Capítulo 8. Esto son amigos y lo demás tontería

[….......….......….......RAÚL….......….......….......]

Miro hacia la sala de espera y veo a mi hermano y salgo.

-¿Ya? - Me dice en cuánto me ve. Afirmo sonriendo. - ¿Y Eric?

-Estoy aquí tito.

-Ya, si te veo, ¿pero dónde te has quedado?

-Con papáo.

-¿Te han dejado meter al niño?

-Desde fuera. Además, no había de otra. Y en fin... si nos vamos en un rato...

-¿Y eso?

-No la dejan estar aquí

-¿Por qué?

-La ley... Quédate con el niño, a ver si me dejan entrar a verla.

-Yo quiero verles... - Dice Eric agarrándose a mí.

-No puedes entrar, cariño.

-Jo... dale un besito en la frente a mamá y otro al hermano de mi parte, ¿vale? - Afirmo y sonrío. Entro en la sala en la que está Hiba.

-Rusita...

-Raúl... - La beso. - ¿Es verdad que nos tenemos que ir ahora en cuanto me traigan al niño? Estoy cansada

-Sí, ya descansas en casa, cariño. Por cierto, de parte de Eric. - Le doy un beso en la frente.

-¿Dónde está?

-Con mi hermano, que acaba de llegar.

-¿Y dónde ha estado mientras tanto?

-Conmigo, mirando por el cristal... es muy curioso y ha estado prestado mucha atención, además no sabes la ilusión que le ha hecho.

-Me alegro mucho. - Nos traen al niño.

-Pasen a firmar el parte de nacimiento. - Ponemos los datos y firmamos. - Ya pueden irse. - No voy a seguir protestando. Habrá que irse.

-Me cuesta andar... - Salgo al pasillo y veo a mi madre con el neceser y ropa limpia de Hiba.

-Mamá ven, por favor, necesitamos ayuda. Coge tú al niño, que a Hiba le cuesta andar y hay que irse.

-¿Cómo vais a iros ahora?

-Nos echan, estamos aquí ilegales... - Me río. Coge al niño y ayudo a Hiba a levantarse. Vamos al baño a que se ponga la ropa limpia y que se peine un poco. - Las cosas van a cambiar pronto, nos vamos a Madrid, voy a tener trabajo... Ya verás, vamos a reirnos luego de todo esto que está pasando. - Termina y vamos a la calle. Allí nos están esperando mi madre y mi hermano. Eric no deja de mirar al pequeño.

-¿Y qué vais a hacer ahora?

-Hacer el qué.

-Pues con el niño en casa recién nacido, no le habrá dado tiempo ni que le vean si está bien.

-Mamá, quienes no trabajamos somos una mierda... No tenemos derecho a nada. Nos iremos a casa y le cuidaremos normal, como con Eric. Antiguamente no había médicos y nacían niños también.

-Mis hermanas y yo nacimos en casa todas, y aquí estamos. El gobierno no sabía de nuestra existencia hasta que no pasaban los documentos esos para saber cuánta gente vive en un sitio, no se aquí como se llama.

-¿Censos, puede ser?

-Será. ¿Podemos sentarnos? Quiero irme a casa, estoy cansada, quiero dormir. - Nos montamos en el coche. Mi madre y mi hermano vienen con nosotros. Llegamos a casa y tumbamos al pequeño en la cuna y la pequeña grande también se va a echar, no quiere comer. Mi madre me ayuda a terminar la comida mientras mi hermano entretiene a Eric, cuando terminamos se van.

-Hijo, hay que estar muy en silencio ahora, ¿vale? Porque el hermanito necesita dormir mucho para que se haga mayor como tú y podáis jugar juntos.

-Shhh... que mamá está dormidita también. - Se ríe bajito.
-Venga, vamos a comer.

Terminamos de comer y miro mi móvil. Tengo una llamada perdida de Dani. Abro el Skype para ver si está conectado y le doy un toque.

-Bueno qué. - Me contesta al descolgar.

-¡Ya tengo hermanito! - Dice Eric bajito.

-¡Que bien! ¿Por eso habláis bajito, no? - Afirmamos. - ¿Pero estáis en casa? Si lo acaba de tener...¡Ah, vale! No hace falta que me digas nada.

-Una pregunta. Cómo es que si Patricia tampoco trabaja que a ella sí la cojan...

-Ella está dentro de la mía, como yo aunque no tenga el programa tengo los bolos... pues si cotizo como autónomo, así que por eso no tengo por qué preocuparme de momento. Y tú en cuento te vengas para Madrid, tú y también Hiba si quieres, ya pensaré algo para ella.

-¿De verdad harías eso por ella?

-Claro

-Gracias. - Esto son amigos y lo demás tontería