer volvimos a salir juntos – Silencio. Del programa no quise decirle nada porque sé que en el fondo es así, que ahora mismo está pasando por sus últimos días de vida y me voy a quedar sin trabajo en breve. Aprovecho este silencio para mandarle con sutileza y sin que Rivera se diera cuenta un sms a Jaime.

Si t prguntan, ayer x la tard volvimos a salir cmo pareja, ok. No contxts”

- Bueno, creo que ha venido a que le explique lo que tiene que hacer, lo primero ¿sabe algo de italiano?

- Algo sé, pero poquito, un profesor de cocina de la facultad era italiano,algo se nos pegó de él
- Perfecto, nos viene perfecto - Rivera se frota las manos pensativo. Miedo me da

Capítulo 18

Por favor, por favor, que no diga que soy yo porque salto y todo este rato de escuchas a escondidas no hubiera valido para nada

- El cebo puede ser tu asistenta, Dani, Patricia ¿Qué te parece campeón? – Ya está, ya me veo en medio del pasillo pidiéndole explicaciones a ese desgraciado por qué me tiene que meter a mi en el asunto, si yo no quiero tener nada que ver. Espera Patricia, ¿por qué no estás ahora mismo en el salón lanzándome al cuello de ese detective cuan gata rabiosa? Vuelvo a la tierra, noto una presión en el brazo derecho, miro hacia ese lado y me doy cuenta que Jaime me está sujetando para que no me lance.

- Me parece que por qué tiene que ser ella
- Porque a Vasile le gustan las chicas guapas y jóvenes – Otro silencio incómodo, mucho más que el anterior. ¿Qué querrán que haga con Vasile? – Ui, que tarde, ¿no va a venir Patricia?
- No se – Patri piensa... pensé, le mando un sms en el que ponga que estoy en casa de Jaime y me quedo a dormir. Mandar. Lo lee o hace que lo lee – Rivera, que se le vaya quitando de la cabeza que hoy va a verla, se ha quedado en casa de su novio – Uf, se lo creyó
- Bueno, pues me marcho entonces, pero mañana a primera hora quiero la respuesta y quiero que sea sí. Adios.

Jaime y yo nos escondemos precipitadamente detrás de la puerta. Rivera sale y cierra con un suave portazo, estoy segura de que llegamos a estar por la mañana y el portazo es fuerte.

- Ya podéis salir – Dice Dani un poco acojonado como todos, la verdad sea dicha

- ¿Qué quiere que haga con Vasile? – Le digo bajito por si acaso el otro sigue en la puerta. Miro a Florentino, su cara era de sorpresa, no se esperaba que estuviésemos ahí. Él creía en la versión de “estoy de copas y en casa de Jaime”.

- Flo, Jaime, quedaron esta noche aquí, es muy tarde para volver a casa.

- Será mejor, mi casa está lejos y estoy muerto de sueño. Gracias colega. Voy a avisar a mi mujer – Dice Flo.

- Yo sí que me voy, vivo aquí al lado. Qué descanséis – Me despide con un beso en la mejilla y se va

Me voy a mi habitación, me pongo el pijama y me acuesto. Tardo en dormirme, todavía estoy dándole vueltas a lo que dijo Rivera. Voy a decir que sí, aunque en realidad no quiero, pero es la única forma de enterarme de que narices pasa.

Ya es por la mañana, temprano creo. ¡Ay, mi cabeza! Suena el teléfono de Dani.

- ¿Diga?... Hola... No he hablado con ella todavía... Vale, ahora la llamo – Salgo de la habitación y me planto en el salón con cara de sueño y con dolor de cabeza

- ¿Qué pasa, Dani? - Voy al cajón donde guardamos las pastillas y cojo un paracetamol.

- Que Rivera quiere una respuesta y no se como evadirle para no contestarle

- Sí

- ¿Qué?
- Dile que sí, que hago de cebo y lo que haga falta
- ¿Pero muchacha, tu estás loca o la borrachera te ha venido con efecto retrasado?
- ¡Ay Dani, no grites, que me duele la cabeza! Quiero hacerlo y punto, sobre todo si es es la única forma que tengo de que me contéis las cosas y nos dejemos de secretitos y mentiras. Lo voy a hacer si es la única forma de ayudar.
- No sabes donde te vas a metes, peque
- Sí, lo se – Cojo un vaso de agua y me tomo la pastilla.

Dani coge su movil y se va a su habitación. En realidad exactamente no se donde me voy a meter, pero estoy segura que va a ser un mundo oscuro lleno de problemas. En el lío en el que me voy a meter...

