Estamos en casa de
Rivera.
-Esta dirección no
me suena en absoluto. ¿Tenéis en el coche un GPS?
-En el Iphone
podemos verlo. Tengo un programa de posicionamiento y búsqueda de
direcciones. Exactamente no es un GPS pero para lo que lo queremos
sirve. - Dani coge el papel y teclea la dirección en el móvil.
Esperamos un poco ¡Qué lentitud de internet últimamente -
¿Castellón?
-¿Castellón? -
Decimos el detective y yo creo que a coro y con el mismo tono.
-Sí, aquí pone
que esta calle está en Castellón. Mirad si no me creéis – Nos
tiende el teléfono móvil, al menos hace amago de ello.
-Si te creemos
cari, te creemos. No necesitamos pruebas de nada.
-Ahora lo que hay
que saber es qué hay ahí – Dice Rivera mientras se toca la
barbilla.
-Tiendas, es una
zona de tiendas. Solo hay tiendas.
-Pues habrá que ir
– No está Rivera muy hablador, solo contesta con frases cortas.
-Nosotros no sería
conveniente que fuésemos así, sin ningún motivo concreto. El
conocimiento de que Dani está ahí ya levantaría la sospecha y la
vigilancia de los italianos. En todo caso lo mejor sería que, para
que vaya alguien...
-El problema es que
me han visto ya mucho, dentro de poco van a sospechar ya como me
sigan viendo. Se me ha ocurrido algo. ¿Daniel, podrías hablar con
tus jefes para conseguir hacer algo con el programa nuevo en
Castellón?
-¿Hacer algo en
Castellón? ¿Algo tipo fiesta o similar?
-Lo que sea.
-Si quiere se lo
pregunto, pero no se. Yo no cuento mucho en qué hacer y dejar de
hacer. Lo intentaré, pero no prometo nada.
Yo sigo pensando en
esa dirección y en qué puede ser. ¡Ay, quema! En verano me cuesta
mucho regular el agua de la ducha, como las tuberías dan parte a la
fachada de la calle donde da durante toda la tarde el sol, mira,
paso. Ya se me ha quitado el champú y salgo ¡Ay, que fría! Cierro
el grifo tiro de la toalla y salgo de la ducha. Me seco un poco, me
rodeo el cuerpo con la toalla y voy a mi habitación, no sin antes
encontrarme con Dani en el pasillo, no se si ya os lo he dicho, pero
siempre que salgo del baño me lo encuentro en el pasillo entrando o
saliendo de su habitación o esperando para entrar o cualquier otro
asunto. Me pongo mi pijama y voy hacia la cocina para terminar de
hacer la cena pero me detengo en le salón.
-¿Has hecho tú la
cena?
-Si llamas hacer la
cena a meter un táper en el microondas para que se descongele... sí,
he hecho la cena.
-Bueno, eso no es
exactamente hacer la cena, pero vale como tal - Empezamos a cenar más
bien en silencio, hasta que me decido a hablar. - ¿Qué piensas
sobre lo de Castellón?
-Nada, en
particular, que además de con Flo y Pablo podría hablarlo con
Chuspi.
-Haz lo que
quieras, ahora depende de ti.
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