viernes, 6 de julio de 2012

Capítulo 30. La semana que viene

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Tengo que enterarme qué le ha pasado al desgraciado de Martínez porque como haya hecho todo para nada... Al menos directa o indirectamente hice que discutiese la bonita pareja. Lo que sí que me da pena es que hoy no haya programa sino ¿como iba a presentar el programa con la borrachera?
-¿Cuánto duran los efectos de la pastilla esa que vendes?
-Los efectos de una pastilla normal. Depende de si comes o no. La pastilla no es más que un antidiabético con algo de gradación alcohólica integrada. Con la pastilla se eleva el nivel de insulina corporal que elimina el azúcar y con menos porcentaje de azúcar en el cuerpo mayor porcentaje etílico.
-¿Eres médico?
-Químico. Esta pastilla la investigué yo cuando estuve trabajando en un centro de investigación en Boston. Lo bueno que tiene es que si me la descubren no me pueden decir nada porque no se ha categorizado como sustancia ilegal.
-¿Panténtala diciendo algo bueno de ella?
-No sé, de momento no, además está en pruebas para ver efectos secundarios. Has usado al chaval ese muchacho de anoche como conejillo de indias. Deberíamos intentar ponernos en contacto con él. Yo no le conozco, llevo solo tres semanas en España, además. Háblame de él
-Se llama Daniel Martínez, es de León, pero lleva 14 años en Madrid. Dejó los estudios para trabajar en la radio. Es imitador y humorista y tiene un programa de televisión en la sexta por las noches.
-¿Y por qué quiere hacerle daño?
-A él no, a su mujer, ya te dije.
-¡Ah, si cierto! En la discoteca me dijo que le jodió la vida.
-Sí. A mi me mandaron que tenía que cargarme un programa en el que trabajaba él. Supongo que sospecharían de que andaba alguien por ahí haciendo boikot y contrataron a un detective para investigar. Ese detective contaba con la ayuda de ese imbécil y de su actual mujer
-¿Y qué pasó con la mujer?
-Una mala pécora, como todas. Empezaré por el principio. Estaba "infiltrado" en el comité de inspección de A3, donde iba a comenzar el programa que tenía que boikotear. Una de mis visitas fue a la cocina del edificio y allí una de las cocineras más o menos se me enfrentó. Como iba con el pelo recogido en el gorro y las gafas más adelante no fui capaz de reconocerlal. Poco después un día que fui con mi gran amigo Paolo Vasile al casino una muchacha, que luego me enteré que era la cocinera, se nos acercó, pero como iba tan súmamente espectacular no la reconocí.
-¿Y por qué se acercó a vosotros?
-A Vasile. Qué bien se lo montó la zorrita... Sigo. Consiguió llevárselo a casa para supuestamente follar pero en realidad era para sacarle información sobre mí. A partir de ahí, el detective que dirigía eso y el resto de secuaces del equipo suyo y yo con mi grupo empezamos un tuya mía digna de película, ahora que lo pienso. Esas Navidades es cuando aceleró todo y nunca mejor dicho. Nos tocaba atacar a nosotros y atacamos a una de las chicas del grupo, que estaba embarazada. Ella perdió al niño y los demás se enfadaron y su ataque próximo fuera con un sabor a venganza.
-¿Que hicieron?
-Esos días por la mañana me iba con otros socios a jugar al pádel. Pues aprovecharon eso y esperaron a que saliera del gimnasio dónde también se encontraba Martínez y no me había dado cuenta, que me siguió con el coche provocando que en vez de a mi destino me desviase a la carretera, cosa que ellos querían. Yo aceleraba pero su coche era más potente y me alcanzaba sin esfuerzo. A medio camino había dos con motos impidiendo que me fuese por los desvios. Sin darme cuenta me guiaban hacia donde ellos querían, que era un descampado donde me cogieron y bajo amenaza me obligaron a llevarles a donde nos reuníamos los socios que lleváamos eso. Les llevé pero aproveché un despiste para sacar la pistola que tenía escondida y amenazar al unico que iba desarmado. Lo metí en el coche me lo llevé pero a medio camino volvieron a atacar. Dos de ellos, los de las motos, supongo se disfrazaron de policías y me hicieron parar el coche. Como las puertas de mi coche y el de ellos no se abrían normal, sino que de una forma que permitía abrirla con los coches casi pegados, llegaron otros con el coche y sin tener que salir de él, metieron a Martínez en su coche y se fueron. Allí se me escapó por primera vez.
-¡Ah, que hay otra!
-Tres días después ellos provocaron mi ataque. Era una trampa y caí en ella. Uno de mis socios era el jardinero de una parcela que tenía el detective. y ellos lo sabían. Martínez y su novia de entonces fueron a esa casa y mi socio me avisó. Fui a buscarles sin saber que la policía italiana me estaba esperando. Cuando llegué me detuvieron y me deportaron a Italia para juzgarme allí. Ellos ahora tienen el reconocimiento de las autoridade italianas y yo me tengo que cambiar el nombre para que la gente no me reconozca
-Y ahora lo que quiere es vengarse.
-Exacto, pero me gustaría hacerlo sin que se den cuenta que soy yo, no quiero contraataques.
-Cógeles desprevenidos... ¿Pero quiere matarlos?
-Tendría que provocar un accidente. Ajam... ya sé como hacerlo. La semana que viene lo haré

1 comentario:

  1. Aaaay! pero que cruel es este hombre!! :S Esto va a acabar mal... :( SIGUIENTEE! ;)

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