sábado, 31 de diciembre de 2011

Capítulo 126


Mientras Rivera sale del salón para abrir la puerta a los policías yo termino de desatar a Dani y a Lara.
-Auch – Grita Dani cuando tiro de la cinya para destapar su boca. Lara se acerca a él y le besa. Ella se quitó la cinta sola
-¿Mejor? - Dice ella
-Escuece – Dice llevándose las manos a los laterales de su boca. Le duele mucho, se lo noto en la mirada, le connozco muy bien.
-Por aquí – Rivera entra en la sala seguido de otros cuatro hombtrd y una mujer. Se ponen alrededor del jardinero y rmpiezan a hablar con él en italiano, demasiado rápodo para enterarme y además no le estoy prestando casi nada de atención. Suena su teléfono móvil. Los guardias lo descuelgan y se lo acercan a la oreja y empieza a hablar con alguien ¿No será Vabaragio el que está en la otra linea del teléfono?
-Si sta arrivando – Dice el jardinero, significa algo así como “está llegando” más o menos. Mi italiano no es perfecto, exactamente no traduzco las frases
-Per ricordare l'alleanza – Esto si lo he entendido a la primera, el profesor que teníamos en uno de los talleres, que nos hablaba en italiano porque decía que él se explicaba mejor y nosotros nos íbamos a enterar de lo mismo, nos decía esa frase siempre que hacíamos una cuerdo con él sobre algo. Vamos, cuando nos mandaba los trabajos para subir las notas de los exámenes: “Recordad (en este caso recuerda) el pacto” él seguía “trabajo en mi mano, punto extra en el examen”. Esa frase en italianonse me quedó grabada en la memoria – Non siasmo qui – Le está diciendo que pase todo como si ellos no estuviesen aquí. Por fin nos libramos de Andrea Vabaragio, ¡por fin! Dani, Lara y Rivera me miran con cara extrañada como preguntándome qué es lo que están diciendo. Ahora no me apetece mucho ponerme a traducir todo así que les haré un resumen lo más breve posible. Hago un gesto para que se acerquen.
-Los policías italianos han hecho un acuerdo con él. Ha llamdo alguien, supongo que Vabaragio que ya está llegando – SE acercan los policías. -¿Viene Andrea, verdad?
-Sí. Vosotros dos os volvéis a sentar, que se piense que aquí no ha pasado nada y los demás nos escondemos. Cuendo entre cerramos todas las puertas, para, por si lo intenta, no pueda escaparse. Eso sí, tenemos que quedar alguna abierta para que puedan entrar los de fuera en caso de que fuese necesario.
-Por abajo, por el gimnasio – Dice Rivera. El teléfono del jardinero vuelve a sonar – A sus puestos cada uno – Yo me quedo quieta mientras todos se van, tengo otra idea mejor que hacer lo mismo que ellos. Rivera, al ver que o voy con él se para y se gira – Vamos Patri.
-No, yo me quedo aquí. Que supuestamente me coja a mi también. Yo se como entretenerle para que hagáis las cosas bien. Además, al principio dijiste que yo era el cebo petfecto. Pues el cebo otra vez. Solo tenéis que esperar mi señal, sabréis bien cual es la señal cuando la haga.
-Tú sabrás – Se va y yo me quedo en el comedor.
-Tú, te toca improvisar. Te ayudo, Acabo de llegar y os he encontrado aquí – Me agarra por los brazos por atrás del cuerpo y de la nueca. Abre la puerta soltándome de uno de sus brazos.
-Una más Fabio – Claro está que lo dice en italiano. Y ¿Fabio? ¡Éste no sabe su nombre verdadero!¡No sabe quien es éste hombre verdaderamente!
-Si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahora, ¿se dice así, no? - Ésto me lo dice a mi en español. Me coge igual que me tenía el otro – Tú eres Mahoma y yo soy la montaña. Si no vienes a mi yo vengo a ti. Que pena que sean para cosas distintas, bueno, quizá no tan distintas. Tú quieres capturarme a mi y yo lo que quiero hacer contigo y con los demás “superhéroes” del grupito es quitaros los poderes, lo que quiero es ¡pum! Mataros – Ésto último me lo dice con el dedo índice en un lado de mi cara y el pulgar levantado a modo de pistola – Lo que si me da penita es esa preciosidad que ha venía de regalo con el señorito Daniel – Me suelta empujándome contra el suelo y se va hacia Lara – Contigo haré otra cosa antes de matarte. Antes de matarte a ti y a tu querido noviecito, que lo vea. Por cierto ¿Qué tal está vuestra amiga Anna después del “accidente”? - Se pone detrás de Lara y se agacha hasta quedar a su altura – Que se vaya lleno de rabia y ganas de estrangularme – Andrea lleva sus labios hacia el cuello de Lara. Ella intenta deshacerse de él pero le echo una mirada diciendo que se deje. Miro a Dani, tiene los puños apretados. Éste es capaz de sacar las fuerzas de cualquier lado para romper la cinta y defender a Larita, pero no va a hacer falta. ¿El italiano ya ha tenido su turno de ataque? Ahora me toca a mí. A ver quién tiene más fuerza. A cortar por lo sano. Sayonara baby.
-Tienes razón; si Mahoma no va a la montaña l amontaña va a Mahoma y también tienes razón de que yo, nosotros, somos Mahoma y tú, vosotros, sois la montaña; pero por mucho Mahoma y montañas que haya éstova a acabar igual – Se acerca a mi y me agarra fuerte de la mandíbula – No ha hecho falta que vayamos a buscarte, tú solito te has metido en la boquita del lobo – El jardinero me suelta y rápidamente le quito la pistola del cinturón de Andrea. Los policías italianos empiezan a entrar en la sala - ¿Pensaste que ibas a acabar librándote? Dos veces te nos has escapado. A la tercera va al vencida, dicen. De esta ya no te libran ni todos los dioses de todas las religiones unidas con los santos. - Dos agentes se acercan a Vabaragio, le esposan y lo sacan al jardín para meterlo en el coche y llevarlo a la comisaría antes de repatriarlo a Italia. Con el jardinero no hacen nada de momento
-Gracias por tu colaboración – Dice Rivera – Supongo que saldrá eso en es expediente.
-Exacto – Contesta uno de los agentes – Pero de todas formas hay que apresarlo por cómplice.
-Gracias – Oigo un susurro en mi oído que me provoca un escalofrío por el susto y po el aire entrando en el oído. Me giro.
-De nada cari

