2 de Agosto, de camino a
Bilbao. En el coche de Dani, él, Raúl, Hiba y yo. Por suerte el
problema de Hiba se quedó solamente en un susto; no está fuera de
peligro completamente pero tiene algo más de lo que se puede llamar
libertad. Eso sí, viene con nosotros por motivo y órden médicos,
el ginecólogo le ha dicho que le vendría bien el ambiente marítimo,
¿por qué? No lo se, porque por relajación, en la época del año
en la que estamos, hay poca en una ciudad de playa, aunque la playa
no la pisemos. De todas formas, como Aitana supongo que conocerá
bien la ciudad alguna pequeña cala a la que nos pueda llevar. No
creo que Mónica y David vengan porque a ella le molestan mucho los
viajes con el embarazo tan adelantado Ya les llamaré luego para que
me digan el número de Aitana, a ver si ella está en Bilbao
o en Madrid, que por cierto, tengo yo entendido que va a ser ella la madrina del niño de Mónica. Y de embarazos va la cosa. Ayer estuve
hablando con Anna, que dice que le gustaría intentarlo otra vez, a
ver que pasa aquí al final, ya no hay italianos
-Chicas, aquí
comunicación vía whatsapp a ratos cuando llega conexión. Que me
dicen que paremos a desayunar. ¿Qué decís? - Dice Raúl con el
Iphone en la mano.
-Sí, será mejor, además
necesito estirar ya las piernas y... pis
-¡Muchacha, pero si
fuiste al baño antes de salir de Madrid y no llevamos ni una hora! -
Le dice Dani a Hiba riendo
-Gajes de la situación.
Como no eres mujer nunca llegarás a saber qué es eso. En realidad
sí, cuando estés con la próstata. - Digo yo riendo también.
Llegamos a un área de servicio y allí paramos todos: nosotros
cuatro en un coche y en el otro coche, el de Miki, él, Anna y
Juange, que se han apuntado al viaje. Nacho y Cris van en moto, un
poco por libre porque ellos van allí mañana directamente desde otro
sitio, nosotros les llevamos las maletas. Mientras Hiba está en el
baño nosotros vamos cogiendo mesa para desayunar. Desayunamos todos rápido
y volvemos a la carretera, ahora el que conduce es Raúl.
-Si me permitís voy a echarme
una cabezadita. Anoche llegué tarde a casa y haberse tenido que
levantar a las 6 de la mañana afecta.
-Vale, vale. Nosotros te
avisamos si roncas. - Sonríe y nosotras nos reímos. Al momento creo
que ya se ha dormido. - Hiba, ¿me puedes contar algo de tu familia?
Nunca hablas de ella.
-Claro, así nos
entretenemos, que Raúl conduciendo es como autista.
-Rusita, que te oigo.
-Claro tú oyes lo que
quieres, - sonríe. - Yo a lo mío, a contar la historia.
-Sí, venga, la historia
del soldado, la bailarina y las seis hijas. - Se ríe. - Yo escucho
-Mira, ya le ha puesto
título a la historia. Pues sí, algo así podría ser el tema
principal. Es una historia larga y se remonta a muchos años. Mi
familia es de tradición militar, el primer hijo varón va a la
escuela militar, y el primer varón de éste y así sucesivamente. El
que sufrió las consecuencias de esta tradición, sin duda, fue mi abuelo
Mijail.
-¿Le pillaría la Guerra
Mundial, no?
-Sí, pero era pequeño, no es por eso. Mi abuelo era hijo único de un soldado que participó en
la Guerra Civil rusa en el bando de los bolcheviques y esa guerra
provocó su ascenso progresivo. En un par de años, su padre, pasó
de ser soldado de a pie a comandante. Cuando Stalin llegó al
gobierno de Rusia y se hizo con el poder totalitario todo el ejército
tuvo que someterse a él, jurarle fidelidad y esas cosas que se hacen
con un dictador. Con el paso del tiempo a Stalin empezó a entrarle
miedo de que el ejército pudiese hacerle un golpe de estado y empezó
a deshacerse de los dirigentes, entre ellos a mi bisabuelo, en 1927,
quedando a su mujer embarazada de mi abuelo. Tres meses después
nació mi abuelo que cuando cumplió 15 años entró en la escuela
militar y a los 18 ya estaba en el ejército, recién finalizada la
II Guerra Mundial. Unos años después se enamoró de una chica cinco
años más pequeña que él, Alyosha, que conoció en Moscú, hija de la
cocinera del cuartel, de la que nadie sabía quien era el
padre, las malas lengua decían que era el propio Stalin. Cuando ella
cumplió la mayoría de edad se casaron en Petrogrado, que ahora en
Europa se le conoce como San Petersburgo, pero en Rusia hay gente que
le sigue diciendo Petrogrado, donde estaba él. Cuando nació mi
padre, él tenía 32 años y hacía un par de años que Stalin había
muerto. Mi padre también entró en la escuela militar, pero él a
los 12 años, sobre todo para asegurarse los estudios. A los 18 años,
en un viaje militar a Turquía, en un día que tuvieron libre los
soldados fueron unos cuantos a algo como un cabaret, que se llamaba en
Europa, y se enamoró de Leia, se enamoró no, imposible, se
encaprichó. Aprovechó su título de soldado ruso y con ayuda de sus
compañeros consiguió llegar hasta ella y la intentó camelar pero
no pudo. A la mañana siguiente se enteró quienes eran sus padres.
Su padre era un empresario musulmán muy aferrado a la religión y
pensó que solo había una forma de conseguir a la chica, ¿como
hacer para poder quedarte con una chica musulmana sin ser tú
musulmán?
-¿Quedándola embarazada?
-Exactamente. Le mandó
una nota diciéndole que necesitaba su ayuda para un problema que
tenía citándola en un lugar a las afueras de la ciudad, como
pretexto, que no le podía ver nadie de su ejército y que le andaban
buscando. Ella fue al lugar citado y... bueno, que voy a decir más.
Cuando el padre de ella se enteró de que su hija estaba embarazada y
ella le dijo quien era la echó de casa y la llevaron a San Petesburgo
a buscarlo. Su padre les obligó a casarse aunque fuese por el método
ortodoxo y se fue, nunca quisieron volver a saber nada de ella, ni siquiera sé si saben que está muerta. Unos
meses después nació mi hermana Anastasia y ahí comenzó la racha.
Tres años después Alexandra, dos más tarde yo, cinco Iryna, otros
cuatro Lesja y cinco después Katrina. Ahí se le perdieron
las esperanzas a mi padre de tener el hijo varón pero en 2001 por
fin nació el varón, Vladimir. Pero no se por qué me da a mí, que mi padre no es el verdadero padre de Vladimir porque todas nosotras somos morenas y él es más bien rubio.
-¿Os lleváis?
-19 años.
-Ya son años...
-Ya ves.
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