jueves, 1 de septiembre de 2011

Capítulo 48

- ¿Sí? - La cabeza de Dani aparece por el pequeño hueco de la puerta excasamente abierta poniendo cara de curiosidad como si fuera un niño pequeño en un sitio extraño. Sonrío -Pasa, anda. ¿Qué le trae por aquí, Señor Martínez? - Le digo poniendo voz seria peri aguantandome la risa
- No puedo dormir y me aburro. ¿Me podría quedar un ratete?
- Sí, si no haces ruido
- Me portaré bien - Se sienta en la cama con las piernas juntas, las manos apoyadas a ambos suyos en el borde del colchón mirando hacia todas partes de mi habitación. Se para cuando en su centro de visión me encuentro yo mirándole - Ves, me estoy portando bien, me merezco un premio
- ¡Leche frita te voy a dar yo a tí!
- Jooo, eso no me gusta, prefiero cachico de queso
- ¿Queso dices? Espera un poco - Voy a la cocina y corto dos rebanadas de pan y pongo en ellas un poco de queso de la tierra. Vuelvo lo más rápidamente posible que puedo - Toma, a ti que te mola el queso a ver que te parece este - Toma una rebanada de pan y yo me como la otra. Me siento junto a él con las piernas cruzadas.
- No está mal
Sonríe y sonrío. No se que me pasa últimamente pero lo único que hago con este muchacho es sonréir. Estamos sentados en la cama apoyados en la pared mientras ojeamos unas revistas que me encotré en una caja encima del armario y comentándolas.
Ladra el perro, ¿Qué hace el perro ladrando a estas horas? Abro los ojos de repente ¡Nos hemos quedado dormidos! Seguimos sentados apoyados en la pared, pero dormidos. Dani tiene la cabeza apoyada en mi hombro y su brazo alrededor de mi cintura con mi mano sobre la suya. Me levanto rápidamente, eso provoca que se despierte también.
- ¿Qué pasa? - Pregunta medio dormido
- ¡Que qué pasa! Nos quedamos dormidos mientras estábamos con las revistas
- ¿Qué hora es?
- Las 10:23
- Pues buenas noches - Dice y se echa bien. Voy hacia él y le muevo.
- ¡Oye, si quieres dormir más te vas a tu habitación, a ver si mis padres se van a pensar cosas que no son - No me escucha, se ha vuelto a dormir - Y si no da igual, quédate si quieres - Esto último a regañadientes.
Salgo de la habitación. Perfecto ahora mi madre ya tiene que saber que Dani no está en su habitación. Este crio no piensa o qué, ¡No se le ocurriría ayer cerrar la puerta de su cuarto cuando se vino al mío, no! Voy hacia el salón buscando una respuesta creíble para la pregunta segura. Llego al salón y veo a mi padre en el sofá haciendo el crucigrama del periódico. Intento ir a la cocina sin que me vea pero se da cuenta de que estoy ahí
- ¿Qué tal anoche con el amigo ese tuyo?... - Dice mi padre sin levantar la vista del periódico. Mierda, ¿Qué digo? Mira hacia mí - eh pillina?
- No se de que me hablas
- No te hagas la tonta. No creo que tu amigo se haya levantado a las 7 de la mañana por gusto propio.
¿Y ahora que digo?

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