Capítulo 125


Suena mi móvil. ¿Dónde estará? Mierda, abajo. Me levanto corriendo y me voy poniendo por el camino la camisa de Raúl. Descuelgo el teléfono sin mirar quien es, da igual, ya me enteraré cuando lo coja.
-¿Diga?
-¿Te he despertado?
-¿Qué hora es?
-Casi las 10. te he despertado.
-No pasa nada.
-En 10 minutos paso a buscarte a casa de tu novio. Ya por fín, por mis huevos vamos a acabar con esto. Ya no tenemos la ayuda de la policía española. Ha venido personalmente el jefe de la policía superior de italia, los que están buscando a Andrea Vabaragio. Así que ya da el asunto por zanjado. Por narices tenemos que pillarle hoy, porque vienen a llevárselo, no a cogerle, para eso nosotros.
-Vale, vale, despacio, que no asimilo tanta información de golpe todavía. Me visto y te espero – Cuelgo y vuelvo a subir las escaleras para coger mi ropa. Raúl se gira en la cama y no notarme allí abre un ojo – Apoyo mis rodillas en la cama y me agacho para darle un beso – Buenos días señor de las bromas. Me tengo que ir. Luego te llamo. - Le doy otro beso, me quito su la camisa, tirándosela a la cara y cojo mi ropa del suelo – Voy a tener que traer algo mío para cuando me quede aquí – Digo mientras me meto en el cuarto de baño. Me visto con la misma ropa de ayer, me lavo la cara, me peino, que lo mío me cuesta, y voy hacia el salón.
-Y a dónde vas my princess – Me dice asomándose por la barandilla.
-No hables inglés, te irán mejor las cosas – Me río – Luego te llamo, quedamos para despedirme y te cuento. Ahora tengo prisa. - Le digo mientras bajo las escaleras. Él baja las escaleras en calzoncillos. - ¿Tienes frío? - Cojo la manta del sofá y se la tiro. La coge rápidamente y se la pone alrededor. - ¡Es que quien te manda a ti a salir así – Me vuelvo a reir y me abraza tiritando un poco. Mientras tanto me termino de beber el vaso de leche que me he preparado para desayunar. Ayer no cenamos y tengo hambre, pero no tengo tiempo para desayunar bien.
-¿Sólo eso vas a desayunar?
-Ya desayunaré algo por ahí. - Oigo el claxon de un coche – Me voy cuqui. Luego te llamo. - Le doy un beso, cojo el móvil, el abrigo y salgo por la puerta no sin antes comprobar que tengo la cartera y las llaves en el bolsillo. Bajo corriendo los cinco pisos de escaleras y cuando llego a la calle veo a Rivera con el coche parado delante del portal del edificio - ¿A dónde vamos?
-De excursión a pasar frío, ¿te hace la idea?
-No mucho
-Me da igual – Sabía que me iba a deir eso – Dani no se fue ayer al pueblo, se va hoy. Anoche se fue a una casa que tengo en el campo, en una parcela. Antes de ayer me enteré que el jardinero es socio de Andrea y se me ocurrió que así les podemos pillar. Se fue allí, y cuando llegue hoy el jardinero y le vea allí va a dar el aviso al jefe. ¿Qué van a hacer? Está claro, ir a por él, sabes que no se dejan nada a medias. Pero para cuando ellos lleguen ya estamos nosotros dentro de la casa con la policía italiana esperando a que lleguen. Vale que otra vez nos estamos basando en un supuesto de lo que van a creerse o no, pero la otra vez salió bien y pensé que esta vez no tiene por qué salir mal, esta vez va a salir mejor. Lo aseguro. - Se sujeta algo en la oreja - ¿Ha dado el aviso?...Nosotros ya vamos para allá. Confío en vosotros y que no nos la vais a liar como nos la liaron el otro día. Primero llegamos nosotros para impedirle que de el aviso y luego vosotros...exacto.Suerte.
-¿Con quien hablabas?
-Con Marco Sidelli, el jefe de la policía italiana. - No volvemos a hablar hasta que llegamos. La casa es preciosa, no es muy grande pero tiene un jardín supercuidado. Su buen trabajo le costará al jardinero. - ¿Te gusta? Pues todo el mérito lo tiene ese traidor con el que nos vamos a encontrar ahora. - Me dice susurrando. - Vamos por la puerta de la cocina, que está abierta siempre, no soy capaz de que se cierre. - Vamos rodeando la casa hasta que llegamos a la puerta abre la puerta cuidadosamente sin hacer ruido y penetramos en la casa – Toma – Me tiende una pistola – Ten cuidado – “Ten cuidado” igual a “está cargada” seguro. Oigo una voz procedente de las salas. Sigo a Rivera hasta una gran sala que parece un salón comedor nos asomamos y exactamente. Está allí el jardinero de pie con Dani y Lara sentados cada uno en una silla atados a estas con cinta adhesiva y con lo mismo en la boca. ¡Madre para quitar eso! Observo a los dos. Dani tiene gesto de impaciencia, que tardamos mucho en hacer algo y Lara... pobrecilla, está asustadísima, la hemos metido en esto así por las buenas. Me ve y me mira. Le hago un gesto para que esté quieta pero el jardinero ya se ha dado cuenta que está mirando algo. Se da la vuelta y casi no nos da tiempo a Arturo y a mí de escondernos para no ser vistos. Oigo a Lara reir por debajo de la cinta.
-¿A si que riendote? – Levanta la mano y le da un guantazo. Dani cierra los ojos, no soporta ver eso - A ver si te ríes ahora, guapa. - Miro a Rivera ¿donde está? Ahí viene guardándose algo dentro de la chaqueta. Me hace un gesto para que no le siga. Entra y se pone detrás de el jardinero. Último vistazo a los chicos. Dani sigue con cara más tranquila, ya no tan impaciente; ella está llorando.
-¿A tí no te han dicho nunca tus padre cuando eras pequeño que es de muy mala educación secuestrar a gente y atarla como si fueran animales? -Me hace un gesto para que entre. Se gira y tarda más en girarse que en tener la pistola de Rivera en la garganta. Cuando se gira quedo yo a su espalda, a mi creo que no me ha visto. Mientras pasaba al lado de Rivera me ha dado unas tijeras con el que empiezo ahora a cortar la cinta con la que están atados – Un solo paso en vano y tu cabeza sale por los aires. Luego me tocará limpiar a mí pero me da igual. - En ese momento oigo varios coches cerrarse en el jardín - Patricia, trae la cinta adhesiva, encima de la mesa está.

Capítulo 124


-¿Qué te pasa? - Me dice Raúl cuando vuelvo a entrar dándome un abrazo. Necesitaba ese abrazo.
-No se si es buena idea que Dani se vaya. - Ahora me va a pregunta, sé bien qué me va a preguntar por qué digo eso. Patri, ahora a pensar una respuesta idónea
-¿Por qué lo dices? - Sabía que lo iba a preguntar y todavía no se qué respuesta darle
-Movidas – Contesto sin pensar
¿Quieres qué hablemos? - Muevo la cabeza hacia arriba y hacia abajo afirmando. Me agarra la mano y me lleva al sofá. Se sienta y me hace un gesto para que me siente junto a él - ¿Qué pasa para que esté de la manera que estás, que parece que se te ha muerto el canario? - Sonrío, eso me ha hecho gracia. - ¿He hecho algo que te haya molestado? Dime lo que sea que pase y quizá entre los dos podremos arreglarlo
-No es lo que tú dices cariño, lo que pasa es que... no se, la situación no es del todo fácil. No solo es lo de Anna, son problemas que tengo yo y no puedo contar a nadie. Hay algo que me encantaría contárte y poder sacar toda la... angustia, por decirlo de alguna manera, que llevo dentro. Pero no puedo, hay tantas cosas que se yo que no puede saberlas nadie más... tengo demasiado peso encima y el que todavía no ha llegado. Me siento mal, me siento con ganas de que todo esto acabe ya, que llegue el nuevo año y el 2011 se quede atrás, con sus problemas y 2012 venga con las soluciones de los esos problemas que quiero dejar atrás. Quiero que todo se solucione, quiero volver a mi vida normal, contigo sin tener que pensar en desgracias humanas con acento italiano de las que hay que librarse. Cuando todo esto pase ya te contaré todo si quieres desde el principio, con pelos y señales, con representaciones gráficas y todo, pero por el momento confía en mí y en el destino y reza todo lo que sepas para que se acabe lo antes posible. Solo cuando eso ocurra podré estar relajada por fin y feliz.
-¿No eres feliz conmigo? - Me dice con algo de frustración en su voz.
-No he dicho eso. Claro que soy feliz contigo, pero no puedo estarlo con todos los problemas que tengo rondándome la cabeza. Sé más o menos quienes eran los que asaltaron a Anna y a Miki en el callejón, para quién trabajan, sé por qué lo hicieron. Raúl, tengo que estar con dos ojos mirando hacia delante y veinticinco por lo menos mirando hacia mis espaldas, estoy las 24 horas del día en alerta sabiendo que en cualquier momento pueden venir y hacerme algo. Tengo miendo, sobre todo desde anoche, cuando comprobé que son capaces de hacer daño con el fin de quitarnos del medio – Raúl me está mirando con una cara de “yo me he perdido algo y no me entero de ná”.
-¿Son capaces quienes? - Siento que se me están empezando a escapar las lágrimas de los ojos, pero no quiero que salgan pero no puedo controlarlas
-Gente, Raúl, gente mala, perversa con ganas de revancha y llenas de rencor que no dudan en hacer mal para sentirse ellos bien. -Caen las lágrimas por mis mejillas - Yo te juro que en cuanto me dejen te cuento todo
-Shhhh, no llores. Nada ni nadie merece que tus lágrimas salgan de su casa.
-Déjame llorar, lo necesito. Es que si tuvieras una ligera idea de lo que está pasando... ¡te irías por miedo! - Le digo entre suspiros. Me vuelve a abrazar. Este abrazo me tranquiliza muchísimo, creo que las lágrimas dejan de brotar de mis ojos – Tienes razón, nada ni nadie merece que yo esté así – Se levanta, coge un vaso de la cocina y abre el grifo para echar agua. Pero yo no quiero agua. Lo que necesito es olvidarme de todo por un rato y sé como.
-Bebe un poco de agua, te vendrá bien – Me tiende el vaso, lo cojo y lo pongo encima de la mesa. Me acerco a él y le agarro por la camisa.
-No quiero agua, quiero otra cosa y también me lo puedes dar tú. Necesito olvidarme de todo por un rato y hay una manera de hacerlo. - Mientras efectúo la frase le voy desabrochando los botones de la camisa y al terminar le beso efusivamente, un beso lleno de deseo. Ha pillado al vuelo lo que quería decirle. Mira hacia arriba. ¡Escaleras, no! Me pasa un brazo por los hombros y el otro baja a la parte trasera de mis rodillas haciendo que estas se flexiones y caiga todo mi peso en sus extremidades superiores. Mmmm, escaleras. Con que facilidad cambio de idea. Subimos y me tumba en la cama.
-¿Segura?
-Segurísima

