Capítulo 22. Dominique Fliórov

[..............................ANDREA..............................]

-Señor Vabaragio, ha llegado Philip Ivanov

-Que pase. - Pasa.

-Andrea Vabaragio, tenía ganas de conocerle, he oído mucho hablar de usted, y eso que media europa nos separa.

-Cierto, siéntese.

-Le traigo toda la nueva documentación

-Démela - Me da la carpeta con la nueva documentación 
-Señor Vabaragio, debería quedarse aquí al menos un tiempo para perfeccionar el lenguaje. Según esos papeles usted es ruso bajo el nombre de Dominique Fliórov.

-Entendido.

-Si acepta mi ayuda puedo ayudarle a aprender las costumbres y a hacer lo posible para que las autoridades no le reconozcan, ese es mi trabajo aquí además de conseguir la documentación. Además llamaría mucho la atención que un ruso no domine el idioma.

-Vale, gracias. Y por el idioma tampoco hace falta mucho, para ir a España con el acento me vale.

-En España mi mujer tiene familia, quizá pueda ayudarle.

-Ay, mira, pues si me pudiera asegurar una vivienda.

-Yo hablo con ella, a ver que puedo hacer.

-Vale, muchas gracias Ivanov. Por cierto, ¿qué me recomienda para poder salir a la calle? Me canso de estar todo el día encerrado entre estas paredes, ya lo he estado mucho tiempo.

-Lo primero que podría hacer es raparse el pelo.

-Eso no me hace mucha gracia, pero si hay que hacerlo lo haré.

-Otra cosa también podría ser unas gafas.

-Pero yo no las necesito.

-Pues por eso.

[.........................PHILIP.........................]

-Anya, tengo que hablar con tu hermana esa que vive en España.

-Vale, ¿para?

-Tengo un amigo que en unos meses va a viajar a España, pero este tema a ti no te importa.

-Sí me importa, es mi hermana y quieres meter a tu amigo en su casa, ¿o me equivoco?

-No, no te equivocas. ¿Me dejas hablar con ella o no?

-Toma y a mi me hablas bien, que yo no soy Darina. Si ella te dejaba que la hablases así era su problema, yo no te dejo, así que baja esos humos. – Me da el portátil. Lo enciendo y pongo el skype. Le mando la petición de llamada y la acepta.

-¡Hola!

-¡Hola Philip!, ¿qué tal?

-Bien.

-¿Pasa algo? Es que veo raro que me llames tú.

-Que tengo un amigo que quiere ir a España, ¿se puede quedar en tu casa hasta que encuentre algo?

-Bf... no sé, con los dos niños pequeños...

-Es importante.

-Vale, yo hablo con mi pareja, la decisión de que se venga alguien que no conocemos no depende solo de mí. No sé que me dirá. Además, dependiendo de dónde quiera ir porque yo ya no estoy en Barcelona, me mudé a Madrid, encontré trabajo allí.

-¿De qué?

-¿Eso qué mas da ahora? Lo importante es que trabajo. Bueno Philip, yo hablo con él a ver que me dice pero te vuelvo a repetir que con los niños pequeños...

-Vale.

-Por cierto ¿como está Vladimir? La última vez que hablé con Anastasia me dijo que estaba malito.

-Está mejor ya.

-Me alegro. Dadle un besito de mi parte cuando le veais, que desde que mi padre le metió en la escuela militar no puedo hablar con él.

-Vale.

-Chao