Capítulo 102

-Dani, ¿puedes darte prisa en salir del baño? Que luego me dices que tardo yo en arreglarme, pero es que siempre entras tú primero, ya podrías dejarme a mi antes y luego ducharte tú mientras me visto.

-Ya voy quejica – Dice Dani mientras abre la puerta y sale con la toalla alrededor de la cintura. Bff, después de haberle dado por hacer ejercicio y comer un poquillo mejor... ¡él si que está mejor! Me entran ganas de tirarle de la toalla y que el sueño que no me he podido nunca quitar de la cabeza no se quedara en un sueño y...Patri, cálmate, que tienes novio. No puedes estar pensando en cosas así con otros, o sí que puedo; no, no puedo.

-Tira anda – le empujo y paro mi mente. Entro en el baño y me desvisto rápidamente para ducharme ahora que sigue todo calentito. Me ducho y escasamente cuatro minutos después ya estoy fuera con la toalla alrededor. Suena mi móvil miro la pantalla, Raúl. ¿Y qué hará este personaje llamando a estas horas? - Dime

-¿Y Dani?

-Arreglándose estará, ¿por?

-Porque le estoy llamando para decirle una cosilla y ya de paso felicitarle el cumpleaños y no me lo coge.

-Lo tendrá en silencio, quizá. Ahora le llamo – Me aprieto mas la toalla y salgo en busca del no localizado – Danié, que te llaman por teléfono – Le miro a la cara, él a mi exactamente la cara no es lo que me mira. Creo que ahora es a él a quien se le están pasando las movidas que se me han pasado a mí por la cabeza. Se me escapa una sonrisa pícara dándole a entender que se que es lo que está pensando y vuelve a la tierra en un abrir y cerrar de ojos de un chino, es decir en décimas de segundo.

-¿Quién es?

-Raúl – Pone un gesto de “Raúl qué hace llamando” el mismo que creo que he puesto yo cuando ha sonado mi móvil. Le doy el teléfono y voy a mi habitación a terminar de secarme y a ponerme el vestido. Hoy se celebran muchas cosas juntas: Navidad, los regalos de papá nöel, el cumple de Dani y, oficialmente, por fin, el embarazo de Annita. El vestido es de palabra de honor, te lo juro por dios, como dice mi madre. No se si ponerme el sujetador sin tirantas o no ponerme nada, en realidad no es estrictamente necesario. Bah, no me lo pongo, me pongo el corpiño del vestido en vez de quedar el vestido solo y ya. Estoy con el vestido en la mano todavía sin poner cuando la puerta empieza a abrirse.

-Patri que tu no... - Me tapo rápidamente pero creo que aún así ve algo. - ...vio quiere decirte una cosa – Ninguna atención está poniendo en sus palabras. Cojo el teléfono con una mano sujetándome con la otra el vestido. Dani está paralizado, poco más y tengo que coger el superglue para volverle a pegar los ojos y sobre todo la mandíbula.

-Ahora te llamo, un momento. - Cuelgo – Daniel, ¿puedes hacer el favor de llamar a la puerta?

-Si he llamado - ¿qué ha llamado? Si yo no he oído nada.

-¿Que tú has llamado?¿Cuando?Por que yo no tengo ni la mínima constancia de eso.

-Te juro que he llamado pero como no contestabas... - Quizá estaba yo en mi mundo como estoy últimamente, el amor, como dice Lara, el problema es que no estoy muy segura que sea solo el amor porque lo que se dice amor... lo tengo repartido entre dos personas; una que me corresponde y la otra que no. - Lo siento, peque. No volverá a ocurrir

-Esa frase ya me suena...

-No he visto nada, ¿eh? – Dice tapándose los ojos aunque dejando rendijas entre los dedos. De todas formas no me convence el tono. Bah, de todas formas no me importa mucho, como si fuera la primera vez. En peores condiciones creo que me ha visto en una ocasión (el tequila no es bueno, no os lo aconsejo, se agarra mucho)

-No, no has visto nada. Nunca ves nada – Le digo sonriendo para que vea que no estoy enfadada – Anda tira. - Le guiño un ojo, sonríe y se va después de un nuevo “lo siento”. Vuelvo a coger el teléfono y a marcar el número. Dos toques escasos. - Raúl...