-Hola cariño, ¿No has llegado a Barcelona? Me dijiste
que me darías un toque
-¡Ay, cierto! Se me había olvidado llamarte. Sí,
vinimos en AVE, llegamos antes de comer. Lo siento princesa, con los
nervios hasta he quedado cosas en casa y todo.
-¿Hemos? - Se queda unos segundos en silencio
–Lara también ha venido - ¿Lara?.
-¿Y por qué ha ido Lara contigo? - Le digo en un tono
más serio.
-No es que haya venido conmigo, sino que ella también
tiene que venir. Pensé que lo sabías, ella se lo dijo a Dani y
supuse que él te lo diría, por eso no te comenté nada.
-¡Él qué me va a decir!
-Es cierto, que estáis enfadados.
-No, ya no. Arreglamos las cosas ayer, pero no me dijo
nada de que Lara se fuera contigo.
-Él tampoco sabe exactamente que viene conmigo, vamos,
creo. Pero no te enfades, que no me gusta que te enfades y menos por
tonterías. Luego dices de Lara...
-Mejor no me la nombres.
-¿Por qué? No tengo derecho - Bfffffffffff
-Mira, cuelgo que tengo cosas que hacer, estamos de
limpieza. - Cuelgo. Está nervioso y cuando está así no le soporto lo más mínimo. Bajo el volumen de la música y me acerco al pasillo –
Dani, ¿sabías que Raúl y Lara se han ido juntos en Barcelona?
Acabo de hablar con Raúl y me lo ha dicho.
-¿Juntos? No tenía ni idea, no me había dicho nada.
Como tampoco me ha dicho el porqué. Y esto ya me está oliendo raro.
Además literalmente. ¿Como puede oler el amoniaco tan mal? Se hace
una mezcla con el olor del limpiacristales... Paso, que se ventile
esto un poco, cuando se vaya el olor, entonces, vuelvo – Le miro
apoyada en el marco de la puerta con los guantes de fregar puestos.
-Será mejor, sal un rato, que luego te mareas. Por
cierto, si no te habías dado cuenta tienes las gafas un poquito
empañadas.
-Ya, cuando he abierto el grifo para limpiar los
azulejos de la bañera. Salió el agua caliente y se puso todo con vapor.
Esto es lo que tienen las gafas.
-Me lo vas a decir a mí, que en el trabajo hay veces
que hasta me tengo que quitar las lentillas. Eso sí que es
desesperante. Por cierto, no me apetece para nada hacer algo de cena
y menos con la cocina recién limpia. Llamamos a tu hermano y nos
vamos al mejicano que conoce él.
-Estoy cansado pero vale. Cenamos y para casa. Le llamo
yo o le llamas tú.
-Llama tú a tu hermano, yo llamo a Annita a ver si se
apunta, que desde estas Navidades está un poquino desanimada, no
está igual que antes, pero en el fondo es normal.
-Ya, y demasiado bien que se lo tomó. Eso me pasa a mí
y no levanto cabeza en bastante tiempo.
-Hombre, con ella no te puedes comprar mucho.
-Ya, pero sí con Miki – Afirmo. Cuando el baño ya no
huele tanto a productos químicos Dani termina lo que había empezado
y yo compruebo si el suelo de la cocina ya está seco del todo para
poder salir al lavadero a coger la mopa y pasarla por el salón.
Mientras voy pasando la mopa llamo a Anna. Coge el teléfono en
seguida, que cosa más rara, normalmente hay que llamarla dos veces
al menos y luego te llama ella.
-Hola cuqui. - Me dice nada más descolgar el teléfono.
-¿Qué pronto lo has cogido, no?
-Lo tenía en la mano y he visto que eras tú. ¿Querías
algo?
-Sí, comentarte que hemos pensado Dani y yo que, como
no me apetece cocinar para la cena, íbamos a cenar y os veníais Miki
y tú. Solo a cenar.
-No se, Miki no está...