Capítulo 17

Abro la puerta y veo a Dani apoyado en la mesa con las manos en la frente. También veo a Flo. Le hago un gesto a Jaime para que se calle y entre conmigo, no creo que sola pudiera estar mucho tiempo. Entramos y miro al otro lado del salón. ¿Por qué Rivera sigue aquí? Parece que no se han dado cuenta de que estoy en la puerta. Menos mal que me había quitado los tacones en el ascensor para no hacer ruido, así puedo puedo moverme mejor para intentar escuchar a escondidas la conversación, ya se que no se debe escuchar conversaciones ajenas pero esta me interesa mucho. Estoy segura que la “modorra”, por llamarlo de alguna forma, que tenía después de las copas se me ha pasado de golpe. Me encuentro perfectamente. Jaime me está mirando y le hago un gesto para que entre pegado a la pared y cierro la puerta con muchísimo cuidado, sin hacer ruido. Me doy cuenta que desde la mesa se nos ve, aunque esté la luz de la entrada apagada, tengo que pensar una solución rápido, la cocina. La cocina da directamente a la entrada, podemos escondernos ahí. En el momento en el que nos estamos incorporándo para entrar en la otra sala Dani mira y rápidamente le hago un gesto para que no lo haga y se calle, él vuelve a su postura anterior. Sale el gato de la cocina y va al salón junto a Dani. Maulla, llama la atención de su dueño. Dani mira a Flo y pone cara de pensativo, ui, Dani pensando, algo lía, ya veréis. Boris, el gato vuelve a maullar y esta vez se rasca en la pierna de Dani. Él mira al gato, luego mira a Flo, hacia la puerta y finalmente mira a Rivera, algo trama.
- Rivera, si no le importa voy a ir un momento a echarle la comida al gato. A ver si así nos deja en paz. – Viene hacia la cocina, enciende la luz y cierra la puerta, Boris viene con él – ¿Se puede sabes que cojones hacéis aquí. – Susurra mientras echa un poco de pienso en el cuenco. Se le nota molesto y nervioso, ese es uno de los pocos defectos de este chaval, que se pone nervioso por nada – Como os vea la habéis cagado – Nos mira, siento una nota de miedo y protección en sus ojos y le mando otra mirada de tranquilidad, le intento transmitir con esa mirada que necesito saber que es lo que pasa y nadie me quiere contar, que me las voy a ingeniar como sea para acabarme enterando y que no voy a parar hasta que lo consiga, que me da igual lo que pase, lo que en realidad me importa es lo que pasa ahora, en el presente. Demasiadas cosas para expresarlas en una mirada. Dani suspira, un suspiro de resignación, rápido; creo que ha entendido exactamente lo que he querido que entendiera, o al menos parte, me conoce y sabe lo cabezota que soy, que cuando algo se me mete entre ceja y ceja no hay dios bendito que me lo saque. Se levanta, se da la media vuelta apaga la luz, abre la puerta y se va, yo me quedo acariciando a Boris, mi gatito persa de 6 meses. Se que si no hacemos ruido no tenemos el porqué de temer en nada. Llevamos un buen rato malgastando el tiempo, ahora sí que le voy a prestar atención a la conversación de los reunidos, bueno conversación, eso ahora mismo es más un discurso de Rivera. No soy capaz de creerme que este hombre lleve hablando desde la hora que vino, es imposible ¡No hay tantas palabras en el diccionario, en sentido figurado, claro está!
- Como ya os he dicho con anterioridad ya tengo la clave del asunto y ahora viene el pero, no penséis que se me va a ocurrir pasar a la acción sin más. Me es imposible con la cantidad de guardaespaldas que tiene ese tío. Tenemos que pensar en otra idea – Silencio, un silencio muy incómodo para mí porque no puedo ver lo que pasa. Puedo observar que Jaime me mira en la oscuridad de la cocina y pone su mano en mi hombro, creo que me nota preocupada, otra, si Dani se pone nervioso por nada yo me preocupo en seguida por cosas sin motivo, aunque este en realidad motivo si tiene. Tengo sueño, estoy agotada pero debo quedarme en la cocina hasta que se largue el detective. La fase de silencio se acaba – Necesitamos un cebo – Se ríe – y ya se quién puede ser.

miércoles, 27 de julio de 2011

capítulo 16

Capítulo 16

Bajamos en el ascensor en silencio. Llegamos al coche que está cerca de la puerta. Entramos.

