sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 25

    Qué te dijo exactamente Rivera, todo.

    - Dani, lo que me dijo ya te lo he dicho, me contó todo sobre la investigación y una cosa que había descubierto sobre el programa, lo de Madrid, ya os lo he dicho – Y estuvimos hablando de ti, pienso. No se lo voy a decir, voy a hacer como que no pasó nada, como si yo para él solamente fuera su amiga y compañera de piso. No hago esto porque a mi no me guste él, que algo si hay, pero él es un conocido presentador de televisión y cómico y yo una simple cocinera. No habría ningún futuro en una relación como la nuestra, además el también es mucho de hoy me gustas mañana no, como yo un poco, para que mentir. La televisión puesta pero yo no presto atención, tengo demasiadas cosas en las que pensar. Observo a Dani, ¡es tan... guapo! ¡Patri, no pienses eso. Noto que él se da cuenta que le estoy mirando y gira la cabeza hacia mi y sonríe, siempre está con una sonrisa en su cara. Desvío la mirada rápidamente y hago con que estoy con la tele

    - ¿Pasa algo?

    - No, ¿qué va a pasar?

Cuando terminamos de cenar nos quedamos un rato en el sofá viendo una peli que echaban en un canal, no me acuerdo de cual era. Lo que molestan son los malditos anuncios. Mientras están cierro los ojos. Pipipí, pipipí pipi... el despertador ¿cuando he venido yo aquí? Lo último que recuerdo fue... vale, me quedé dormida en el sofá, me traería Dani, si es que es un sol de persona. Lunes, 8:30 am, última semana de trabajo. Me pongo las zapatillas y voy a la habitación de Dani y llamo a la puerta.

- Voy – Dice con voz de acabarse de despertar. Aunque él ya no tiene el porqué de levantarse temprano, ya que no va a la radio, me dice que le despierte, no se para qué y no me ha dado por preguntárselo, a lo mejor tiene cosas que hacer con el maldito caso este del Vabaragio. Voy a la cocina y preparo dos vasos de leche y saco las galletas, yo desayuno de pie, en la cocina y cuando termino me voy a preparar. A las 9:15 salimos hacia los estudios de radio. Llegamos a las diez menos cinco, como siempre y yo me metí con mi hermano en la cafetería. Pusimos la radio RNE obviamente y a las 10:22 empezó la sección de “la mirada cítrica”. Después, como todos los días bajaron a tomarse un café.

A las 12 llegamos a los estudios del programa. Dentro de cuatro días lo pierdo de vista, yo y todos. Me da pena, la verdad, llevamos aquí mucho tiempo, aunque en el fondo me alegro, es bueno cambiar de aires y además si hay vacaciones de por medio. La mañana está transcurriendo con normalidad hasta que me llega un mensaje de Dani:

“Flo quiere vert, t spera en su camrino”

¿Qué querrá? Mejor que vaya a ver. Salgo de la cocina en un rato que no hay mucha tarea, la comida está hecha. Llego al camerino de Flo, la puerta está abierta. Llamo a la puerta para que se entere que estoy aquí antes de entrar y paso.

- Hola, me ha mandado Dani un sms diciéndome que subiera

- Sí, tengo que hablar contigo – Nos sentamos en el sofá - ¿Cómo sabías lo de que nos vamos a quedar en Madrid?

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