-Pues más razón para que te vengas tú. Anna, desde
que pasó lo del niño no has salido ni una sola noche. Vale que no
quieras salir todos los fines de semana pero por un día salir a
cenar con los amigos te viene bien. Te despejas y te entretienes un
rato, que al final es lo importante. No estar pensando en cosas que
no merecen la pena.
-Es que no me entran ganas de salir.
-Pues si no te entran ganas te las voy a meter yo. Esta
noche te vienes de cena con nosotros porque yo lo digo. No voy a
dejar que sigas como estás, que si no fuese porque todas las mañanas
tienes que compartir trabajo con los dos tontos más tontos del
planeta Tierra y de todo el universo entero, sin contar a Rovira, te
habría entrado una depresión. Anna, pasó lo que pasó, sí,
perdiste al niño, vale, pero todo sigue. - La noto que quiere
empezar a llorar. - Eso sí que no, ni se te ocurra ponerte a llorar
ahora. Ahora mismo voy a tu casa, quieras o no. - Cuelgo, voy al
armario, cojo algo de ropa para la cena, la meto en una bolsa. - ¿Has
hablado con tu hermano?
-Le he llamado dos veces, me ha colgado la segunda, seguiré llamando.
-Vale, oye, que me voy a casa de Anna que está mal. A
ver si la convenzo para que salga y se despeje un poco. Una cosa te
voy a decir. A Anna por las mañana es el plató que esté siempre
alguien con ella, porque dice que no, pero lo que pasó en Navidades
le ha afectado mucho y sabes que es muy sensible. Cuando está con
alguien está alegre y bien, pero cuando está sola se derrumba. Hay
que ayudarla, Dani.
-Claro, Patri. Yo mañana si quieres hablo con la gente.
-No hace falta. Te lo estoy diciendo a ti. Ya hablaremos
luego de esto. Yo me voy ahora mismo a su casa. Por mis ovarios que
esa cabezota sale esta noche con nosotros, porque además está sola.
Ya te contaré. Cuando hables con tu hermano dame un toque y me dices
la hora y eso. Y si no hablas con él también.
-Vale, pero vamos, en principio... ¿Las diez?
-Perfecto, de todas formas luego me llamas. Llévate tu
las llaves, que solo voy a llevar los bolsillos del abrigo y solo me
caben el movil y la cartera
-Vale, descuida. - Meto en la bolsa la cartera y el
móvil y salgo de casa dirección el metro. Por fin le he pillado el
tranquillo a eso. En seguida llego a casa de Anna. Doy al telefonillo
-Annita ábreme – Me abre y subo. Cuando subo me
saluda con una sonrisa que no soy capaz de creérmela – Conmigo no
actúes que no te creo. - Me abraza y se echa a llorar. -¿Pero por
qué lloras...? No llores.
-¿Como no voy a llorar si ayer hizo dos meses q...?
-Shhhhh – Le corto – No pienses ahora en eso,
preciosa. Prométeme que no vas a seguir pensando en eso.
-No te voy a prometer algo que no pueda cumplir. - Tiro
de ella para que nos sentemos en el sofá.
-Debes intentarlo. El accidente...
-No fue un accidente – Me corta.
-Lo que sea. Se está apoderando de tu vida. Esa alegría
que tenías siempre, con esa preciosa sonrisa en la cara, ha
desaparecido casi por completo.
-Era mi hijo, Patricia. Yo ya le sentía porque se
movía, y se murió, lo mataron. Tu no sabes qué es que se te muera
un hijo. No lo sabes porque nunca lo has tenido.
-Hijos no, pero hermanas pequeñas sí. Yo tuve una
hermana pequeña, Prado se llamaba. Cuando mi madre estaba de cuatro
meses los médicos ya le detectaron problemas de corazón y le dieron
a mi madre la posibilidad de abortar puesto que si llegaba a nacer no
iba a vivir mucho más de dos meses. Mi madre se negó y decidió que
aunque la niña se muriera iba a tenerla, que si no, sentiría que la
que la mató fue ella. La niña nació y vivió esos dos meses. Los
médicos estaban sorprendidos porque, aunque tenía medicación desde
que nació, estuviera tan sana. Era una niña más, como las demás.