- Donde su alteza diga

- Al Mosaiq, está cerca
- ¿A donde?
- Tu tira dirección Chamberí.
- Vale

Jaime no tiene ni pejolera idea de donde está el restaurante, y eso que le iba guiando. Cuando llegamos al restaurante son y media pasada ¡Media hora, si creo que tardo yo menos al ir andando!. Nacho y Marisa deben de estar hasta las narices de esperar. Jaime aparca el coche lo más cerca posible de la puerta y cuando salimos veo a Marisa en la puerta con el teléfono en la oreja. Voy corriendo

- ¡Patri, te estaba llamando! - ¿Y mi móvil? ¡Mierda, me lo quedé en casa!

- Jaime se perdió – No miento, él no tenía ni idea de como venir – ¿Entramos?

Entramos y pedimos la comida. Está todo riquísimo, para quien no lo sepa es comida marroquí. La primera vez que vine aquí fue con Dani y otro chaval el primer día que pisé Madrid. No hemos hablado de el por qué había venido Jaime conmigo ni por qué había llegado tarde, mejor.

Me encanta este sitio, si no fuera tan caro vendría más de vez en cuando, hoy además, como es viernes, hay espectáculo, que bien bailan las chicas, desde luego. Suena el teléfono de Nacho, lo coge y en seguida me lo tiende.

- Es para tí – Lo cojo

- ¿Quién es?
- Soy Dani. ¿Qué vas a hacer?
- No se, si ya no está Rivera en casa volver a casa pero si está hacer tiempo tomando unas copas con estos
- Pues ves, porque sigue aquí. He aprovechado para llamarte que está en el baño. Bueno, te dejo, ciao.

Salimos del restaurante y nos vamos a tomar algo, bueno, qué tomar algo, nos vamos de copas. Tengo intención de llegar tarde a casa, mañana es sábado.

Son las 3:45 de la noche y estoy con el punto, una copa más y ya no soy consciente de mis hechos. Decido irme a casa. Jaime se ofrece a llevarme, he de avisar que él no bebe, no puede al ser diabético. Sé que aunque yo ya no esté enamorada de él, sigue todavía loquito por mí, sino estoy segura que no me hubiera hecho el favor.

- Una más Patri, pago yo – me dice Nacho, que tampoco va con sed el chaval. Al final acepto y me tomo otra. Ya no soy responsable de mis hechos, aviso.

- ¿Por cierto Patricia, por qué me has pedido el favor que te fuera a recoger a casa en plan novio? - Me pregunta Jaime, ¿le digo la verdad?
- Para ver como reaccionaba Dani – Mi voz no parece muy creíble
- Dime la verdad.
- Vale, ¿viste al señor calvo que estaba en el sofá? - Asiente – Supuestamente es un detective, supuestamente, pero necesito que se crea que tengo novio.

Jaime parece conforme con mi respuesta. Me termino la copa y le hago un gesto a mi acompañante para decirle que nos vamos. De camino al coche le abrazo mientras andamos, Ui, creo que estoy empezando a tontear con Jaime, me da igual, me gusta. Llegamos a mi casa y me acompaña hasta la puerta. Aunque parezca que, no soy consciente de todo lo que estoy haciendo, cosa rara en mí. Jaime y yo nos venimos riendo desde que salimos del coche, me tiene agarrada de la cintura y detrás de mí. Me llegan recuerdos de cuando estábamos juntos, con tal nitidez que parece que fueron ayer, como si siguiéramos juntos. Me siento feliz al tenerlos pero, también vienen acompañados de todas los momentos en lo que me hizo sufrir, qué lloré por él y por culpa de sus putos celos, de esos momentos en los que me sentía sola y mi único apoyo eran Anna y Dani, porque mi hermano en estos caso... no va. Cuando recuerdo todo esto la felicidad que me entró con los anteriores se esfuma, pero todo eso ahora da igual, Jaime es mi amigo y soy muy feliz así, sin preocupaciones que las de mi trabajo y mi casa, sin tener que dejar de hacer planes con mis amigos porque mi novio quiera que quedemos a solas, coño, sin él. Meto la llave en la cerradura y abro la puerta un poco. Hay luz, ¡qué raro me resulta que Dani esté esperándome! ¿Pasará algo?

Capítulo 15

- Buenas noches – Digo tranquilamente al llegar al salón. Creo que no se me nota que estoy un poco nerviosa y con ganas de irme de allí. ¡Si es que valgo para la interpretación! – Perdone que esté así, a medio maquillar es que estaba en ello cuando ha entrado.

