Capítulo 138

-Que movida me ha venido encima – Dice Raúl

-No te preocupes cariño, ya verás como se soluciona pronto

-Esperemos. ¿Te puedes quedar esta noche? Al menos a cenar, que no me apetece quedarme solo con Miguel Ángel - Le abrazo

-Claro. Y relájate. - Cojo el móvil y le mando a Dani un mensaje por whatsApp. “Me qdo en casa de Raúl a dormir”

“Ok, mañana nos vemos en el plató” - Me levanto del sofá y voy a la cocina.

-¿Qué hay para cenar? - Digo abriendo el frigorífico. - ¿Qué te parece si hago la mejor tortilla de patatas que has probado en tu vida, mejorando la de las madre/abuela, claro está?

-Hombre, mi madre es poco de cocinar y mi abuela lo que mejor hace es la escalivada, un plato típico de mi tierra, pero lo hace poco y cada vez menos. Le tengo que decir que ni se le ocurra llevarse la receta al cementerio. Que, aunque ninguno sepamos cocinar en condiciones, que por eso no nos la da, ya encontraremos a alguien que lo haga.

Ei, tú ya tienes a alguien que lo haga o estoy yo aquí de decoración. La próxima vez que hables con ella le pides la receta y yo te lo hago un día y así lo pruebo yo. De momento esta noche vamos a cenar tortilla. - Saco un par de huevos y una cebolla de la nevera - ¿Me ayudas?

-Claro.

-Ves pelando las patatas – Entre los dos hacemos la tortilla. Nos sentamos en el sofá esperando a Miki

-De verdad, yo no se para qué pongo la calefacción si sigue haciendo el mismo frío.

-Cari, si no tuvieras la calefacción aquí no hubiera quien parara. Al menos cuando te acuestas ahí si se está a gusto. Y eso no me vayas a decir que no.

-No, ya. Al menos... - Suena el telefonillo. Será el invitado. - Es Miguel Ángel, vamos a ir poniendo las cosas en la mesa. - Suena el timbre de la puerta y voy a abrir.

-Ui, no pensé que estarías aquí. - dice al abrir yo la puerta

-¿Por qué no, es algo normal? Somos novios

-Ups, cierto – Se ríe. - ¡Qué bien huele!

-Ha hecho Patri la comida

-Vamos, que no me libro de tu comida ni aun queriendo – Dice riendo.

-No, ya ves, ya que no suelo hacer yo nada de la comida en el comedor vienes a casa de tus colegas y ahí si la he hecho yo. Para que no te desacostumbres. - río.

-De verdad se hecha de menos ese puntito tuyo en las comidas.

-Eso se soluciona rápido. Raúl una trozo de tortilla para el señor. - Nos sentamos en la mesa y empezamos a cenar. La verdad que me ha quedado muy rica.

-Voy al baño un momento

Después de cenar nos sentamos en el sofá con la música puesta, bajita, ya que no son horas de ponerla muy alta, además sabiendo que el vecino se tiene que levantar muy temprano. A Raúl, le noto desanimado, sin mucha gana de fiesta, agobiado. No es muy tarde cuando Miguel Ángel se va y nosotros decidimos irnos a dormir.

-Mañana ya friego los platos. Vamos a dormir. Tú ves subiendo, yo voy al baño. - Subo las escaleras y me pongo el pijama que tengo aquí y me meto en la cama. Raúl no tarda en subir y se acuesta a mi lado y pasa un brazo por mi cintura. - Buenas noches.

Me despierto, miro la hora, no son las 3 todavía. Noto que Raúl se está moviendo. Me giro y le abrazo. Me acaricia mi mano que está en su barriga. Le dejo un beso en el cuello ya que es lo que tengo más accesible en estos momentos

-Raúl, no pienses ahora en lo que ha pasado esta tarde. No dejes que eso te preocupe tanto como para no dormir – Le digo medio dormida.

-Eso intento, pero no puedo.

-Yo se que puedes. Así que no me entere yo que no duermes por una cosa como ésta. - Como no se tranquilice se me va a acabar escapando lo de la broma. Se pone boca arriba y apoyo mi cabeza en su pecho. Y así me quedo dormida y creo que él también porque no vuelve a moverse.