Fue a la guardería porque mi madre trabajaba y ni siquiera las
profesoras, aunque lo sabían, se daban cuenta de lo que le pasaba.
Estaba riendo siempre, jugando con sus muñecas, era la alegría de la casa. Prado murió, con
cuatro años. ¿Sabes de qué? De un simple catarro. Si lo tuyo te
parece trágico, que no te estoy diciendo que no lo sea, imagínate
nosotros. Lo que pasamos. Enterramos a una niña de cuatro años, lo
tuyo no dejaba de ser un feto. Hoy hubiese hecho 18 años si siguiera
viva ¿sabes? y pensar eso... ¿tú crees que es fácil para mí que hoy no
pueda ser un día de fiesta por un puto catarro? ¿tú crees que
nunca me llega a la mente la imagen de mi hermana en la cama y a un
lado el médico y al otro mi madre llorando? - Inevitablemente
empiezo a llorar. Anna se acerca a mí y me abraza.
-No, no lo creo. Lo siento – Estoy llorando yo pero al
menos he conseguido que deje de hacerlo ella
-G.gracias.s – El sonido de mi móvil hace que las
lágrimas dejen de caer definitivamente. Suspiro profundamente y
descuelgo el teléfono – Hola Dani. ¿Has hablado con tu hermano?
-Sí, viene él solo, que Cris dice que no le apetece.
Hemos quedado de diez a diez y cuarto en el mejicano. ¿Sabes dónde
es? ¿Por cierto, va a venir Anna?
-S.sí a las dos cosas. - De vez en cuando algún jadeo
del lloro me sale
-Vale, luego nos vemos. ¿Has estado llorando?
-Si, ya te contaré. Hasta luego. - Cuelgo - A las diez en el
mejicano así que tenemos tiempo suficiente para arreglarnos.
-¡Que yo no voy a ir!
-Anna... - La miro a los ojos – Vas a venir, vas a
cenar con nosotros, te vas a relajar y despejar y vuelves a casa con
el estómago lleno. Te ahorras pensar qué hacer de cena, hacerla y
luego recoger. Además me callaré.
-¿Sabes qué te digo? Que aunque sea simplemente para
que te calles voy a ir.
-¡Bien! Ya te dejo
Llegamos a la puerta del restaurante que tanto le gusta
a Nacho y a Juange y todavía no hay nadie ahí. Luego dicen que las
chicas tardamos y nosotras dos somos las que primero llegamos
siempre. No tardan mucho en llegar y entramos. Pedimos la comida y
nos ponemos a hablar de nuestras mierdas. Parece que Anna ya está un
poco más relajada, más alegre, y a mi creo que también me está
viniendo bien.
-Nacho tío, ¿por qué no me cogías el teléfono? ¡Lo
que me ha costado poder contactar contigo – Le dice Dani a su
hermano.
-Hostias, es que no me habías pillado en un buen
momento. Estaba la lavadora en marcha y no exactamente la lavadora de
la cocina. Además a la segunda vez que has llamado y he apagado el
teléfono estaba el centrifugado recién comenzado y no era plan de
parar porque ya sabes lo que pasa sin...
-¡Ay, Nacho, por favor! Que no necesitamos detalles –
Le corto.
-Bueno...tiquismiquis, si no he dicho nada...
1) OLE! menudo cap mas lago amiga! :O si señor! ^^
ResponderEliminar2) Poooobre Annita... :S Y Luego Pooobre Patrii! no tenia ni idea! jamas lo habias mencionado! :S
3) gracioso el momento lavadora y centrifugado.... jajajaj menudas comparaciones xD
4) Me da la impresion de que Patri dice las cosas como ordenandolo todo no... como mandando... :S No se jajajaja
5) Eso de Barcelos, haber, haber.... jajajaja Aun que ellos se lo han tomado bastante bien... la verdad...
6) SIGUIENTEE PERO YA! *_* Graaande!