capítulo 123


Llegamos al edificio donde está el apartamento de Raúl. Por el camino he mandado un sms a Dani preguntando qué tal, sigue en casa de Monica y David, le han invitado a comer, vamos, lo que supuse lo hice bien. Tenemos que subir por la escalera, el ascensor lleva una semana escacharrao y nadie viene a arreglarlo. Pero da igual, no pasa nada. Si solo son 5 pisos. Eso no es nada, vamos quien se queje de subir unos 100 escalones entre las escaleras del portal y las otras... No se si estáis notando el tono irónico con el que estoy poniendo estas palabras. Ahora digo lo que pienso de verdad. ¡La virgen! 5 pisos sin ascensor operativo. Yo me muero por el camino. ¡5 pisos! Que no son uno ni dos ¡cinco! ¡Normal que haya dicho el señorito que hasta que no arreglen el ascensor no hace la compra! Imaginaos como sería subir esto con las bolsas de la compra. Yo no vuelvo hasta que se pueda subir en ascensor. Conseguimos llegar arriba y abre la puerta. Me quito el abrigo
-Mejor comemos en la mesa pequeña –Un escalofrío me recorre el cuerpo – Si quieres una sudadera arriba en el armario coge una de las mías – ¿Escaleras?
-No hace falta, aquí hay una mantita muy buena mientras se enciende la calefacción - Miro el reloj, las 4 y diez pasadas
-¡Vamos a poner la tele! - Le digo medio emocionada
-¿Qué quieres ver? - Me dice una vez sentados los dos y él con el mando en la mano y la caja de la pizza todavía sin abrir
-Trae – Le quito el mando y pongo Neox. Está el sumario de lo que van a poner hoy en el programa, bueno poner hoy, en el programa de hoy porque los de esta semana llevan casi un mes en las “reserva” como la llama Juange. - Quiero verte a ti y tus broma.
-No me acordaba lo de que grabamos los programas de esta semana. Nunca me ha dado por verlo en internet. Anna dice que sí, que todas las noches los ve en su casa en la web pero nunca me ha dado por hacerlo a mi, no se, como que volver a ver algo que ya he visto... - Nos comemos las pizzas mientras vemos el programa – Imagínate si no llegamos a grabarlos y nos dicen que hay que venir en Navidad, ¿Qué hubiésemos hecho con lo de Annita? - No respondo con palabras puesto que no se qué decir. Subo los hombros como gesto de duda y seguimos viendo el programa en silencio, interumpiéndolo con las risas – Aiva, ahí voy yo, voy a ver como hago el ridículo.
-No digas eso, no haces el ridículo, bueno, puede que un poquitín, pero da igual. La gente te quiere igual, seguramente la gente te quiere por eso, porque te da igual lo que digan.
-¿Y tú no me quieres por eso? Como dices la gente... - Le doy un beso, de esos que dejan ganas de más, no se si me entendéis.
-Yo a ti, ¿de donde has sacado que yo te puedo a querer a ti? ¡Vamos, por favor!. Hasta donde vamos a llegar. ¡Qué barbaridad se está diciendo por aquí – Me intento aguantar la risa pero son intentos fallidos, al final acaba saliendo sobre todo al verle la cara que está poniendo, con los llamados pucheritos de lo niños pequeños a punto de llorar, pero lo que va a hacer este es empezar a reirse. - ¡Cómo no te voy a querer yo a ti! Me acerco a él y le doy otro beso, esta vez uno en condiciones.
-Shhh, vamos a ver mis resumenes de los repors - ¡La virgen, que absurdo! Si ya me reí la primera vez que vi estos reportajes en su momento de emisión ahora más porque ya se que viene y más con el causante a mi lado descojonándose de sí mismo tapándose la cara. - ¿Ésto es lo que ven los españoles?
-Y los que no son españoles también.
-¡Ay, mamá! Hacía bien en no verme. Cuando lo estás haciendo no parece tan absurdo como cuando lo ves luego.
-¡Pero y lo bien que te lo pasas! ¿Dónde me lo quedas?
Terminamos de ver el programa cuando suena mi móvil. ¿Qué querrá Dani ahora? Espero que no sea nada malo.
-Peque, oye, acabo de hablar con Lara, que voy a pasar por casa a por algo de ropa que nos vamos a León, se me olvidó decírtelo ayer, vamos a ver a mis padres y eso. ¿No te importa, no?
-Qué más da, si yo mañana me voy para Cáceres a ver a mis padres también.
-Vale. Y me ha dicho Lara que qué os parece que si os venis después de la cena de nochevieja a la parcela de Lara en el pueblo
-No se, por mi vale, además me cae supercerca. Se lo voy a decir a Raúl, espera un momento. -Le doy un pequeño golpe en el brazo ya que está enfrascado con el móvil en la mano – Raúl, que dice Dani que le ha dicho Lara que si nos vamos con ellos a la parcela después de la cena de nochevieja.
-Dile que le acabo de mandar un mensaje a ella.
-Ya lo he oído, ya le pregunto a ella – Dice Dani sin dejarme hablar. Bueno, os dejo que ya estoy en el coche, ¿estás en casa?
-De Raúl
-Bueno, pues me paso por ahí antes de ir a recoger a Lara y me despido. Hasta luego. Cuelga.
Esperamos a Dani mientras jugamos al póquer con cachitos de servilleta, no tiene fichas. Suena el telefonillo, las 6 y cuarto de la tarde. Me levanto y voy a abrir la puerta del portal. Recogemos las cartas de la mesa y mientras voy a abrir la puerta del apartamento Raúl va al armario dónde está la basura y tira los papelitos.
-¿El ascensor solo se estropea cuando vengo yo o siempre está así?
    -Lleva así una semana Es Navidad, chato, nadie viene a apretarle las tuercas.
    -Y no habrías podido vivir no se, ¿en un primero? No, en un quinto
    -Se llama nivel de posesión. En estos edificios si quieres mostrar más nivel tiene que ser con los dos apartamentos del último piso.
    -Pues no sé que nivel marca una casa sin puertas dentro. - Raúl se ríe, yo no he entendido el chiste, a vale, ya, ya lo entendí.
-¡Y lo rápido que se limpia! Y para enseñarle a la gente la casa solamente tienen que estrar, con eso ya lo ven todo, bueno, todo no, todo excepto el baño
-Ay sí, que eso si tiene puerta. - Para los despitadillos, la casa Raúl es un loft, lo llaman. - ¿Pero cuando alquilaste esto no hubieses preferido alquilar un piso más normal?
-Me daba igual, además era lo único que había cerca del curro – Dani frunce el ceño – El curro de antes, Martínez
-Ah, vale, ya entendí. - Estamos un rato hablando - Bueno, yo he venido a despedirme, que me voy unos días a León con la familia. Ya nos vemos en casa de Lara
-Buen viaje, cari – Nos despedimos. Cuando sale por la puerta voy tras él - ¡Dani! ¿Rivera sabe que te vas? - Le digo en un susurro
-Sí, fue al primero que se lo dije. Dice que te llama mañana por la mañana antes de que te vayas tú también que quiere comentarte una cosa. Bueno guapa, hasta el sábado – Me da un beso en la mejilla – Buen viaje a ti mañana tambien.


Capítulo 122


-Así que he estado toda la mañana deprimiéndote desde que llegué
-Hombre Miki, no te lo tomes así, no es para tanto. Deprimirme, lo que es deprimirme, no. Bueno, un poquito quizá. Pero es que es verdad, es que desde que has entrado esta mañana no has parado de quejarte. Más que quejarte de lamentarte por no haber hecho lo que tu piensas que deberías haber hecho. Solo piensas en lo malo, no piensas en lo bueno.
-¡Es que esto no es bueno!
-¿No es bueno que yo esté viva? Acaso te da igual que, aunque esté aquí rodeada de médicos y agujas esté contenta.
-Claro que no me da igual, pero quizá pude haber evitado ésto.
-Miki, seguramente esto iba a pasar de todas formas. No lo sabes todo de mí. Hay cosas que no se pueden contar ni siquiera a la persona que más quieres. - Esa frase me suena. Se la he dicho hace un rato a Raúl en el coche.
-¿Qué quieres decir con eso? - Raúl aparece en la habitación
-Hola Annita ¿qué tal?
-Bueno... ya ves. Bastante bien, dice el médico y yo también.
-Jajaj Oye, ¿tu madre tiene gafas y el pelo largo un poco claro? - Afirma – Ahí vienen tus padres entonces, creo – Yo lo que creo es que discusión finalizada. Con los padres de Anna aquí no creo que sigan con la conversación. La que si que no va a acabar en la conversación voy a ser yo.
-Raúl vámonos. Adios cuquis. Y arreglad esto cuanto antes, al menos que no se os note – Salgo de la habitación con Raúl de la mano y casi en el pasillo nos encontramos de frente con los padres de Annita que se me quedan mirando. - Hola, buenas tardes.
-¿Tú eres amiga de mi hija, verdad? - Me dice él. - Es que me suena tu cara
-De Anna, sí. Somos muy amigas.
-¿Y como está? - Anda, que dicen del acento de Anna, pues porque no han escuchado el del padre.
-Bien, bastante bien. En esa habitación – Les señalo la habitación – Nosotros nos vamos a comer – Nos despedimos de los padres de Anna y bajamos por las escaleras tranquilamente. - ¿Y si en vez de bajar a la cafetería cogemos unas pizzas y nos vamos a tu casa? Es que tengo ganas de relajarme un poco.
-Como quieras. - Nos montamos en el coche y vamos a la pizzería más cercana. - ¿De qué quieres la pizza? - Me dice una vez dentro del establecimiento.
-Me da igual, la que quieras.
-¿Hawaiana, por ejemplo?
-Vale
-Chiqui, alegra esa cara, hombre, que estamos en Navidad – Me dice sonriendo y me da un beso en la comisura de los labios. Que raro que esté así habiendo gente alrededor.
-Raúl, la gente.
-A la mierda la gente ya. Vamos a darle trabajo a Aitana, la amiga de David y los demás de la tropa – Me sujeta la barbilla y me da un beso como los que me da en casa, en condiciones. Suave y tierno pero lleno de pasión y sobre todo amor. Eso sí, corto
-¡Siguiente!
-Una mediana hawaiana para llevar, por favor
-¿Algo para beber?
-No, gracias
Nos da el ticket y esperamos un rato en una de las mesas que hay al lado del mostrador. No hablamos, solamente nos miramos. ¿Tenemos que hablar de algo? Bueno sí, sí que hay que hablar sobre algo pero no se puede hablar en un sitio con tanta gente. No vayáis a pensar mal. Sobre mis problemas y mis movidas. Ahora que me doy cuenta, ya puedo pensar una manera para explicarle lo que me pasa y que se quede tranquilo sin contarle nada de la historia con los italianos, eso si que es otra movida. ¿Habéis jugado alguna vez al juego del Tabú? Yo sí, siempre pierdo. A ver como se explica quien es R2D2 sin decir ni robot, ni star wars ni otras cuantas palabras que no me acuerdo cuales eran, vamos casi imposibles. Pues aquí algo parecido. A ver como puedo decirle que lo que me pasa es que estoy preocupada porque estoy persiguiendo con Dani, Rivera y otros a un grupo de italianos tocahuevos que ahora nos están persiguiendo ellos a nosotros de venganza porque casi les pillamos, que casi matan a Anna y secuestran a Dani sin decirle que estoy persiguiendo con Dani, Rivera y otros a un grupo de italianos tocahuevos que ahora nos están persiguiendo ellos a nosotros de venganza porque casi les pillamos, que casi matan a Anna y casi secuestran a Dani. A ver, decidme vosotros como narices le digo. No creais que me he liado al decir la frase, no, es que le tengo que decir algo sin poder decirle nada de eso, lo mismo que os he dicho en el ejemplo de R2D2. Es que por qué me complico yo tanto la vida, leches, hace ya mas de medio año que estamos con esta mierda y todavía no se ha solucionado. Algo rápido me dijo Arturo que iba a ser. ¡Ya veo lo rápido que ha sido! Bueno, si rápido lo considera menos de una año... sí, es rápido. Por favor, quiero acabar con esto cuanto antes. No quiero empezar el nuevo año todavía con la carga esta. Ya no lo soporto más, necesito descansar.
-¡Patricia! - Oigo decir a Raúl con la voz un poco alzada.
-Dime
-A ver si me invitas algún día a tu mundo porque oye, te gusta más estar ahí...
-¿Ya tienes la pizzas? - Le miro las manos – Vale, no hace falta que me digas nada

