-¿Quieres que salgamos esta noche a tomar algo y te
presento a mis amigos?
-Vale, pero no mucho tiempo, que mañana por la tarde
tengo que estar en León.
-Vale, vamos a cenar, nos tomoamos una copa y para casa.
Voy a llamar a la gente a ver quien puede o quiere salir y quedamos.
- Coge su móvil y marca un numero. - Rusita... ¿qué tal?...Bien
también, por Barcelona. ¿Puedes salir esta noche a tomar algo? Es
que ha venido una amiga y para que conozca a la gente...Llámale tú,
porque yo no tengo el número nuevo...Vale. Ya te llamo dentro de un
rato para concretar hora y tal...Vale, hasta luego guapa.
-¿Con quien hablabas?
-¿Te enseño fotos y te los voy presentando? Ahora te
lo digo
-Mejor será – Nos sentamos en el sofá después de
sacar un montón de álbumes de foto. Nada más abrir el primer álbum
aparece una foto en grande de él, no más de 16 o 17 años con una
chica, muy guapa, la verdad. - ¿Quien es?
-Ella es con la que estaba hablando por teléfono. Se
llama Hiba Nakaryna, es una chica rusa que llegó a España con 14
años y desde entonces está en Barcelona,. Pero este álbum prefiero
no verlo
-Pues ahora me lo enseñas. - Pasa una página
-Hiba fue mi primera novia y la que, aunque suene raro,
más me duró. Lo dejamos porque me fui a Madrid y decidimos que lo
mejor sería separarnos, porque las relaciones a distancias nunca
funcionan
-Ya, te creo. ¿Todo el álbum es de fotos vuestras? -
Afirma. - Ya si eso las veré en otro momento.
-Luego te lo dejo, tú sola – Abre otro álbum. - Este
es de un verano que vinieron uno tíos que tengo en Guadalajara de
vacaciones y fuimos a la playa. Mira, esta foto es la que más me
gusta de todo el álbum. - Me enseña una foto en la que está de
pequeño en la playa con una niña rubita jugando con la arena.
-¿Quién es la niña de la foto? - Esa foto me suena,
me suena muchísimo, la he visto en otra parte, pero ¿dónde? ¿quién
me la ha enseñado?
-Una niña que estaba también en la playa y empezamos a
jugar. Luego no volvimos a saber nada el uno del otro y no me acuerdo
de nada de ella, como puedes observar tenía 3 años. No, 2, los 3
todavía no los había cumplido, eso fue en agosto.
-¿Y esta foto no me la habías enseñado ya?
-Imposible, no tengo ninguna copia, ¿por qué lo dices?
-Porque yo esa foto ya la he visto, pero no se quién me
la ha enseñado.
-Es raro... yo de aquí nunca la he sacado. - Me estoy
empezando a rayar con la dichosa fotito
-¿Te la puedes llevar a Madrid la escaneas y me la
mandas por correo?
-Sí, claro
A la cena solo vamos a ir Raúl Hiba y yo. Terminamos de
cenar y nos quedamos un rato en plan tranquilo esperando a que
coloquialmente se dice “bajar la cena” Sobre las 12, la hora a la
que abren las discotecas vamos dirección a una que dicen que está
muy bien.
-Aviso que no tengo mucho dinero.
-Bah, si una copa tampoco es tanto, además a la
discoteca que vamos como solo somos tres nos pueden colar. Ahí es
donde yo trabajaba cuando... donde yo trabajaba, dejémoslo así. -
Ya se a lo que se refiere, a la movida que me contó con el tío ese
y las drogas. - No me gusta mucho venir aquí pero aquí trabajan mi
primo y algunos amigos, así les conoces.
-¿Va mucha gente?
-No tanta, pero como es pequeña parece que hay más
personas. - Dice Hiba justo a mi lado. Llegamos a la puerta de la
discoteca y Raúl saluda a su primo. ¡Ay como está el primo!
Figuraos chicas, 22 años que me ha dicho Raúl que tiene, alto,
cachas, moreno de ojos verdes, no marrones, no verdes... como los de
Dani y guapo que empacha no, sino atractivo, extremadamente
atractivo. - ¿Te mola el primo de Raúl, eh pillina?
-Alegra la vista. - Le digo en un susurro y nos reímos
-No se si siguen juntos pero es el novio de mi hermana
Iryna. Raúl no lo sabe y por eso no te diría nada, supongo que
sería eso.
-¡Ay Hiba, si no te había visto! ¿Qué tal estás?
-Bien cuñado, ¿y tú?
-Aquí currando un poco a ver si me gano el sueldo. -
Nos reímos excepto Raúl, que les mira extrañado, no sabe de qué
están hablando.
-¿Os conocíais?
-Sí, su hermana y yo somos novios.