Noto que me observa atentamente, examina todas las partes de mi cuerpo. Si llego a saber que va a llegar antes de que yo me fuera me hubiera tapado más. Sigue mirándome como si fuera un testigo intentando reconocer a los sospechosos en una sala de reconocimiento de la policía. Veo sus ojos completamente abiertos. Ese hombre me da un poco de miedo. Es alto y bastante fuerte. No tiene pelo, vamos, supongo que tener tendrá, pero lo lleva rapado. Sus cejas son anchas y sus ojos completamente negros, pero negro normal no, negro oscuro, como el onyx y mas oscuros no, porque no se puede. Junto a su ojo derecho tiene un cicatriz, es pequeña pero está bien marcada. La nariz es ancha y bastante larga, es decir, grande, el chico debe respirar bien con esa pedazo de nariz, desde luego. Los labios son finos aunque el de arriba más que el de abajo. Cuando sonríe le veo los dientes perfectamente colocados en su sitio pero un poco amarillos, de fumar supongo. El cuello también es ancho, desde luego comparable al de Fernando Alonso.

- ¿Así de guapa se pone para estar en mi presencia? – ¿¡Pero este qué se ha creído, que todas las chicas van a estar a su disposición!?

- ¡A quedado con... su novio! – dice Dani creo que sin pensar – En un rato vendrá a por ella
- Sí claro, con mi novio – Patri, venga piensa, piensa. Arregla lo que ha dicho Dani – A lo mejor no viene Dani, dependiendo de como andemos de tiempo. Por cierto, ven un momento a la cocina y te digo donde he dejado la cena. – Me sigue a la cocina y una vez allí cierro la puerta – ¡Cómo se te ocurre decirle que tengo novio! Es detective, averiguará que no es verdad.
- Lo averiguará si no se cree que es verdad y si no actuamos y lo hacemos bien. Localiza a alguno de tus amigos y que se haga pasar por tu novio.
Dani abre la puerta y se va
- ¡Dani!

Me voy al cuarto de baño a terminar de maquillarme. A ver ahora yo a quien llamo para hacer esto. Tras 5 minutos pensando llamo a Jaime, mi ex, lo dejamos hace dos meses pero seguimos siendo muy buenos amigos, creo que a él no le importará hacerme el favor. Son las 20:30, me debería haber ido ya. Marco el teléfono. Pi, pi...

- ¿Diga?

- Jaime, soy Patricia, ¿tienes planes para esta noche?
- Cenar y ver la tele, ¿por?
- Necesito que me hagas un favor
- Dime
- Arréglate y venme a recoger a mi casa en plan novio, de acuerdo. Date prisa, luego te explico
- Per... – Cuelgo. Espero que venga. ¡Marisa, tengo que llamarla, me tiene que estar esperando!

Marco su numero

- ¿Si?

- Soy Patricia, oye, que me ha surgido un imprevisto, voy a llegar un poquito más tarde, ya te cuento luego. Intentaré llegar lo antes posible
- Ah, no te preocupes, nos quedamos un rato Nacho y yo tomando algo mientras te esperamos.

Las 21:00. Jaime no ha llegado todavía, ¿vendrá? Suena el telefonillo. Ahí está.

- ¡Patri! Tu chofer – grita Dani desde la entrada

Me dirijo hacia el salón para ir a la puerta de entrada. Al pasar junto al sofá intento poner el oído para ver si puedo oír lo que dicen. Mierda, han parado de hablar.

- Patri, cielo estás preciosa – Dice Jaime nada más verme. Veo a Dani que me sonríe

- Vamos, que se nos hace tarde.

Capítulo 14

Capítulo 14

Dani tiene un grado de nerviosismo supremo, ha venido a casa en cuanto se ha acabado el programa y lleva desde entonces dando vueltas de un lado al otro del salón. Hoy viene Rivera a casa, aunque fijándome bien y recordando si me dijo queno es tan agresivo como parece... ¿por qué está así desde aquella llamada? Miro el reloj, las 18:30, a las 20:30 viene el detective. Dani sigue paseando por el salón, mascullando palabras que no oigo bien.

- A este paso vas a hacer un agujero en el suelo, chato. – Dani no se para, creo que ni siquiera me escucha – ¡DANI PARA, ME ESTÁS PONIENDO NERVIOSA A MI TAMBIÉN! - Le grito. Por fin soy capaz de que me escuche y se pare.

- Lo siento, es que estoy muy nervioso
- No hace falta que lo jures
- Por cierto, me gustaría que me hicieras un favor – Yo asiento – Me gustaría que quedases con alguien esta noche para cenar, con quien sea. No me interesa que Rivera te vea mucho. Con que te conozca es suficiente.
- Pero...
- Pero nada, te lo digo por tu bien – No se que decir
- ¿Por qué no me puedo quedar? No pensaba salir de la habitación o de la cocina.
- No es por eso. Conozco bastante bien a Rivera y se que es de los que se vuelven loquitos con las chicas guapas, y tu lo eres. Con que te vea un par de minutos tiene suficiente
- Bueno, en ese caso...