Capítulo 121


-¿Cómo estarán los dos “policías”? - Dice Anna tras terminar de contarla una a una todas las peripecias de por la mañana - ¿Habrán atrapado ya a los italianos?
-No creo, me hubieran llamado. Pero les voy a llamar, por lo que pueda pasar, que nunca se sabe, eso te lo aseguro yo. Puede pasar de todo en el momento que menos piensas – Aparece Miki en la puerta. Está en el pasillo, apollado en el marco con la cabeza asomada por la puerta entreabierta.
-Anna, cariño, como está Patri aquí, me voy con Raúl a la cafetería a comer, que hay hambre. Dice que luego sube él a verte.
-Vale, vale, que aproveche.
-¡Miki! - Le digo antes de que se vaya - Dile a Raúl que me suba un bocadillo o algo para comer, que yo también tengo hambre, yo también soy persona y como. - Ríe y me hace un gesto de afirmación con la mano y se va. Oigo sus pisadas por el pasillo. Cojo el teléfono móvil y marco el número de Nacho, el que encuentro primero en el registro de llamadas salientes recientes. Suelo mirar ahí en vez de en la agenda cuando me acuerdo que he hablado recientemente con quien voy a llamar. Marco, un tono, otro tono.
-¿Hola Patri?
-¿Como ha acabado el control policial? - Le digo sonriendo y creo que lo nota porque se ríe, pero para pronto.
-Se ha vuelto a escapar. ¿Y mi hermano? - Dice serio
-Al Martínez grande le guardé a buen recaudo en casa de David y Mónica, por la hora que es y conociendo a Moni, sobre todo me da a mi que le habrán dicho que se quede a comer, lo más probable, yo estoy con Annita en el hospital ayudándola con la comida. - Suspira, esos suspiros que los llamo yo minirisas porque normalmente se dan cuando se va a empezar a reir o cuando algo te ha hecho gracia pero no es para reir del todo.
-¿Con Anna? ¿Se puede poner al teléfono? Quiero hablar con ella ya que no subí esta mañana a verla – Le tiendo el teléfono a Anna para que hable con Nacho.
-¡¡MiniMartínez!! ¿Qué tal muchacho?¡Cuanto tiempo sin hablar contigo!- Pongo oído, a veces el volumen del teléfono está alto y si no hay mucho ruido alrededor se escucha lo que están hablando. Se pone y se quita solo Tengo que cambiar de móvil ya.
-¿De qué buen humor estás, no, cuqui?
-Hay que mirar el lado bueno de las cosas.
-¿Y aquí qué es bueno? Porque yo no lo veo para nada – Dice Nacho creo que con un tono extrañado – No sé qué puede tener de bueno que estés en el hospital después de haber tenido un accidente que ha impedido que se aumente la familia en unos meses. - Anna se ríe levemente, pero se ríe.
-¿Que qué hay de bueno quieres que te diga? Estoy viva, Nacho. Yo creo que ese es motivo suficientemente grande como para estar alegre. Por unos momentos, mientras me empujaban, pasaron por mi mente todos los buenos momentos que he tenido en mi vida, incluso algunos de los que no me acordaba anteriormente. Por unos momentos pensé que os íbais a quedar sin cuqui. Os juro que pensé eso. Además, quizá si no hubiese estado esta mañana con Dani un ratito riéndome con él tampoco creo que yo estuviera ahora así de contenta, dentro de lo que cabe.
-¿Y Dani qué tiene que ver aquí?
-Que me ha alegrado mucho poder estar con él. Sabes que me conoce muy bien y siempre sabe qué decir o hacer para sacarme una sonrisa, aunque las situaciones sean como las de hoy, que parece que estar en un sitio como éste impide el humor. No lo impide, al contrario, se agradece. Se agradece tener al lado en un momento como este en el que lo peor de todo es que la criatura que enjendrabas ya no está, un poco de alegría y que te amenen el tiempo, como hizo Dani el ratito que estuvo aquí esta mañana. Su visita me ayudó a sobreponerme yo sola, además que le prometí un día que, delante de él, no iba a estar triste, por eso me inventé que no me acordaba de lo de mi embarazo, para eso y para que no se preocupase por eso, que seguro que te lo ha dicho.
-Sí, es lo primero que me dijo.
-Lo suponía. Pues fue por eso, en realidad durante ese rato, entre risas y dolores míos de costillas no me acordé, en teoría es verdad. Luego,ya vino Miki y... bueno todo se tornó diferente.
-¿Por qué? - Ya se ha bajado un poco el volumen, a acercarse. Me acerco al teléfono.
-Pues porque Miki es diferente, se preocupa demasiado. Solo está mal porque yo estoy aquí, porque me he hecho daño, porque tengo agujas en el brazo que no tengo la escayola y puntos en un lado de la frente. No se fija que estoy viva, que podemos estar hablando con normalidad, que mañana vuelvo a casa si todo sigue así de bien. Y es que no sabes eso lo que frusta; que tú estás ahí venga intentando, venga intentarlo pensar en cosas buenas para no deprimirte y que esté alguien quejándose de todo.
-Me imagino.
-No Nacho, no te lo imaginas. No tienes una ligera idea de qué es estar con una persona que continuamente está: “si no hubiésemos ido a esa cena no estaríamos aquí” “si nos hubiésemos quedado en casa viendo una peli de estas americanas de Navidad estaríamos en perfectamente en el sofá” “si yo hubiera sido capaz de defenderte en aquel callejón...” - Dice Anna medio imitando a Miki – y encima prohibe a Dani que venga a visitarme. Esto si que no lo entiendo. ¿Qué hay de malo en que un amigo, que mi compañero de curro venga a verme? - Me da por levantar la mirada hacia la puerta de la habitación en la que estamos. ¡Ay, la virgen! Le doy un pequeño golpe a Anna en el brazo con el que está sujetando el teléfono. - ¡Ay! ¿Qué haces? - Ella también se queda mirando la puerta cuando alza la vista, al igual que yo. - Ya hablamos. - Cuelga