-¿Cual hermana? Como solo tiene una hermana... - Le
dice en tono irónico, todos nos reímos..
-Iryna, a esa creo que no la conoces. A las 3 pequeñas
no las conoces. - Raúl niega con la cabeza. - ¿Entramos o nos
quedamos fuera? - Nos da unos papelitos que se saca del bolsillo y
nos hace un gesto para que pasemos por otra puerta. El chico que está
en la otra puerta me suena, ese me suena pero bien.
-¡Hay Raúl, cuánto tiempo sin venir desde que me
dijiste que vendrías! - Se gira y se me queda mirando. Cada vez me
resulta más familiar. - Tú eres Patricia.
-Eso dicen. ¿Como lo sabes?
-Nos conocimos en Madrid estas Navidades. ¿Recuerdas?
-¡Ah, sí! Para las caras tengo muy mala memoria. Yo
soy más de recordar palabras.
-¡Ay si yo no recordara caras los avispados que se me
habrías colado! Viene dentro del trabajo, es como un requisito, la
memoria.
-Si la memoria yo también tengo que tener memoria,
además memoria a muy largo plazo y una buena capacidad de
improvisación, trabajo en un restaurante, soy chef. Tengo que
recordar un montón de recetas y distintas formas de hacerlas, porque
no cocinamos igual si hay 10 personas en el restaurante o si hay 100,
hay que buscar la forma más rápida. Tu memoria y la mía son
memorias distintas. - Se ríe y nos hace un gesto para que pasemos.
Ésta debe de ser la zona VIP. ¡La virgen! ¿Ese es Piqué? Patri,
tranquila. Nos pedimos una copa y nos ponemos a bailar.
-¡Hiba! - Oímos desde lejos, aquí la música no se
oye tan alta y se habla mejor. Nos giramos.
-Cariño...
-¿Qué cojones haces aquí? - Le pregunta borde.
-Divertirme con mis amigos. ¿Algún problema?
-Sí, que vienes con los amigos
-¿Y qué pasa porque venga con ellos? - Él le hace un
gesto para que lo siga y pasan por una puerta que da al almacén. Me
acerco a Raúl.
-¿Has visto?
-Sí, he visto. Me da mala espina. - Se termina su copa
de de un sorbo y sale corriendo hacia la calle.
-¡Raúl, cuidado! - Termino mi bebida también
rápidamente y salgo corriendo tras él. - ¡Espérame! - Sale a la
calle y se dirige hacia un callejón en un lateral del local y yo le
sigo corriendo. Antes de llegar oigo a alguien gritando, por el too
sé que es un hombre. ¿Y si...?
-¡Hijo de perra!
-Raúl no intent... - Demasiado tarde. Ya se ha
abalanzado contra él y tengo que intentar hacer algo - ¡Raúl, por
favor déjalo, te vas a meter en líos!¡Raúl, escúchame, para
estate quieto, no compliques más las cosas! - Me acerco a Hiba. -
¿Estás bien? - Está muy asustada, tiene un golpe en la cara. La
abrazo.
-Mucho muchísimo cuidado con lo que le haces a Hiba
porque como le pase algo no voy a responder de mí. Delante de mi no
le hace daño ni el dolor de muelas, ¿entiendes? - De repente me
acuerdo que tengo las llaves del coche de Raúl en el bolso. Las
busco y las saco.
-¡Raúl! - Nos mira y le enseño las llaves. Me levanto
tiro de Hiba y me dirijo hacia el coche con ella de la mano casi
corriendo. - Entra, corre. - Salgo del aparcamiento y doy marcha
atrás para acercarme a Raúl.
-Quien avisa no es traidor. - Se monta en la parte de
atrás del coche junto a ella.
-¿No sabes estar quieto? ¿Sabes que hubiera supuesto
esto si no llegáis a controlaros? ¿Qué vas a hacer si ahora él
dice algo? ¡Y encima te sangra el labio.
-¿Te puedes callar?
-Bueno... ¿A dónde vamos?
-A mi casa no, va a ir a buscarme – Dice Hiba casi
llorando.
-Tranquila, cualquier sitio menos ahí te iba a llevar.
Raúl, ¿sabes donde tiene Anna la casa? - Me hace un gesto para que
frene, nos cambiamos los sitios y conduce él. Nos tardamos en llegar
a una calle muy ancha de adosados y frena en delante de una de las
casas. - ¿Aquí es? - Afirma. - A ver si están despiertos. ¿Te
sigue sangrando el labio?
-Menos. - Salimos del coche. Hiba casi no ha hablado en
todo el trayecto. Da al botoncito del timbre pero tardan mucho en
contestar, no están dormidos porque hay luz en el salón
-¿Quién es? - Pregunta Miki por el telefonillo
extrañado
-Miki, soy Raúl, ábrenos, por favor, es importante