Capítulo 164

[…...........................RAÚL…...........................]

-¿Y Patri está muy enfadada? - Le digo, siento que me tiembla un poco la voz, tengo miedo a que me diga que sí que lo está

-Sí, bueno, no – Me dice imitando a Rafa Nadal. Me río, aunque sin mucha ganas, pero me hace gracia cuando Dani imita a Nadal

-¿Sí o no?

-Un poquito, pero probablemente está dispuesta a perdonarte

-¿Y si no? Ella es muy rencorosa

-Pues al menos lo intentas. Y sí, a veces si es algo rencorosa pero perdona. Ella te quiere, y está mal por lo que pasó, pero dice que también tuvo que comportarse de otra manera, dice que perdió los nervios ella también. Vino llorando a casa.

-Lo supuse. Seguro que es lo primero que os dijo, que la había echado de casa.

-Pues no. Lo primero que nos dijo fue que había cortado contigo. Eso parece que le preocupaba más que el por qué. No creo que quisiera volver contigo, pero al menos pero de lo que si estoy seguro es que quiere volver a ser tu amiga.

-¿De verdad crees eso?

-No lo creo, estoy seguro – Coge las llaves de mi coche y mi chaqueta y me las tiende – Corre. En mi casa – Cojo mis cosas y salgo corriendo escaleras abajo. Le debo una disculpa y se la voy a dar

[…...........................DANI…...........................]

No se si habré hecho bien en decirle a Raúl que vaya a casa a buscar a Patricia. No se si Patricia querrá hablar con él. Está claro que él está dispuesto a intentar solucionar los problemas porque sino no se hubiera ido tan corriendo dejándome en su casa. Le voy a mandar un whatsapp a Patri para decírselo. “Va para allá” Mejor me voy yo también para allá y le digo a Lara que nos vayamos a comer por ahí. “Nena, espérame en el portal de mi casa. Voy para allá y nos vams a comer, q ellos hablen solos”

“De acuerdo” Salgo de casa de Raúl y me dirijo a la mía. Lara me está esperando en el portal, tal como le dije. Espero que no lleve mucho tiempo. No me voy a bajar. Cuando llego a la altura del portal doy al claxon y bajo la ventanilla, alza la vista y cuando me ve se levanta.

-¿Qué tal con Raúl, cariño, habéis arreglado las cosas?

-Sí, por suerte. Ahora a ver como acaba eso – Le digo señalando hacia la puerta del edificio. Si mi ventana diera a esta calle señalaría la ventana, pero como no lo hace habrá que apañarla

-Espero que bien, aunque ella de momento no quiere hablar con él. Nosotras también hemos estado hablando de nuestros problemillas y me han vuelto a llamar, Dani, haz algo.

-Ya pensaré. ¿Vamos a comer a tu casa?

-Prefiero comer fuera. Además para que nos vean juntos y quien sea me deje en paz y si no que nos diga las cosas a la cara, no por un teléfono y metiendo miedo.

-Tranquila, que es solo una llamada. Y tú déjame pensar, ya haré algo

-¿Por qué no lo dices a tu amigo detective?

[…...........................PATRICIA…...........................]

-¿Podrás llagar a perdonarme algún día?

-Sí, claro. Perdonarte sí. Perdonado estás ya, pero lo que no voy es a disculparte

-¿Y no es lo mismo?

-No. Te perdono porque sé que no lo hiciste adrede y estás arrepentido, pero no hay motivo para justificarlo así que las disculpas son imposibles, al menos para mí.

-Eso lo sé. Pero al menos nos estropeemos la amistad aunque no sea igual que la que teníamos antes.

-Pues no. Nunca podrá ser igual. Lo pasé muy mal el jueves.

-Me imagino. Pero ya te he dicho que lo siento, que no me estaba dando cuenta de lo que pasaba. Estaba enfadado conmigo mismo y en realidad en esos días quería que nos separásemos, que ya no te relacionaran conmigo por lo que pueda pasar. Tengo miedo a que te hagan algo.

-¿A mi? ¿Por qué?

-No sé. Tengo la sensación de que te van a intentar hacer algo – Esto si que no viene ahora a cuento. Me levanto y me acerco a la ventana para mirar por ella. - Ricardo Lafer es peligroso y de verdad le tengo miedo. Sabe que yo estaba contigo y seguro que, aunque ha ganado, va a querer hacerse el fuerte.

-No pienses esas cosas. - No dejo de mirar por la ventana. No le entiendo. No veo ninguna relación de lo que dice conmigo. Quizá le encontrara sentido si Raúl hubiese ganado, pero siendo como es... no, no lo entiendo, y hasta que no vea que puede ser posible no lo entenderé. Me rugen las tripas – Tengo hambre - ¿comemos?

-No, me voy a mi casa, te dejo tranquila. Y ten cuidado.

-Vale. Adios. Ten cuidado tu también