-Venga
cuqui, de quién crees que es el regalo.
-Arturo,
segurísimo – Me hace un gesto para que salga de la sala. - Ahora
vuelvo. Seguid vosotros – Salgo del salón y me quedo en el
pasillo de las habitaciones. Al momento llega el detective haciendo
que habla por teléfono
-...Sí,
todo está... - Me ve en el pasillo – Patricia, ven. - Dice
mientras se guarda el móvil en el bolsillo. Llegamos al estudio y
cierra la puerta – Tengo algo que deberías tener tú, es más,
seguro que lo das ya por perdido – Va hacia las estanterías y
empieza a buscar – Aquí está – Separa dos libros y saca ¿un
CD? - Toma, tu CD. Me acordé ayer de que lo tenía yo.
-Pero
si se lo llevaron los italianos cuando estuvieron en mi casa.
-¡Qué
se van a llevar! La última vez que estuve en vuestra casa antes de
irte al pueblo este verano lo cogí ya que me temía que algo iba a
pasar, no te dije nada porque las paredes parece que tienen oídos.
-Gracias
Rivera. Desde luego bien creí que lo tenían ellos.
-Si
hubieran visto el CD seguramente no lo estarías contando ahora
mismo. Tú no sabes el poder que tienen, aunque más poder parece que
tenéis vosotros.
-Sí,
tendremos nosotros más poder, pero yo casi me quedo sin trabajo por
culpa de Vabaragio de los huevos. Casi consigue que me echen por
culpa de sus mentiras y exageraciones. Menos mal que Florentino creen
en mí y sabe lo que pasa.
-Bueno,
lo importante es que no han visto el video. Mientras no lo vean no
tiene por qué pasarte nada. Tú ya lo viste, ¿cierto?
-Sí.
¿No sería mejor que, por si acaso, como yo ya lo he visto, nos
deshacemos de él?
-Lo
debemos tenerlo por si nos piden pruebas de algo
-Pero
tú tienes el vídeo. El mío aquí sobra.
-Cierto.
De acuerdo. Cárgatelo, rómpelo o haz lo que creas conveniente para
quitarlo del medio.
-Ya
pensaré algo. Pero ahora no me lo des, que no tengo donde guardarlo.
Llevamos
ya un buen rato con la música puesta haciendo el memo, como nosotros
solo sabemos hacer. Flo y su mujer se fueron hará ya una media hora
más o menos.
-Patri,
yo me voy con Lara a dar una vuelta ¿tienes llaves?
-No,
pero déjalo, me voy yo a casa de Raúl.
-¿Qué
pasa conmigo? - Raúl habla detrás de mi haciendo que pegue un
brinco. ¡La virgen, que susto! - Perdón por el susto.
-Nada,
nene, que si me puedo ir a tu casa a dormir. Es que Dani se va a dar
una vuelta con Lara y no tengo llaves.
-Claro,
cariño, no necesitas darme explicaciones
-Bueno,
pues nosotros marchamos – Dice Dani levantándose del sofá. Llama
a Lara, cogen sus respectivas chaquetas y se van. Seguimos poco
tiempo en casa de Rivera ya que los que quedamos somos Anna, Miki,
Rivera, Margarita, Raúl y yo.
-Sería
mejor que nos fuésemos yendo, es tarde y estoy cansada – Dice Anna
tras un pequeño bostezo.
-Nos
deberíamos ir todos. Es tarde y estamos en casa ajena
-Pues
vámonos. ¿Por donde habéis aparcado?
-Pues
después de ir yo a comprar el hielo aparqué por casa de Flo –
Dice Raúl. Le hago un gesto de por qué ha aparcado tan lejos. Vale,
parece que está lejos pero en realidad está a 5 minutos por el
atajo – Lo siento, cuqui, pasaba de perderme y como me dijiste que
estaba cerca...
-No
pasa nada. Venga vámonos – Nos despedimos, cogemos nuestras
chaquetas y salimos a la calle. ¡Qué frío! Aunque ya no esté
nevando, que ni siquiera a cuajado, hace frío. Vamos los cuatro
juntos ya que los dos coches están cerca. - Raúl, qué haces ahí
parado – Anna y Miki se giran cuando me paro al ver que Raúl se
quedó rezagado. Les hago un gesto para que sigan andando - ¿Cariño?
-He
visto algo raro. Sombras que se mueven.
-Venga,
Raulito, no exageres, se te habrá subido un poco el vino – Le
agarro del brazo, se suelta de un tirón tan fuerte que casi me
caigo.
-No
exagero. Mira – Me señala hacia un lado de la calle. Tiene razón.
Hay una sombra con forma de persona acechando. Me da por mirar al
otro lado de la calle. Me fijo en el que se ve mejor. Está
disfrazado de Papá Nöel y sigue con la mirada a Anna. Van a por
ella, seguro que van a por ella. ¡Los italianos, seguro que les ha
mandado los italianos! ¡Las escaleras!
-Dame
mi móvil – Le doy un toque a Rivera, debe saberlo, por si acaso
son ellos. Escasamente he dado a llamar veo a Raúl las intenciones
de gritarle a Anna pero le tapo la boca. En ese momento los dos tipos
salen detrás de ellos. Uno coge a Miki y el otro a Anna. Miki cae
ahora además de estar tapándole la boca a Raúl yo también me tapo
la mía tirando el móvil al suelo, menos mal que con la funda
blandita no suena. El hombre (supongo que será un hombre) que tiene
sujeta a Anna noto que le dice algo y el otro, que antes sujetaba a
Miki la empuja. Se van corriendo y Raúl y yo nos quedamos quietos
sin saber qué hacer. En esto me percato del móvil, Rivera me está
hablando.
-¿Patricia,
ocurre algo?
-Rivera,
las escaleras, Anna, dos tíos...
-¿Qué
ha pasado? En seguida voy para allá – Consigo moverme y voy
acorriendo escaleras abajo después de quitarme los tacones.
-Raúl.
Llama a una ambulancia.
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