Las 19:30. Me empiezo a arreglar, he quedado a las 20:45 con la novia de Nacho, el hermano de Dani. Lo primero que hago es ducharme, ya lo hice hoy temprano pero toda una mañana metida en la cocina... se nota. Cuando termino me planto en frente del armario abierto, ahora la típica pregunta: ¿qué me pongo? Tras estar 15 minutos probándome modelitos no soy capaz de decantarme por unas calzonas vaqueras con una camiseta o un vestido que me regaló Romina el día de mi cumpleaños. Estoy mirándome al espejo con las dos perchas cada una en una mano y turnándomelas para ponerlas delante de mi. Veo a Dani que se posa en la puerta.

- El vestido, peque – Me giro y me sonríe – Te sienta mejor

- ¿Seguro? - Me guiña un ojo, cierra la puerta y se va.

Al final me pongo el vestido. Es corto y bastante ajustado por encima de la cintura y con vuelo por debajo. Tiene solo una tiranta con volantes y es de color rosa chicle. Me pongo un cinturón ancho negro a juego con los tacones y el bolso. Voy al cuarto de baño, puff tengo el pelo casi seco ¿Qué hago? Espuma y al lado. Falta el maquillaje. Oigo la melodía que tiene Dani para las llamadas, se levanta y abre la puerta del portal, posteriormente la de la entrada. Mierda, ¿será él?

- Buenas – Dice una voz ronca y áspera

- Pase Rivera, pase. ¡No le esperaba aquí tan pronto! – Escucho atentamente las pisadas de Rivera en el parqué del salón, por como son diría que calza un 43, no me preguntéis como lo se, pero lo se. Noto a Dani algo de nerviosismo en sus palabras – ¿Desea algo para tomar?
- No gracias, he decidido venir antes por si la reunión se alarga un poco o cualquier cosa. Pero al grano ¿y la chica?

¿Tanto interés tiene en conocerme? Decido salir del cuarto de baño aunque estoy a medio maquillar,de todas formas intentaré ser lo más encantadora posible, aunque menos mal que me voy en breve


martes, 26 de julio de 2011

Capítulo 13

Será mejor que le cuente lo que ha pasado. Prefiero no tener secretos ni con él ni con nadie y menos en este caso.

- Dani, ha llamado un señor preguntando por ti, creo que es Rivera

- Y...
- Es un tío muy raro – Intermedia Anna. Yo no soy capaz de hablar – Mejor me voy y que te cuente tranquila lo que ha pasado. Buenas noches

Anna se va y nos quedamos los dos en el pasillo. No soy capaz de moverme, estoy un poco en shok. Parece que la llamada es una tontería pero no lo es, al menos para mi. Consigo reaccionar por fin a las palabras de Dani.

- Vamos Patricia - Me acompaña a mi habitación, me siento en la cama y se sienta junto a mi – Cuéntame qué ha pasado.

Le cuento todo lo ocurrido lo de la llamada y exactamente lo que me dijo el que llamó. Me dice que sí, que seguramente sea Rivera y que no me asuste que aunque parezca agresivo no lo es en absoluto. Parece que me quedo más tranquila después de contar lo ocurrido pero me extraña mucho que Dani no cambie el gesto de su cara.

- Por cierto, ¿por qué habrá dicho que soy tu chacha?
- Eso es mío. No quería que te metieran en el asunto y le dije que la chica que había visto algunos días entrar y salir de mi casa, es decir tú, era mi asistenta, que vivía aquí conmigo para facilitar las cosas. Esperaba que no te enterases de este pequeño temilla, pero ya lo sabes. Supongo que no te habrá gustado que mintiera, pero ya te he dicho que no quiero que te metan en el asunto.
- No, no pasa nada. Será mejor que le llames

Dani sacó su I phone y marcó un número.

- ¿Rivera? Soy Martínez... No, no, no; se cortó la linea, ahora le estoy llamando con el teléfono móvil... No, claro que no... - hay una larga pausa - ¿En mi casa? No puede ser aquí... Vale, vale. Será aquí, pero a ella la dejas en paz, por favor... Hasta mañana entonces.

- Dani suspira, deja el I phone encima de la cama y me mira.

- ¿Qué pasa? - le pregunto con cierta curiosidad
- Quiere que nos juntemos en casa. Dice que hay novedades y que no podemos ir a la oficina
- ¿Y tiene que ser aquí? - digo alterada
- Sí, además dice que quiere conocerte
- ¿A mí, por qué?
- Averigua – Coge su móvil – En un rato vengo

Dani sale de mi habitación, agarra las llaves, sale y cierra la puerta tras él.


