Capítulo 105

Yo decía que Jaime era difícil para las explicaciones pero con este hijo de Dios creo que tres cuartos de lo mismo.

-A ver Raúl. Esa calle, esa, Raúl...¡Pero gira!

-A ver si es que es muy difícil conducir nevando además de buscando la casa de Arturo. - Ya me estoy desesperando y el está ya de los nervios, ya está, conduzco yo. - Para aquí – Frena, abro la puerta, salgo del coche, y le abro a él la puerta – Sal, ya llevo yo el coche.

-Pero si tú no conduces.

-Que no me hayas visto conducir no quiere decir que no conduzca. Quita – Se desabrocha el cinturón, sale del coche y entro yo. Al sentarme me quito los zapatos, con los tacones va a ser imposible poder conducir. Pongo en marcha otra vez el coche y llegamos a casa de Rivera en cuestión de minutos - Tan difícil era.

-Bueno vale, puede que me liara.

-Pues ahora me esperas – Aparco lo más cerca posible de la puerta de la casa y me pongo los zapatos. - Vamos, que nos estarán esperando, que hemos salido Dani y Lara y nosotros a la vez y llevarán aquí un buen rato más. - Llamo al timbre, abren desde dentro y entramos. Al entrar está el detective esperándonos en la entrada.

-¡Por fin llegáis! Estábamos preocupados de que os hubiera ocurrido algo con la nieve.

-¡Qué nos va a pasar! Esto, que no encontraba la calle. - Se ríe – Bueno os presento. Arturo, Rául mi novio; Raúl, Arturo.

-Encantado

-Igualmente. Vamos ya a la mesa, que os estábamos esperando para empezar a cenar.

-Venga, vamos a celebrar nochebuena el día siguiente. Por cierto, Rivera, está el jardín. Muy navideño todo, además blanco que se está poniendo.

-Bonito el jardín dices, entra al salón – Vamos hacia el salón. ¡La virgen qué bonito! Se me recuerda a las típicas películas americanas... Tiene un belén enorme con unas figuras preciosas. El árbol de Navidad también es enorme.

-Por fin llegáis – Dice Dani levantando la mirada hacia nosotros

-Sentimos la tardanza. No sé orientarme cuando me está explicando alguien el itinerario. Si es con el GPS y me lio...

Empezamos a cenar, todos felices. En la mesa estamos: a un extremo Rivera y Margarita que aunque parezca extraño y de novela dueño de la casa y la sirvienta juntos; al otro lado de Rivera está Florentino con su mujer. Sigue Anna con Miki, enfrente de ellos Dani y Lara junto a ellos, en el otro extremo de la mesa Raúl y yo.

-Todo riquísimo, sí señor – Dice Flo cuando terminamos de cenar.

-Cuando queráis pasamos a los regalos del “amigo invisible”

-Venga – Dice Anna poniéndose de pie - ¿Donde están? - Arturo señala al árbol de Navidad.

-¡¡¡Han venido los Reyes!!! - Grita Dani con tono de niño pequeño y Raúl le sigue el juego. Si el uno está de la cabeza el otro más todavía. - Yo reparto, me hace ilusión. Larita. - Se lo tiende y lo abre. Vamos a ir por partes, hasta que no abre uno no se entregan más. Es una cestita con velas, aceites corporales y creo que sales baño.

-¡Qué guai! ¿Quién fue?

-Tienes que adivinarlo – Dice Rivera con su tono sereno de siempre.

-Annita – Anna sonríe afirmando. - El siguiente lo doy yo. Miki – Ese es el mío. A ver si le gusta la camiseta.

-Oye, mola la camiseta. Ummm, tengo mis dudas de quien ha sido de vosotras dos – Dice señalándonos a Lara y a mí – Alguna de vosotras dos, eso si lo tengo claro.

-He sido yo – digo al ver que no era capaz de adivinar quien de las dos. Al menos estuvo cerca – Te toca

-Voy. Anna, toma – Quita el envoltorio. Un peluche muy cuqui.

-Por el envoltorio diría que es de Dani pero... ¡Raúl!

-Hace falta que te diga algo – Se ríe – Annita, te toca

-El siguiente regalito es para...Patri – Me lo da y lo abro rápidamente. Es un pañuelo, color turquesa, precioso. Abro la bolsa transparente donde venía, lo extiendo y cae un papel. Lo agarro y lo leo “tengo que darte algo que te pertenece” ¿Qué será?