Capítulo 12. Voy a tardar en olvidar esto

Estamos recogiendo, en cuanto terminemos podemos irnos, nuestra función ha acabado.

-Chicos, no os movais, que entra

-¿Quién? - Veo al Rey que entra por la puerta. ¡Aiba! ¿Qué hay qué hacer en estos casos? Paramos todos lo que estamos haciendo. Un momento un poco incómodo, no se oye ni un ruido

-Bueno, ¿he entrado yo o un fantasma? - Se ríe. - ¿El chef? - Todo el mundo señala a Adrián, pero él me señala a mí.

-Ella

-Yo no, es él.

-¿Y si os aclaráis? - Dice con una sonrisa

-Normalmente yo, pero hoy los dos. Pero ella más.

-¿Algún problema? - Es muy alto, pero estoy acostumbrada a hablar con altos. Dani no es mucho más bajo.

-No, todo lo contrario. Felicitar por la comida, estaba exquisita. Por cierto, señorita, su novio debe de ser alto, ¿o me equivoco? - lo ha notado, pero me voy a hacer la tonta

-Sí ¿por qué lo dice?

-Porque la experiencia me ha enseñado a diferenciar las personas que están acostmbradas a tratar con altos y los que no... - Sonrío. - Lo dicho, la comida exquisita.

-Y si no es mucha molestia, majestad, ¿le importaría una foto con el equipo? Sobre todo es que luego la gente no se cree que ha venido. - Dice Jose un poco avergonzado

-Claro, no es ninguna molestia. - Nos hacemos la foto con él.

-Por cierto, ¿como sabe que tengo pareja?

-Lo he supuesto por eso. - Señala mi barriga. Se ha fijado, y eso que con el uniforme la escondo mucho. - En fin, tengo que marcharme ya, un agradable ratito he pasado con todos ustedes. Espero volver otra vez y volverme a encontrar con todos.

-Gracias, igualmente. - Dice Adrián.

-Yo ya no. He venido hoy como algo excepcional. Yo tengo mi propio restaurante en Madrid, pero todavía no está abierto. - Cuanta más publi me de mejor. Sonríe

-Suerte con tu restaurante y con el embarazo. ¿Niña o niño?

-Niña – Sonríe y se va. Voy a tardar en olvidar lo que ha pasado aquí hoy. Llamo a Dani - ¿Dani, vienes a por mi ya?

-Si, en 5 minutos estoy alli.

-Vale. Te quiero. - Cuelgo. - ¿Jose, me cambio aquí o me llevo el traje para lavarlo?

-Déjalo aquí, ya lo lavo yo. - Dani me manda un mensaje diciéndome que ya ha llegado. - Cámbiate rápido. - Me cambio rápido y salgo.

-Nene, que he visto el primero, no hace falta dos - Le digo cuando llego al coche.

-Tardas mucho.

-¿Me tendré que cambiar, no?

-No lo sabia... - Me besa.

-¡Ay, que tengo la adrenalina que me sale por las orejas! ¡Que momento Dani, que momento!

-Quieres descargarla. - Sonrío pícaramente.

-¿A que no sabes con quien he estado hablando y me ha felicitado por mi comida? Con el Rey. Y me ha deseado suerte con el restaurante y con el embarazo – Me toca la tripa con suaves caricias. - Estoy feliz, hoy lo mismo tienes tema y todo.

-¿Al chalet ya, no?-Me rio.

-Pero primero me dejas ducharme que estoy sudorosa.

-Duchate después, total, vas a sudar igual.

-No, porque no es solo el sudor, huelo a fritanga...

-Sola o acompañada

-Ya veremos. - Llegamos a casa y me meto en el cuarto de baño, tengo una idea. Pongo el tapón en la bañera y empiezo a llenarla con un poquito de espumita. Cuando veo que la temperatura y eso está bien salgo del baño con el albornoz. - Dani, cierra los ojos. - Los cierra.

-¿Qué vas a hacer?

-Ahh... secreto. - Me pongo detrás de él con las manos en sus ojos y le conduzco al baño. Cuando llegamos a la bañera me separo. - No abras los ojos. Levanta los brazos. - Los levanta y le quito la camiseta. Está tenso

-¿Qué vas a hacer? - Me pongo detrás de él y abrazándole, tanto como me permite Carlita, le desabrocho los pantalones mientras le doy suaves besos en el cuello y los hombros.

-Vale, ya se por donde vas... - Termina de quitárselos él. Se da la vuelta y me agarra por la cintura, sigue con los ojos cerrados. - ¿Cuándo voy a poder abrir los ojos?

-Abrelos. - Me desabrocho el cinturón del albornoz y me lo quito. - ¿Al agua? - Me coge en brazos y me mete en la bañera con él. - Una cosa te voy a decir, algo tranquilo, vamos a jugar un poquito... El como siempre luego, fuera

-Vale... - Nos acomodamos en la bañera, menos mal que es grande.

-Cari, ¿y no deberíamos ir preparando el cuarto de la niña?

-¿De que color lo quieres?

-Azul clarito, o verde

-Azul me gusta mas

-Pues azul clarito, con los muebles en blanco

-Vale, ¿y el bautizo?

-En Madrid no, no me gusta, además se tiene que mover mucha gente. ¿Tu pueblo o el mío?

-Tuyo

-Vale, pues ya sé dónde va a ser entonces.

-¿Y los padrinos? - Me empieza a acariciar todo el cuerpo y a besarme el cuello.

-¿No me dijiste que Raúl?

-¿Y la madrina?

-Se lo diremos a Hiba, pero me da que no va a querer... no se por qué. Si no, mi prima, que sé que le haría mucha ilusión.

-¿Qué prima?

-La única que tengo, todos los demás son primos.

-Ah vale, creo que ya se quien es... La profesora de violin

-Sí, la profesora de violín.