28 de febrero de 2012. Una mañana tranquila y casual de
Barcelona. Todo ocurre con normalidad en la ciudad, incluso en los
juzgados. En una pequeña sala de los juzgados de Barcelona, no con
mucha gente y con algo de secretismo respecto al exterior, está a
punto de comenzar un juicio común. El denunciante, Ricardo Lafer y
el acusado, Raúl Gómez; ambos con antecedentes penales por posesión
y posible tráfico de drogas no legales de la categoría de
estimulantes mayores. En un extremo de la sala está la gran puerta
de madera. Situándose en la puerta, al fondo está la mesa en la que
estará sentado el juez durante el juicio. Al lado derecho de la mesa
principal se encuentra la mesa de los fiscales y en el extremo
opuesto, los abogados de las dos partes beligerantes. En frente de la
mesa principal, en primera fila, los asientos con demandante y
acusado, uno a cada mitad de la sala, y detrás de ellos los demás
asientos para los que acudan y los testigos.
Entra el magistrado en la sala, todos los allí
presentes se levantan esperando a que tome asiento el juez. La
tensión y el nerviosismo pueden palparse en el ambiente. El
magistrado comienza a hablar
-Se presenta a auto de procesamiento a D.Raúl Gómez
García por agresión con daños físicos a D. Ricardo Lafer Ginés
acaecido en Barcelona en fecha 20 de septiembre del año 2009. - La
sala está en silencio. Solo se oye el tic-tac del gran reloj sobre
la puerta de entrada. El juez da la palabra a los fiscales.
-Que salga a declarar el acusado.
-¿No es menos cierto, señor Gómez, que años atrás,
anterior a lo que hoy se juzga, estuvo en esta misma sala acusado de
tráfico de estupefacientes?
-Sí, es cierto, pero no se aportaron pruebas
suficientes para lo que me habían acusado y me eliminaron todos los
cargos que me imputaron anteriormente. Fue una denuncia falsa.
-¿Y tiene alguna idea de quien pudo haber sido o qué
motivo hubiera tenido para hacerlo?
-Pues no, ni una ligera idea de quien pudo ser y mucho
menos si tenía algún motivo. ¿Pero qué tipo de preguntas son
éstas?
-El que pregunta aquí soy yo, pero ya que ha preguntado
voy a contestar. Hay que tener todo en cuenta a la hora de acusar a
una persona. Le he preguntado eso por si pensaba que la persona que
lo hizo fuese mi cliente. ¿Está todo aclarado? - Afirma con la
cabeza rápidamente, se frota las manos para que no se note el leve
temblor. - Ahora vayamos con las preguntas sobre el hecho en
cuestión. ¿Con quién se encontraba usted momentos antes de los
hechos?
-Esa tarde estuve con los amigos pero en ese junto
momento estaba solamente con mi novia de entonces, Lara Álvarez.
Veníamos de...
-No le he preguntado qué había hecho o donde había
venido – Raúl agacha la cabeza con algo de frustración y de
impaciencia. - Con eso de “entonces” quiere decir que ya no –
Afirma - ¿Cual fue el motivo por el que decidieron dejar la
relación?
-Protesto señoría – Dice la abogada del acusado –
Pregunta impropia. Mi cliente no tiene el porqué de responder
preguntas personales de ese tipo.
-Se admite
-De acuerdo, aunque podría tener relación con el caso.
Cambio de pregunta si así lo desea. ¿Tiene o ha tenido alguna
relación directa con el señor Lafer?
-Directa, lo que se dice directa no. Nos conocíamos de
asuntos pasados, una serie de problemas. Compartimos oficio en el bar
donde... - Ricardo mira a Raúl con una nota de miedo en los ojos a
que se sepa más de lo que debe saberse. Raúl gira la cabeza
mirándole - ...trabajábamos. - Ricardo suspira más relajado.
-Bien... En el momento de los hechos ¿tuvo algún
motivo concreto, además de las posibles rencillas pasadas, para la
agresión? ¿Qué se le pasó por la cabeza?
-Fue un reflejo de protección a mi novia. Su cliente
intentó agredirla primeramente a ella y yo intenté separarle de
ella con un empujón que me devolvió y eso fue llevando a más.
-¿Y acostumbra a llevar un bate de béisbol en el
coche?
-Si me hubiese dejado terminar la frase en una de las
preguntas hubiera sabido la respuesta. Habíamos estado los amigos
jugando al béisbol esa tarde, por eso llevábamos el bate en el
coche. ¿Le vale o especifico más? Hora, campo... ya que nos ponemos
-Me vale, no hace falta. Mi última pregunta. ¿Como se
declara?
-¿Yo? Culpable, lo hice.
-Perfecto. Finalicé.
-Puede sentarse el acusado – Se dirige a su asiento
siempre bajo la atenta mirada de los dos policías y de su abogada
que sigue todos sus movimientos – Que salga a declarar el
demandante – Lafer mira por toda la sala sin mucho ánimo de querer
salir, su mirada vuelve a expresar el mismo miedo que expresaba
cuando Raúl dijo lo del bar. Decide levantarse y la abogada de Raúl
empieza a hacerle varias preguntas.
-Como su abogado ha comenzado a preguntar sobre el
pasado y sacar los antecedentes voy a hacerlo yo también porque
según el historial usted también tiene antecedentes por lo mismo.
Trabajaban juntos ¿es cierto? - Afirma rápidamente - ¿Qué
casualidad que cuando le acusaron a usted de tráfico de sustancias
ilegales y dejaron de trabajar juntos, al poco tiempo acusaron a mi
cliente por eso también, no cree?