Capítulo 120


Pasamos un buen rato allí con nuestros amigos y la chica que nos ha presentado David. Por lo visto se conocieron en la universidad y en ese entonces tuvieron algo, pero que, al acabar la carrera ella tuvo que volverse a su tierra, que exactamente no ha dicho de donde es. Suena mi móvil que ya lo le he quitado el silenciador, ya no pasa nada si me suena. Salgo del salón, prefiero hablar un poco más a solas
-Dime Miki
-Dice Anna que vengas cuando puedas, que quiere hablar contigo sobre una cosa, no me ha querido decir sobre qué es. ¿Qué le digo?
-En un rato estoy allí, lo que tarde en llegar.
-Vale, oye, ni se te ocurra venir con Daniel, que te conozco y con la excusa de “no cojo el metro” te lo llevas a todos lados. - Dice Miki con un tono desafiante
-Descuida, está ocupado, no creas que no va porque no quieres que vaya, sino porque no puede, tiene ahora unas movidas que hacer. Yo estoy con Raúl asi qeu si no tienes inconveniente de que vaya él llego en unos minutos.
-Hasta luego – Cuelga y le doy a Raúl un golpecito en el brazo
-Nene, me acaba de llamar Miki, dice Anna que quiere verme. ¿Me llevas?
-Sí claro, voy al baño y nos vamos.
-Vale. Bueno Aitana, pues un placer haber hablado contigo, a ver si lo repetimos otro día, me has caído bien – Se ríe levemente.
-Tú a mí también. Por cierto, ya que estabais hablando de Anna, ¿Simon? - Hago un gesto de afirmación con la cabeza - ¿Cómo se encuentra? Me habían dicho que ha tenido un accidente. ¿Está bien?
-Bueno, sí, bien dentro de lo que cabe, claro está ya que no deja de haber sido un accidente y una caída y las caídas conyevan algo, pero después de todo tampoco está tan mal, las he visto peores, desde luego ha tenido mucha suerte de que hayan sido solo contusiones no muy graves, nos dijo el médico. Bueno, aunque la pérdida del bebé...
-Eso tiene que ser un golpe muy duro, la pérdida del bebé, no el golpe en sí.
-Ya, si te entiendo – Raúl aparece por la puerta del salón terminándose de subir la cremallera del pantalón – Por cierto, muchas gracias por preocuparte – Sonríe – Bueno, gente, nos vamos. Adios
-Adios – Oigo decir a coro mientras nos vamos alejando.
-¿Seguro que están bien? - Me dice Raúl cuando paramos en un semáforo agarrandome la barbillla haciendo que nuestras miradas se crucen. - ¿Necesitas que hablemos o algo? Ya dijimos al principio que íbamos a hablar de los problemas que tuviesemos porque no quieres que te pase lo mismo que te paso con tu último ex, que no quieres ningún tipo de malentendidos, que es mejor comentar las cosas y que así aumentaría la confianza. Eso último lo dijiste tú. - Cierto, yo dije eso. El semáforo cambia de color.
-Verde. Hay cosas que no son del todo fáciles de explicar sin decir nada. Hay cosas que no se pueden contar ni siquiera a la persona que más quieres. Pero descuida, no hay ningún problema que afecte a nuestra relación siempre y cuando confíes en mí.
-Sabes bien que yo confío en ti, que un “descuida” tuyo hace que yo me vuelva a mi mundo, metafóricamente hablando, lo que quiero decir es que no me preocupo. Yo lo que espero es que tú hagas lo mismo.
-Si yo no lo hiciera no exigiría ni te pediría siquiera que lo hicieses tú. Yo no soy de esas que van exigiendo cosas que luego ellas son las primeras en olvidarlas y no cumplirlas, solo aparentar que las cumplen. ¿Sabes a lo que me refiero?
-¿Sí, al prototipo de esposa perfecta, no?
-Por ejemplo – Sin habernos dado ni cuenta ya hemos llegado al hospital – Luego, si quieres, vamos a tú casa y seguimos hablando, aunque no creo que haya mucho más de que hablar sobre esto.
-Como quieras – Entramos en el hospital y subimos las escaleras hasta el piso en el que se encuentra la habitación de nuestra amiga. Comiendo está – Que aproveche, cuqui.
-Gracias Raúl. ¿Chicos, nos podéis quedar un momento a solas a Patri y a mí, que tenemos que hablar? - Los chicos se van y nos quedamos ella y yo solas en la habitación - ¿Me puedes ayudar con el filete? - Me siento a su lado en la cama y le corto los filetes. Como está con el brazo inmovilizado no puede hacerlo ella sola, directamente, excasamente puede comer ella sola. - Lo primero Patri, siento lo de esta mañana. Sí que me acuerdo, lo que pasa es que no me quiero acordar. Prefiero que los demás se piensen que no me acuerdo para que no hagan preguntas. Pero no le digas nada a Miki por el momento, ya se enterará cuando pase un tiempo. Él está mal emocionalmente, incluso peor que yo. Él lo había dejado todo por esa criatura y al menos intenta ahora poner buena cara al estar conmigo porque como supuestamente yo no me acuerdo de lo del niño... pues por qué va a estar él triste por eso. Al menos eso no me entristece más – Con el olor de los filetes, que huelen genial, y que apenas he comido algo en toda la mañana, me está entrando un hambre... Anna creo que lo nota – Coge un cacho, si yo no tengo mucha hambre – Sonrío y cojo un trozo de filete. Pues sí que está bueno – Y otra cosa. ¿Se sabe algo de esos dos tipos que me empujaron? ¿Trabajan para los italianos, verdad? ¿Se sabe algo de los italianos?
-La policía está avisada, en respuesta a la primera pregunta; estoy segura de que sí, a la segunda; y sí a la tercera. Hoy hemos estado a punto de capturarles a todos por fin gracias a la colaboración conjunta con la secreta, pero por su culpa se ha fastidiado todo – Empiezo a contarle todo lo ocurrido por la mañana: lo de la policía, lo de las fotos de Nacho y Cristina, el lío en el descampado, la movida de después con Rivera y Nacho vestidos de policías... vamos, todo el rollo. Mientras tanto ella va comiendo y se le ve entretenida porque para no tener hambre lo bien que me está comiendo la niña

lunes, 26 de diciembre de 2011

Capítulo 119


Me mira sonriendo encima de mi, pero una sonrisa extraña, una sonrisa con algo de deseo. Me fijo en su boca, se está mordiendo levemente el labio inferior. Le doy un pequeño golpe en el hombro.
-Voy, voy, no seas impaciente – Se empieza a levantar pero en en el momento que está apoyado con los brazos a ambos lados de mi y empezando a hacer fuerza con ellos para levantarse y sentarse Margarita da un frenazo y Dani se vuelve a caer encima mío.
-Auch!! - Nuestras caras están a escasos milímetros. Me gustaría que el tiempo se paralizara y que estuviesemos así más rato, pero se que no puede pasar; el tiempo no se va a parar y Raúl no se merece que yo esté pensando estas cosas – Margarita, guapa, no pegues esos frenazos cuando estamos haciedo maniobras aquí atras para intentarnos levantar – Mira por el espejo retrovisor y se ríe – No es para reírse – O sí, no se, quizá si – Dani, levanta, que me achuchas – Se levanta, esta vez más rápido..
-¿Mejor? - Se ríe, yo no río, pero no se como lo hace que me acabo riendo yo también. - ¿A donde vamos?
-No se, hay que pensar. A tu casa no, va a ser el primer lugar donde van a ir a buscarte – Vibra mi móvil, es un sms de David.
Stoy cn Raul, stá preocupado, dic q no le cogs el tlfn. ¿pasa algo?” - Es verdad, Raúl, le he cortado antes por teléfono y le he colgado las otras veces que me ha llamado. Le contesto el sms.
Dond stais?”
En mi casa”
-David, vamos a casa de David. Ahí no van a buscar. Pero date prisa – Entre Dani y yo le hacemos lan indicaciones para llegar a casa de David y Mónica. Para el coche delante del portal
-Bajad, Arturo sigue en contacto con vosotros – Cierro la puerta cuando salimos del coche y Margarita se va. Llamamos al timbre del telefonillo.
-¿Sí?
-No
-Hola Dani – David abre la puerta del portal y entramos rápidamente, no nos interesa que nadie nos vea, por si acaso. Monica y David viven en un piso, pero como es la planta baja tienen un pequeño, bueno, no tan pequeño, patio. Alguna cenilla nos hemos echado ahí en verano. Entramosn en la casa y allí está, sentados en el sofá del salón Mónica, Raúl y otra chica que no conozco. Las presentaciones para luego. Me acerco a Raúl, le agarro de la muñeca y nos dirigimos al pasillo.
-¿Preciosa, dónde estabas? Yo también me preocupo, eh, los 5 sugundos y medio que ha durado nuestra conversación parecías alterada.
-Movidas muy largas para contarlas. Pero no te preocupes. Lo siento si te ha molestado, no era mi intención. No quiero que estés mal por mi culpa.
-No te preocupes. Si me dices que estás bien yo estoy tranquilo.
-¿Entonces, no pasa nada?
-No pasa nada. Si antes me preocupé fue porque como ya te he dicho cuando me dijiste que luego me llamabas te noté un tanto alterada y nerviosa, y como luego no me llamaste y me colgabas el teléfono... era eso, pero nada, olvidado, como si no hubiese pasado nada. Venga dame un beso y volvemos al salón – Me acerco a él me inclino hacia arriba y me da un beso. Me gustan sus besos, además, este tiene sabor. Me río y me relamo un poco los labio – Qué haces
-Mmmm, me gusta el chocolate. - Se ríe – Vamos al salón.
-Sí, claro – Llegamos al salón.
-Patricia, ven que os presente. - Dice David con una sonrisa -  Patricia, Aitana; Aitana, Patricia
-Encantada, Patricia. Me ha gustado conocer hoy a gente nueva, y gente como vosotros, claro. Estoy cansada de ver fotos, sobre todo tuyas – Dice señalando a Dani – y me hace ilusión veros en persona.
-¿Como que fotos nuestras? - Dice Dani frunciendo el ceño.
-Trabajo en una revista de las llamadas “de corazón”. Elijo las fotos sobre todo y escribo algunos articulos, vamos, soy redactora. - Una ligera y breve pausa en silencio. - Pero vamos, que no os preocupéis, que yo solo escribo lo que me dicen, no digo nada más. Incluso me han dado fotos que he negado al saber que eráis amigos de David. No quiero que estéis así conmigo.
-No si no pasa nada, pero me ha extrañado, nunca había conocido a una redactora de revistas del corazón. Me ha sorprendido – Dani se ríe y los demás también.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Capítulo 118


Estoy paralizada, no se que hacer. Vabaragio está fuera del coche agarrando a Dani por detrás con una pistola en la mano apoyada en el cuello de Dani. Dani nos mira pidiendonos ayuda pero ninguno sabemos qué hacer.
-¿Nunca os han dicho que no se debe dar la espalda al contrincante? ¿Qué pensastéis, que un hombre de mi categoría no iba a tener algo con lo que defenderse? Vosotros decidid que va a pasar con el vocecitas. - Me guiña un ojo y se meten en el coche. Se ha escapado. Gghhh asquerosa sabandija. Me giro, Nacho no está con nosotros. Rivera se acerca a mi.
-Coge mi casco y vete con Nacho. Corre. Yo me quedo aquí, toma ponte esto.

Estoy ya con Nacho en la moto buscando a Vabaragio para rescatar a Dani, rescatar, nunca pensé que diría eso, nunca pensé que nos íbamos a ver en esta situación.
-Nacho, párate y quítate el traje de la moto. Quédate con el chandal. Margarita va detrás de vosotros con su coche y lo recogerá. - Nos acercamos a la acera y miramos hacia atrás. Vemos el coche de Margarita que se para junto a nosotros.
-Dame el traje. - Margarita se baja del coche – Patri, cariño, monta detrás. - Me siento
-En la siguiente bocacalle a la principal. Nacho adelántate hacia donde estoy yo, rápido. Nos vamos a hacer pasar por policías haciendo un control con el fin de entretenerles. Mientras tanto, Patricia, te acercas a la puerta, la abres y metes a Dani en el porsche
-¿Sencillo,no? - Dice Nacho empezando a arrancar. Qué bien les oigo con esta cosita que me ha dado Rivera.
-Es que no se me ocurre otra cosa. De todas formas parece fácil pero no tiene por qué serlo. Vamos a comprobar si es fácil o no.
-Rivera, ya te veo
-Aparca la moto cerca, pero no demasido. Y vente corriendo, que te tienes que cambiar antes de que lleguen estos.
-¿No nos meteremos en líos? - Digo yo.
-¿Alguien me habrá dejado los trajes, no? Chicas, cuando yo os diga venís.
-De acuerdo. - Esperamos un poco
-Ya – Acelera y cuando llegamos ya está el coche del italiano parado con Rivera y Nacho de policías cacheando y entreteniendo al conductor, es decir, a Andrea. Me acerco todo lo que puedo al coche y abro la puerta. La puerta se abre hacia arriba y por eso se puede acercar tanto. Mi puerta está a la misma altura que la puerta de Dani. Estiro el brazo mientras me sujeto con el otro brazo al cabezero del asiento del copiloto para evitar caerme, tengo miedo. Consigo darle al botoncito de abrir la puerta del coche del italiano, que también se abre raro. Dani me mira. Le hago un gesto para que se desabroche el cinturón y tiro de él para meterle en el coche. Tan pronto como consigo meter a Dani dentro del coche oigo la puerta de cerrarse y empezar a acelerar.
-Creo que te debo la vida.
-Sí, me deberás la vida, pero... ¿puedes leventarte y sentarte? Es que esta postura no es muy cómoda

viernes, 23 de diciembre de 2011

Capítulo 117


Nos montamos en los coche.
-¿Si me sigues apuntando con eso no puedo conducir tranquilo? - Dejo de apuntarle pero no suelto la pistola, por si acaso. Salimos a la carretera pero como si no tuviésemos nada que ver los unos con los otros. Bueno, creo que Rivera y el otro picándose un poco en las curvas sobre todo. Me fijo bien en la parte trasera de la moto del otro piloto ya que me suena. ¿Nacho? ¡Esa es la moto del hermano de Dani! ¿Pero qué hace aquí? Vibra mi móvil en el bolsillo del vaquero. Raúl.
-Hola princesa, ¿Y Anna? - Me dice creo que todo lo animado que puede
-Luego te llamo, ahora no puedo hablar – Cuelgo. No hay otra cosa que me apetezca ahora mismo hacer más que hablar con Raúl pero no puedo. Ojalá lleguemos pronto al sitio que nos quiera llevar éste tío y finalizamos ésto cuanto antes y poder respirar ya tranquilos.
-¿Puedes sacarme las gafas de sol de ahí, por favor, me deslumbra el sol? - Me dice señalándome la guantera.
-¿No será una estrategia para entretenerme y hacer algo, verdad?
-¿Crees que me atrevería a hacer algo mientras me estás apuntando con eso? - Cierto. Me agacho levemente sin apartar la vista de él en ningún momento. Abro la guantera y tanteo para encontrar las gafas. Toco algo con forma de funda de ellas y la cojo. Abro la cremallera y saco las gafas de sol. Se las tiendo pero sigo sin apartar la vista de él – Ya estamos llegando – Me dice cuando ya llevamos bastante tiempo en marcha.
Cuando llegamos ya está la policía en la puerta. Rivera está de pie con las manos apoyadas en la parte superior del casco
-Ni se te ocurra salir del coche – Salgo del coche y le hago un gesto a Dani para que se quede con Vabaragio. Me guardo la pistola donde estaba antes, que no se me vea y voy hacia Rivera. - ¿Qué hace la policía aquí?
-Desde hace unos días estabamos haciendo esto en conjunto ya que ellos también estaban con el caso. Habíamos hecho un trato, pero ellos no lo han cumplido. Se suponía que iban a esperar a que nosotros llegásemos primero, pero se han adelantado. Si lo se no les aviso hasta que no hubiésemos llegado.
-Bueno, lo importante es que se les va a pillar – En ese momento llega el otro motorista. Ya, definitivamente, es Nacho. Viene con la visera del casco levantada
-¿Pasa algo? ¡Yo me voy, que prefiero que no me vea nadie así!
-Nacho, haz lo que quieras, aunque creo que ni siquiera van a venir a darnos las gracias por la colaboración.
-Pero te lo habían encargado a tí, algo te dirán a ti. Nosotros ya somos otra cuestión.
-No, Patricia. Se van a atribuir ellos el mérito.
-Así que es por eso por lo que estás de ese humor de perros. Por el reconocimiento.
-No es por eso , solo, es porque el asunto me lo habían encargado a mi personalmente. Al no haber sido yo quien les ha pillado no me van a querer pagar, no tienen pruebas de que hemos hecho algo, eso es lo que de verdad me molesta, que tanto tiempo perdido y en tantos líos nos hemos metido y ahora no se va a recompensar, con situaciones así dan ganas de dejar esto y volver a entrar en los grupos de seguridad personal, como estaba antes
-¿Fuiste guardaespaldas? - Dice Nacho sorprendido
-Sí, pero eso no viene a asunto para nada
-Bueno, voy a ver si puedo hablar con Raúl, que me ha llamado. - Me giro. ¡Dani!
-¿Qué pasa patricia? - Dice Rivera mientras se gira para quedar mirando al mismo lugar que estoy mirando yo - Dani

lunes, 19 de diciembre de 2011

Capítulo 116


Tanto rato explicándome Margarita lo que hay qué hacer y ahora me acabo de quedar en blanco por los nervios.
-¿Qué reunión? Yo no voy a ninguna reunión con italianos, que yo lo sea no quiere decir que me reúna con más.
-No vengas ahora con mentiras ahora – Le digo prácticamente sin pensar. Una brevísima pausa y termino la frase - Andrea – su gesto cambia en cuestión de segundos.
-Yo no me llamo así - Me acerco a él y me quito el pasamontañas mostrándole quien era yo. Sus ojos se abren todo lo que puede - ¿Tú?
-¿Me conoces, verdad? - Su gesto es medio asombro medio de miedo - ¿Fabio Manes, inspector de A3, con miedo? ¿Desde cuando? No se le veía igual el día de la rueda de prensa conmigo en la cafetería. Ah, no, que ahora esta solito. Que ahora no tiene a sus lameculos para defenderte y no tienes a los mayores para protegerte. Ahora no tienes a nadie para ayudarte a salir de esta. Estás tú contra nosotros.
-No os voy a decir absolutamente nada.
-Eso también me dijo Vasile y me acabó diciendo todo lo que quería saber... ¿Qué te hace pensar que no lo conseguiré contigo?
-La donna nel casino... (La mujer del casino...) - Su gesto es más de sorpresa. Esto sí que no se lo esperaba
-Le Donne del casino, se io sono. Vasile parla di me, giusto? (La mujer del casino, sí lo soy. Vasile habla de mí, ¿verdad?) - Intenta huír, pero los chicos no le dejan, le agarran fuertemente. Se lleva la mano al cinturón, seguro que tiene algo ahí, o simplemete el teléfono móvil. Como crea que puede llamar a alguien para pedir ayuda... si por no haber no hay ni cobertura. De todas formas hay que contratacar para evitar una jugada suya. Me llevo la mano a la parte trasera de mi pantalón y saco la pistola del cinturón - Se fossi in te, non avrebbe fatto nulla (Si yo estuviera en ti, no habría hecho nada) – Suelta su cinturón y lleva las manos a la cabeza – Ésta está cargada no como con la que amenacé a tu jefe. No dudaré en apretar el gatillo si mueves un solo músculo. - Todos loa demás creo que agrandan el círculo. Les daré miedo con la pistola, pero no es la primera vez que la cojo, eso sí, esta vez sí está cargada como ya le he dicho a Vabaragio. - Ahora llévanos a esa puta reunión si no quieres que un trocito de plomo te reviente tus sesos de mandado.
-Vale, vale. Os llevo. Pero no me hagas nada.
-Pues venga, vamos al coche. Espero que no me engañes
Me dirijo con él al coche todavía apuntándole con la pistola. Dani, o el que creo que será Dani se mete en el coche con el que vino y los otros dos con las motos. Uno será Rivera, pero... ¿y el otro?



domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 115


Todavía no he he pronunciado palabra desde que nos pusimos en marcha hasta ahora
-¿Entonces en nada y menos nosotros en marcha, verdad Rivera?
-Efectivamente, enciende ya el motor. - Giro la llave de arranque y el motor se pone en marcha, él hace lo mismo. Esperamos mirando hacia la carretera esperando las indicaciones de Dani desde el coche. Al cabo de unos 4 minutos, los que había previsto mi hermano, más o menos, vemos un coche blanco – Ese es – Dice Rivera empezando a arrancar, yo le imito y hago lo mismo – Nacho, prepárate que estos van a pasar más bien rápido – Cada vez se ven más cerca. Ya veo el coche que va detrás ¿ese es mi hermano? Mi madre se entera de una pequeña parte de esto y nos tenemos que ir de funeral. Y parecía tonto cuando le echamos de casa, bueno, no voy a decir mucho lo de “echarle” de casa, porque yo también acabé en Madrid con él cuando terminé los estudios. Y ahora con el “venís muy poco”, lo típico , vamos. -Nacho, ya – No tardo en reaccionar ya que estoy acostumbrado, cuando se está grabando hay que estar siempre pendiente de todos los cambios. Casi cuando está junto a nosotros arrancamos del todo y nos ponemos a su nivel en la misma linea y cada uno a un lado y Dani detrás. - En la próxima salida a la derecha, estad atentos, no hay señalización. Necesitamos que gire y solo hay una forma de hacerlo. Yo voy cerrando y tú Nacho hacia la derecha, pero despacio, tiene que ser despacio, que no se de cuenta hasta que se vea obligado a girar. - Rivera empieza a cerrar la carretera – Empieza a girar Nacho, recuerda que muy levemente, que apenas se note. Dani atento, que a ti te toca frenada y giro rápido igual que a Andrea. Margarita ya estamos llegando.
-Vale, Arturo, nosotras ya nos ponemos en guardia.
-¿Yo qué hago? - Dice mi hermano.
-Cuando cambiemos de carretera tenemos que cambiar los puestos también. Dani, te necesitamos adelante para que frenes el coche con el derrape que llevamos practicando unos buenos días. Te aviso, si no lo haces es imposible parar el coche de golpe.
-Espero que me salga. Entonces Nachete, voy a hacer el adelantamiento por la derecha, que no me vea en condiciones, échate hacia un lado que te llevo por medio
-Mejor me adelanto y que éste frene un poco.
-Cierto. - Me adelanto y hago que el coche frene un poco haciendo más fácil a Dani que pueda adelantar él también y poder hacer la frenada al irme yo para atrás. Veo a Dani pasar a mi lado a unas velocidades increíbles y yo vuelvo al lateral y hacia atrás
-Dani, cuando veas un árbol que se junta las ramas con las de otro árbol al otro lado de la carretera, que forma como un arco das a tope al acelerador y haces la frenada. Calculo que llegarás al límite con el descampado allí nos están esperando las chicas. Ahí necesitamos ir.
-Y si no sale bien – Le noto preocupado. Habrá que intentar quitar hierro al asunto
-Pues mamá Tina tendrá que ir de funeral
-Pues a ti no te invito. Rivera veo el árbol. Si no me sale bien es un placer haberos conocido – Veo como empieza a acelerar – 3,2,1 freno... ¡ya! - Yo también le voy dando al freno de la moto y Rivera creo que hace lo mismo. El italiano, como le llaman, frena en décimas de segundo y no se come el coche atravesado de Dani de milagro. Como dijo Rivera hemos llegado justo al límite con el descampado.
-Dani, ponte el pasamontañas que te he dado, que Andrea no nos vea las caras. - Rivera y yo paramos las motos – Nacho, ayúdame a sacarle del coche – Nos bajamos de las motos y Rivera abre la puerta del coche del otro tío. Me hace un gesto y voy junto a él. Como las viseras de las motos son oscuras no se nos ve la cara, menos mal. Entre los dos le sacamos sin problemas. Dani sale del coche y se pone detrás de nosotros empujando. - Margarita, salid ya
-Vamos – Aparecen junto a nosotros
-¿Quienes sois? – Vale, ya se el porqué de lo de “italiano” - ¿Qué queréis? Os daré lo que me pidáis pero por favor, no me hagáis daño.
-Llevanos a la reunión con los italianos

sábado, 17 de diciembre de 2011

Capítulo 114


En las que se mete mi hermanito por las espaldas ¡y yo que le ponía de gallinácea!, hablando en plata y eso que solo es muy por encima lo que me han contado entre los dos.
-Oidme, yo os ayudo hoy pero no quiero tener nada que ver con esto.
-Como quieras, pero por hoy si vas a ayudarnos necesitamos que saques lo mejor de ti. Se te da bien pilotar la moto, dice tu hermano. - Me dice el detective.
-Después de la música es mi mayor hobby. Cuando necesito ir más rápido tiro de ella en vez del coche, la tengo en la otra calle aparcada.
-Pues perfecto así ahorramos tiempo. Escuchadme tu y yo con las motos nos adelantamos y esperamos en el segundo cruce saliendo de Madrid hacia Alcalá – Me dice señalándome a mí – Tú Daniel vas a esperar por aquí, cerca, con el posche mío. En cuanto arranque el italiano, tú sales tras él y nos avisas con esto. Tanto nosotros dos como Margarita sabremos que se ha puesto en camino.
-¿Y Patricia no? - Ya está con Patricia en la boca.
-Era tenerlo Patricia o tenerlo tu hermano, y Patricia está con Margarita, ella le cuenta. Lo dicho con esto podremos hablar estemos a la distancia que estemos. Ponéroslo – Nos ponemos los pinganillos tanto Dani como yo – Venga, vámonos.
-Dani, dame el traje – Abre el maletero y me da mi traje para la moto. Me lo pongo encima de la ropa que llevo y cojo el casco. - Espérame aquí ahora vuelvo con la moto. - Cuando llego termino de abrochar el traje y me monto en la moto y me pongo el casco. Arranco y voy hacia el detective – Cuando quieras – Arranca él ambién y ambos nos ponemos en camino, él por delante para enseñarme el punto exacto. La carretera está un poco húmeda, pero gracias al aire que hace y como han subido las temperaturas de ayer no está demasiado mojada y no resbala, sino no podríamos estar con las motos, sería un peligro. La de Rivera es bastante mejor que la mía pero cada uno con su experiencia. La suya en una Honda CBR y la mía una Kawasaki ninja, la llaman. Pasamos el primer cruce.
-Nacho, en el próximo nos desviamos al arcén. Tú a la derecha y yo a la izquierda – Me dice Arturo Rivera por el pinganillo mientras vamos conduciendo.
-Gente,os aviso, acaba de salir con el coche. Ya le estoy siguiendo, le llevo para allá a no ser que nuestros pronósticos no se cumplan – Dice mi hermano.
-Esperemos que no, que se crea lo creemos que se va a creer. Si no se cree que le sigues creo que para nada hemos preparado nada basándonos es una creencia al creernos algo que, vaya creo que me liado.
-Bueno qué, preparamos ya o no – Margarita aparece en nuestra conversación, riéndose  – Patricia está ya de los nervios. ¿Dani, se ha dado cuenta de que le estás siguiendo?
-Parece que no – Una breve pausa - ¡Ya! Ha girado hacia la carretera, ya me ha visto.
-Dani, déjale espacio, que se confíe y se crea que no estás – Rivera se levanta la visera del casco y saca de la mochila que lleva unos prismático. Yo me pregunto ¿para qué querrá unos prismáticos? Ah, vale, lo acabo de entender. - ¿Le ves?
-No, pero gracias al aparatito este que hay en el coche le tengo localizado.
-Cuando yo te diga aceleras hasta llegar a su nivel.
-Pero Rivera ¿Qué es lo que pretendes que ocurra?
-¿Tú has jugado al Need For Speed, verdad?
-Sí, e hice la parodia.
-Pues eso, a perseguirle hasta que consigamos que llegue a donde queremos que llegue
-Espero que no nos pille la poli porque sino de aquí al calabozo por conducción temeraria, porque acelerar más de lo que lo estoy haciendo...
-No pasará nada. Tengo enchufes en altos cargos de la policía – Lardea Rivera de sus conocidos, no se si será siempre así o simplemente es por hacerse el interesante al estar yo aquí. – Tú aprieta bien si lo necesitas, por eso te he dicho que cogieras ese coche. Con que no te metas el guarrazo.
-Descuida, los reflejos los tengo bien entrenados con el videojuego, que pasan las imágenes súper rápido – Una pequeña pausa – Oye, esto resbala un poco.
-¿Ves un botón que tiene alrededor azul?
-Sí
-Dale, las ruedas no se resbalarán tanto – Otra pequeña pausa – Daniel acelera ya.
-Ya me voy acercando – Una breve pausa – Casi le alcanzo – Otra breve pausa – Estoy tras él y ha empezado a acelerar.
-Pues sigue acelerando tú. Cuando veas el primer cruce avisas
-Ya lo ve. Calculo que a como vamos en unos 4 o 5 minutos en el otro

Capítulo 113


Miki viene corriendo por el pasillo del hospital
-Anna cariño me acaban de llamar, ¿como estás?
-Miki tengo que hablar contigo – Le digo mientras le agarro del brazo.
-Ahora no – Se suelta
-Es importante.
-Que ahora no, te he dicho
-¡Miquel!
-Qué pasada la chiquilla – Sale al pasillo conmigo. - Dime
-La caída le ha afectado un poco bastante a Anna en la cabeza. No se acuerda de que estaba embarazada. - Frunce el ceño – Si te dice algo le dices que tiene razón, que ella no lo ha estado. Mientras tanto voy a hablar con el médico. Y recuerda, que no se excite.
-Vale, ¿puedo irme ya?
-Sí – Se va y yo voy a hablar con el médico. Luego iré a hablar con Rivera para ver que hacemos con la mierda de italianos. Suena mi móvil, bueno no suena, vibra. Es un sms de Flo.
Como está Anna? No puedo ir, stoy con mis suegros”
Le contesto el sms
Anna está bn, aunq ha perdido el niño, ya t xplicaré. Q dscanses pa mi tierra”
Busco al médico, que por casualidad se encuentra por allí y le cuento lo ocurrido. Me dice que en un rato va. Desde luego soy yo la que se va del hospital. Debo ir a ver a Rivera y zanjar el asunto cuanto antes.
Llego al lugar citado en la reciente llamada 10 minutos antes de la hora acordada, creo que es la primera vez que llego yo antes que él. Busco con la mirada y le veo de lejos.
-Sé donde podemos encontrar a Vabaragio. – Me dice nada más llegar junto a mí. - Sé que se van a juntar y Vabaragio nos puede llevar a los demás.
-¿Llamo a Daniel?
-Ya está allí vigilando supuestamente jugando al baloncesto con el hermano y unos amigos - ¿Al baloncesto? Pongo cara extrañada – Sí, Andrea está jugando al pádel aprovechando que hoy ha salido relativamente mejor el tiempo. Si nos damos prisa todavía nos los encontraremos dentro. Vamos – Me agarra del brazo y tira de mi hasta el aparcamiento. - Toma – Me da un casco y se monta en una moto enorme – Vamos, sube – Me monto en la moto y llegamos rápidamente a las pistas. Desde donde estamos nosotros las pistas de baloncesto se ven y parece que Dani se ha dado cuenta de que estamos allí y se despide de sus amigos, por lo que veo. Yo estoy apoyada en el coche de Dani que está aparcado junto a donde aparcó Rivera la moto. Veo a Dani salir con su hermano del edificio.
-Rivera, tenemos más ayuda – El detective pone un gesto no muy conforme - ¿Tú no le has visto con la moto, verdad? - Ese gesto cambia rápidamente.
-Bueno vale, además en este caso cuantos más mejor, yo me entiendo. Daniel, ¿Cuanto tenemos?
-Poco más de media hora, tenemos que actuar rápido. - Contesta Dani mirando su reloj nuevo del cumple. - ¿Qué vamos a hacer?
-De momento ahí viene Margarita a llevarse a Patricia - ¿A llevarme a mí? Para qué. - Ellas irán antes, ahora os explico que haremos nosotros. - Un coche para delante de nosotros y se baja la ventanilla – Sube Patricia, allí nos vemos con el señorito acorralado – Se ríe y me monto en el coche
-¿Margarita, a donde vamos?
-Ya lo verás

jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 112


Voy a llamar a Juange para dar la noticia. Cojo el móvil y busco en la agenda su número
-Hola Patri
-Anna se ha despertado ya. ¿Como está Miki, sigues con él?
-Sí, estoy aquí en su casa. Está un poco mas tranquilo. ¿Se lo digo?
-Dile que se ponga, haz el favor, me gustaría decírselo yo
-Miki, es para ti – Oigo los ruidos típicos de movimiento de teléfono - ¿Sí?
-¿Cómo está?
-Buenos días a ti también. A eso llamaba, para decir que ya se ha despertado – Una pequeña pausa silenciosa, este silencio sí me gusta, es silencio de felicidad – Bueno qué, no vas a decir nada – Digo yo para romper el silencio.
-¿No estará sola, no?
-No, ahora Dani está con ella – Mierda, me he tenido que callar.
-¿Dani? No quiero que Daniel esté con ella. Cuando yo llegue quiero que él no esté. No quiero que se acerque a ella mas que lo estrictamente necesario y no la hable fuera del programa. Ya te dije que por su culpa estamos así.
-No le eches la culpa a él. Aquí nadie tiene la culpa. Fue una mala jugada del destino o de la suerte, no se. Nadie tiene la culpa de que nosotros hubiésemos ido por ese lugar y que dos tíos estuvieran acechando y os atacaran.
-Estaban acechando
-Sí, así que la culpa no fue de Dani. Quizá hubiera ocurrido en otro lugar si no llegáis a estar allí.
-De todas formas no quiero que Daniel esté allí y espero que se haya ido cuando llegue. Me cambio de ropa y voy para allá así que ya se puede ir yendo – Cuelga.
-Ahora vengo David - En condiciones normales no le diría a Dani que se fuera pero teniendo Miki los nervios como los tiene es mejor no tentar a la suerte y que no se encuentren. Le mando un sms a Dani “Sal al pasillo” y voy hacia el pasillo y está en la puerta de la habitación. - Dani, vete. Viene Miki, sigue enfadado contigo
-¿Y por qué me tengo que ir? - Dice con tono de resistencia
-Dani, por favor, vete. Hazlo por Anna, evitad los problemas. Él está enfadado, no te pongas a su nivel enfadándote tú también. Pasa de él y vete. Vete con tu hermano a ver si entre los dos conseguís algo con lo de las fotos.
-Vale, pero que sepa que no me voy porque lo ha dicho él, sino porque a mi me da la gana – Vuelve a entrar, se despide de Anna y de mi– Por cierto dile al médico que le mire el perolo porque muy bien no... - Se va. Entro yo en la habitación
-Hola cuqui. ¿Como te encuentras, dentro de lo que cabe?
-Bueno, me duelen las costillas al reirme, y el brazo pero no me encuentro muy mal
-¿Reírte? ¿Y por qué te has reído? - Vaya pregunta más tonta, con Dani allí
-Se ha puesto a decirme cosas que me han hecho gracia. No me cree. - Recuerdo las palabras de Dani al irse ¿y si le ha afectado la caída no solo físicamente?
-Cosas como qué, qué es en lo que no te cree
-Dice que yo estaba embarazada, y eso no es verdad y no me cree. Sabré yo lo que me pasa o no, además algo así se sabe perfectamente y no solo físicamente. - Sonríe, pero quita su sonrisa en cuanto ve que yo no sonrío. Dani tenía razón, Anna no está del todo bien. No se acuerda de que estaba embarazada – Patri, ¿por qué no te ríes?
-Es que no es de risa Anna, Dani tiene razón, si estabas embarazada, perdiste el niño con la caída. Iba a ser un niño y estabais pensando ya el nombre, teníais dos nombres, uno de ellos era Manel y el otro Jordi. Los padrinos íbamos a ser Dani y yo.
-Patricia, que no. Te estás confundiendo Patri. Yo no he estado embarazada nunca

Capítulo 111


-Sube tú, yo me voy ya. Dile a mi hermano lo que ha pasado, por eso no puedo subir. Luego, cuando termine vengo.
-Vale. Vale. Descuida – Me despido de Nacho y subo corriendo. - Dani, ¿han dicho algo más? No. Toma, te he traído la cartera.
-Gracias, ¿Y mi hermano? Me dijo que cuando viniera a traerte subiría – Me pregunta extrañado, con su típico gesto de mano a nuca. Vemos salir al médico y nos ponemos de pie, las explicaciones para luego.
-Familiares de Anna Simón
-Amigos. ¿Pasa algo?
-Se despertó – Mi corazón vuelve a latir con normalidad, con alivio
-Podemos entrar – Dice Dani con una cara de felicidad suprema
-Ahora no, en un rato la subiremos a planta. Allí sí. - El médico se va y Dani y yo nos abrazamos, menos mal que Annita está bien
-¿Me puedo sumar al abrazo? - Alzo la vista, es David. Echo el brazo para atrás para dejarle hueco y se suma. - ¿Motivo?
-Anna se ha despertado ya.
-Menos mal, por cierto gracias por avisarnos – Nos dice en tono irónico - ¿Qué tiene de especial Juange que no tenga yo, para que se lo hayáis dicho primero? - Dice David cruzando los brazos con el tono de niño pequeño que no le deja su madre comprar chuches.
-A Juange se lo dijo Raúl y era para que se quedara vigilando a Miki esta mañana. Sentimos no haberte llamado, pero nos dijo que ya se encargaba él de dar el aviso.
-Si no pasa nada. Por cierto está empezando a venir y la prensa. Supongo que será al enterarse del accidente, a no ser que haya otra cosa, que creo que no. - Dani suspira fuertemente - Patri, he estado hablando con Nacho cuando estaba en tu casa. ¿Te ha dicho algo? - Me pregunta una vez sentados en las sillas. Afirmo, pero no una afirmación de Sí rotundo sino de mas o menos - ¿Se ha ido a eso?
-Creo que sí, pero si me cuentas y así Dani se entera, mejor. Bueno Dani y yo, porque a mi solo me ha dicho que le han pillado con Cris. ¿Que hay de malo? Si todo el mundo lo sabe.
-Como lo de Lara y éste y no lo quieren confirmar – Dice señalando a Dani. Me río – Empiezo desde el principio. Tengo una amiga que, Aitana, que trabaja en la redacción de una revista de esas de prensa rosa, no me acuerdo del nombre y me lo comentó. Me dijo que les acababan de dar unas fotos de Cristina con Nacho, del martes y, creo que vosotros también veníais esa noche no fue como para echar fotos – A vale, si son del martes veo normal que las quiera quitar, lo raro sería es que a él, a Nacho, con lo “tan suyo” que es, que no le gusta que los demás se metan en su vida – Lo primero que hice fue llamar a Nacho, ya que Cristina no me lo coge.
-Cris se acaba de ir hace un rato, decía que iba a ver a sus padres, estaría en el coche cuando has llamdo – Dice Dani con el móvil en la mano, creo que está en twitter - ¿Como se puede enterar la gente tan rápido?
-Prensa más redes sociales. Uno se entera lo pone en las redes sociales y ya se entera todo el mundo. Esa es la magia de internet – Yo afirmo esa gran verdad. - ¿Qué te ponen?
-La inmensa mayoría preguntando que si es verdad lo que dicen, que si le ha pasado algo a la cuqui...cosas así, por el estilo.
-Anna es muy querida por la gente, desde luego. A mi eso me motivaría mucho para la recuperación, en realidad me motivaría mucho para todo. Contesta Dani, será mejor que contestes, sino te van a seguir turrando y se van a enterar de todas formas – Le digo claramente
-Sí, seré mejor que diga lo que ha pasado. A ver como lo digo sutilmente
-La verdad, Dani. Escribe la verdad – Sale el médico.
-Ya podéis subir seguidme, os enseño la habitación
-Dani, ve tú, que le gustará más verte a ti. Yo me encargo de twitter.
-¿Segura? ¿No quieres subir tú?
-Ahora no. Tira
Dani se va y yo me quedo con David en la sala en la que estábamos. A ver como acaba la cosa