Capítulo 3. Tengo que hablar contigo

[….......….......….......RAÚL….......….......….......]

-Cariño, cuando vayas a recoger al niño ¿puedes ir a comprar el pan?

-Claro. Me voy ya.

-¡Adios! - Abro la puerta. - Raúl espera, - sale de la cocina hacia mí, cierro la puerta. - Tengo que hablar contigo sobre un asunto un poco delicado, esta tarde vamos los dos a dar una vuelta y hablamos ¿te parece bien?

-Perfecto, pero ¿qué pasa?

-Recibí una carta. Esta tarde te cuento mejor.

-Como quieras, ahora vuelvo. - Le doy un beso y salgo de casa a coger el coche. Voy a lmandar un mensaje a Anna para decirle si recojo a Jordi de paso. Anna, recojo yo a Jordi?

OK, así no tengo q salir d casa, gracias ;)

Llego al cole y recojo a los dos niños. Antes de llevar a Jordi a su casa paso por la multitienda a comprar el pan. Compro el pan y me dirijo a casa de Anna. Llegamos, creo que Anna debía de estar mirando por la ventana porque no he terminado de aparcar cuando ella ya está en la calle. Ayudo al niño a salir del coche.

-¡Mami!

-¡Ay, mi vida! ¿Qué tal el cole?

-Muy bien – Sonríen todos

-Me alegro, venga, entra para casa, que está papá poniendo la mesa. - El niño entra en casa. - Muchas gracias, me has ahorrado un viaje.

-Ya sabes que no es molestia, yendo con el coche me da igual. - Eric da unos golpecitos en el cristal de la puerta para llamar nuestra atención. Anna abre la puerta del coche y le da un abrazo y un beso.

-Que no te había dicho yo nada a ti. - Me acuerdo de la conversación con Hiba antes de salir de casa

-Anna, ¿os podríais quedar esta tarde un rato con él? Hiba y yo tenemos que hacer un par de cosas.

-Por supuesto, cuando quieras lo traes.

-Vale, gracias. Me voy ya que hay hambre, hasta esta tarde.

-Adios. - Nos despedimos con dos besos y me voy. Llegamos a casa.

-¡Hola mamá!

-Habéis ido a comprar el pan o al campo a segar el trigo para hacerlo. - Dice Hiba con una sonrisa.

-Venimos de casa de Anna. Que se queda ella con Eric esta tarde

-Mejor, así hablamos más tranquilos. No es una conversación como para que esté el niño por el medio.

-Rusita, me asustas.

-Tranquilo. - Empezamos a comer.

Ya hemos dejado al niño en casa de Anna y estamos en un bar que hay cerca de casa.

-¿De qué quieres hablar?

-Recibí una carta del Ministerio de Inmigración

-¿Qué pasa?

-Que no me dan la nacionalidad, que me tengo que volver a Rusia.

-¿¡QUÉ!? Esto no puede ser verdad, a ti te tienen que dar la nacionalidad, te tienen que dejar quedarte en España, llevas aquí casi 20 años, tienes un hijo...

-Pero no tengo trabajo. Raúl, el gobierno no nos quiere, España para los españoles, los que no nacimos aquí que nos volvamos a casa, ¿no te das cuenta que esto es así?

-¡Pero que son 20 años! Eres más española que mucha gente que han nacido aquí y llevan toda su vida. Ya está, tengo la solución.

-¿Qué vas a hacer?

-Ir en contra de mis ideas.

-Raúl, me das miedo, ¿qué locura vas a hacer?

-Calla. - Cojo un chasky de la bolsa que nos estamos comiendo. ¿Sabéis que son los chaskys, supongo? Eros aritos de trigo o lo que sea eso que están muy buenos pero que caros son los jodíos para los pocos que vienen en la bolsa. - Espero que esto te valga por el momento, al menos hasta mañana. ¿Quieres casarte conmigo?

-No creo que sea la mejor opción...

-Pero quieres o no

-Por querer... pero no creo que sea una buena opción, si quieren echarme de España lo van a hacer.

-Pues luego no me digas que no ayudo. - Le doy un sorbo a mi cerveza molesto.

-¿Qué te pasa ahora?

-Que te digo que si nos casamos y tú me contestas así, eso es lo que me pasa. Que piensas que solo te lo he dicho para que te quedes, ¿no has podido pensar que quizá es para lo contrario? No para que te quedes sino para irnos nosotros contigo. Ya lo llevaba pensando tiempo y hoy que me he decido...

-Lo siento, cariño. Eso no lo sabía, pensé que era un venazo..

-No es un venazo. ¿Pero sabes qué te digo? Que me da igual casarme o no. Donde vayas tú yo voy a ir detrás. ¿Que nos tenemos que ir a Rusia y no volver a ver a ver a mi gente? Pues me voy, porque te quiero y quiero estar contigo, quiero que seamos una familia unida, ya sea en España, es Rusia o en Marte.

-Eso si que no voy a dejar que lo hagas. Si me voy es yo sola, por eso no quiero casarme contigo. Si me voy podremos rehacer nuestras vidas, aunque tardemos.

-¿Y los niños?

-Aquí, contigo. No se necesita una madre para ser feliz. - Tiene los ojos vidriosos y creo que yo también. La abrazo.

-Eso no lo digas ni en sueños. Vamos a estar todos juntos. Además, vamos a hacer todo lo posible para que te quedes. Habrá alguna forma, te lo aseguro. Además, no es estrictamente necesario volver a Rusia, lo único que hay que hacer es irnse de España. Hiba, yo te quiero y sabes que no te voy a dejar sola. Si no quieres que nos casemos no lo hacemos pero que no sea por la escusa esa de irte. Porque... ¿que ponía en la carta? ¿Por qué no te dan la nacionalidad?

-En general porque no tengo trabajo, si no tengo trabajo no cotizo a la seguridad social y si nos cotizo a la seguridad social no tengo derecho a nada. Voy ahora al hospital y no me atienden, ¿qué voy a hacer cuando en un par de semanas quiera ponerse a salir esto? - Me dice señalando su barriga. Empieza a llorar y la abrazo.

-Shhh, tranquila, que no te viene bien alterarte. Con esto nos las apañaremos, por esto no hay problema. Si hace falta vamos a una privada, mejor atención habrá.

-¿Y con qué dinero? Porque desde que nos volvimos de Madrid no has encontrado trabajo en condiciones.

-Eso quizá se acabe ya. Estuve hablando antes con Anna, no te quería decir nada hasta que no lo tuviese claro. Dani va a empezar programa y dice que nos quiere a Anna y a mí en el equipo.

-¿A volver a Madrid?

-¿Quieres que trabaje o no? - Afirma. Se queda mirando fíjamente hacia la puerta del local y empieza a ponerse nerviosa. - ¿Qué te pasa?

-Es él, Raúl, ha vuelto.

-¿Quien? - Miro hacia la puerta, pero no hay nadie. - Hiba, tranquila, ¿quién dices que ha vuelto?