-No se. Quizá como nos movíamos por los mismos
círculos y nos vieran alguna vez cerca quien fuese pensó que
teníamos algo en común.
-De acuerdo. Yo voy a ser mucho más breve que su
abogado. Cuéntenos su versión de los hechos. El señor Gómez dice
que intentó agredir a su novia.
-Estaba hablando con ella, nada más. Ni siquiera le
dije nada que le pudiera ofender.
-Eso ya lo sabremos cuando salga ella a declarar, no se
puede hablar sobre lo que le ofende a otra persona o lo que deja de
ofenderle. ¿Y usted se defendió, o al menos lo intentó, del
ataque?
-Pues claro. Pero no le puedo concretas mucho porque,
además de que ya ha pasado mucho tiempo, al perder el conocimiento
por el golpe no me acuerdo muy bien.
-No pasa nada. No voy a pedirle que concrete. Con esta
última pregunta finalizo. ¿Por qué, sabiendo que las relaciones
entre mi cliente y usted no estaban lo que se dice bien, se acercó a
él aún a sabiendas de lo que podría ocurrir?
-Es una calle. ¿Ahora no se puede andar por la calle?
-No he dicho en ningún momento eso. Solamente que,
quizá, si es cierto que lo único que hacía es pasar por ahí por
casualidad, que piense lo que quiera pero le digo que no creo mucho
en la casualidad, no tuvo el porqué de acercarse, no saquemos las
palabras de su contexto. Parece que no, pero está muy bien
asesorado, sabe como responder sin decir lo que no quiere que se
sepa. Está muy bien asesorado o tiene ya práctica. Aquí puedo dar
finalizado el interrogatorio por mi parte. - Tras la orden Ricardo se
sienta y empiezan a declarar los testigos, entre ellos Lara Álvarez.
Tras largo rato entre unos testigos y otros, (algunos de parte de
Raúl diciendo que se defendió y que es verdad que quería defender
a la chica; otros de parte de Ricardo diciendo que le atacó sin
motivo.) el magistrado se dispone a hablar para dar el veredicto
final y la sentencia.
-Tras escuchar las posiciones de todos los participantes
he llegado a un veredicto, aunque no lo tengo muy claro del todo.
Declaro al acusado...culpable – La abogada de Raúl se lleva las
manos a la cara en una muestra de frustración. El acusado agacha la
cabeza en forma de aceptación, parece que él tenía claro lo que
iba a salir de sentencia – El acusado está obligado a pagar todos
los gastos del juicio al señor Lafer y una indemnización de 20000€,
que se rebajarán a 15000 si los aporta en un periodo menor a 30 días
al señor Lafer. También, teniendo en cuenta su ciudad de residencia
y su trabajo y sobre todo por petición suya y de su abogada Alba
Helena Marín, llevar todo con el mayor secretismo posible puesto a
la fama del acusado, solo va a contar con la vigilancia preventiva
durante quince días y la obligación de venir a firmar al menos una
vez al mes en los próximo 3 años. Si en un futuro el acusado
volviere a tener una demanda de este estilo ya se le sentenciaría
directamente con la prisión preventiva. Se levanta la sesión. -
Todos los asistentes, incluido Lafer y su abogado empiezan a salir de
la sala. Todos no, Raúl sigue en su anterior asiento con los ojos
cerrados y la mandíbula apretada. A un lado suyo, agachada a su
altura se encuentra Lara, y en la mesa, todavía, su abogada
[…..................Raúl…..................]
-¿Y yo ahora qué le digo a Patricia?
-Tú sabrás que es lo mejor. Busca las palabras idóneas
para que no se... ¿asuste? - Me dice acariciándome la espalda
-Creo que lo mejor sería que no le dijese nada
-No creo que eso sea lo mejor. Ella te quiere, sabrá
aceptarlo debe saber la verd...
-Raúl, deberías recurrir – Dice Alba, mi abogada
poniéndose de pie a mi lado cortando a Lara.
-No.
-No me vayas a quedar ahora así, que llevaba siete
juicios seguidos ganando. Recurre, la sentencia, intentémoslo otra
vez. Voy a demostrar quién es Ricardo de verdad, y que fue el
culpable del otro juicio por rencor.
-Alba, déjalo. No quiero más rollos. Lo hice y tengo
que afrontar las consecuencias y plantarle casa a la situación. He
de pagar por lo que hice, ya lo tenía aceptado.
-Raúl el golpe no se lo diste tú, y nadie ha dicho
nada de eso. - Dice Lara levantándose
-Ni tu tampoco
-Pero porque me lo pediste.
-Cierto.
-Yo sigo pensando que deberías recurrir.
-Que no, no seas pesada. No quiero más líos sino se va
a acabar filtrando todo. Dejemos las cosas como están. Volvamos a
Madrid, a nuestra vida cotidiana y más o menos normal y olvidemos
todo lo posible esto. Voy a firmar
UUuuuuufsss... que cap mas tensooo... :S Pobre Raul... yo apuesto a que el tiene la razón... seguro... una pena que quiera dejarlo asi, pero mejor, así se termina ya todo el lio y no le joden mas no? :S SIGUIENTE! :) Graan cap! si señor! bien documentada sobre el tema pareces estar jajajaj lo tuyo te habrá costado ;) Mu grande Cupii! ^^
ResponderEliminarSIGUIENTE!