Felicidades a las Annas y los Joaquines de todo el mundo.

domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo 12

¡Qué rica está la lasaña! Y no lo digo porque la haya hecho yo, que el otro también ha formado parte del equipo de cocina, además lo mejor de todo ha sido que la cocina está intacta. Qué raro habiendo estado “Daniel pesadilla en la cocina” ahí.

- Patricia, te ha quedado la lasaña riquísima, de verdad te lo digo. No se qué le echas pero te queda de lujo. Cuando la hago yo se me sale todo de su sitio, me queda sin sabor... – Dice Anna después de un par de largos bocados. Dani me mira y sonríe

- No me ha, nos ha quedado – Dirijo la mirada hacia Dani, que estaba entre Anna y yo – Aquí tenemos al Karlos Arguiñano del edificio.
- Tampoco hay que exagerar, solo he podido optar a pinche de cocina, – Dani sonríe tímidamente. Parece que no, pero es un chaval bastante tímido en ciertos temas, y este caso es uno de ellos. – Mis capacidades culinarias no dan para mucho más.

Terminamos de cenar y voy a la cocina a por el tiramisú. No está del todo perfecto ni completamente cuajado pero está comestible. A ver como ha quedado, es la primera vez que lo hago, y gracias al otro, que sino de postre melocotones, que hay muchos. Llego al salón con la ensaladera en la que habíamos puesto esta tarde el pastel. Me quedo de pie con el bol un poco inclinado

- Oye, aquí si hay que decir que ha sido él, yo no había hecho tiramisú en mi vida – Digo yo como si fuera una mamá presumiendo de las buenas notas de su hijo – Si es que mi niño... - Le cojo del moflete royo madre. Anna se ríe, desde luego creo que esto debe de ser una estampa.

- ¡Para mamá! - Lo que yo decía, una mamá - Si no he tocado nada – Es verdad, así estaba la cocina de limpia, claro todo lo limpia que puede estar después de cocinar – Solo te he dado las instrucciones
- Entonces lo has hecho tú pero con sus manos – Dice Anna intentando zanjar el asunto – Bueno, ¿nos comemos el tiramisú o lo dejamos para mañana?

Terminamos el postre. ¡Madre, la 1:20! Se me está pasando la noche rapidísimo y lo mejor de todo, no ha salido el tema tabú a conversación. Quizá no sea tabú solo para mí. La voz de Dani me saca de mis pensamientos.

- Ahora vengo, voy al baño.

- ¡Ten cuidado, no te vayas a caer por el desagüe! - Decimos Anna y yo casi al unísono. Mientras nos reímos oímos a Dani reír también por el pasillo.

Empiezo a recoger la mesa y en cuanto cojo un plato Anna se levanta a ayudarme. Suena el teléfono, como estoy cerca de él lo cojo.

- ¿Diga?

- ¿Está Daniel Martínez? - Me contesta un voz ronca y misteriosa, creo que es Rivera, el de la otra vez
- Sí, pero est... - El señor que llama me impide terminar la frase
- Que se ponga, y rápido
- Ahora mismo no puede ponerse
- Señorita, no quiero que me incordie y no quiero cruzar palabra con usted, con el que quiero hablar con el Señor Martínez, y si no puede ponerse ya puede ir empezando a hacer por poder. Quiero hablar con él ya. Y cuando digo ya, es ya; y cuando digo con él es con él, no con una puta miserable ¿chacha? – La voz qué está poniendo el interlocutor no me gusta en absoluto. De verdad que me estoy asustando y enfadando a la vez ¿a qué ha venido eso último? No se qué hacer. Estoy muy nerviosa. Anna me mira, creo que el sonido del teléfono está muy alto y lo está escuchando todo
- Disculpe, no se quien es usted pero no tiene derecho alguno de hablarme así y por cierto no soy su “chachacomo usted dice, soy su compañera de piso – Ui, me he debido callar. Pero mis nervios no me dejan mantener la boca cerrada.
- Yo hablo como me de la gana a quien me de la gana. Por cierto me sudan los cojones quien es usted yo lo único que quiero es hablar con el payaso de Martínez y com... - Pi pi pi pi. Anna corta la linea quitando el cable de la pared. Yo estoy verdaderamente asustada, ella lo nota y me abraza intentando tranquilizarme, pero han sido demasidas emociones en un solo día. Oigo la puerta del cuarto de baño, voy corriendo y me tiro al cuello de Dani, él me abraza y yo no puedo evitar llorar. Anna aparece en el pasillo con un par de servilletas. Dani me separa un poco y me seca las lágrimas de las mejillas con sus manos

