domingo, 23 de octubre de 2011

Capítulo 82


Decidido, voy a llamar a Rivera para avisar. Me levanto de la silla y entro en la casa después de un “en seguida vengo” y marco el número del detective. No contesta, quizá como no conoce el número no lo coge por eso, pero si fue él el que me dijo que lo cambiara... Bueno, voy a su casa a ver si está su asistenta y le dejo la noticia.
-Gente, ahora vengo, me acabo de acordar que tengo unos asuntos que hacer. Annita, ¿te vienes? Así terminamos la conversación pendiente que teníamos antes de empezar con los chistes.
-Vale, además así paso por casa a recoger la chaqueta de Mónica que se la quedó antesdeayer en mi coche.
-Pues ahora venimos. - Anna se pone las calzonas que llevaba y yo la camiseta y nos dirigimos hacia la calle – Bueno, sígueme contando ¿y quién fue?
-Eso da igual, es sin importancia, te quiero contar otra cosa. - Le hago un gesto para que siga – El otro día estuve hablando con Moni sobre David y ella.
-¿Y qué dice? - Digo sonriendo.
-Pues que a lo mejor van a por el nene, que les hace mucha ilusión. Por cierto a dónde y como vamos.
-Vamos a casa de Rivera, el detective que ya conoces, a ver si está alguien para darle un recado y vamos andando, cae cerca de aquí por un atajo que encontré una vez. ¡Y qué guay lo de Mónica, a aumentar la gran familia tontaca! Por cierto y tú qué tal.
-Bueno, de momento no me encuentro mal.
-Supongo que las primeras semanas será normal, según me dijiste hasta pasado mañana no hace un mes todavía. ¿Y has pensado cómo decírselo a Miki?
-No se, me dirá que me vaya a Barcelona, le conozco. Creo que no se lo voy a decir a nadie hasta que no tenga más remedio - Seguimos hablando de este tema y sin darnos cuenta ya hemos llegado a casa del detective.
-Aquí es
-¡Pedazo casa! - Dice Anna con los ojos como platos. Parece ser que no había estado aquí antes. - ¿Y como sabes que esta es su casa?
-He venido más de una vez. Pues si te flipa por fuera a ver si llegamos a entrar y flipas por dentro. Ya verás, de todas formas creo que te puedes hacer una idea.
-Me la hago, me la hago – No creo que haya nadie, pero llamo al timbre. Al cabo de uno o dos minutos Margarita, la asistenta de Rivera abre la puerta.
-¡Señorita Patricia, qué bien que ha venido! El señor acaba de llegar – Mira hacia Anna y pone cara extraña – Pasen, por favor. Señorita Patricia, en el estudio. - Margarita desaparece del recibidor
-Annita, espérame en el salón. De todas formas le diré que has venido conmigo – Me dirijo hacia el estudio, o biblioteca como le llamo yo. Hay muchos libros ocupando largas estanterías. Doy tres golpes rápidos en la puerta, tal como me dijo que diera. Apenas me ha dado tiempo a apartar la mano de la madera cuando la puerta se abre.
-¡Patricia! No ha hecho falta que vaya a buscarte. Por lo que he visto ya habéis cambiado de número.
-Sí, los dos. A todo esto, ha venido acompañándome Anna Simón. Está en el salón. ¿Le digo que venga o que se quede ahí?
-Que venga, por supuesto, ella también forma parte del equipo, además, os tengo que dar a las dos unos pequeños obsequios – Salgo de la sala y aviso a Anna para que entre con nosotros – Bueno señoritas, lo primero, tomad – Nos tiende unos pequeños paquetitos perfectamente envueltos con un precioso y brillante papel de regalo de varios colores, sobre todo azul y el rojo. Empiezo a abrir el paquete con el máximos cuidado posible para no romper el papel, da pena romperlo. Miro las manos de Anna, a ella le pasa lo mismo que a mí; bueno, ella casi siempre los guarda.

1 comentario: