domingo, 31 de julio de 2011

Capítulo 30

Marte, 28 de Junio. 3 días para que empiecen las vacaciones. He decidido ser optimista y no amargarme con el fin del programa. Total, tenemos un mes de vacaciones y en Agosto volvemos. La mañana todo normal, aunque con mucho nerviosismo por parte de todos y con monotema de conversación: las vacaciones. Yo prefiero no pensar en las vacaciones ya que al pensar en ellas me recuerda que tengo que hacer lo de la misión, me recuerda que ya tengo la idea para llevar a Paolo Vasile a casa de Rivera pensada, y no es muy ética, pero es la única forma 100% segura de que vaya a funcionar. Para concretar mejor necesito ver como es ese casino y ver como es al gente, sobre todo para pasar desapercibida. Luego tendré que ir de compras para ver algo que me pueda valer para mi plan, para esto le diré a Annita que me eche una mano. Hoy también me quedo en el plató después del trabajo pero esta vez vengo con provisiones, me voy comiendo un bocadillo mientras espero a Dani en su camerino. Al rato de acabar el programa viene Dani. Abre la puerta y se asusta al verme allí.

- Tan fea soy... – Le digo

- Sí, muchísimo – Se ríe – No, es que no te esperaba aquí

- Bueno qué, nos pasamos a hacer la compra y luego vamos a ver donde está el casino ese

- ¡La compra, es verdad, no me acordaba que hoy toca! No pasa nada, vamos a comprar y luego te enseño donde es el casino.

Fuimos los dos al supermercado compramos lo que teníamos que comprar y fuimos a casa a dejar las cosas. Acto seguido nos volvimos a montar en el coche. Dani me lleva por un sitio que no conozco, tiene pinta de ser un barrio “bien”. Se para ante una gran edificación con un jardín extenso. Supongo que será aquí. ¡Qué nivel! Prácticamente todas las personas que entran son hombres trajeados, la mayoría cogidos del brazo de alguna chica guapa, normalmente más joven que ellos.

- Baja – Me dice Dani mientras para el coche del todo y saca la llave de su sitio.

- ¿No entraremos, verdad?

- Claro que no, tenemos alquilado uno de los pisos de ahí en frente – Me señala una de las ventanas del edificio opuesto al casino – Esa es. – Dani abre el maletero, levanta la alfombrilla y una fina lámina de madera y coge una cajita, dentro están las llaves.

- Corre vamos, antes de que nos vean – Cruzamos la calle corriendo casi sin mirar, él me tiene agarrada del brazo lo que provoca que tenga que ir a su ritmo y ¡cómo corre cuando le da la gana! Me agarra fuerte, me está empezando a hacer daño. Llegamos a la puerta y él la abre después de mirar a todos los lados. Entramos en el portal, ¡y qué portal! Qué majestuosidad. Las paredes son espejos, hay un sofá y está decorado con pequeñas estatuas de leones dorados. Dani sigue tirando de mi agarrándome del brazo, ya si que me está haciendo daño.

- Dani suéltame, me estás haciendo daño.

- Lo siento – Me suelta y le ofrezco la mano – Así mejor.

Subimos rápidamente las escaleras haciendo el menos ruido posible. 4 pisos, llegamos arriba muertos. ¿¡No es más fácil subir en ascensor!? No, tenemos que ir siempre por lo más complicado que si no no somos “super agentes secretos” en realidad, ahora lo somos, unos agentes raros pero agentes en fin y al cabo. La casa es preciosa: amplia y muy bien iluminada con unos grandes ventanales

- Patri ven a la ventana Se ve el casino al completo y las montañas también, ahora hay que concentrarse en el casino. Dani saca de una caja grande que hay allí, en medio de lo que sería el salón si estuviera amueblado, dos prismáticos.

- ¿Por qué tienes dos, si no es mucho preguntas? – Me extraña que casualmente tenga dos prismáticos, lo normal sería solo tener uno.

- Algunos sábados también se viene Rivera, Flo o Anna aquí conmigo

- ¿Anna? Pero no se va todos los viernes a Barcelona


- Todos no, desde que llevamos con esto hay muchos que se queda

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