Capitulo 1

Hola, me llamo Patricia y soy compañera de piso de alguien que seguro que conocéis, Dani Martínez.
Hoy es 3 de mayo y cumplo 25 años. Estoy sentada, como cada mañana de lunes a viernes, en el borde de la cama apagando el despertador y buscando las zapatillas de andar por casa con los pies. ¡Ay que sueño! Me levanto, me desperezo y salgo al pasillo con la intención de ir a la habitación de Dani a despertarle, porque aunque se pone el despertador, lo apaga, se da la vuelta y se vuelve a dormir. Vamos, lo típico. Llego y llamo a la puerta.
¿Se puede?- digo para ver si está despierto. No obtengo respuesta así que la abro. - Dani anda, levanta. ¿Dani?
Dani no está en la habitación. Entonces, de repente, oigo un ruido procedente de la cocina seguido de un “¡Ay!” Voy a la cocina apresuradamente a ver que ha pasado y me lo encuentro enharinado con un bol de huevos batidos en la mano
¿¡Sorpresa!? - Dice él en cuanto me ve en la puerta de la pequeña cocina con las manos en la cabeza – Soy un desastre, ya lo se.
Él sonrie, esa sonrisa pícara e inocente que hace que instintivamente se te escape otra a ti. Entre eso y las pintas que tiene él todo blanco, lleno de harina, no soy capaz de aguantar la risa. Río yo. Ríe él. Parecemos dos niños pequeños. El hambre con las ganas de comer, como decía mi abuela. Pero me siento a gusto. Un momento, hablando de hambre, tengo hambre.
¿Qué idea se te ha pasado por la cabeza? - Digo un poco más seria.
Te estaba preparando el desayuno, pero ya sabes que los fogones y yo no nos llevamos muy bien. Toma, - me da un plato con algo que parecen tortitas y un vaso de leche. - feliz cumpleaños.
En este mismo instante, casi sin darse cuenta, va y me da un beso un la mejilla. ¡Eso si que no me lo esperaba! Dani se pone a limpiar la cocina
Deja, ya lo hago yo,- le digo mientras cojo la nocilla – tu vete a quitarte la harina y... gracias
Vale, vale., de nada
Termino de tomarme el desayuno. Tampoco estaban tan mal las tortitas, estaban buenas. Cojo la escoba y empiezo a barrer la cocina y a quitar la harina que no se había quedado en Dani. En 10 minutos termino. Me voy a preparar. Dani todavía sigue en la ducha, renegando, ¡es que a quien se le ocurre mojarse estando lleno de harina! Respuesta: a él