- Tranquila Patri, ¿vale? - Me dice Anna mientras me pasa una servilleta.
- ¿Que pasa, peque?
- Ahora no pasa nada – No miento, ahora no pasa nada.
- Qué ha pasado entonces
¿Qué hago, le digo a Dani todo lo que ha pasado con la llamada y todo lo que me ha dicho o solo le digo que han llamado preguntando por él y no me ha dicho nada pero creo que es Rivera?

martes, 19 de julio de 2011

Capítulo 11

Estoy en casa con el pijama puesto, con un bol de palomitas apoyado en el sofá y con el ordenador portátil en las rodillas. Oigo la cerradura de la puerta.

- Hola peque, – dice Dani al abrir la puerta. Viene hacia el salón – ¿qué haces?

- Hola, nada, aquí con el twitter un rato.
- Se me ha ocurrido que podíamos pedir unas pizzas. ¿qué te parece?
- No, prefiero hacer yo la cena – en realidad no me apetecía en absoluto meterme en la cocina pero necesito una distracción para no pensar en lo ocurrido esta tarde – Dani, ¿por qué no llamas a Anna para que venga a cenar hoy con nosotros?
- Como quieras – mientras él llama a Annita yo voy mirando que hacer para cenar. ¿Y si hago lasaña? Lasaña, perfecto, si me pongo ahora me llevará un buen rato, además nos encanta, y a nuestra invitada también. Dani viene a la cocina – Ya he llamado, dice que si que viene. Y también me ha comentado que podrías hacer la lasaña esa que haces tan rica.
- Parece que la chica me ha leído el pensamiento. Pensaba hacerla.

Me meto en la cocina mientras Dani se pone a jugar a la play.
Ha pasado un rato desde que empecé miro hacia la puerta de la cocina y me encuentro a mi compañero de piso apoyado en el marco mirándome. Me asusto, no esperaba verle allí.

- ¿Te echo una mano? - Me dice

- ¡NO! tu quietecito ahí donde estás, que estás muy bien – desde luego prefiero mil veces más que él pase de mi a la hora de la cena que intente ayudarme, y se por qué lo digo – que ya sabemos lo que pasó la última vez.
- Ese día fue una pelea entre la sartén y yo. Quiero hacer las paces con tus amigas las cazuelas y los demás del grupo – dice poniendo cara de cachorrito. A esa cara no se resiste ni Hitler, seguro – déjame ayudarte
- Vale, pero me tienes que hacer caso en todo.

Al final el niño se salió con la suya. Yo no se como narices lo hace que siempre consigue lo que quiere.

A parte de la lasaña estamos haciendo un tiramisú para el postre.¡No me lo he pasado tan bien cocinando como me lo estoy pasando hoy con Dani en la vida! No paramos de reírnos ni un solo segundo, ¡qué pena que solo nos quede un mes así! Mientras la lasaña está en el horno Dani y yo nos vamos a cambiar de ropa, Anna debe estar al llegar y yo todavía con la ropa de andar por casa. Abro el armario. Cojo unos pantalones vaqueros y la camiseta que me regaló Anna por mi cumpleaños. El pelo con la coleta se va a quedar. Eso sí, me pongo la pulsera Suena el timbre.

- Yo voy – oigo correr a Dani por el pasillo hacia la puerta, bueno, lo que él llama correr – pasa Annita. ¡Ui, que guapa se ha puesto la abuela!

Salgo de la habitación y voy hacia el salón

- Hola, la cena está a punto de acabarse

- ¡Mmmmm! ¿Huele a lasaña, no?
- Y de postre una sorpresa. Oye, esas calzonas te quedan genial.
- Tu también estas muy guapa. – Dani sigue parado mirándonos como con envidia – Tú también, no seas envidioso – Anna le coge el moflete mientras dice esas palabras, que gracia.
- Ahora vuelvo voy a ver, no se me vaya a quemar la lasaña

Voy a la cocina, abro el horno y saco la cena. Creo que hoy va a ser una noche fantástica

Dejo un pequeño paréntesis en el blog para poner esta foto y comentar una cosilla. ¿El de blando puede ser Dani Martínez? Es una simple curiosidad, es que he visto la foto y desde entonces estoy dándole vueltas

