jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo 19

- Dice que quiere verte a las 18:00 en esta dirección – Dani me tiende un papel.

Dani nome habla . Flo se fue temprano, en cuanto se levantó. Hice la comida, macarrones con atún, no me apetece estar mucho tiempo cocinando. Yo sigo pensando en la citación de por la tarde con Rivera, tengo claro que lo quiero hacer pero también tengo miedo. Miedo a que me puedan meter en líos, miedo al camino por el que tendré que ir. Las 14:00, la hora de comer. Cuando termino de poner la mesa llamo a Dani, comemos en silencio, está molesto conmigo porque he aceptado ayudar, por que me he querido meter en la investigación. Cuando termina de comer se queda sentado con los codos en la mesa y las manos juntas mirándome con rencor. Me deja de mirar, se pone a enredar con unas miguitas del pan que había en el mantel.

- Dani

- Humm – Dice sin separar los labios y sin mirarme.

- Es importante y haré todo lo que esté en mi mano para ayudar. Entiéndelo

- A mi no me ayudas – Dani se levanta de la mesa enfadado arrastrando la silla y empieza a recoger la mesa. Yo me quedo ahí, en el salón como una adolescente que acaba de ser castigada sin salir por su padre. ¿Por qué me duele tanto que él esté así conmigo? Me voy a mi cuarto y twitteo un rato, para estar mal con él no quiero estar ni un minuto más viéndole.

Son las 16:03. Me voy a duchar y a preparar, hasta la hora que dijo Rivera hay mucho pero no se como de lejos está de mi casa. Cuando termino salgo de casa y llamo a un taxi

- A esta dirección, por favor.

- Llegamos, son 15,32€ - Pago al taxista el dinero.

- Quédese con la vuelta, adios.


Salgo del coche precipitadamente y llamo al timbre de la casa. Sale una señora uniformada, será la sirvienta. Hablando de sirvienta, le voy a contar a Rivera la verdad... bueno, excepto de lo de Jaime, la única persona que sabía que nosotros dos habíamos cortado era Dani así que para los demás seguíamos juntos, y quiero que Rivera piense eso.

- ¿Usted es la señorita Patricia? - Me dice la señora muy educadamente

- Pase, el señor está esperándola en su despacho –Yo sigo a la señora hacia el despacho de Rivera – Aquí es.

- Gracias. – Llamo.

- Adelante – Abro la puerta – Hombre señorita Patricia, ya pensé que no iba a venir

- Disculpe, es que el taxi tardó en llegar y había mucho tráfico en la carretera

- No hace falta que se disculpe preciosa Pase, pase, siéntese. Me sorprende que Martínez haya permitido que una hermosura como usted venga aquí. A ver si en el fondo no tiene tanta consideración y protección hacia su “sirvienta” - ¿Por qué dira lo de sirvienta de esa forma tan rara, como insinuando algo?

- Permítale preguntarle qué insinúa con eso de “sirvienta”

- No me venga con pamplinas e imbecilidades señorita, sé de buena tinta que ni es usted la sirvienta de Martínez ni Jaime es su novio – Mierda me pilló con lo de Jaime, piensa Patri... - Lo que es usted es la cocinera de un programa de televisión jadeante, casi muerto

- Disculpe Rivera, en lo de que no soy la sirvienta tiene razón, bueno, en parte porque la que cocina y limpia la casa en condiciones normales soy yo. Y lo de Jaime... ayer volvimos a salir juntos – Silencio. Del programa no quise decirle nada porque sé que en el fondo es así, que ahora mismo está pasando por sus últimos días de vida y me voy a quedar sin trabajo en breve. Aprovecho este silencio para mandarle con sutileza y sin que Rivera se diera cuenta un sms a Jaime.

Si t prguntan, ayer x la tard volvimos a salir cmo pareja, ok. No contxts”

- Bueno, creo que ha venido a que le explique lo que tiene que hacer, lo primero ¿sabe algo de italiano?

- Algo sé, pero poquito, un profesor de cocina de la facultad era italiano,algo se nos pegó de él
- Perfecto, nos viene perfecto - Rivera se frota las manos pensativo. Miedo me da

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