lunes, 19 de septiembre de 2011

Capítulo 60

- Peque, antes que te vayas. - Va corriendo, supongo, y abre la puerta de nuevo -  ¿Será mejor que me vaya pasado mañana?
- Te vas no, nos vamos. Si tú te vas yo me voy yo. Me aburro aquí
- Vale, mañana hablamos. Buenas noches.

Me voy a mi habitación y me tumbo en la cama. No dejo de dar vueltas en la cama ya que no me quito de la cabeza a Lara y los recuerdos del día que llegué a Madrid. Al final creo que estoy cayendo en el sueño.

Abro los ojos. Creo que es la primera vez que me despierto sin escuchar  los ladridos de Bolt, el perro. ¿Qué hora es? Enciendo la luz y miro el reloj. Es demasiado temprano, las 7:03 marca el reloj. Apago la luz y vuelvo a echarme. Os voy a dar un consejo: si queréis dormiros nunca os pongáis a pensar; pensar no, pensar caca, a pensar al cuarto de baño. Por esta razón no soy capaz de volverme a dormir. ¿Y si me voy a la calle a despejarme un poco? Me levanto abro el armario y me pongo unas calzonas cómodas y una camiseta de manga corta. Salgo de la habitación y me encuentro a mi hermano saliendo del baño. Se me queda mirando y se frota los ojos.
- ¿A donde vas? - Pregunta con los ojos entrecerrados
- Voy a salir
- ¿Ahora? Pero si a estas horas no están puestas ni las calles - Mi hermano y los chistes fáciles a todas horas - Haz lo que quieras. ¿Le digo algo a mamá?
- Dile que he salido y que no se si tardaré.
- Vale, me voy a dormir
Mi hermano entra en su habitación y yo voy hacia el salón y finalmente la calle. ¡La virgen que frío! Sería mejor que entrase a por una chaqueta, si me hubiera sacado las llaves. Bueno ¿y qué hago ahora en la calle con esta rasca? Voy a correr un poco y luego voy a ver a mi tío al bar que me dé de desayunar. Sonrío y empiezo a correr. Diez minutos después paro, no estoy acostumbrada a correr, mejor voy andando rápido otro rato, ya al menos no tengo frío. Llevo un buen rato caminando ya y tengo hambre. Voy a ver si mi tío ha abierto ya el bar y me doy el premio. Llego a la puerta del bar y como está abierta entro.
- ¡Buenos día tío!
- Mira quien ha venido - Oigo que le dice al hombre con el que estaba hablando. No le reconozco bien, está de espaldas. Cuando se da la vuelta veo quien es. Es Manuel, el antiguo cartero, cuanto tiempo sin verle - ¡Cuanto tiempo, princesa! - Dice mi tío viniendo hacia mi y dándome un abrazo de los que solo él sabe dar, de los que duelen - Has desayunado ya - Niego con la cabeza - Venga, siéntate que te pongo el desayuno. Me siento en una de las banquetas de la barra

No hay comentarios:

Publicar un comentario