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo 10

Suena el despertador. 8:30 a.m. Yo sigo pensando en lo que me dijo Dani en el campo. De eso hace ya casi un mes, pero no me lo saco de la cabeza. Me levanto, despierto a Dani, desayunamos y todo como todos los días. Parece un día normal pero no, todo cambia cuando nos llega un comunicado de los jefes, es decir, Jorge Salvador, Pablo Motos y Flo. Nos citan a todo el equipo que estamos trabajando en la productora y cuando quiero decir todo es TODO, desde los presentadores hasta los de mantenimiento pasando por los becarios de la oficina.
En el programa se notan que no están como siempre, que les falta “chispa”. Supongo que será por lo de la reunión, pero espero que no. El ranking de hoy es más bien corto. Acaba el programa y llega la hora indicada. Somos muchos así que han usado el garaje para juntarnos. Estamos esperando a que vengan Pablo, Jorge y Flo que están tardando un poco, mientras todo el mundo cuchichea de lo que puede pasar. Yo permanezco junto la pared. Anna me ve y viene hacia mí.
- ¿Qué te pasa Patri?
- Nada, estoy preocupada por si nos echan
- No pongas el parche antes que la herida. Te aseguro que no nos van a echar a ninguno
Aparecen por fin Pablo y Flo, hablando entre ellos. Los tres se ponen en el centro del garaje y los demás nos ponemos alrededor.
- Hola, buenas tardes a todos. - Empieza diciendo Pablo. Flo mira fijamente a su compañero. - No se si habéis escuchado los rumores sobre la posible no renovación de la productora. - Para de hablar, echa un breve vistazo a todos los presentes. Sigue hablando. - Son ciertos. La última emisión de ambos programas, tanto de Tonterías, como de El Hormiguero es el día 30 de junio. - Tras esas palabras todo el mundo empieza a hablar a la vez.
- ¿Y qué va a pasar con nosotros? - Se oye a alguien gritar, no se exactamente quien es.
- Con vosotros no va a pasar nada. - Dice Florentino con una voz monótona, se nota que él está muy afectado con el tema. - Todos tenemos y tenéis trabajo asegurado. Pablo ha aceptado el contrato con Antena3. El Hormiguero se pasa a esa cadena y Tonterías las Justas se pasará a Neox, eso sí, este último cambiará de nombre. - Todo se sumió en un silencio sepulcral.
- Pero ahí no acaba la cosa, los estudios de Neox se encuentran en Barcelona. O nos ponemos de acuerdo para hacer todo en Madrid o en Barcelona, o el equipo se tiene que separar. Aunque más o menos lo tenemos pensado. El equipo técnico se va, el resto se queda, ya contrataremos a más personal. - Aclara Pablo
Sigue el silencio. Esta noticia ha sido demasiado para todos nosotros, la gran parte de los que estamos aquí llevamos trabajando juntos mucho tiempo e incluso hay algunos que llevan los 5 años que lleva El Hormiguero en antena, y, tener que trabajar ahora así. Y yo, según las palabras de Pablo yo pertenezco al grupo que se queda en Madrid y yo, para quedarme sola en Madrid prefiero no tener trabajo. Flo y Pablo se marchan seguidos de Dani, que va detrás de ellos corriendo. Yo me quedo en un rincón, medio llorando. Se vuelve a acercar Anna, esta vez acompañada de Juange, uno de los realizadores.
- ¡Pero no vayas a llorar! Se acaba el programa pero en Agosto sigue, tómalo como unas vacaciones, que siempre son necesarias. - Dice Juange intentando animarme. Anna me mira y sonríe, pero yo no soy capaz de aguantar las lágrimas
- No es por eso, yo sabía desde que Dani me comentó que a lo mejor Vasile no nos renovaba que no nos íbamos a quedar sin trabajo. Lo que me pasa en que me voy a quedar en sola en Madrid. Dani se va, con vosotros dos y el resto del equipo técnico y yo me tengo que quedar con los demás. Con gente con la que no tengo una buena relación, con la que hablo por educación porque son mis compañeros de cocina o de planta. Con gente que no conozco en comparación a vosotros que sois mis amigos.
- Pero no llores, cari. - Me intenta tranquilizar Anna. Me abraza. - Estoy segura que Dani no permitiría que tu no te vinieras con nosotros.
- Además estamos nosotros dos aquí para ayudar en lo que haga falta. Turramos a quien haga falta para que te vengas y sino... ya nos las apañaremos. Tu hazle caso la tito Juange, es decir a mí. Vete a casa a descansar y lo demás es tarea nuestra. - Yo estoy sentada en el suelo. Veo a Juange que se agacha y me da un beso en la frente, rollo padre. Me sonríe. - Lo dicho, vete a casa.

Juange se levanta, mira a Anna y se van apresuradamente dejándome sola en el lugar en el que permanezco desde que se acabó la reunión. Será mejor que me vaya a casa